En sus últimas tres entradas en el blog que escribe para este portal, el fotógrafo de no ficción Stephen Ferry ha planteado profundas reflexiones respecto a cuándo una fotografía es publicada por puro morbo, y cuándo, a pesar de lo escandalosa que sea la imagen, vale la pena publicarla.
En su más reciente entrada titulada Mirar sin parpadear, Ferry analiza la serie de “Marine Wedding” de la fotógrafa norteamericana Nina Berman, quien retrata la vida de un soldado desfigurado luego de haber servido durante la guerra en Irak.
En otro artículo dedicado a las mujeres en la reportería gráfica, Stephen admite que los prejuicios masculinos pueden llevar a un editor a vetar una sangrienta fotografía de un alumbramiento por ser demasiado explícita.
Escribiendo sobre el fotógrafo judicial de mediados del siglo pasado Weegee the Famous, Ferry destaca que Arthur Fellig no se enfocaba tanto en las imágenes de los muertos, sino en el contexto en que los crímenes ocurrían.
¿Cómo publicar fotografías impactantes sin caer en el morbo? ¿Toda fotografía sangrienta apela necesariamente al morbo de la audiencia? ¿Qué recomendaciones tener en cuenta al fotografiar y publicar imágenes de víctimas de accidentes o catástrofes?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de la cuenta @EticaSegura participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Aquí, los mejores trinos producidos durante la hora de debate.
La Red Ética Segura hace parte de la alianza Ética Segura, de la FNPI y el Grupo SURA, que propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio.