¿Cómo cubrir un desastre natural? El ideal ético es el cubrimiento de estos hechos para servicio de las víctimas.
Esto excluye toda clase de información sensacionalista, la que convierte las catástrofes en un espectáculo lucrativo.
Esta clase de información olvida a las víctimas porque la prioridad es otra: el aumento de la ciuculacióno de la sintonía. Como se ve, inicialmente es cuestión de prioridades.
El servicio a las víctimas se presta cuando la información mantiene el equilibrio entre dos extremos: el del sensacionalismo, que difunde el miedo con toda clase de especulaciones, o con el énfasis predominante en los datos más negativos y espectaculares.
El otro extremo es el de callar para no asustar y para no equivocarse; así la población se mantiene inconsciente de los peligros que corre. Para mantener el equilibrio entre esos dos extremos la información debe ser cuidadosamente verificada y su enfoque debe ser el propósito de prestar un servicio eficaz, no ls de responder a una curiosidad.
Por tanto, se extreman los mecanismos de verificación. Se eliminan los adjetivos que llevan consigo juicios de valor y se mantiene claro el objetivo de solidaridad y de ayuda eficaz.
En circunstancias como estas, en que es fácil ceder a lo emocional, resulta de utilidad el trabajo en equipo y con unas definidas líneas de política editorial.
Es una sabia política puesta en ejecución en algunos países, la de hacer una sola cadena de radio o de televisión para el cubrimiento de estos eventos. Se trata, en efecto, de poner el bien público en serio peligro, por encima de cualquier bien particular.
Documentación.
Es preciso que el periodista tenga presente que la información que proporcione podrá contribuir, por ejemplo, a;
• Llevar tranquilidad a los damnificados y a sus allegados al proporcionar
• Nómina de muertos y de personas buscadas;
• Nómina de personas halladas convida;
• Nómina de heridos o enfermos, y establecimientos donde están internados;
• Nómina de personas dadas de alta;
• Familias que han sido evacuadas y lugares donde se albergan;
• Teléfonos y lugares donde se puede obtener información;
• Precisiones respecto de que la catástrofe no volverá a repetirse o de que se espera un mejoramiento de la situación.
• Prevenir consecuencias más serias
• Orientar a los afectados en la recepción de ayudas.
• Canalizar los aportes solidarios de la población.
• Evitar que se agrave el caos propio de estos desastres
• Difundir qué elementos no son necesarios para no causar gastos ni trastornos inútiles.
• Actualizar la nómina de calles cortadas, o de tránsito congestionado y de calles alternativas.
• Detallar los servicios interrumpidos o restringidos, con precisiones respecto de las características y horarios en que se brindan.
• Hacer públicas las propuestas para aliviar la situación.
Sibila Camps en Periodismo sobre catástrofes. Paulinas Buenos Aires, 1999. Pp 27,28,28
¿Cómo cubrir un desastre natural?
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