Las historias que involucran funcionarios públicos en casos de acoso sexual representan un reto especial desde el punto de la vista de la ética periodística. Por un lado está la tentación de escudriñar a fondo la vida de la víctima, esculcando sus fotos publicadas en redes sociales para satisfacer la curiosidad morbosa de la audiencia. Por el otro, la presión social que se comienza a ejercer para condenar anticipadamente al victimario, así no haya sido juzgado por las instituciones correspondientes.
Un caso así se presentó desde la semana pasada en Colombia, donde el Defensor del Pueblo fue denunciado por su exsecretaria privada debido a un presunto acoso sexual. La historia fue revelada por Noticias Uno al entrevistar a la víctima, quien dijo tener mensajes y fotografías comprometedoras recibidos por Whatsapp durante los dos años que fue acosada. Jorge Armando Otálora, el acusado, se defendió diciendo que él y su secretaria habían sido novios. “De lo único que soy culpable es de haberme enamorado”, dijo el funcionario público.
Ante la defensa de Otálora, comenzaron a despertarse las suspicacias habituales que se presentan en este tipo de casos, donde la versión de la víctima comienza a ser deslegitimada, como bien lo afirmó el diario El Espectador en su editorial. “La vida de la víctima es escudriñada hasta el cansancio en una cacería de brujas que busca desprestigiarla. Se dice que lo hace por resentimiento o que ella se lo buscó. El acusado recibe la presunción de inocencia, mientras que a la acusadora se le presume la mala fe, un interés mezquino por hacer daño. Por eso muchas víctimas prefieren permanecer en silencio y la impunidad es habitual en los casos de acoso.”
Aunque hace unos meses le dedicamos un tuitdebate a hablar sobre qué debe hacer una periodista que es acosada en su trabajo, en esta ocasión queremos enfocar nuestro foro semanal a despejar los los dilemas éticos que se presentan cuando los periodistas debemos cubrir casos de acoso sexual.
¿Cómo informar correctamente sobre este tipo de casos? ¿Cómo mantener la objetividad cuando las pruebas contra el victimario son contundentes? ¿De qué manera evitar desprestigiar a la víctima en nuestros reportajes? ¿Es un deber del periodismo fomentar a las víctimas a denunciar casos de acoso sexual? ¿Qué información debería evitar publicar el periodista que conoce sobre un caso de acoso sexual? ¿Cómo podemos los periodistas evitar actuar como jueces cuando informamos sobre casos de acoso sexual?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de la cuenta @EticaSegura participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Storify.
La Red Ética Segura hace parte de la alianza Ética Segura, de la FNPI y el Grupo SURA, que propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio.