Hasta el año 2012, Tommaso Debenedetti era solamente un profesor de literatura italiana radicado en Roma que publicaba con regularidad entrevistas a grandes personajes de la cultura y la política en varios periódicos de su país. Sin embargo, fue el novelista norteamericano Philip Roth quien lo desenmascaró cuando llegaba ya al número de 80 entrevistas falsas publicadas.
Sí, todas las entrevistas (entre las que contaban algunas con personajes como el Dalai Lama, Mario Vargas Llosa, Mijaíl Gorbachov, Gabriel García Márquez, Noam Chomsky y Joseph Ratzinger) fueron invenciones producto de lo que Debenedetti califica como “un juego literario”.
Medios como El Tiempo, el Huffington Post, El Espectador o La Jornada reprodujeron declaraciones de Debenedetti la semana pasada donde aseguraba ser el originador de la falsa foto del presidente Hugo Chávez entubado en una cama de hospital que desafortunadamente fue publicada en portada por El País de España.
El País publicó posteriormente un extenso artículo donde explica que la foto llegó al diario por ofrecimiento de la agencia Gtres Online, con la que no habían tenido problemas anteriormente. A su turno, Tomàs Delclós, defensor del lector de El País, publicó también en su espacio habitual una explicación de los hechos titulada “Un tremendo error“.
En entrevista vía correo electrónico concedida a Hernán Restrepo, gestor de contenidos de la Red Ética Segura de la FNPI, el profesor Debenedetti relata cuál es su versión sobre el origen de la falsa foto de Chávez y explica cuál es su objetivo difundiendo falsos rumores a través de las redes sociales.
Hernán Restrepo (HR): Algunos medios de comunicación le han atribuido a usted ser el responsable de la aparición de la falsa foto de Hugo Chávez que desafortunadamente terminó siendo publicada por el diario El País de España. ¿Es así? ¿Es usted el originador?
Tommaso Debenedetti (TD): Sí, soy el autor de la falsa foto de Chavez. El 10 de enero, casualmente, la he tomado de Youtube y, por juego y experimento, la envié a tres agencias de Centro América: Prensa Latina de Cuba, la Agencia Nacional Venezolana y una agencia de Costa Rica. La envié de una dirección de correo electrónico falsa, ahora bloqueada, del ministro de cultura de Venezuela, Pedro Calzadilla.
El 12 de enero recibí en esta cuenta de correo un mensaje de un tal Francisco204c, que se presentaba como periodista cubano y aseguraba: “Muy importante. Vamos enviarlo a Puerto Rico y Madrid”. Después, no me informó nada más. Pero tengo por cierto que la foto falsa fue enviada a España desde el ambiente de periodistas cubanos, claramente para descreditar a la prensa española.
HR: ¿Teme usted por demandas o represalias en su contra debido a la publicación de esta foto falsa de Chávez?
Ningún medio me ha demandado porque no tengo responsabilidad en la publicación de la foto.
HR: ¿Qué pretende usted con estas acciones? ¿Cuál es su objetivo? ¿Quiere acaso simplemente llamar la atención sobre alguna falla particular en el periodismo actual?
TD: Con las falsas cuentas de Twitter y ahora con el envío de una falsa foto de Chávez, tengo dos objetivos: el juego literario de la suplantación de identidad (un tema clásico de la literatura del último siglo), y también denunciar la falta de credibilidad de las redes sociales, de internet y de los medios que, para conseguir un resultado y ser rápidos, no controlan las fuentes de noticias.
HR: ¿Considera usted que es un ejercicio a favor de la ética periodística lo que está haciendo?
TD: Creo que los periodistas deben saber que donde están gobiernos como el de Cuba, de Venezuela o de otros países, verificar es más necesario que en otros casos. Repito. El mío es un juego literario y una demostración contra el mal periodismo. Pero muchas personas pueden utilizar esta situación para producir daños y para maniobras políticas. Ese ha sido el caso de la foto de Chavez.
HR: En su opinión, ¿qué han ejercido las redes sociales una influencia negativa en la forma en que se hace periodismo hoy en día?
TD: Pienso que el caso de la foto de Chávez puede ser importante para evitar, en el futuro, los problemas producidos para la falta de seguridad de la red. El País ha sido una víctima de esta falta de seguridad. Todo ha pasado a través de internet, sin poder verificar nada. Por eso no se debe dar confianza a la red. A través de la red de Twitter, en el mes de octubre 2012, yo creé falsos rumores sobre la salud y la muerte de Fidel Castro. Y, una vez más, la prensa ibérica ha caído en la red (¡ABC entrevistó un medico que confirmó el coma de Fidel!).
HR: En algunos reportajes sobre usted publicados en distintos diarios, lo llaman “El Campeón Italiano de la Mentira”. ¿Le gusta ese apodo?
TD: No. No me gusta ser llamado el campeón de la mentira, porque mi juego no es lo de mentir. Es lo de crear falsas noticias (sin recibir nada, ni dinero ni poder) para mejorar un poco, con las escasas posibilidades que tengo, la realidad del periodismo.-
El profesor Debenedetti no es el único que ha logrado publicar entrevistas falsas en la prensa. El año pasado, el cronista argentino Eliezer Budasoff ganó el premio Nuevas Plumas con el texto titulado “El hombre que se convirtió en espejo”, un cuidadoso perfil de Nahuel Maciel, periodista argentino que en la década de los 90 logró publicar en importantes revistas culturales entrevistas con personalidades como Gabriel García Márquez o Mario Vargas Llosa, que en realidad eran inventadas.
En el Consultorio Ético de la FNPI, Javier Darío Restrepo no ha respondido aún a preguntas relacionadas con el accionar del Tommaso Debenedetti, aunque sí lo ha hecho con inquietudes relacionadas con la verificación de rumores, tales como ¿Hasta qué punto confiar en los despachos de las agencias internacionales? ¿Está bien publicar información que no ha sido confirmada y luego rectificar si resulta falsa? ¿La velocidad de la información que circula por internet ha disminuido la calidad del periodismo? ¿Cómo debe reaccionar un medio al publicar una foto que resulta ser falsa?