Texto em português abaixo.
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Recientemente fui invitado a exponer en una clase de la maestría en periodismo de la Universidad de los Andes sobre de qué se trata el proyecto de la Red Ética de la FNPI.
La invitación de la profesora Renata Cabrales coincidía con el octavo aniversario de existencia de esta iniciativa de la FNPI que busca promover un ejercicio ético del periodismo a nivel iberoamericano.
Asumí como un reto personal el no dedicar esa hora de clase simplemente a exponer la labor y el impacto de la Red Ética y el Consultorio Ético de la FNPI, sino tratar de dejarles a los alumnos algún conocimiento práctico que les sirviera de ahí en adelante. Esto me llevó a preguntarme, ¿qué he aprendido durante estos ocho años como gestor de contenidos de este proyecto? ¿Qué lección me ha dejado el trabajar durante casi una década en la difusión del legado y la sabiduría del maestro Javier Darío Restrepo?
Desde mi primer contacto con las más de 1.500 respuestas brindadas por Javier Darío en el Consultorio Ético, siempre me llamó la atención la recurrencia de preguntas como: ¿Hace falta un código ético para el periodismo digital? ¿Cómo enfrentar los dilemas éticos que internet y las redes sociales le han traído al periodismo? Ante este tipo de cuestiones, el maestro siempre ha respondido argumentando que no hace falta una nueva ética para el periodismo de nuestra era, pues los principios fundamentales del periodismo siguen siendo los mismos.
“El periodismo digital es un periodismo distinto, que supera limitaciones y errores del pasado y que ofrece la oportunidad de ofrecer al receptor una información de mayor calidad, que es el deber ético fundamental”, afirma en una de sus respuestas sobre este recurrente tema.
Verdad, servicio, respeto
¿Pero cuáles son esos principios? ¿Es cierto que sirven para cualquier situación? La experiencia y el estudio de la obra de Javier Darío me han demostrado que se trata de tres pilares fundamentales: La verdad, el servicio y el respeto.
Esto quiere decir, que ante cualquier dilema ético en el que se encuentre, el periodista se debe hacer tres preguntas:
• ¿Lo que voy a publicar es verdad?
• ¿Voy a publicarlo para prestarle un servicio a mi audiencia, o lo estoy haciendo para favorecer a intereses particulares?
• Y finalmente, ¿estoy respetando al lector, a mis fuentes y demás partes involucradas en la noticia que estoy a punto de publicar?
Simultáneamente, podría formular tres postulados para enmarcar estos tres pilares de la ética periodística:
• Si no es verdad, no es ético.
• Si no se publica para servir a la audiencia, no es ético.
• Si no se publica con respeto, no es ético.
Tuve la oportunidad de conversar sobre este tema con el maestro Javier Darío a propósito del lanzamiento de su libro ‘La Constelación Ética’, y cuando le pregunté sobre los principios fundamentales del periodismo, él me dijo que estaba de acuerdo, aunque añadiría también la justicia y la esperanza.
Todo parte de nuestro derecho a conocer la verdad
Esta elección de tres principios no es caprichosa, pues los tres abarcan otros aspectos esenciales como lo son la independencia y la libertad para ejercer el oficio. Además, parte de la concepción de la información como un derecho humano. La información, un derecho nuevo se titula el libro escrito por mi padre, Hernán Restrepo Cardona. Fue su tesis de grado como abogado de la Universidad Javeriana en 1978. Allí sostiene que si consideramos a la información como un derecho, es porque la ciudadanía tiene el derecho a conocer la verdad, conocerla de manera libre e independiente (es decir, para el servicio de todos y no de intereses particulares), y de una manera enmarcada en el respeto al prójimo.
“Los medios de información deben constituir un modelo de conocimiento verdaderamente válido”, afirma mi padre en su tesis explicando por qué la información tiene la función de arrancar de su somnolencia cotidiana a los ciudadanos, añadiendo que es labor del periodismo “aportar un auténtico reflejo justo y exacto y de estructura verídica de las actividades contemporáneas”.
Según el maestro Javier Darío Restrepo, la brújula de la ética se mueve entre estos tres elementos: verdad, respeto y servicio público. Si las fotos por sí mismas no aportaban al bien público, no había razones para publicarlas. Todo lo contrario, faltaban al respeto. @HRestrepo pic.twitter.com/xhN0CK9KRk
— Renata Cabrales (@cabralita) 10 de diciembre de 2018
Así pues, en la clase que expuse a los alumnos de la Universidad de los Andes, quise dejarles como lección una brújula ética que comparto hoy con ustedes. Una brújula cuyo norte será siempre la búsqueda de la verdad; su oriente, el servicio a la audiencia; y su occidente, el respeto al otro.
Un ejemplo para usar la brújula
Tomemos el caso de un tema altamente recurrente en las preguntas enviadas a nuestro Consultorio Ético: el uso de cámaras ocultas en el periodismo. ¿Es ético recurrir a ellas? Miguel Ángel Bastenier y otros académicos se han manifestado en contra de este método, pero en sus respuestas, el maestro Javier Darío Restrepo ofrece algunas excepciones en las que sería válido.
“La cámara escondida implica mentiras, ocultamiento, trampa a las personas. Sin embargo, la necesidad de proteger los intereses del público contra las artimañas de los corruptos, parece legitimar esta práctica con dos condiciones exigidas por los autores que la aceptan con restricciones: Que el tema de la grabación sea de alto interés público, así se excluyen las grabaciones para informaciones de mero entretenimiento o para satisfacer curiosidades”, argumenta Javier Darío en una de sus respuestas.
Vemos cómo entran aquí en juego las tres variables de la brújula ética propuesta. Es cierto, el uso de la cámara oculta puede significar una falta de respeto a las leyes, a las fuentes grabadas sin su consentimiento y a la naturaleza misma del oficio periodístico. Pero será ético acudir a ella, siempre y cuando la historia que estamos contando sea verdad, y la información que estamos obteniendo mediante este cuestionable método prestará un servicio a la ciudadanía.
De esta misma forma podríamos utilizar el marco de referencia de la brújula ética propuesta aquí para evaluar un sinnúmero de casos: si es ético o pagar a cambio de información, aceptar regalos de instituciones a cambio de publicar una noticia, desobedecer órdenes de un editor, informar sobre el suicidio de una persona famosa, revelar información privilegiada sobre el estado de salud del presidente de un país, y un largo listado de etcéteras a los que cualquier periodista puede verse enfrentado en algún momento de su carrera.
Por qué esto es importante
Puede que esta definición de apenas tres principios suene demasiado simple para algo tan complejo como lo son los dilemas éticos a los que un periodista puede verse abocado. Tal vez por eso abundan los decálogos de ética periodística, que emulando a Moisés buscan cubrir todos los pormenores del mejor oficio del mundo.
Pero creo que es necesario buscar una solución más condensada hoy en día por un motivo coyuntural: en el futuro cada vez más noticias serán escritas por robots y no por seres humanos. Son ya varias las redacciones que utilizan sistemas de inteligencia artificial para escribir noticias de manera automática. Las noticias sobre resultados de encuentros deportivos o el comportamiento de los indicadores bursátiles son especialmente dóciles para dejarse escribir por máquinas.
A pesar de los temores manifestados por los periodistas que han preguntado sobre este tema en nuestro Consultorio Ético, el maestro Javier Darío Restrepo se ha mantenido en la defensa de la esperanza. Los robots liberarán al ser humano de la tarea de escribir noticias necesarias pero tediosas y rutinarias, para que podamos enfocarnos en las historias que tienen poder de transformar a la sociedad. “Hay un periodismo que no pueden producir ni los robots ni el periodista ciudadano provisto de algún aparato de tecnología digital. Es el periodismo que estimula, más que a los sentidos, a la inteligencia y conciencia del receptor. Es el periodismo que interpreta, que analiza y que estimula la participación ciudadana”, afirma el maestro de Jericó.
Incluso estos robots deberán enfrentar dilemas éticos al escribir noticias sobre el comportamiento de la bolsa o los marcadores de las ligas de fútbol. ¿Cómo programarlas para tomar decisiones acertadas? Espero que esta brújula ética que propongo pueda servir, primero que todo a nosotros los periodistas de carne y hueso a guiar nuestras decisiones, y que también funcione como base para que los programadores encargados de crear estas máquinas de la información logren traducir al lenguaje de unos y ceros la complejidad de la ética periodística.
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Las opiniones expresadas en nuestra sección de blogs reflejan el punto de vista de los autores invitados, y no representan la posición de la FNPI y los patrocinadores de este proyecto respecto a los temas aquí abordados.
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Uma bússola ética para o jornalismo de hoje, amanhã e sempre
Traduzido para o português por Rogerio Christofoletti da ObjETHOS.
Recentemente, fui convidado para expor em uma aula do Mestrado em Jornalismo da Universidad de Los Andes sobre qual é o projeto da Rede Ética do FNPI. O convite da professora Renata Cabrales coincidiu com o oitavo aniversário de existência desta iniciativa que visa promover uma prática ética do jornalismo na Ibero-América.
Tomei isso como um desafio pessoal para não gastar esse tempo em sala de aula apenas para expor o trabalho e impacto da rede e do Consultório Ético FNPI, mas tentei deixar os estudantes algum conhecimento prático que servisse depois. Isso me levou a pensar o que aprendi durante esses oito anos como gerente de conteúdo deste projeto. Que lição tive trabalhando por quase uma década na divulgação do legado e sabedoria do professor Javier Darío Restrepo?
Do meu primeiro contato com mais de 1.500 respostas dadas por ele no Consultório, sempre me chamou a atenção as questões recorrentes: um código de ética para o jornalismo digital é necessário? Como enfrentar os dilemas éticos que a internet e as redes sociais trouxeram ao jornalismo? Diante desses tipos de perguntas, o professor sempre respondeu argumentando que não há necessidade de uma nova ética para o jornalismo de nossa era porque os princípios fundamentais do jornalismo permanecem os mesmos.
“O jornalismo digital é um jornalismo diferente, que supera limitações e erros do passado e oferece a oportunidade de fornecer ao destinatário uma informação de maior qualidade, que é o dever ético fundamental”, diz ele em uma de suas respostas sobre o tema.
Verdade, serviço, respeito
Mas quais são esses princípios? É verdade que eles funcionam em qualquer situação? A experiência e o estudo do trabalho de Javier Darío mostraram-me que estes são os três pilares fundamentais: verdade, serviço e respeito.
Isso significa que, diante de qualquer dilema ético, o jornalista deve se fazer três perguntas:
• O que vou publicar é verdade?
• Vou publicá-lo para servir ao meu público ou estou fazendo isso para favorecer interesses particulares?
• E finalmente, estou respeitando o leitor, minhas fontes e outras partes envolvidas nas notícias que estou prestes a publicar?
Simultaneamente, pude formular três postulados para enquadrar esses pilares da ética jornalística:
• Se não for verdade, não é ético.
• Se não for publicado para servir o público, não é ético.
• Se não for publicado com respeito, não é ético.
Eu tive a oportunidade de discutir este assunto com o professor Javier Darío no lançamento do seu livro “A Constelação Ética”, e quando perguntei sobre meus princípios básicos do jornalismo, ele concordou, adicionando ainda justiça e esperança.
Tudo parte do nosso direito de saber a verdade
Esta minha escolha de três princípios não é caprichosa, já que os três abrangem outros aspectos essenciais, como independência e liberdade para exercer o ofício. Além disso, parte da concepção da informação como um direito humano. “A informação, um novo direito” é um livro escrito por meu pai, Hernán Restrepo Cardona. Foi seu trabalho de conclusão de curso advogado na Universidad Javeriana em 1978. Nela, meu pai argumenta que se consideramos a informação como um direito, é porque o público tem o direito de saber a verdade, saber livremente e de forma independente. Ou seja, a informação é um serviço de todos e não de interesses particulares, e de certo modo, isso a enquadra no respeito ao sujeito.
“A mídia deve ser um modelo de conhecimento verdadeiramente válido”, diz meu pai no livro ao explicar que a informação tem a função de arrancar os cidadãos da sonolência, acrescentando que é trabalho do jornalismo “proporcionar um reflexo justo e exato, e de estrutura verídica das atividades contemporâneas”.
Então, na aula que apresentei aos alunos da Universidad de los Andes, quis deixar como lição uma bússola ética que compartilho com vocês hoje. Uma bússola cujo norte sempre será a busca da verdade; a leste, o serviço para o público; e a oeste, o respeito pelo outro.
Um exemplo para usar a bússola
Veja o caso de um tema altamente recorrente nas questões enviadas ao nosso Consultório Ético: o uso de câmeras ocultas no jornalismo. É ético recorrer a elas? Miguel Ángel Bastenier e outros acadêmicos se manifestaram contra esse método, mas em suas respostas, o professor Javier Darío Restrepo oferece algumas exceções em que seria válido tal recurso:
“A câmera escondida implica mentiras, ocultação, armadilha de pessoas. No entanto, a necessidade de proteger os interesses do público contra as artimanhas dos corruptos parece legitimar essa prática com duas condições exigidas pelos autores que a aceitam com restrições: Que o tema da gravação seja de alto interesse público, portanto excludente as gravações para informação de mero entretenimento ou para satisfazer curiosidades “, argumenta Javier Darío em uma de suas respostas.
Vemos, então, como as três variáveis da bússola ética proposta entram em jogo aqui. É verdade que o uso da câmera escondida pode significar uma falta de respeito às leis, às fontes registradas sem o seu consentimento e à própria natureza do ofício jornalístico. Mas será ético usar esse expediente, desde que a história que estamos contando seja verdadeira, e as informações que estamos obtendo através desse método questionável fornecerão um serviço ao público.
Da mesma forma, poderíamos usar o quadro de referência da bússola ética aqui proposta para avaliar diversos casos: se é ético pagar por informações, se se deve aceitar presentes de instituições em troca de publicar notícias, se se pode desobedecer ordens de um editor, se é ético relatar o suicídio de famosos, se é certo revelar informações privilegiadas sobre o estado de saúde do presidente de um país, e uma longa lista de coisas que qualquer jornalista pode enfrentar em algum momento de sua carreira.
Por que isso é importante
Essa definição de apenas três princípios pode parecer simples demais para algo tão complexo quanto os dilemas éticos dos jornalistas. Talvez seja por isso que os decálogos da ética jornalística abundam, e que ao imitar Moisés estejamos procurando cobrir todos os detalhes da melhor profissão do mundo.
Mas eu acho que é necessário procurar uma solução mais condensada hoje em dia por uma razão conjuntural: no futuro, mais e mais notícias serão escritas por robôs e não por seres humanos. Já existem várias redações que usam sistemas de inteligência artificial para escrever notícias automaticamente. As notícias sobre os resultados de eventos esportivos ou o comportamento dos indicadores do mercado de ações são especialmente dóceis de serem escritas por máquinas.
Apesar dos receios expressos pelos jornalistas que perguntaram sobre esse assunto em nosso Consultório Ético, o professor Javier Darío Restrepo permaneceu na defesa da esperança. Os robôs libertarão o ser humano da tarefa de escrever notícias necessárias, mas tediosas e rotineiras, para que possamos nos concentrar nas histórias que têm o poder de transformar a sociedade. “Existe um jornalismo que nem os robôs nem o jornalista cidadão com qualquer dispositivo de tecnologia digital podem produzir. É o jornalismo que estimula, mais do que os sentidos, a inteligência e a consciência do receptor. É o jornalismo que interpreta, analisa e estimula a participação do cidadão “, diz o mestre deJericó.
Mesmo esses robôs enfrentarão dilemas éticos ao escrever notícias sobre o comportamento da bolsa ou os placares das ligas de futebol. Como programá-los para tomar decisões acertadas? Espero que minha bússola ética possa servir, em primeiro lugar, a nós, jornalistas de carne e osso para guiar nossas decisões. Espero que também sirva aos programadores encarregados de criar essas máquinas de informação, para que traduzam em código binário a complexidade da ética jornalística.