Desde 1958 cada 8 de septiembre se conmemora el Día Internacional del Periodista en honor a Julius Fučík, escritor y periodista checoslovaco que fue ejecutado por los nazis en 1943. Si bien esta fecha está destinada a resaltar la importancia del periodismo en la búsqueda de la verdad y en la defensa de la libertad de expresión, hoy desde la Red Ética no solo queremos celebrar la labor esencial de quienes informan al mundo, sino también recordar a aquellos que pagaron con su vida por ejercer este oficio.
El trabajo periodístico sigue siendo de alto riesgo en muchos lugares del mundo y las cifras nos demuestran que la profesión enfrenta una creciente amenaza global. En el 2023, por ejemplo, se registraron 99 asesinatos de periodistas, lo que representó un aumento del 44% en comparación con 2022 y lo convirtió en el año más mortal para la prensa desde 2015. Por su parte, en lo que va corrido del 2024, el Comité para la Protección de Periodistas (CPJ por sus siglas en inglés) ya registra el homicidio de al menos 44 periodistas alrededor del mundo. Según Jonathan Watts, periodista de The Guardian, esta amenaza a la libertad de prensa también representa el riesgo de que en el mundo empiecen a ser cada vez más frecuentes las ‘zonas de silencio’; es decir, territorios en donde las historias cruciales dejarán de ser reportadas por los altos riesgos y las amenazas a la seguridad.
No es un secreto que en Gaza o en Ucrania la situación ha sido devastadora para los periodistas en los últimos dos años, pero no son los únicos lugares en los que reporteros e investigadores periodísticos enfrentan amenazas constantes contra su vida. En el caso latinoamericano hemos observado cómo históricamente el secuestro, la tortura, la desaparición y el asesinato han sido algunas de las formas más comunes y brutales de censura, y cómo aún hoy México, Guatemala, Nicaragua y Colombia siguen encabezando las listas de persecusión a la libertad de prensa en nuestro continente.
En este contexto y en el marco de un nuevo día del periodista, queremos recordar entonces a algunos de nuestros colegas desaparecidos y asesinados a lo largo de las últimas cinco décadas en nuestra región. Hoy reconocemos el coraje que mostraron al enfrentarse al poder, a la corrupción y a las injusticias para poder cumplir con su misión de informar, incluso en contextos peligrosos y desfavorables para ellos y sus vidas; resaltamos la importancia de su legado y exigimos justicia para aquellos casos que años después aún siguen impunes.
Orlando Martínez Howley, República Dominicana
Asesinado en 1975
El periodista escribió artículos críticos contra el presidente electo de ese momento, Joaquín Balaguer. Fue asesinado en Santo Domingo de Guzmán el 17 de marzo de 1975, mientras el presidente Balaguer estaba en el cargo.
Diana Arón, Chile
Asesinada en 1975
Fue secuestrada, torturada y desaparecida por agentes de la Dirección Nacional de Inteligencia de Pinochet cuando tenía 24 años y trabajaba como reportera de la revista Onda y redactora de El Rebelde.
Rodolfo Walsh, Argentina
Asesinado en 1977
Tras enviar para publicación su 'Carta Abierta de un Escritor a la Junta Militar', el periodista fue emboscado por un grupo de 25 soldados de la Escuela de Mecánica de la Armada que le ordenó que se rindiera. Ante la sospecha de que opusiera resistencia, uno de los intervinientes dio aviso de emergencia y una cantidad indeterminada de oficiales comenzó a dispararle. Su cuerpo fue conducido a la ESMA y a la fecha sigue sin poderse precisar el destino de sus restos.
Julio Gerardo Castro, Uruguay
Asesinado en 1977
El periodista de 68 años fue secuestrado y llevado a ‘La casona de Millán’, un centro clandestino de detención y tortura que operaba el Servicio de Información de Defensa de Uruguay, allí fue torturado y ejecutado de un balazo. Sus restos se encontraron en 2011 en un enterramiento primario del Batallón n°14 de Toledo.
Pedro Joaquín Chamorro, Nicaragua
Asesinado en 1978
El periodista nicaragüense fue asesinado dentro de su vehículo en el trayecto entre su casa y el diario La Prensa. Un auto que lo iba siguiendo se le cruzó para chocarlo, y uno de los asesinos le disparó tres tiros de escopeta. Este crimen provocó los primeros levantamientos de la oposición contra la dictadura de Somoza, que un año y medio después terminaría derrocada.
Luis Espinal Camps, Bolivia
Asesinado en 1980
El periodista y religioso jesuita fue secuestrado, torturado y asesinado por militares y paramilitares del Ministerio del Interior en marzo de 1980. Según pruebas documentales de la investigación de la Comisión de la Verdad boliviana, debido a su rol como director del semanario Aquí, Espinal figuraba en una lista de 115 dirigentes políticos y sindicales, militares, intelectuales, periodistas y sacerdotes que "debían ser eliminados" antes del golpe de Estado que perpetraron posteriormente Luis Arce Gómez y Luis García Meza.
Masacre de Uchuraccay, Perú
8 periodistas de 5 medios fueron asesinados en 1983
En enero de 1983 aproximadamente 40 comuneros asesinaron a golpes a Eduardo De la Piniella, Félix Gavilán y Pedro Sánchez, periodistas de El Diario de Marka; a Willy Retto y Jorge Luis Medívil, periodistas de El Observador; a Jorge Sedano, periodista de La República; a Amador García, periodista del semanario Oiga; y a Octavio Infante, periodista de Noticias de Ayacucho. El grupo había llegado a la zona a investigar una masacre cometida por la organización terrorista Sendero Luminoso, y fueron confundidos por los campesinos con militantes terroristas. Un guía y un lugareño fueron otras dos víctimas del linchamiento.
Manuel Buendía, México
Asesinado en 1984
El periodista más leído e influyente de la segunda mitad del siglo XX en México fue asesinado al salir de su oficina por un agente de la Dirección Federal de Seguridad, supuestamente bajo órdenes de su jefe, José Antonio Zorrilla Pérez, a quien Buendía investigaba por vínculos con el narcotráfico.
Guillermo Cano, Colombia
Asesinado en 1986
El director del periódico El Espectador fue asesinado cuando salía de sus oficinas en Bogotá por sicarios al servicio del Cartel de Medellín, que lo puso en la mira por sus críticas hacia Pablo Escobar. Aunque la investigación de este caso no ha sido eficiente, el Estado colombiano, por medio del Ministerio de Justicia y del Derecho, reconoció su responsabilidad en el crimen del periodista.
Santiago Leguizamón, Paraguay
Asesinado en 1991
Como Dueño de ZP 31 Radio Mburucuyá, corresponsal del diario Noticias y Canal 13 de Asunción, y editor de la revista Mburucuyá, dedicó su trabajo periodístico a exponer todo lo que sucedía en las comunidades más marginadas en la frontera paraguaya con Brasil. Fue asesinado por sicarios contratados por narcotraficantes de la zona y más de 30 años después nadie ha sido procesado o condenado por el hecho.
Lorena Saravia, El Salvador
Asesinada en 1997
La locutora de Radio Corporación Salvadoreña fue la primera periodista asesinada en la posguerra salvadoreña. Aunque se especuló sobre los hechos que propiciaron su muerte, la justicia estableció que se trató de un asesinato ejecutado por el crimen organizado. Varios policías fueron capturados por los hechos, pero fueron absueltos por el Tribunal Primero de Instrucción de San Salvador. Hoy su muerte sigue impune.
Jorge Ibraín Tortoza, Venezuela
Asesinado en 2002
El fotoperiodista fue asesinado cuando cubría, para el diario 2001, los enfrentamientos y protestas del golpe de Estado en Venezuela de 2002. Reporteros Sin Fronteras y el Comité para la Protección de los Periodistas denunciaron en 2002 y 2003, respectivamente, que la investigación de su muerte era opaca y pidieron que el crimen no quedara impune. Al día de hoy no se han señalado responsables.
Tim Lopes, Brasil
Asesinado en 2002
Fue capturado, torturado y asesinado en Vila Cruzeiro mientras investigaba, como reportero encubierto para TV Globo, una denuncia de explotación sexual infantil por parte de narcotraficantes. Tras el macabro crimen, la mayoría de redacciones del país y los sindicatos de periodistas hicieron cambios y ajustes a sus protocolos de seguridad para estar mejor preparados ante situaciones de violencia.
Ivannia Mora Rodríguez, Costa Rica
Asesinada en 2003
La periodista fue asesinada en la víspera de navidad por dos motociclistas que le dispararon a quemarropa mientras ella conducía su vehículo. Una tensa relación laboral con sus exempleadores fue lo que precedió este hecho que, en 2008, fue desestimado por la justicia costarricense en una polémica decisión de la Sala Tercera de la Corte Suprema, dejando el crimen en la impunidad.
Byron Baldeón, Ecuador
Asesinado en 2012
El fotoperiodista, colaborador del diario Extra, fue asesinado de nueve disparos cuando regresaba a su casa en El Triunfo, a 60 km de Guayaquil. Previo a su homicidio, el fotógrafo había declarado ante la Fiscalía ecuatoriana sobre una investigación que adelantaba por un robo del que había sido testigo y del cual tenía fotografías. Su testimonio fue clave para la detención de cuatro personas, entre ellas dos policías activos. A la fecha el asesinato de Baldeón sigue impune.
Aníbal Barrow, Honduras
Asesinado en 2013
El periodista de Globo TV en Honduras fue secuestrado y encontrado, dos semanas después, desmembrado y parcialmente calcinado a orillas de una laguna. En 2024, el narcotraficante Devis Leonel Rivera Maradiaga confirmó que él fue quien ordenó matar a Barrow, alegando que lo hizo porque en su programa de televisión hablaba mal sobre el cartel de Rivera.
Gleymer Renan Villeda, César Augusto Leiva Pimentel, Edin Frangely Alonzo, Hugo Rolando Gutiérrez y Eduardo Fernando Mendizábal, Guatemala
Asesinados en 2023
Solo en 2023 estos cinco periodistas fueron asesinados en distintos momentos y en diferentes regiones del país, convirtiendo a Guatemala en el tercer país más peligroso del mundo para ejercer el oficio. Hoy recordamos sus nombres e instamos a las autoridades a que continúen las investigaciones para que los crímenes contra periodistas no sigan quedando en la impunidad.
A esta larga lista también sumamos hoy los nombres de los periodistas colombianos Rafael Moreno, Andrés Felipe Guevara, Wilder Córdoba, Luis Gabriel Pereira, Mardonio Mejía, Marcos Montalvo y Abelardo Liz, así como los nombres de algunos periodistas mexicanos como Regina Martínez, Miroslava Breach, Rubén Espinosa, Javier Valdez, Armando RodrIguez. El caso mexicano no solo tiene periodistas asesinados sino que además tiene a la fecha más de 30 periodistas desaparecidos, entre esos Maria Esther Aguilar Casimbe y Ramón Ángeles Zalpa.
El secuestro, tortura, desaparición y asesinato de periodistas no es un fenómeno aislado ni de una época particular en nuestra región; sigue ocurriendo hoy y con cifras alarmantes que reflejan la impunidad y la falta de protección para la prensa en muchos países. Por eso, en este Día Internacional del Periodista hacemos un llamado a los gobiernos latinoamericanos para que puedan garantizar que los periodistas realicen su labor sin miedo a represalias mortales y reafirmamos nuestro compromiso en la promoción de entornos más democráticos, seguros y justos para quienes dedican su vida a la información, porque un ataque contra el periodismo es un ataque contra la libertad de todos.