“Ponemos las mejores herramientas del periodismo al servicio del colectivo LGBTI”: María Eugenia Ludueña
28 de Marzo de 2017

“Ponemos las mejores herramientas del periodismo al servicio del colectivo LGBTI”: María Eugenia Ludueña

Airam Fernández, relatora

¿Cómo es ser transgénero en una comunidad indígena? ¿Cómo vivían las travesti, trans, lesbianas o gays en dictadura? ¿Cómo sobrevive un grupo migrantes peruanas, trans, en Argentina? ¿Qué está pasando con los derechos de estas personas en América Latina? Estas son algunas de las historias con hallazgos sorprendentes, reveladas por la agencia Presentes, pionera en la región por cubrir exclusivamente el entorno LGBTI, con apenas tres meses de fundada.  

Sus editoras son dos mujeres: Ana Fornaro, uruguaya; y María Eugenia Ludueña, argentina, con quien conversamos en Santiago de Chile, en el marco del taller Mujeres líderes en la sala de redacción, organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano -FNPI- CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, con el apoyo de la Universidad Católica de Chile.

Ludueña -cuyos textos han sido publicados en Gatopardo, Anfibia, La Nación, y quien también ha trabajado en documentales para The History Channel- cuenta que, como la mayoría de los proyectos periodísticos nuevos, este también surgió en medio de una crisis. Cuando Mauricio Macri resultó electo presidente de Argentina, ella era subdirectora en la Agencia de Noticias Judiciales Infojus, dependiente del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos y donde se publicaba toda la información judicial del país. Meses después, la despidieron junto a todo el equipo, por el cambio de ciclo político. Luego, el ministro de Justicia informó el cierre del medio y aseguró que “no habrá una agencia de noticias” que dependa de su cartera.

Fue esa arbitraria decisión del nuevo Gobierno la que impulsó a Ludueña a rescatar, de alguna manera, parte del trabajo que había hecho durante los últimos años. Así nació el proyecto independiente que ahora dirige y que fue pensado como un sitio en el que los protagonistas del colectivo LGBTI, sus historias y sus luchas, estuvieran presentes.

¿Cómo fue el cambio de trabajar para un medio a emprender con un proyecto propio?

Este proyecto lo empecé a pensar con varios colegas y amigos con los que trabajé en Infojus, donde casi todo lo cubríamos desde enfoques de derechos humanos, crímenes de lesa humanidad, género, pero también teníamos un eje importante que eran las noticias de la diversidad sexual. Todo coincidió con el atentado en la disco gay de Orlando. Fue como una señal, y como en general el tema de la diversidad nos preocupa mucho, cuando nos despiden y llega la hora de pensar en qué hacer, lo primero en lo que coincidimos fue en rescatarlo, porque nos pareció que era algo importante en la agenda mediática y que casi nadie cubría, por tratarse de minorías.

¿Buscaron asesoría para temas de financiamiento?

Sí, fue en paralelo que consultamos con otros colegas, pero también buscamos asesoría jurídica y económica, porque es difícil financiar un proyecto periodístico de este estilo. Mientras todavía discutíamos el enfoque general, nos presentamos a un financiamiento sin saber si nos iba a salir, básicamente lo que nos importaba era sacar esto y convertirlo en un sitio online, aún sin tener todos los recursos económicos. En ese intermedio buscamos asesoría sobre cómo fortalecer el proyecto, hablamos con abogados litigantes en casos de diversidad sexual, porque queríamos saber si les parecía importante esto que estábamos a punto de hacer. Con ellos hicimos como una suerte de análisis diagnóstico de qué es lo que sucedía en Argentina y otros países de la región y hoy por hoy lo que hacemos en Presentes es visibilizar las violencias que sufre el colectivo LGBTI.

¿Cuántas personas integran el equipo?

Primero éramos cuatro personas, todas de Infojus Noticias. Con el tiempo, dos de esas personas tuvieron que salir espontáneamente por otras razones, y actualmente somos dos mujeres. Quien me acompaña es Ana Fornaro, que era editora en Infojus. Entre las dos llevamos el proyecto y coordinamos periodistas que colaboran con Presentes desde Chile, Perú, Paraguay y por supuesto, Argentina. Es en esos cuatro países donde tenemos incidencia. Todo funciona como una redacción virtual porque no queremos tener oficinas, nos parece que el mundo cambió y que las redacciones tradicionales no han cambiado en la misma medida.

¿De qué manera cuentan las historias que afectan al colectivo LGBTI?   

Ponemos las mejores herramientas del periodismo al servicio del colectivo LGBTI, porque creemos que necesitamos reflejar esas voces en los medios para que otros los escuchen.

Nuestro objetivo es visibilizar las violencias, las singularidades y los procesos en los que está cada país. Por ejemplo, Argentina tiene una legislación de avanzada y un ejercicio real de derechos que es medio incongruente, porque hay legislaciones locales o municipales que no están en congruencia con la legislación nacional, o que no se implementan, o no hay políticas públicas que lo alienten.

Pero también contamos cosas que tengan que ver con buenas prácticas. Por ejemplo, hicimos una nota que anduvo muy bien porque refleja una iniciativa innovadora: la de un grupo de travestis peruanas, migrantes en Argentina, que abrieron una peluquería a través de una cooperativa autogestionada. Estaban en situación de prostitución y, como nadie les iba a dar empleo, ellas se lo resolvieron por sus propios medios. Se llama “Las Charapas”, en alusión a un animal medio mitológico de Perú.

¿Tienen algún manual de estilo para cubrir estos casos o algo muy específico que determinen por política editorial?   

No publicamos notas que tengan menos de dos fuentes. Y si es el caso de una persona que denuncia algo, no publicamos la nota hasta que la denuncia no está formalizada ante un organismo estatal. Es una manera de chequear y de asegurar la rigurosidad en todo lo que hacemos.

Siempre sostenemos discusiones en torno a esto, porque muchos medios lo que hacen es que si ven alguna denuncia en Facebook, por ejemplo, de alguien que esté alegando discriminación laboral por ser gay, lo que hacen es tomar una captura y eso queda como una denuncia vía red social. Nosotros no hacemos eso y tenemos clarísimo que nunca lo haremos. En este momento en que la tendencia es viralizar, nosotras preferimos esperar y tardamos mucho más, es verdad, pero salimos muchísimo mejor.

¿Cómo ha sido recibido el trabajo de Presentes por el colectivo LGBTI?

Nos reciben bien, nos dicen que hemos llegado a cubrir algo que nadie cubría y el mensaje en general es positivo. Pero por otro lado, no podemos ser tan ingenuas de pensar que en este terreno no se disputa el poder. Estamos conscientes de que históricamente ha sido así por las problemáticas que atraviesan al colectivo. Recuerdo que a los cinco días de empezar a publicar, un sector nos cayó encima por una de nota, porque entre cada colectivo son muy celosos de su militancia, pero en el fondo nuestra intención es reflejar las distintas voces que existen en este espacio.

¿Han cometido errores?

No sé si llamarle error, pero una nota que generó mucha controversia fue la de la ley antidiscriminación en Perú, porque la enfocamos desde la disputa de poder detrás de la no aprobación hace algunos años. No todas las personas estaban de acuerdo con lo que ahí planteamos y todavía nos cuestionamos si fue una nota de opinión o una nota informativa. Fue una alerta acerca de la imparcialidad que todo medio debería tener. Nosotras le damos espacio a todas las voces, claro que sí, pero luego también hay hechos que podríamos respaldar o no, o como le han llamado acá en el taller: la “honestidad intelectual”. A mí me gusta pensar que en Presentes estamos parados en esa honestidad.  

¿Se inspiraron en otros medios o proyectos similares?

Sí, en muchísimos. No quisiera hacer menciones porque seguro dejaría un montón de proyectos por fuera. Miramos medios que tenían alguna incidencia en las agendas y también miramos medios masivos. No queríamos producir noticias solo para los colectivos, porque no queremos escribirle a los convencidos. Justamente lo que queremos es sensibilizar y contar a la sociedad qué es lo que está pasando.

¿Cómo se proyecta Presentes en el futuro?

Lo que nos urge justo ahora es entender cómo hacemos que esto sea sustentable a lo largo del tiempo. El fondo que tenemos es un capital semilla, aportado por la NED (National Endowment for Democracy) que fue nuestro puntapié inicial y por lo que estamos infinitamente agradecidas. Pero sabemos que es un fondo semilla y solo algo para empezar. De nuestros primeros objetivos, ya cumplimos con diseñar el sitio y ponerlo en marcha. Ahora pensamos en cómo hacer que se fortalezca y una de las alternativas es el crowdfunding. También queremos extendernos a otros países que hoy no estamos cubriendo por una cuestión de tamaño. Sería un sueño poder cubrir toda América Central, donde sabemos que la violencia contra estos colectivos es enorme, pero ahí vamos, buscando los fondos para poder hacerlo.
 

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