El periodismo de datos es una especialización que ha tomado fuerza en el oficio en la última década, impulsada por el surgimiento de innovaciones tecnológicas. Pero, como suele ocurrir cuando se logran este tipo de avances, con el tiempo surgen dudas sobre los inconvenientes éticos que pueden acarrear. Como respuesta a ello, tres profesores de universidades españolas han elaborado un decálogo ético para periodistas de datos.
El decálogo surge a raíz de varias investigaciones sobre proyectos de periodismo de datos publicados en España y en otros países del mundo por tres profesores-investigadores, expertos en ética, periodismo de datos y/o coberturas periodísticas: María Ángeles Chaparro, de la Universidad Complutense de Madrid, Jesús Díaz del Campo, de la Universidad Internacional de La Rioja, y Sonia Parratt, también de la Universidad Complutense de Madrid.
Chaparro aclara que si bien han existido otras contribuciones sobre ética para los periodistas de datos, muchas están en “inglés, acotadas a partes éticas, o bien muy específicas o bien amplias, pero demasiado academicistas”. Por lo que, agrega, “hacía imposible su puesta en práctica en las redacciones”. Ante eso, la investigadora manifiesta que vieron la necesidad de elaborar un decálogo en castellano, con un lenguaje claro, para periodistas de datos basado en los resultados de sus investigaciones.
La profesora de la Universidad Complutense de Madrid añade que observaron numerosos riesgos ante el vacío de un manual ético especializado en esta área del periodismo, categorizándolos en tres aspectos claves que han sido poco abordados: la verificación y análisis de datos, la transparencia y privacidad.
Estos dos últimos son los aspectos éticos menos tenidos en cuenta en este tipo de proyectos según la académica. “Por ejemplo, en un estudio que desarrollamos sobre proyectos de datos premiados de todo el mundo vimos cómo la mayoría no incluía la base de datos en la que se fundamentaba el proyecto –el dataset–, algo básico para poder fiscalizar todo el proceso periodístico. Además, también era muy común que no incluyesen referencias al consentimiento informado de los sujetos implicados”, agrega Chaparro.
Contextualización, explicación metodológica de cómo se han limpiado los datos, publicación de bases de datos son algunas de las recomendaciones de este decálogo ético. A continuación el decálogo realizado por los investigadores Chaparro, Díaz y Parratt.
Decálogo ético para periodistas de datos
1. Rigor y contraste: procura contrastar los datos con varias fuentes (no te quedes solo con las oficiales) y sé riguroso en el proceso de selección, limpieza y análisis de los datos.
2. Contextualización: los datos no son neutrales. Por eso, no pongas el foco solo en relaciones o datos llamativos pero residuales y contextualiza bien la información.
3. Metodología: explica cómo ha sido el proceso de elaboración del reportaje: qué fuente(s) has utilizado, cómo has seleccionado y limpiado todos los datos y el resto de decisiones que hayas tomado.
4. Dataset: comparte la base de datos utilizada limpia y en formato CSV. Así permitirás que periodistas, colectivos y ciudadanos puedan utilizar o consultar los datos.
5. Marcas temporales: incluye las fechas de publicación y actualización del reportaje para que los lectores estén informados.
6. Derecho de réplica: incorpora de manera visible un formulario o un correo para que los sujetos afectados puedan contactar contigo si detectan algún error o contenido lesivo.
7. Fe de erratas: en caso de que descubras algún error en el reportaje publicado, corrígelo e indícalo al final. Reconocer que te has equivocado hablará bien de ti.
8. Fuentes: cuando los datos te los haya facilitado una fuente que no quiera que se conozca su identidad, oculta los metadatos porque estos podrían identificarla.
9. Privacidad: utiliza siempre datos agregados para proteger la privacidad de los sujetos implicados y no aportes información de carácter personal sin consentimiento previo.
10. Consentimiento informado: que los datos sean públicos no significa que los sujetos afectados hayan autorizado cualquier tipo de uso. Ten empatía cuando trabajes con grandes volúmenes de datos que te impidan solicitar consentimiento informado a todos los afectados.