Los algoritmos de las redes sociales y el buen periodismo, un debate abierto
25 de Septiembre de 2022

Los algoritmos de las redes sociales y el buen periodismo, un debate abierto

Un horóscopo para periodistas publicado en el Instagram de la Fundación Gabo y la Red Ética abrió un debate sobre la ética periodística y los códigos de las redes sociales. Tres expertos dan sus opiniones sobre lo que también ha sido un dilema en las salas de redacción.

Una de las preguntas más frecuentes en las salas de redacción de nuestros días en cuanto al uso de las redes sociales tiene que ver con cómo transformar el contenido serio e informativo en formatos más atractivos y frescos para las audiencias, que puedan triunfar en redes como TikTok o Instagram. La respuesta a esta disyuntiva ha sido un constante ensayo de prueba y error en el intento de crecer en el universo digital. 

El tema que nos concentra hoy en este artículo de la Red Ética es, precisamente, esa relación entre la ética periodística y los códigos o lenguajes propios de las redes sociales. ¿Son compatibles? ¿Cómo aplicar la ética periodística a las distintas narrativas y formatos que usan los medios para destacarse en estos canales? 

Para algunos medios lograr atraer a nuevas audiencias ha sido una preocupación constante que han intentado disipar de distintas maneras. Por ejemplo, el diario Los Angeles Times recientemente puso en marcha un grupo dedicado a las audiencias locales más jóvenes. 404, como se llama, está integrado por un equipo de creadores, artistas, cineastas, escritores y un titiritero. Su finalidad es crear otro tipo de narrativas para enganchar a la juventud que suele estar más alejada de los medios de comunicación.

El caso de 404 es llamativo porque su idea es innovar y existe una consciencia de que los errores hacen parte de ese camino. El editor ejecutivo del LA Times, Kevin Mérida, explicó al Laboratorio de Periodismo de la Fundación Luca De Tena: “Debemos continuar siendo imaginativos y atrevidos mientras tratamos de llegar a nuevas audiencias y experimentar activamente en cómo contamos historias y dónde las contamos".

A partir de esto cabe preguntarse si hay que poner límites a la imaginación cuando se trata de periodismo. En la Fundación Gabo también nos hacemos estas preguntas. El dilema ético más reciente que tuvimos está relacionado con una pieza publicada en el Instagram de la Fundación Gabo y la Red Ética: un horóscopo para periodistas. 

La pieza fue un éxito en las redes sociales, logrando un alto número de impresiones y comentarios positivos. Aunque fueron pocos, también recibió mensajes negativos. Internamente se produjo un debate en el que participó el Consejo Rector de la Fundación Gabo. Jean-François Fogel, presidente de este órgano y reconocido consultor de medios, fue una de las voces en desacuerdo. Su argumento estaba encaminado hacia la falta de comprobación científica que tienen los horóscopos.

"Como se trata de astrología –que hoy en día no es una disciplina científica enseñada en universidades; que es algo donde hay creencias pero no está la fuerza total de la ciencia o de un trabajo científico para comprobar sus tesis –, me parecía que esto iba un poco más allá de lo que tenemos que mantener como decisión ética", afirmó Fogel. 

“Hay cosas que podemos hacer, que son posibles en medios de comunicación, pero no en una institución [como la Fundación Gabo]. Ahora, tampoco los medios pueden hacer cualquier cosa para buscar audiencias”, agregó.

Entretanto, el equipo de comunicaciones de la Fundación Gabo defendió la pieza señalando que el horóscopo para periodistas fue una idea que surgió frente a la pregunta ¿cómo usar los algoritmos y tendencias de las redes sociales para posicionar un contenido liviano y así conducir a los usuarios a contenido de mayor valor? Aunque, vale la pena aclarar, esta pieza sí tenía un mensaje de valor: a cada signo del zodiaco se le había asignado cualidades que el maestro Javier Darío Restrepo había recomendado para ser un buen periodista.

“En las redes sociales hay que sorprender al usuario de vez en cuando para impactar y mantener vivas nuestras redes, para que el contenido más acorde a nuestra visión pueda llegar a esos usuarios”, dijo Daniel Torrealba, coordinador de redes sociales en la Fundación Gabo. “Si nos quedáramos solo con el contenido duro, tendríamos audiencias reducidas y correríamos el riesgo de hablar con pocas personas en las redes”.

Los horóscopos, ¿una línea de contenido válida?

Para Mauricio Cabrera, analista de medios y fundador de Story Baker, los horóscopos, memes o cualquier tipo de recurso pueden ser una estrategia válida cuando se trata de aumentar una audiencia. “Es comprensible que lo hagan si con esto pueden tener más interacción en los algoritmos”. Sin embargo, aclaró que lo ideal sería siempre ubicarse en esa intersección entre la información dura, que siempre busca el periodismo, y una narrativa lo suficientemente entretenida para retener a la gente, e incluso divertirla. El experto recalca que ese contenido debe ofrecer una “sustancia útil para la vida de las personas que lo están consumiendo”.

Respecto al horóscopo publicado por la Red Ética, Renata Cabrales, periodista y máster en periodismo digital, destacó que fue una forma de  “salirse de la caja y conectar un formato con un mensaje de peso en el fondo: cómo ser buenos periodistas, según las enseñanzas de la brújula ética que sigue siendo Javier Darío Restrepo”.

“Acudieron a una forma distinta de acercarse a comunidades de jóvenes estudiantes de periodismo o ya periodistas, que leen lo que les gusta, incluidos los horóscopos”, dijo.

Por el contrario, para Jean-François Fogel, el buen periodismo, así como las instituciones que lo defienden, deben apoyarse en los hechos argumentados con fuentes. Para el caso de la astrología, sostuvo que asociar un signo con ciertas cualidades de un individuo “no es algo demostrado”.

“Me pareció que [la publicación del horóscopo de la Fundación Gabo] iba en contra de los valores que estamos defendiendo en los momentos de confusión que vive el periodismo. Defendemos un periodismo basado en hechos”, subrayó. 

Otra posición tiene Hernán Restrepo, exeditor de la Red Ética y profesor de periodismo, quien pese a no creer en los horóscopos, la pieza le pareció una sana diversión. 

"Me parece que son cosas inventadas porque yo mismo, estando en medios de comunicación, he visto cómo se hacen los horóscopos, y es como las morcillas: mejor no preguntar cómo se hacen. Básicamente, alguien se inventa este tipo de relatos para satisfacer lo que la gente quiere leer", comentó Restrepo, quien resaltó además que el contenido se refería a valores éticos de un periodista y al tiempo era una “pieza divertida”. “De ahí el alto engagement que tuvo en redes sociales", indicó.

Restrepo sostuvo, sin embargo, que habría evitado relacionar el contenido con las palabras de Javier Darío Restrepo "porque al usuario que lee rápido, como suele suceder hoy en día en las redes sociales, le pudo haber dado la impresión de que Javier Darío creía en los horóscopos, y escribió estos consejos o definió estos tipos de periodistas basados en el zodíaco, cuando nunca fue así. Aquí lo cierto es que se trató de un toque creativo que le dio el equipo de redes sociales de la Fundación Gabo, muy acertadamente en esta ocasión".

Frivolidad en la sociedad del espectáculo

El panorama que pintan las redes sociales parece dirigir cada vez más a las audiencias hacia espacios de entretenimiento. Pero ¿es necesario que  la diversión en las redes esté asociada a frivolidades?

Una de las descripciones más acertadas del mundo que hoy existe tras el crecimiento digital la vaticinó Mario Vargas Llosa con el concepto de civilización del espectáculo: la sociedad "de un mundo donde el primer lugar en la tabla de valores vigente lo ocupa el entretenimiento, y donde divertirse, escapar del aburrimiento, es la pasión universal". 

En ese mismo ensayo, Vargas Llosa cuestiona la cada vez más borrosa frontera entre el periodismo serio y el escandaloso y amarillista, lo que atenta directamente contra la ética periodística. El escritor peruano reconocía que ese era el camino que tomaría la prensa eventualmente: uno en el que se busca entretener y divertir informando.

Partiendo de esto, vale la pena preguntarse si los medios de comunicación, al utilizar formatos más divertidos en unas redes sociales hechas para el entretenimiento, están perdiendo su seriedad o incluso haciendo mal periodismo.

Mauricio Cabrera, quien creó la plataforma Story Baker para hacer análisis, creación y publicación de historias propias y de terceros en la industria del marketing y medios digitales en América Latina, considera que los medios de comunicación "deben redimensionar y dar otro tipo de significado a lo que significa entretener" y transformar su perspectiva de lo frívolo. "Entender por qué se está entregando entretenimiento a la audiencia y ver el entretenimiento como la forma de poder mantener la atención de la gente para que las historias y el mensaje clave que nosotros queramos dejar termine funcionando", recomendó. 

A su vez, Hernán Restrepo señaló que no es necesario acudir a contenidos frívolos para triunfar en redes, aunque insistió en la necesidad de adaptar las historias e información relevante y necesaria según el canal donde se quiere transmitir. 

Se trata de “entender cómo es que la gente está leyendo noticias hoy en día para entregárselas en un formato que sea más adecuado para estas nuevas audiencias, y esto no significa necesariamente volver frívolos nuestros contenidos", explicó.

En este sentido, los formatos innovadores que causen gracia y humor son solo estrategias narrativas. El contenido que se les imprima es el que podrá lograr esa transformación de lo frívolo en promoción del buen periodismo.

¿Qué pasa con la ética periodística? 

Hernán Restrepo, quien además de ser experto en ética periodística es gestor de contenidos digitales, afirma que no se violan lineamientos éticos por compartir memes en redes sociales, siempre y cuando se cumplan con los valores éticos tradicionales del periodismo; uno de estos: estar apegados a los hechos. 

 "Hay que recordar que el periodismo es una forma de literatura, una forma de contar historias, con la diferencia que debe estar siempre basado en hechos reales y verificados. Si nuestro relato a través de redes sociales cumple esto, no hay ningún problema en adaptar esa historia al lenguaje de los memes de hoy en día para entregarlos a nuestra audiencia de una forma más fácil de consumir y de entender”, explicó. 

 Por su parte, Renata Cabrales aclaró que se debería analizar el tipo de meme, su connotación y el contexto en el que se publica. "Un meme puede ser tan dañino como inofensivo dependiendo de esos o más factores, como las implicaciones que tiene el usar el rostro de una persona convertida en una imagen, gif o pieza audiovisual", agregó.

 "Partamos de esto: la verdad, el respeto y el servicio público son los tres fundamentos de la brújula ética que heredamos del maestro Javier Darío Restrepo, sumándole la justicia y la esperanza, como él bien lo expresaba. Si un medio de comunicación publica un contenido en formato meme que viola uno de esos principios, por ende, estaría violando la ética periodística", señaló Cabrales. 

 La periodista y máster en periodismo digital indicó que si solo nos limitamos a un uso humorístico de una pieza, a no ser que esa sea la naturaleza del medio u organización, "estaremos siendo inferiores al reto de crear nuevas narrativas y ofrecerles a través de estas contenidos de calidad a la ciudadanía".

 Community managers vs. periodistas y los tipos de audiencias

Otra de las discrepancias, más allá de si se está cumpliendo o no con los códigos éticos, tiene que ver con los tipos de audiencias. ¿Qué espera un seguidor habitual de una organización como la Fundación Gabo o de un portal de noticias?  ¿Es lo mismo que espera un usuario que se encuentra por casualidad con este contenido en las redes sociales?

 Mauricio Cabrera explica que a ese viaje que tiene un usuario frente a un contenido se le conoce como funnel (embudo) de inmersión a las historias. “TikTok, por ejemplo, es un gran escaparate de descubrimiento. Yo ahí, a título personal, he podido masificar contenido propio que pensaba de nicho”. 

 Aclaró que no significa que al 100% de usuarios que lo vieron en TikTok “les gustara el formato un poco más duro que hago, que en este caso podría ser mi newsletter o el pódcast, que son conversaciones más especializadas y menos aderezadas por narrativas o por recursos de entretenimiento”. 

 Esta diferencia entre las audiencias en redes y en el sitio de un medio de comunicación suele revelar discrepancias entre lo que el periodista y el community manager quieren. Cabrera, sin embargo, insistió en la ventaja, y por ende la necesidad, de atrapar a las audiencias masivas: “Entre más enganchados tengamos a la audiencia, más duro podemos hacer en lo que hacemos en términos de profundidad”. 

 "No podemos perder de vista el gran valor de poder ser descubiertos, de poder enganchar y de poder lograr que alguien descubra esa curiosidad que no sabía que tenía para interesarse por un tema. Y si nosotros somos los que acompañamos al lector en todo ese viaje, vamos a estar en un mejor lugar que en el que suelen estar los medios de comunicación, las organizaciones, la academia y demás", aconsejó.

 A pesar de las diferencias que puedan existir en los tipos de audiencias, el analista de medios subrayó que siempre hay que ser muy precisos en la sustancia del contenido, y que los formatos se piensen para entretener, como una forma de narrativa o de captación de atención, para aspirar, posteriormente, a que esa gran audiencia muestre un interés mayor por lo que se está presentando.

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