Centenares de medios de comunicación han publicado recientemente historias relacionadas con el #MomoChallenge (el reto de Momo). Según relatan, se trata de una espeluznante figura femenina con ojos enormes y sonrisa macabra que aparece en medio de algunos videos de YouTube Kids para invitar a los niños a realizar distintos retos, que al final los conduce al suicidio.
La narrativa de las historias publicadas por los medios suele ser la misma: el testimonio de algún padre de familia en un remoto país contagiado por el pánico colectivo y la cita de alguna declaración de autoridades públicas sobre la prevención de comportamientos suicidas en los más jóvenes.
Pero pocos hacen la tarea de investigar si estos videos realmente existen, y si YouTube ha dicho algo al respecto. Verne, sitio de noticias para jóvenes propiedad del diario español El País, realizó un juicioso trabajo al respecto para encontrar que la historia es totalmente falsa.
“Al contrario de lo que ha estado informando la prensa, no hemos recibido ninguna prueba de vídeo mostrando o promoviendo este reto de internet en YouTube", explicó un portavoz de YouTube a Verne por correo electrónico. "Este tipo de contenido violaría nuestras normas de uso y se eliminaría de inmediato en cuanto se marcara como contenido inadecuado".
CNN también hizo un valioso llamado de atención explicando por qué los padres de familia no deberían preocuparse. “Animamos a todos a analizar los mensajes que están recibiendo y no ser demasiado alarmistas”, afirmó Jill Murphy, vicepresidenta y editora en jefe de Common Sense Media.
¿Pero cuál es el origen entonces de este reto viral que ha causado tanto miedo entre los padres de familia del mundo entero y por qué ha tenido tanta fuerza esta vez?
Una de las culpables sin duda es Kim Kardashian, la celebridad con más de 120 millones de seguidores en Instagram que se creyó el cuento y realizó una publicación pidiéndole a YouTube hacer algo para evitar que los niños vieran estos peligrosos contenidos.
La primera vez que el bulo del #MomoChallenge se hizo viral fue hace un año. En ese entonces, se decía que al llamar a un teléfono aparecería en la pantalla el extraño rostro de esta escultura. Posteriormente, comenzaron a aparecer informaciones sobre varias niñas en Argentina, India y Colombia que se habrían suicidado supuestamente por el juego de Momo, que se distribuía por WhatsApp. Algo muy similar a lo que ocurrió con el reto de la Ballena Azul, que resultó ser también un fenómeno de pánico colectivo digital.
La escultura espeluznante llamada Madre Pájaro es en realidad la obra de una compañía japonesa de efectos especiales llamada Link Factory, que en 2016 se expuso en una galería de arte japonesa especializada en terror.
De acuerdo al análisis de NiemanLab, en esta ocasión el rumor del Momo Challenge ha tenido como aliado en su difusión a las pequeñas estaciones de radio y televisión locales. Es decir, los grandes medios de circulación nacional, que cuentan con editores y reporteros profesionales en sus salas de redacción no han caído tan fácilmente en el engaño. Pero el reto revela la debilidad existente en las pequeñas redacciones de medios regionales, carentes de departamentos de verificación de datos que aseguren la calidad de la información publicada.
Laura Hazard Owen, autora del artículo, señala acertadamente otro factor que contribuye a la expansión del Momo Challenge: una noticia verídica que también está perjudicando a YouTube simultáneamente, pues se comprobó que la plataforma de video falló al censurar comentarios pedófilos en videos donde aparecían menores de edad.
“La razón principal por la que los padres creen este engaño es, probablemente, que los medios locales lo informan como un hecho comprobado”, estima Owen añadiendo que “el desafío de Momo es un ejemplo fascinante de cómo se difunde una historia falsa en tiempo real con la ayuda de los principales medios de comunicación”.
Aquí, la ciudadanía puede poner su granito de arena para evitar que se sigan difundiendo el rumor y el pánico colectivo por culpa de una historia sin fundamento. Una buena recomendación es poner en práctica los siete consejos de nuestros amigos de Convivencias en Red para evitar convertirnos en difusores de desinformación y empezar a ser parte de la solución en lugar del problema.