Las fallas presentadas en las elecciones legislativas de Colombia el pasado 13 de marzo desataron una serie de críticas que apuntaban a la falta de garantías por parte de la Registraduría Nacional de cara a los comicios electorales del 22 de mayo para elegir al nuevo presidente de la República, que sucederá al saliente Iván Duque.
Dichos cuestionamientos obedecieron a que los resultados del preconteo en marzo distaron de los reportados una vez realizados los escrutinios, lo que ha desató una serie de comentarios desde diversos sectores, partidos políticos y la ciudadanía en general, que hicieron un llamado a las autoridades para garantizar la transparencia en dichos procesos.
Si bien en la primera vuelta de elecciones el proceso fue ágil y estuvo a la altura de lo que se había hecho en pasados comicios presidenciales, las encuestas marcan un empate técnico para la segunda vuelta –a disputarse el 19 de junio entre el senador Gustavo Petro y el exalcalde de Bucaramanga, Rodolfo Hernández– y posiblemente la controversia estará servida. Los resultados podrían ser cuestionados teniendo en cuenta el antecedente del pasado marzo y el tan álgido y polarizado ambiente político que rodea a los dos candidatos, lo que conlleva a hacer una reflexión desde el periodismo para el cubrimiento de la segunda vuelta presidencial.
Por ello, hemos recuperado estas claves de Juan Carlos Galindo Vácha, exregistrador Nacional del Estado Civil de Colombia, para entender cómo funciona el sistema electoral colombiano. Esto con el fin de que los periodistas puedan proveerse de herramientas y recomendaciones expertas para cubrir el proceso democrático, y así informar con veracidad y mantener la calma ante las amenazas de crisis de ilegitimidad en los próximos resultados electorales.
¿Existen garantías para el proceso?
El exregistrador Juan Carlos Galindo Vácha señala que aunque el proceso electoral en Colombia obedece a un proceso técnico que podría ser difícil de entender por parte de la ciudadanía, existen mecanismos que hacen que el mismo sea transparente y por su complejidad no existen posibilidades de que en este se pueda cometer fraude.
Agrega que aunque preconteo y escrutinio son procesos parecidos, no son iguales. La Registraduría Nacional define al primero como el conteo de los votos depositados por los ciudadanos en las urnas una vez estas se cierran, con el único fin de que la ciudadanía conozca los resultados, pero sin valor jurídico, mientras que el escrutinio, según el Código Electoral, se realiza con base en los formularios E-14 suscritos por los jurados de votación que determinan cuántos votos obtuvo cada candidato y los mismos son avalados por jueces de la República.
Galindo, quien estuvo como experto invitado en la clase magistral ‘Claves del sistema electoral en Colombia para tu cobertura periodística’, organizada por la Fundación Gabo, sostiene que la elección es un proceso de Estado, donde no solo participa la Registraduría como entidad encargada del desarrollo de los comicios, sino también el Consejo Nacional Electoral y muchos otros actores como la ciudadanía, partidos políticos, candidatos, organizaciones independientes como la Misión de Observación Electoral y el mismo Gobierno Nacional, que garantiza los recursos y además participa coordinando acciones para que la logística electoral tenga un aterrizaje en cada uno de los municipios y veredas del país.
El exregistrador y abogado señala que si bien las elecciones de Senado y Cámara son complejas por la cantidad de candidatos y partidos políticos que participan en ellas, las de Presidencia son mucho más fáciles para el votante y también para las etapas de preconteo, escrutinio, transmisión y consolidación de resultados.
En palabras del exregistrador, el proceso electoral colombiano tiene unas fortalezas grandes. Por un lado hay un voto físico que queda consignado como documento de cada mesa y a su vez este queda resguardado hasta por 4 años como prueba hasta cuando se desarrolla una nueva jornada electoral. Además, “hay un proceso de divulgación como el preconteo y la digitalización de los formularios electorales E-14, que son recibidos por funcionarios de la organización electoral para digitalizarlos y subirlos a la página web de la Registraduría para que los ciudadanos puedan consultarlos”.
En aras de garantizar la transparencia para preservar la democracia, el exregistrador señala que desde 2018 la Registraduría comenzó a diseñar un sistema de comunicación directa con las campañas para que los candidatos tengan información de preconteo y escrutinios en tiempo real, para que las procesen y ejerzan control a fin de que sus testigos electorales puedan hacer los reclamos pertinentes en el caso de que hay inconsistencia.
“Si eventualmente hay inconsistencia en el proceso, este va a quedar consignado en el cruce de la información que se hace a través de estos canales, de modo que debemos alejar esos fantasmas de fraude alrededor del sistema electoral en Colombia, ya que el mismo tiene un sistema de autocontrol para evitar situaciones como estas”, sostiene el exregistrador.
¿Son necesarias las auditorías externas?
Con respecto a la auditoría de los sistemas de software de la Registraduría, tan criticados en las elecciones para Senado y Cámara, y razón por la que se pidió auditorías de organismos internacionales para el desarrollo de la primera vuelta presidencial, Juan Carlos Galindo Vácha señala que desde la entidad se han venido auditando dichos sistemas por parte de los mismos partidos políticos, con el fin de ofrecerles tranquilidad sobre los procesos.
Entretanto, el exregistrador advierte que hay que poner el foco en la capacitación de los jurados de votación y los testigos electorales. Sobre estos últimos advierte sobre la pobre tarea de algunas campañas para convocar a sus propios garantes para el desarrollo de las elecciones
“Por cada campaña puede haber un testigo electoral en cada mesa de votación, y para ello se ha invitado a los partidos que participan de los comicios para que hagan las diligencias pertinentes ante la entidad; sin embargo, ha habido poca receptividad”, anota.
Finalizó diciendo que si bien durante la jornada electoral no se permite el uso de celulares por parte de los jurados, después del cierre de mesa sí se puede tomar evidencias como fotos a las actas y formularios E-14. Invitó, además, a los periodistas a contarles a sus audiencias las normas a tener en cuenta durante la jornada electoral.