Con respecto a la expulsión de Carmen Aristegui y dos periodistas de su equipo de trabajo de MSV: Ellos habían manifestado su voluntad de trabajar con México-Leaks, un fondo de informaciones provisto por los ciudadanos que denuncian actos de corrupción de empleados oficiales o funcionarios. ¿Es potestad de las empresas de comunicación el que esas informaciones se usen o no? R.- En la respuesta anterior apareció la afirmación que resulta válida en esta segunda parte: la información es un bien social; su manejo profesional convierte al periodista en un servidor público. El suyo es, pues, un servicio público que, sin embargo, opera desde una empresa privada.
La empresa periodística no opera como las demás empresas privadas. Si estas adoptan como primer objetivo la ganancia, la empresa periodística subordina esa ganancia a su objetivo de servicio público.
Trabaja para ganar dinero, es cierto, pero ese propósito está subordinado a su finalidad principal que es servir a toda la sociedad mediante la información.
A esta diferencia, y consecuente con ella, se agrega otra: mientras las otras empresas son dueñas de sus materias primas y hacen uso de ellas en la forma que más les convenga, la empresa periodística no es dueña de su materia prima, que son las noticias, y debe hacer uso de ellas para el mayor bien de la sociedad.
La decisión sobre las noticias debe ser, por tanto, ajena a las políticas y manejos empresariales. Es el periodista profesional quien decide en esta materia, guiado por un claro criterio de servicio público. Es la razón por la que los consejos de redacción se hacen sin la presencia de los gerentes o de los representantes de los accionistas: los periodistas son autónomos a la hora de decidir la agenda noticiosa.
Documentación
La interpretación sucesiva de la realidad social que llevan a cabo los medios se propone, ante todo, conseguir que cualquier persona en cualquier lugar pueda ponerse al corriente de lo que pasa, comentarlo e intervenir en las acciones en curso si puede y lo desea. El periódico está dispuesto en forma de mosaico para que el lector pueda captar en cualquier rincón, gracias al resumen que da el titular, el hecho que le interesa conocer. Puede leer la información entera, prescindiendo de lo que hay al lado o las que vienen después. Los medios están al servicio del público.
En ese proceso se sujetan los medios a las necesarias servidumbres técnicas y solo tratan de conseguir que lo que dicen sea entendido y captado en poco tiempo y pueda comentarse enseguida. Los medios escogen unas pocas noticias entre montones de ellas que no les caben en el espacio disponible, o el tiempo asignado a un noticiero en la televisión o en la radio. Pero esas noticias las dan enteras, completas, aunque resumidas, de modo que el público quede suficientemente enterado para el comentario o la acción. La interpretación científica de un fenómeno de la naturaleza puede pedir mucho tiempo y el término del proceso no depende de la voluntad humana. La interpretación artística de una partitura musical depende de la extensión de la obra y del tiempo que pida. La interpretación periodística de la realidad no depende tanto de la realidad misma como el público que debe captarla y los medios técnicos que deben comunicarla, por eso es descriptiva y fragmentaria, pero también completa.
Lorenzo Gomis en Teoría del periodismo. Paidos, Barcelona, 1997. P. 42, 43.
Consultorio Ético de la Fundación Gabo
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