¿Es ético que un periodista ofrezca a sus fuentes una fiesta para rendirles homenaje?
Respuesta: La ética y la técnica de la profesión se unen para indicarle al periodista la necesidad de mantener independencia frente a las fuentes. Esta independencia garantiza que el acercamiento del periodista a la verdad de los hechos no estará interferido por los intereses o condiciones de las fuentes. Es inevitable que la fuente quiera influir sobre el periodista para imponer su punto de vista o sus intereses como persona, como parte de una institución, de un gobierno, de un partido, de una iglesia o de un grupo cultural o económico. La distancia frente a la fuente, además, permite una libertad de crítica, indispensable para el examen riguroso de los materiales suministrados por la fuente. Una proximidad a la fuente, por comunidad de intereses, de sentimientos o de simples puntos de vista, interfiere en esa tarea crítica y expone al periodista a presiones que le impedirán tener su punto de vista profesional sobre los hechos. Por estas razones, manuales y códigos coinciden en señalarle al periodista la inconveniencia de tener con las fuentes relaciones de proximidad que acentúan y fortalecen la dependencia, al mismo tiempo que hacen aparecer al periodista como un asesor de imagen o relacionista de la fuente, y no como un profesional de la información, independiente y digno de credibilidad.