Periodistas del NY Times: prohibido opinar sobre política
13 de Septiembre de 2016

Periodistas del NY Times: prohibido opinar sobre política

¿Está bien o mal que un medio le prohíba a sus periodistas opinar sobre política? ¿Se podría calificar esto como un atentado a la libertad de expresión?
Fotografía: Torrenegra en Flickr | Usada bajo licencia Creative Commons
Red Ética

Cuando estamos a semanas de las elecciones presidenciales de noviembre, el editor de estándares del New York Times le ha enviado por segunda vez en tres meses un memorando a toda la redacción del diario, donde les recuerda a sus periodistas que está prohibido opinar.

El mensaje firmado por Phil Corbett le pide a los reporteros del Times evitar editorializar a través de sus cuentas personales en redes sociales, ya sea a favor o en contra de Hillary Clinton y Donald Trump, los candidatos que se enfrentan por suceder a Barack Obama.

Vale la pena conocer el memo de Corbett en su totalidad:

“colegas:

Al entrar en la recta final de la campaña presidencial, todos en la sala de redacción debemos tener en cuenta nuestras políticas establecidas hace tiempo para comportamiento en redes sociales. Los empleados de la sala de redacción del Times deben evitar la editorialización desde sus cuentas personales, ya sea para respaldar a candidatos o promover sus propios puntos de vista políticos.

Esto se aplica a todos los periodistas sala de redacción en cada departamento. Incluso si usted personalmente no está involucrado en la cobertura del tema político, nuestros colegas están trabajando duro para mantener la reputación del Times como un diario creíble y equilibrado, por lo tanto deberíamos evitar hacer su trabajo más difícil.

Puede que usted piense que su perfil de Facebook o en otras plataformas sociales es un espacio privado totalmente independiente de su papel como periodista. Pero, de hecho, todo lo que publiquemos en internet es susceptible de ser asociado con el Times.

Si está compartiendo enlaces a otras fuentes, procure reflejar diversos puntos de vista. Compartir noticias, opiniones o sátiras de los demás, por lo general está bien. Pero cuando consistentemente se comparten contenidos que muestran solo un lado del debate, es posible que demos la impresión de estar tomando partido.

Como he señalado antes, las personas que siguen a miembros de la redacción del Times en redes sociales, esperan que se trate de personas bien informadas y reflexivas. Sin embargo, debemos dejar la editorialización a nuestros colegas de la sección de Opinión. 

Déjenme saber si tienen alguna pregunta, y gracias.

Phil”

Como era de esperarse, esta enfática comunicación del encargado de velar por la calidad de los contenidos del periódico más importante de Estados Unidos generó diversas reacciones.

“No son los comentarios de sus periodistas en redes sociales los que están dañando la reputación del Times. Es la forma en que el propio Times está reportando sobre estas elecciones”, dijo Isis, quien se identificó como una lectora del diario por más de 40 años.

“El Times apoyó a Hillary desde enero, antes de que fuera nominada en las primarias. ¿Por qué pretenden ser imparciales ahora?”, se preguntó Ashley, lectora desde Fort Collins, Colorado.

¿Está bien o mal que un medio le prohíba a sus periodistas opinar sobre política? ¿Se puede calificar esto como un atentado a la libertad de expresión?… El maestro Javier Darío Restrepo ha respondido en numerosas ocasiones en el Consultorio Ético de la FNPI respecto a la ética del periodismo de opinión.

En una respuesta brindada a una estudiante de comunicación bogotana, Javier Darío establece que aunque ambos comparten el compromiso con la verdad, los reporteros y los columnistas de opinión tienen funciones diferentes. “Así como el reportero sólo afirma lo que puede probar – por eso utiliza testimonios, documentos, fotografías, grabaciones,- para ganar credibilidad y, por tanto autoridad moral e influencia, el columnista selecciona sus fuentes, comprueba sus afirmaciones y cuando está seguro de un hecho procede a calificarlo y a expresar su opinión con toda libertad”, explica Restrepo.

Respecto a la prohibición que un medio puede imponer a sus periodistas para opinar sobre política, Restrepo afirma que es un asunto que debe ser analizado desde tres puntos de vista. En primer lugar, el propio periódico puede explicar su posición como un mecanismo de equidad para con todos los candidatos. No ve justo que en las páginas de opinión unos candidatos tengan voceros y defensores y otros no.

Por otro lado, es necesario tener en cuenta el derecho de los lectores a encontrar el punto de vista de los columnistas sobre los candidatos, como información útil para tomar sus propias decisiones. Así las cosas, la directiva del periódico en cuestión privaría a los lectores de la guía de un especialista en materia electoral.

La tercera mirada es la de quienes califican el episodio desde el parámetro de la libertad de expresión. “Para ellos, señalar desde la dirección del periódico sobre qué se puede opinar y sobre qué no, es un peligroso precedente y pertenece a esa clase de políticas editoriales que se sabe cómo comienzan pero no hasta dónde pueden llegar”, concluye Restrepo en respuesta a un estudiante de periodismo peruano.

El debate sobre las prohibiciones que los medios imponen a sus periodistas sobre las opiniones en redes sociales es de larga data. Incluso fue motivo de uno de nuestros tuitdebates hace menos de un año, cuando CNN suspendió a una periodista por opinar sobre la crisis de refugiados sirios. Esto sucedía casi al mismo tiempo que los reporteros de La Nación manifestaron en redes sociales su rechazo a la editorial publicada por el diario argentino luego de que Mauricio Macri ganara las elecciones presidenciales.
 

 

 

Tras el tuitdebate en el que participaron decenas de periodistas de toda Iberoamérica, entre ellos el maestro de la FNPI Miguel Ángel Bastenier, se llegó a la conclusión de que los periodistas que trabajan para un medio de comunicación deben tener claro que son representantes del mismo en redes sociales, por lo tanto lo más recomendable es la prudencia al expresar opiniones, en especial sobre temas políticos.

 

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