Los propagadores de bulos, como se denomina en España a las ‘fake news’ o noticias falsas, podrán enfrentar penas de hasta cinco años de cárcel. Así lo decidió la Fiscalía General del Estado de España, por considerar que toda la crisis del coronavirus ha sido el ‘caldo de cultivo’ perfecto para la difusión de desinformación que puede poner en riesgo la salud de la ciudadanía.
La decisión de la justicia española ha motivado a periodistas de todo el mundo, incluidos algunos de nuestros seguidores en Twitter, si sería válido seguir el ejemplo español en otros países, penalizando la difusión de desinformación en estos tiempos de crisis.
Para los defensores de la iniciativa, sería una forma de evitar que se repitan tragedias como la de Turquía, donde 20 personas perdieron la vida al beber alcohol mezclado con hierbas maceradas, luego de leer mensajes donde se aseguraba que servía para evitar el contagio del coronavirus. ¿Habría que sancionar también a Donald Trump tras sugerir que inyectarse desinfectantes podría servir como tratamiento contra el COVID-19?
La cosa no es tan sencilla, especialmente en países con un pasado reciente de gobiernos autoritarios, como lo son los latinoamericanos. Por este motivo, la Relatoría de la ONU para la Libertad de Expresión y Opinión, ha advertido desde 2017 que las iniciativas que buscan penalizar la difusión de las denominadas noticias falsas son potencialmente peligrosas para la democracia.
“Las prohibiciones generales de difusión de información basadas en conceptos imprecisos y ambiguos, incluidos ‘noticias falsas’ (‘fake news’) o ‘información no objetiva’, son incompatibles con los estándares internacionales sobre restricciones a la libertad de expresión, conforme se indica en el párrafo 1(a), y deberían ser derogadas”, advierte la declaración conjunta publicada por la OEA.
En otras palabras, gobernantes autoritarios podrían aprovechas este tipo de iniciativas legislativas para censurar aquellas informaciones que no son de su agrado, al calificarlas como desinformación.
¿Penalizar o no penalizar la difusión de noticias falsas? ¿Penalizar a quien difunda noticias falsas podría ayudar a que no se difunda información peligrosa sobre el coronavirus? ¿Es posible hacer leyes contra las noticias falsas que no se conviertan en mecanismos de censura? ¿Quiénes serían los más beneficiados con la penalización de noticias falsas? ¿Cómo evitar que las leyes contra las ‘fake news’ terminen siendo aprovechadas por gobernantes autoritarios?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
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