Acaba de salir la última edición del Estudio Continuo de Audiencias de Radio (ECAR), que en las emisoras colombianas se conoce con el temible apodo del ECHAR, porque cada vez que salía rodaban cabezas, especialmente de directores de programación.
Esta última entrega del ECAR confirma que en Colombia la fórmula del éxito es la mezcla de música popular crossover, con chistes y noticias de tono amarillo. Es por eso que las estaciones Olímpica Estéreo, Candela y Radio Uno se consolidan en el país como las más escuchadas.
Insisto en que se trata de la última ola del ECAR, porque literalmente lo es. Y la noticia no puede pasar desapercibida. Se acaba debido a que RCN Radio, el sistema de emisoras con mayor cobertura en el país, decidió dejar de pagar el estudio y otras de las agencias que también lo financiaban secundaron la iniciativa.
Los motivos para que RCN Radio se retirara del ECAR son razonables. Principalmente lo hicieron porque no estaban de acuerdo con la metodología de la encuesta, la cual consistía principalmente en llamar aleatoriamente a personas de una base de datos a su teléfono fijo para preguntarles qué emisoras y programas de radio recordaban haber escuchado el día anterior.
Esta metodología tenía básicamente dos problemas: no medía audiencias de radio en tiempo real, sino recordación de marca, que son cosas muy distintas. En segundo lugar, ¿quién diablos tiene línea telefónica fija hoy en su casa?… Es un servicio costoso y anticuado que poco a poco ha venido siendo reemplazado por las líneas de telefonía móvil. Solo los viejitos se aferran todavía a su línea fija en el hogar: mis suegros y mis abuelos son las únicas personas a las que llamo a la línea telefónica de su casa. Ni siquiera mi mamá conserva una línea fija. Cuando la llamo es siempre al celular.
Este es uno de los motivos por los que, en teoría, las emisoras juveniles marcaban muy mal en el ECAR, mientras que emisoras dirigidas a un público adulto siempre figuraban entre los primeros puestos.
Otro de los problemas del ECAR era la forma en que los resultados se presentaban. Era tan ambigua, que nadie perdía, todas las emisoras sacaban a relucir la mejor cifra o la menos mala que tuvieran.
Aún así, el fin del ECAR tiene un lado negativo. Se acaba el único estudio dedicado exclusivamente a medir la radio en Colombia. Aunque su metodología fuera criticable, nos permitía tener un termómetro de las tendencias por las que se movían las audiencias radiales. Ahora, el único estudio para establecer qué emisoras son las más escuchadas será el EGM (Estudio General de Medios), que a la radio le dedica apenas un capitulito, pequeño en comparación con el espacio dedicado a la televisión o los medios impresos.
Es mi deseo que una empresa encuestadora seria aproveche el vacío dejado por el ECAR y supla esta necesidad con un estudio robusto, adecuado para las nuevas formas en que la gente está escuchando radio y éticamente aplicado.
El problema para medir las audiencias de radio es que son móviles. La gente no se sienta a escuchar radio, como sí lo debe hacer para ver televisión o leer el periódico. Escuchamos radio mientras hacemos oficio por toda la casa, como compañía al salir a trotar, cuando nos desplazamos hacia el trabajo, mientras trabajamos en la oficina. Los oyentes de radio hacemos más zapping que los televidentes. Saltamos de una emisora a otra cuando una canción no nos gusta, o cuando se ponen a hablar demasiado de política en los noticieros.
No hay dos personas que escuchen radio de la misma forma. Lo he comprobado durante mis clases en la Universidad Javeriana. Acostumbro preguntarles a mis alumnos cómo escuchan radio. El experimento siempre arroja el mismo resultado: todos, absolutamente todos, los alumnos escuchan radio en horarios, plataformas y formatos distintos. No hay dos que describan una rutina al menos similar.
Además, AM y FM dejaron de ser hace rato las únicas formas en que escuchamos radio. Como lo afirmé en mi post titulado ‘Hacia una nueva definición de la radio‘, es necesario que el nuevo estudio que mida las audiencias radiales tenga en cuenta plataformas de streaming como Spotify, Deezer, TuneIn, Facebook Live; y sistemas de podcast como SoundCloud, Stitcher o Spreaker.
La radio está hoy más viva que nunca. Es la mejor época de la historia para hacer radio. El boom que están experimentando los podcasts en Estados Unidos llegará más pronto que tarde a Latinoamérica, y debemos estar preparados para eso. Una forma de hacerlo, es contar con un estudio que nos permita saber cómo, cuándo y dónde está escuchando radio la gente con una precisión milimétrica.
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