Este 6 de octubre conmemoramos un año más de la partida del escritor y periodista colombiano Javier Darío Restrepo (Jericó, Antioquia, 3 de diciembre de 1932), quien fue maestro de la Fundación Gabo desde 1995 y director del Consultorio Ético desde el año 2000 y hasta su fallecimiento en 2019.
El experto en ética periodística fue un prolífico columnista en sus últimos años de carrera y sus textos aparecieron en El Tiempo, El Espectador, El Colombiano y El Heraldo, por donde también pasó Gabriel García Márquez con La jirafa, y donde precisamente quedaron plasmados los últimos ejercicios periodísticos de Restrepo, en una columna que cada lunes, sin falta, se convertía en una de las más leídas del diario de Barranquilla.
Allí, en su última casa periodística, empezó a escribir en 2009 —después de salir intempestivamente del periodico El Colombiano, donde colaboró durante 17 años— y publicó cerca de 400 columnas, a las que hoy, en conmemoración del quinto aniversario de su muerte, volvemos para encontrar reflexiones profundas en las que queda claro que, incluso en la última etapa de su vida, Javier Darío abordaba con valentía la complejidad del mundo contemporáneo.
La lectura de sus columnas en El Heraldo nos demuestra que pese a su formación religiosa y a su pasado como sacerdote, Restrepo fue siempre un crítico del dogmatismo y de la influencia de la religión en la política. Lo consideraba un despropósito, sobre todo cuando emergen partidos políticos ligados a iglesias cristianas. Para él, ese tipo de movimientos eran contrarios a los valores cristianos, ya que los convertía en un instrumento de la derecha.
Dedicó muchas columnas a debates sobre el matrimonio igualitario y la adopción por parte de parejas homosexuales, mostrando una postura abierta, casi desafiante en su tiempo, pero respaldada por su máxima personal: “¿Quién soy yo para juzgar?”. Argumentaba que no había pruebas de que los niños fueran mejor criados por parejas heterosexuales o del mismo sexo, y encontraba que los argumentos religiosos en contra eran insuficientes.
A pesar de esta postura crítica, nunca negó su fe católica. De hecho, escribió muchas columnas sobre el Papa Francisco, pero siempre desde una perspectiva filosófica y reflexiva, alejada del fanatismo o la irracionalidad. Para Restrepo, la fe era una guía, pero no un conjunto de respuestas mágicas.
Su denuncia contra la corrupción en Colombia fue un tema recurrente en su escritura. Desconfiaba profundamente del oportunismo de los políticos contemporáneos y su capacidad de equilibrar las críticas lo hacía destacar; no escribía desde la polarización, sino desde la búsqueda constante de la verdad.
Otro pilar en su vida periodística fue la defensa de la paz, el perdón y el diálogo como vías para resolver las diferencias. Valoraba la verdad y la memoria histórica como herramientas indispensables para construir una sociedad justa. Y cuando hablaba de los medios de comunicación, lo hacía con un fervor inquebrantable: le indignaba cómo las cadenas televisivas más grandes del país cedían ante los intereses económicos, produciendo novelas sobre narcotraficantes y paramilitares que glorificaban la violencia. También, le irritaba la monotonía de los noticieros; decía que parecían repetir los mismos horrores día tras día sin invitar a la reflexión, solo distrayendo a las audiencias.
En todas sus reflexiones sobre los medios informativos, insistía en un punto clave: el periodismo es un servicio público, no mero entretenimiento. Decía que si se seguía priorizando al empresario o al anunciante sobre la verdad, jamás se podría ejercer bien la profesión.
De los cientos de columnas que Javier Darío Restrepo escribió para El Heraldo hemos decidido destacar 15 frases relacionadas con el quehacer periodístico que encapsulan precisamente lo que hemos mencionado aquí: su firmeza ética, su pasión por la verdad y su visión del periodismo como un servicio público. Son 15 reflexiones profundas que los invitamos a leer y a recordar como un homenaje a su legado y su compromiso con la profesión.
1. De la pesadilla al sueño de ser periodista, Febrero de 2013
“Saber dudar, hacer preguntas, denunciar rumores y buscar la verdad, eso solo lo hace un periodista. El único que puede sacudir el sopor de la gente y denunciar el poder paralelo del dinero o de las armas es el periodista, y no un periodista cualquiera sino el que resiste disparos de millones de pesos y tiene vergüenza suficiente para sentir que es insoportable el poder de los ricos”.
2. La Prensa que no cree. Septiembre de 2013
“Las fuentes menos fiables y a las que debe aplicarse todo el rigor de la comprobación son las oficiales, puesto que el poder, por serlo, está muy cercano a la mentira usada como mecanismo de defensa”.
3. Sueño del perro guardián. Noviembre de 2013
“A la prensa se la ha descrito como el perro guardián de la sociedad, siempre alerta, nunca dormido sobre los cojines de confianzas gratuitas o de dogmas que no admiten cuestionamientos. El de la prensa es el camino duro y empinado de dudar de todo, sobre todo cuando las informaciones provienen del poder. Por formación, el periodista no acepta argumentos de autoridad, ni versiones originadas en la sombra o de testigos encapuchados. No le basta saber quién, también quiere saber por qué, cómo y para qué lo dice. No puede estar confiada una sociedad informada por una prensa sumisa, banal o miedosa, porque esa es la prensa que, como las mascotas de las niñas bien, retozan y ladran gozosas en el regazo de sus amas. Hay que decirlo como una advertencia urgente: una prensa cómplice de los manipuladores de la opinión, hace daño, aunque parezca entretenida y prescindible”.
“El periodismo profesional no informa por informar; cuenta sus historias diarias para que su audiencia, ante ese contacto con la realidad reaccione, con indignación, con alegría preguntándose, tomando posición, decidiendo participar”.
5. La sonrisa del caricaturista. Febrero de 2014
“Hay que admitir que si algo molesta y teme el poderoso (...) es el ridículo. Son funcionarios cejijuntos y solemnes, obsesionados con su propia importancia, que no toleran verse convertidos en objeto de la risa pública. Y el caricaturista es especialista en captar y subrayar el ángulo ridículo de las situaciones y de las personas”.
6. Celebración en agosto. Agosto de 2015
“El periodismo es un servicio público que no puede estar sometido a la lógica del negocio que convierte al periodista en mercenario y la noticia en una mercancía que se maneja de acuerdo con el interés de un empresario”.
7. La zancadilla de Petra. Septiembre de 2015
“El periodista, cualesquiera sean sus creencias, debe tener la capacidad de poner el interés del público por encima de sus posiciones personales. El periodista, por tanto, mantiene una conducta y un lenguaje universales, porque su servicio es universal, es decir que debe ser útil para todos. Informar solo para sus correligionarios es mutilar el alcance de su actividad y reducirlo al ámbito estrecho de las publicaciones doctrinarias y de propaganda”.
8. ¿Por qué no se callan? Enero de 2016
“Ninguna libertad es absoluta. Siempre ha tenido y tendrá los límites que protegen los derechos de las personas y de la sociedad; así, la libertad de información no autoriza a nadie para informar lo que le venga en gana; más bien, esa libertad protege a los que informan lo que deben informar, o sea lo que conviene al bien de todos”.
9. Periodismo en fuga. Noviembre de 2016
“Cuando la prensa se vuelve pasiva y renuncia a su indispensable función crítica, la población queda indefensa y expuesta a las prácticas de manipulación que los políticos quieran aplicar. Tan grave como un periodismo partidista es un periodismo en fuga que acepta pasivamente los contenidos que le ofrecen. Es un periodismo sin criterio ni pensamiento. Las cosas cambiarán para mejor el día en que ese periodismo tome parte para beneficio de todos, con una información inteligente, crítica, a pesar de los riesgos que puede comportarle”.
10. Las verdades del hígado. Abril de 2017
“Sé que me expongo a la suerte de los herejes pero afirmo que un trino no es noticia. Apenas si da un elemento escaso para una noticia, que debe ser completado y fortalecido. Y si se trata de un trino presidencial, debe ser objeto de toda sospecha, y esta se intensifica cuando se trata de expresidentes en trance electoral”.
11. Año de mentira y odio. Octubre de 2017
“Desde que los políticos descubrieron el potencial electoral de las falsas acusaciones, y la colaboración –a veces inconsciente– de los periodistas, la fiesta de la democracia se convirtió en un festín de la mentira; como lo comprobaron, cuando ya nada podía hacer para enmendar el yerro, los periodistas que amplificaron las sensacionales afirmaciones falsas del candidato Trump. Hoy de buena gana rectificarían.
Junto con la mentira se multiplicarán, también como técnica preelectoral, las invitaciones e incitaciones al odio”.
12. Pronósticos. Enero de 2018
“En más de 50 años de ejercicio del periodismo he tenido tiempo y experiencias suficientes para concluir que los periodistas no estamos para entretener a nadie, porque esta es tarea que cumplen, y muy bien, recreacionistas, libretistas de cine, televisión o radio, magos, cantantes o actores y demás genios del entretenimiento, como Walt Disney, o los creadores del Derecho de nacer, o de los superhéroes.
El periodista busca, en cambio, que los receptores de su información tengan acceso a la realidad diaria para transformarla. En vez de distraer, involucran en lo que sucede y cuanto más conocen y hacen conocer lo que sucede se capacitan para anunciar lo que vendrá. No hay que confundir esta destreza con la de los redactores de horóscopos o tarots, o con la lectura del lenguaje de las estrellas, las runas, los números o las heces del chocolate, sustitutos burdos de la proyección de los hechos hacia el futuro.
Esto es ciencia, aquello es especulación que resulta de un juego de imaginación combinado con capacidad para engañar”.
13. Trabajadores informales. Octubre de 2018
“El periodista tiene la responsabilidad de mantener bien informada a la sociedad sobre lo que sucede en el mundo, en su país y en su localidad; el suyo debe ser un ojo alerta sobre lo que sucede en la política, sobre lo que hacen o dejan de hacer los gobernantes que manejan el bien de todos; si son honorables o pícaros de cuidado, deben mantener a la ciudadanía alerta sobre los peligros que representan tanto la delincuencia como la naturaleza. Él es un creador de la conciencia social”.
14. Amenaza a la prensa. Octubre de 2018
“Cuando asesinan a un periodista se silencia una voz. Cuando se convierte en práctica extendida pagar mal a los periodistas se está silenciando una profesión y se le está entregando la sociedad a los manipuladores. Un medio de información no es un entretenimiento que hoy es y mañana se olvida. Es una mirada sobre lo que pasa y una guía para lo que pasará. La información periodística impide que la sociedad se mueva a ciegas, por tanto debe estar en manos de profesionales libres y con capacidad para guiar”.
15. Silencios que se oyen. Febrero de 2019
“Una buena fiscalización del poder tendría que pedir cuenta no solo de las acciones y las palabras sino de los silencios, que es lo que ha faltado en la información sobre nuestros escándalos políticos habituales, (...) una larga enumeración de hechos sumergidos en pozos de silencio.
Parece un absurdo malicioso que en una época señalada por el masivo acceso a ríos caudalosos de información y de análisis especializado, el engaño en las informaciones que se dan, y en las que se callan, haya hecho de la sociedad un muñeco de ventrílocuo que repite y amplifica lo que el farsante dice y lo que silencia. A pesar de los poderosos instrumentos de que dispone, la sociedad se ha vuelto más manipulable que antes”.