La trata de personas es un delito que cada año afecta a miles de personas en todo el mundo, explotando su vulnerabilidad y privándolas de sus derechos más básicos. De acuerdo con la Organización de Naciones Unidas, “prácticamente todos los países del mundo están afectados por el tráfico de personas, ya sea como país de origen, tránsito o destino de las víctimas”.
Las crisis mundiales, los conflictos, la emergencia climática, los desplazamientos y las desigualdades socioeconómicas que afectan a millones de personas en todo el mundo, están aumentando el riesgo de trata y permitiendo que hombres, mujeres, niñas y niños queden expuestos a la explotación de los traficantes, cuyo principal objetivo son a menudo las personas que no gozan de un estatus legal, que viven en la pobreza, que tienen un acceso limitado a la educación o a un trabajo digno, que sufren discriminación, violencia o abusos, o que proceden de comunidades marginadas.
Como periodistas, el deber de informar sobre este tema tan crucial conlleva una gran responsabilidad ética. Por eso, queremos contarte sobre 3 aspectos fundamentales que no debes pasar por alto a la hora de investigar y reportar sobre la trata de personas.
1. Intenta comprender a fondo la naturaleza de este delito
Cuando se habla de trata de personas puede haber confusiones conceptuales, pero debes saber que el tráfico humano no necesariamente implica el encierro de una persona en un lugar determinado en contra de su voluntad y que no se limita al tráfico con fines de explotación sexual, sino que se trata de la explotación de individuos vulnerables mediante el uso de su pobreza, el aislamiento o su estado migratorio en su propia contra.
Es importante comprender que la trata de personas abarca diversas formas como la explotación sexual, el trabajo forzado en ámbitos domésticos, comerciales o privados, la mendicidad forzada, la coacción hacia actividades delictivas, la adopción ilegal, el matrimonio forzado y el tráfico de órganos, por eso es fundamental conocer la terminología adecuada y evitar la desinformación al abordar este tema.
Ten en cuenta, además, que detrás de estos delitos suele haber una amplia red de personas que están distribuidas en muchos lugares distintos, y que para controlar y explotar a las víctimas, los traficantes pueden manipular contratos laborales o leyes de inmigración, así como hacer uso de la fuerza u otras formas de coacción como el rapto, el fraude, el engaño o el abuso de poder.
2. Prepárate para enfrentar distintos retos éticos
El periodismo sobre trata de personas conlleva numerosos desafíos éticos que debemos abordar con responsabilidad y cuidado. Uno de ellos es el manejo de nuestras emociones al lidiar con las historias de víctimas y sobrevivientes. En esta misma línea, es importante ser conscientes de la relación que establecemos con los allegados y seres queridos de la víctima, con la propia víctima o incluso con los traficantes, como periodistas es nuestro deber ético evitar cualquier situación que pueda poner en peligro la credibilidad de nuestro trabajo y aún más importante la integridad o seguridad de nuestro equipo o de los afectados por este delito.
La relación con las autoridades y la burocracia también puede ser un reto grande, ya que debemos equilibrar la búsqueda de la verdad con la protección de nuestras fuentes, pero recuerda que no es tu deber ser el héroe o heroína de la historia, como periodistas no nos corresponde resolver estos delitos, condenar a los culpables o rescatar a las víctimas, estos son tareas de las autoridades competentes de cada país y en las que debemos colaborar solo con la información que nos sea solicitada.
Este tipo de investigaciones pueden ser largas y complejas, así que es normal que generen miedos, dudas y fatiga física y mental, así que debemos contar siempre con un equipo que nos respalde, acompañe y brinde su apoyo o ayuda cuando sea necesario.
3. Priorizar el bienestar de los sobrevivientes
Cuando informamos sobre la trata de personas, debemos recordar que estamos hablando de las historias de personas reales que han pasado por experiencias traumáticas y dolorosas, así que es esencial poner el bienestar de los sobrevivientes en primer lugar y relatar desde un lugar de empatía y cuidado.
Sobre este tema, decía el maestro Javier Darío Restrepo que “escuchar atentamente a los sobrevivientes y respetar sus deseos y necesidades es primordial para ofrecer una cobertura periodística ética y responsable, así que la información que proporcionemos a la audiencia debe ser siempre compasiva, evitando cualquier sensacionalismo o revictimización”. Recuerda que nuestro objetivo como periodistas no solo es informar, sino también contribuir a generar consciencia sobre los problemas que nos conciernen como sociedad.
Al aplicar estos tres consejos fundamentales podemos garantizar que nuestras historias sean respetuosas, precisas y compasivas, y contribuimos a crear conciencia sobre este crimen atroz para fomentar la protección de los derechos humanos y abogar por un mundo donde la trata de personas sea cada vez menor.
Este contenido fue publicado originalmente en nuestro boletín N°59. Suscríbete aquí y recibe una vez al mes todas las novedades de la Red Ética en tu correo electrónico.