El siguiente es un fragmento del libro digital 'Periodismo contra la desinformación', que puede descargarse de forma totalmente gratuita aquí.
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Ante el avance de la desinformación, a nivel mundial se organizó una defensa colectiva impulsada por organizaciones y medios movilizados para combatir el fenómeno y que trabajan con diferentes prácticas, muchas veces gestionadas a través de tecnología.
Algunos ejemplos de organizaciones internacionales
Algunas herramientas en línea para investigar la desinformación
Medios dedicados al chequeo informativo
Entre las herramientas para investigar la desinformación, vale hacer una mención especial para los sitios y medios que se dedican al fact-checking. Este formato periodístico combina prácticas periodísticas y el manejo de herramientas tecnológicas para verificar contenido y evaluarlo con sistemas de calificación. “Hay un trabajo muy intenso por parte de la prensa para intentar actuar ante el fenómeno de la desinformación”, consideró Fogel.
Para el maestro, este recurso nuevo es “muy útil” porque en un mundo donde la circulación de las informaciones se modificó, era necesario tener una serie de procesos y de herramientas para “ser capaz de comprobar y verificar a fondo las noticias”. Lo que le interesa particularmente de este trabajo es cuando tienen la capacidad de hacer todo el recorrido: de dónde sale la desinformación, cómo circuló, quién hizo la promoción de aquel contenido, qué es lo que se buscaba en el resultado y si hay un efecto inmediato que se ha podido comprobar. En este aspecto, él ve que hay “una lectura del entorno”.
Pero por sí solo, el fact-checking no puede ser una respuesta completa frente al proceso de la desinformación. Para Fogel es fundamental combinar esta estrategia con la investigación. “Hay que investigar de manera más profunda, más duradera y más amplia”, indicó y recomendó un informe del ReportersLab, de la Universidad de Duke, de Estados Unidos, sobre proyectos de verificación de datos a nivel mundial.
Fogel también destacó el proyecto Comprova, una alianza entre medios de comunicación de Brasil para combatir la desinformación en el contexto de la campaña presidencial de 2018, en la que se postuló y fue electo Jair Bolsonaro. “De manera colaborativa, ellos se dedicaron cada día a comprobar lo que circulaba en grupos de WhatsApp y a publicar todos los resultados de cada verificación. Se dedicaron a estudiar esto a fondo y a demostrar que no eran informaciones acertadas. Han hecho un excelente trabajo”, valoró.
Facebook y su lucha contra la desinformación
La red social creada por Mark Zuckerberg es el mayor actor mayor en la lucha contra la desinformación, según el análisis de Fogel. De acuerdo a datos de la propia red social, en el primer trimestre de 2019 Facebook eliminó 2.200 millones de cuentas falsas. Además, recientemente hubo un informe de la Unión Europea en el que se desprende que el 95,7 % de los contenidos de desinformación desaparecen en menos de 24 horas después de su aparición en línea. La empresa tecnológica cuenta con 15.000 moderadores que se dedican a quitar cuentas y páginas de desinformación en el mundo.
A pesar de los esfuerzos de Facebook para intentar hacer esta limpieza, según Fogel es imposible detener lo que es una fabricación a escala industrial:
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Facebook es una empresa que tiene en conjunto con sus otras dos aplicaciones, WhatsApp e Instagram, alrededor de 3.000 millones de usuarios. “En este océano se produce una tremenda ola de desinformación que nadie puede detener. Es una lucha contra un océano de contenido producido por seres humanos, en muchos casos ayudados por la tecnología”, consideró Fogel.
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Además, Fogel recordó algo que no se debe perder de vista: "La desinformación no es una artesanía. La desinformación es una industria pesada y muy potente".
La tecnología, otra manera de acercarse a la desinformación
En el mundo de la desinformación, cuando se le presta más atención a la tecnología en vez del contenido, se habla más inglés que español. De hecho, la mayoría de los términos pocas veces se traducen a la lengua española. Algunos términos que referenció Fogel son:
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Bots. Cuenta automatizada.
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Botnet. Red de cuentas automatizadas.
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Dormant account. Cuenta inactiva. “Hay cuentas que se mantienen dormidas, como un espía que permanece sin trabajar hasta activarse en el momento justo”, explicó Fogel.
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Fake followers. Seguidores falsos.
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Manufactured amplification. Amplificación fabricada.
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Stock puppet account. Cuenta títere.
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Troll farm. Fábricas que producen seguidores y contenido. En Colombia, por ejemplo, se las conoce como “bodegas”.
Las siete formas del desorden informativo
Otra manera de acercarse a la desinformación es con categorías. En este caso se mira, sobre todo, a las formas en que se divulga el contenido problemático inmerso en el ecosistema de la información.
First Draft News, una coalición global sin fines de lucro creada en 2015 para crear conciencia y abordar los desafíos relativos a la confianza y la verdad en la era digital, armó en su sitio una caja de herramientas para la verificación de noticias en línea. La organización diseñó una tipología del desorden informativo. “Son como los siete pecados de la desinformación”, comparó Fogel.
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Sátira o parodia. Pese a que su intención no es causar daño, en casos específicos se usa estratégicamente para eludir a los verificadores de información, difundir rumores y posiblemente engañar.
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Contenido engañoso. Uso engañoso de información para incriminar a alguien o algo.
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Contenido impostor. Cuando se suplantan fuentes genuinas.
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Contenido fabricado. Contenido nuevo que es predominantemente falso, diseñado para engañar y perjudicar.
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Contenido manipulado. Cuando información o imágenes genuinas se manipulan para engañar.
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Conexión falsa. Cuando los titulares, imágenes o leyendas no confirman el contenido.
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Contexto falso. Cuando el contenido genuino se difunde con información de contexto falsa.
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Este fragmento hace parte del libro digital de descarga gratuita 'Periodismo ante la desinformación', editado y publicado por la Fundación Gabo en el marco de su programa ‘Ética periodística’, posible gracias a la alianza con con los grupos SURA y Bancolombia, con sus filiales en América Latina. El texto profundiza en los aprendizajes que dejaron los expertos invitados a seis actividades que se desarrollaron durante el Festival Gabo 2020.
Sobre el programa de Ética periodística
La Fundación Gabo ha considerado la ética como una dimensión fundamental del oficio periodístico. Para Gabriel García Márquez, la ética y la técnica van de la mano, y desde 1995, año en que la Fundación empezó su actividad, invitó a Javier Darío Restrepo, periodista colombiano, para que diera una serie de talleres sobre el tema. Cuando en mayo de ese año se hizo el primero de ellos, con el apoyo de la Unesco, Gabo pronunció una frase que hoy es famosa y se ha convertido en un lema: «En periodismo, la ética es a la técnica como el zumbido al moscardón».
Desde 2012 la Fundación Gabo, en alianza con el Grupo SURA y sus filiales, desarrolla este programa, que ha permitido potenciar el trabajo acumulado a lo largo de los años –en particular del Consultorio Ético–, y crear la Red Ética. En 2016, el grupo Bancolombia se unió como socio del proyecto.
En este espacio se reflexiona y se habla abiertamente sobre los desafíos éticos que enfrentan los periodistas en un contexto de profundas transformaciones de la práctica, la sostenibilidad y la función social del periodismo.