El programa de televisión La Red del canal Caracol emitió el pasado sábado 7 de enero un video en el que se puede ver a la presentadora del canal RCN Laura Acuña discutiendo con el personal de la peluquería Norberto porque no estaba conforme con el trabajo que le estaban haciendo en sus uñas.
El martes siguiente, Acuña fue entrevistada en varias emisoras. Sus declaraciones sorprendieron porque según ella, el video había sido un montaje que se realizó con la ayuda del personal de la peluquería. El propósito: desprestigiar al programa La Red, que al aire ofrecía recompensas de hasta 2 millones de pesos por videos en los que las celebridades aparecieran en situaciones incómodas.
De hecho, esa misma semana Acuña divulgó otro video en el que se le puede ver planeando con el personal de la peluquería cómo iban a grabar el video para luego enviarlo al programa La Red y reclamar la recompensa.
Lo sucedido desencadenó un debate a través de las redes sociales que duró más de una semana. Incluso el diario El Tiempo le dedicó un artículo a consultar la opinión de expertos en televisión, quienes plantearon los dilemas éticos que el caso implica.
“La publicación de información no profesional, sin filtros ni verificación, es irresponsable y pone en riesgo la calidad del contenido, independientemente de si es pagada o cedida”, dijo a El Tiempo el experto en industrias de la comunicación Germán Yances.
A su turno, el crítico de televisión y columnista de El Tiempo, Omar Rincón, afirmó sobre espacios televisivos como La Red que “bajo cualquier premisa ética, esos programas no pueden ni deben existir: el rumor no es verdad ni periodismo ni nada”.
Para debatir:
¿Quién incurrió en una falta ética en este caso? ¿El programa La Red por ofrecer una recompensa y no haber verificado que el video fuera auténtico? ¿O la presentadora Laura Acuña por haber grabado y enviado al programa un video falso?
A propósito, revise las inquietudes planteadas en el Consultorio Ético de la FNPI sobre los medios lícitos para obtener información.