Los periodistas que cubrieron el atentado contra las torres hace diez años, ¿lo hicieron bien o mal? ¿Cómo se debe cubrir un hecho tan horroroso como ese? En los manuales de estilo, en los códigos de ética y en publicaciones especializadas (Periodismo de catástrofes, Sibilla Camps) han quedado registradas normas y prácticas dictadas por la experiencia de periodistas que han cubierto toda suerte de desastres, desde las guerras internacionales, hasta incendios, pasando por tsunamis o catástrofes nucleares como la de Chernobyl. En esas experiencias ha quedado claro que:
1. Debe pensarse en las víctimas con el fin de convencer a todos los que pueden prestar alguna clase de ayuda. No se trata del ánimo sensacionalista de curiosear o de provocar lástima, sino de potenciar la voz de las víctimas que reclaman ayuda y solidaridad.
2. Informar con exactitud y sin concesiones a la imaginación, porque así el lector tendrá una versión útil para decidir, por ejemplo, si él corre peligro, si puede prestar ayuda, si debe presionar para que se preste ayuda, también sobre la naturaleza de esa ayuda y de las acciones preventivas. Un relato inexacto, más emocional que objetivo, no es útil y convoca la curiosidad o la pasividad, y no la solidaridad efectiva.
3. Dirija su información a la búsqueda de soluciones, por tanto, investigue las causas y busque propuestas entre los conocedores del tema, y describa posibles salidas.
4. Tenga claro que muchos desearán aprovechar económicamente o políticamente el evento. Usted no puede convertirse en altavoz de esas personas, por el contrario, debe prevenir a posibles víctimas de esas personas.
5. Descarte de una vez por todas cualquier intención de aumentar la circulación de su medio con esta información. Cuanto se haga con ese propósito rebaja la calidad de la información y de su gestión profesional.
Documentación.
En las investigaciones sobre el 11 S con análisis de contenido de la cobertura televisiva en Estados Unidos se tuvieron los siguientes resultados, registrados en el capítulo How TV/views covered the crisis de Mogemen, Lindsay, Perkins y Beardsley, tras el estudio de 1117 reportajes emitidos durante las 8 primeras horas desde ela tentado de las torres gemelas. Porcentaje de temas en ABC, CBS, NBC, CNN, Fox.
World Trade Center: 35
Presidente y Gobierno: 18
Criminalidad y terrorismo: 10
Panorama general: 10
Pentágono: 8
Tráfico aéreo: 6
Seguridad: 3
Medio oriente: 3
Enemigo: 3
Negocios: 2
Historias personales: 2
Población de E.U. 2
Eventos pasados: 2
Internacionales: 1
Comunidad ÁRABE EN E. U.. 0 Otros: 3
Porcentaje de publicaciones clave. Descripción del incidente: 18 Gravedad del desastre: 18
Terrorismo: 15
Reacción del gobierno: 14
Aspectos de seguridad: 14
Esfuerzos de rescate: 13
Víctimas:3
Musulmanes o árabes: 3
Impacto económico: 1
Reacción internacional: 1
Comunidad árabe en US. 0 Otros: 6
En definitiva, no existió un énfasis desproporcionado en historias de interés humano. Fue la descripción del atentado, información sobre las consecuencias políticas y de seguridad, las que impusieron el tono sobre cualquier sensacionalismo. En las entrevistas a directivos de CNN y de Fox News responsables de las transmisiones, al preguntarles sobre el criterio para dar o no dar imágenes de las víctimas señalaron que el gusto jugó un papel importantísimo en las decisiones. CNN no mostró imágenes de la gente saltando desde las ventanas. Y eso fue una decisión. CNN fue también cuidadosa en limitar la visión de la carnicería humana en pantalla. Aunque esto fue facilitado también por la destrucción del mismo escenario en el que todo ocurría, hubo momentos en los que podíamos haber mostrado muchísimo más de lo que realmente transmitimos. Y el corresponsal Gary Tuchman apuntaba: recuerdo que iba caminando hacia la tienda de ropa Brooks Brothers y ví que se había habilitado como morgue, se usaban cubos para recoger los restos humanos que estaban esparcidos por todos lados con los trajes de la tienda. La destrucción era tan absoluta que yo nunca vi una sola víctima. Fui muy cuidadoso con las palabras que empleaba.No quería hablar sobre trozos de cuerpos, ni que la gente los viera en los cubos.Las decisiones sobre qué mostrar y qué decir estuvieron basadas en nuestros propios estándares profesionales. Si yo hubiera dicho algo que causara repulsa en la gente de aquí, de la sede de Atlanta, me hubieran llamado y me lo hubieran dicho. Pero creo que todo esto era parte de lo que esperaban de nosotros, tener el tacto para saber qué decir, cómo decirlo y cuándo.” Ana Azurmendi en Sala de Prensa.