La constante circulación de noticias falsas y rumores infundados en redes sociales ha generado la necesidad de aplicar una rigurosa verificación antes de comunicar eventos significativos, una práctica que debe tenerse en cuenta especialmente cuando se trata de dar a conocer a la opinión pública la muerte de una figura mediática.
Ejemplos de días recientes, como la falsa noticia de la muerte del cantante español José Luis Perales; la viralización del supuesto accidente en el que la influencer canadiense Lil Tay había perdido la vida; el caos en torno al asesinato del candidato presidencial Fernando Villavicencio y de su supuesto asesino en Ecuador; y la confusión informativa respecto a las muertes de Morena Domínguez y Facundo Molares en Argentina, ilustran las graves consecuencias de no hacer una pausa para contrastar versiones, la falta de verificación de hechos antes de hacerlo públicos y el nulo tacto que algunos medios y periodistas pueden tener al anunciar el deceso de una persona.
En la Red Ética queremos que en un mundo interconectado donde la información fluye a velocidades vertiginosas, el periodismo vuelva a ser crucial en su papel como custodio de la verdad y la precisión, y por eso queremos darte algunos consejos sobre qué tener en cuenta antes de reportar una muerte mediática.
1. No te tomes los hechos a la ligera ni te dejes vencer por el deseo de dar la primicia
Una de las lecciones más valiosas que debemos extraer de casos como los que mencionamos anteriormente es que las noticias de muertes mediáticas no deben ser tomadas a la ligera. La urgencia por ser los primeros en informar no debe eclipsar la responsabilidad de verificar los hechos con cuidado y precisión, pues es nuestro deber como periodistas no ceder ante la presión de la inmediatez y, en cambio, centrarnos en la verificación rigurosa de los hechos antes de publicar.
2. Nunca subestimes la importancia de la verificación
En un mundo inundado de información y rumores, el periodismo responsable se debe destacar por su capacidad para filtrar, verificar y comunicar la verdad con integridad. Incluso si a primera vista las imágenes, declaraciones o videos parecen tener todas las respuestas, el proceso de verificación es esencial, no sólo para garantizar la precisión de la información, sino también para honrar el deber ético de proporcionar a la audiencia una narrativa verídica y respetuosa.
Esto implica confirmar nombres, fechas, ubicaciones, declaraciones y hechos presentados por distintas fuentes. Recuerda que la información que circula en las redes sociales o incluso en otros medios de comunicación no debe ser la fuente decisiva para publicar una noticia, aunque sí puede considerarse como un punto de partida en la reconstrucción de hechos y como una vía para recolectar información que ayude en el proceso de verificación.
3. Evita anunciar una tragedia sin contar con la confirmación de fuentes directas y oficiales
Ten en cuenta que la verificación rigurosa va más allá de la simple confirmación de nombres, fechas y ubicaciones, e implica un compromiso activo con las fuentes primarias y oficiales. Comunicarse directamente con familiares, equipos de trabajo y fuentes oficiales como la Policía o los hospitales es esencial para validar los hechos, confirmar la autenticidad de la noticia, proporcionar una perspectiva completa de los eventos y evitar la propagación de información errónea.
4. Si crees que la noticia es sólo un rumor de internet, entonces usa filtros de búsqueda avanzados para confirmarlo
Los filtros de búsqueda avanzados pueden ayudar a rastrear la primera mención en redes sociales sobre un hecho, determinar si se trata de un rumor sin fundamento y seguir la evolución de los acontecimientos. Como periodista, debes tener en cuenta que la búsqueda de información por medio de filtros cronológicos, de ubicación o por palabras clave te permitirá construir una línea de tiempo precisa para encontrar el origen de la información que vas a comunicar, verificar su exactitud e incluso entender la evolución de la narrativa.
5. Sé transparente con tu equipo y la audiencia respecto a tus limitaciones
Es importante reconocer que, en algunos casos, ciertos detalles pueden ser difíciles de verificar debido a limitaciones de acceso o falta de fuentes. Sin embargo, esta no puede ser una excusa para la falta de rigurosidad y transparencia.
Recuerda que el periodismo está en un momento crítico en el que los públicos parecen estar perdiendo la confianza en los medios, así que si te encuentras con esta dificultad en tu proceso de reportería y verificación, es tu deber primero comunicarlo a tu equipo editorial para que juntos puedan explorar otras formas de corroborar los hechos, y en caso de que no sea posible hacerlo, es importante entregar la información a la audiencia con la salvedad de que esta no pudo ser verificada.
6. Una vez confirmados los hechos, entrega la noticia con compasión y responsabilidad
La ética periodística exige que los periodistas muestren sensibilidad hacia las personas en estado de duelo o shock, así que la forma en que se reporta una muerte mediática debe ser manejada con cuidado y respeto hacia los deseos y necesidades de los afectados. La consideración hacia la familia y su privacidad debe ser una prioridad, así que se recomienda no darle este tipo de noticias de forma pública a los miembros inmediatos de la familia de la víctima.
Ten siempre presente que la sensibilidad y la consideración ética también deben estar en el centro de la comunicación y como periodistas debemos ejercer un juicio cuidadoso en cuanto a la información que publicamos en las primeras etapas después de una tragedia.
7. Aplica un filtro ético para entender qué información es relevante publicar en el seguimiento de la noticia y cuál no
Es comprensible que, en casos de eventos de alto perfil, la noticia puede generar interés e incluso ser fuente de debate. Sin embargo, este interés no puede ser un pretexto para invadir la privacidad de las personas afectadas o para divulgar detalles que no contribuyan de manera significativa al entendimiento de los hechos.
Los periodistas tenemos la responsabilidad de informar con precisión, contexto y sensibilidad, evitando la divulgación innecesaria de detalles dolorosos o invasivos, así que en situaciones de muertes mediáticas, es necesario ejercer un juicio cuidadoso sobre qué información es de interés público y cuál es de índole privada.
Considerar el impacto emocional que una cobertura puede tener en las familias, amigos o comunidad de la víctima es además un deber editorial. Por lo que en lugar de enfocarse en detalles sensacionalistas o morbosos, los periodistas debemos direccionar nuestro esfuerzo hacia el análisis, la reflexión y la reconstrucción de hechos que ayuden al público a comprender las implicaciones más amplias de la tragedia.
En un panorama mediático donde las noticias pueden propagarse en cuestión de segundos, nuestro oficio se encuentra en una encrucijada entre acatar el sentido de la urgencia o darle espacio a la pausa de un ejercicio responsable, así que es prudente recordar que el periodismo no se puede limitar a informar sin pensar en las consecuencias que esto pueda tener, y que la verificación rigurosa, la compasión por el otro y el compromiso de hacer un trabajo con altos estándares éticos son los pilares sobre los cuales se construye la confianza con el público y se defiende la integridad de lo que hacemos.