Relatoría del taller ‘¿Cómo comunicar la inmigración en Colombia?’, con Tulio Hernández
4 de Mayo de 2021

Relatoría del taller ‘¿Cómo comunicar la inmigración en Colombia?’, con Tulio Hernández

Este texto es el resultado de las primeras dos ediciones de un ciclo de seis talleres virtuales impartido por el sociólogo venezolano a comunicadores y trabajadores de instituciones y organizaciones no gubernamentales que dedican parte de su trabajo a cubrir el fenómeno migratorio venezolano desde distintos lugares de Colombia. En estos encuentros se sumaron participantes de Atlántico, Bolívar, Magdalena, Cesar y La Guajira.
Tulio Hernández durante un taller en 2019. Foto: Archivo Fundación Gabo.
Marcy Alejandra Rangel

Esta relatoría cruza la frontera con Venezuela de ida y vuelta a través de una pantalla de Zoom. La pandemia ha hecho que la dinámica de los talleres presenciales de la Fundación Gabo cambien y también se ha planteado nuevos retos: hablar del fenómeno migratorio venezolano en Colombia no solo con periodistas, sino con comunicadores.

Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Gabo, lo explica: “ACDI/VOCA logró convencernos de que fuéramos más allá del campo del periodismo. Esto tiene el valor de ser una experiencia que pocas veces hemos ensayado y queremos evaluar muy bien, para tener nuevas alternativas para maximizar su alcance y su impacto”. La organización entiende que la sociedad se está informando mejor no solo con los contenidos que los medios generan, sino con la conversación social que se produce con los insumos que comunican las instituciones, utilizando formatos, lenguajes y maneras del periodismo, lo cual incide directamente en la manera en cómo entendemos la emergencia humanitaria compleja que suponen los venezolanos que han llegado en los últimos años a Colombia.

Estos talleres se realizan gracias al Programa de Alianzas para la Reconciliación de ACDI VOCA. Ximena Álvarez, representante, explica: “Este es un taller para romper mitos y dejar de generalizar. El Informe RADAR de Camilo Herrera nos explica cómo nos ha ido mejor económicamente hablando por esa llegada de dos millones de venezolanos al país. A partir de ahí analizamos qué nos va mejor y lo mejor es integrarlos porque el 80% de los venezolanos que llegan a Colombia tienen vocación de permanencia: vinieron para quedarse. Solo el 4% son parte de los indicadores asociados a criminalidad. La política de este país no es que retornen, sino avanzar hacia la regularización”.

Tulio Hernández, por su parte, se presentó como espectador, venezolano y víctima del fenómeno migratorio: “El día que yo llegué aquí, el 13 de febrero de 2018 el Puente Simón Bolívar se abarrotó de punta a punta y El Espectador, El Tiempo y Semana publicaron la misma foto, con el mismo ángulo de los drones, con venezolanos desesperados intentando entrar a Colombia. Ese día decidí que voy a acompañar este proceso intelectualmente, comunicacionalmente y políticamente. Y lo que he ido es aprendiendo” dijo.

Tres aspectos para hacer una buena comunicación sobre la migración

  1. Una mirada conceptual de qué son las migraciones.
  2. ¿Cuáles son los instrumentos jurídicos que se han creado para proteger las migraciones y cuáles son los contextos internacionales en los que esto ocurre? Si no entendemos esto como comunicadores, nos falta la mitad del discurso.
  3. Entender la migración venezolana, porque la migración venezolana en Colombia es el fenómeno migratorio más grande que se ha producido en América Latina entre dos países vecinos. Jamás en tres años había llegado a Colombia el equivalente de la población sumada de Barranquilla, Cali y Cartagena. Es un fenómeno descomunal que habla muy bien del país receptor. Más allá de las dificultades de integración, no es fácil recibir a tanta gente en un periodo tan breve.

Cinco puntos para entender la migración

1. Sin migraciones no existiría la especie humana o, por lo menos, no existiría salvo una pequeña región del África.

La población humana se produjo con el homosapiens en África desplazándose hacia Europa, luego hacia Surasia, Indonesia y Antigua Australia. 120 o 90 mil años después se mueven hacia el norte de Asia y de ahí, 15 mil años atrás, llegan a América. Somos una especie que aprendió porque tuvo que desplazarse a la fuerza, huyendo de catástrofes y así se fue poblando el planeta.

No ha habido momento en el que la especie que somos no se haya estado moviendo de un lado a otro, a veces de manera individual, a veces de manera colectiva, o a veces –como en La Biblia- en éxodos. Una de las figuras arquetipales que más recuerda la civilización occidental es el Éxodo, cuando Moisés decide huir de Egipto y se va con los judíos. La Biblia narra cómo en la mitad, por el sufrimiento que significa el desplazamiento, los convence Moisés de que era mejor tener hambre que ser esclavos. Ese es un paradigma de lo que ha sido la aventura humana: no siempre huyendo de la esclavitud, o con un Moisés, o buscando una Tierra Prometida.

2. No solo somos un planeta de migrantes sino de depredadores. El planeta es un organismo vivo y nosotros somos parte de él. 

Hoy estamos en un mundo en el que hay 250 millones de migrantes, y miren la velocidad con la que va esto: en 1965 éramos 75 millones, en 2000 éramos 150 millones y en 2018 somos 258 millones de migrantes. De esos 258 millones, 7,8 millones son personas desplazadas a la fuerza; 41,3 millones son personas desplazadas internas; 25,9 millones refugiados y 3,5 millones son solicitantes de asilo.

3. A pesar de que la migración es una constante, todas las sociedades reaccionan perturbadas a las llegadas de extranjeros.

A la especie le ha costado mucho reconocerse en su diversidad. Cuando llegaron los españoles a América, discutían si los aborígenes tenían espíritu, si eran seres humanos. La primera vez que aparece la idea de que todos los seres humanos son iguales fue en la Revolución Norteamericana, y luego en la Revolución Francesa. Hace muy poco históricamente. La primera vez que se produce una declaración de derechos humanos fue a mediados del siglo XX. Nos ha costado muchísimo reconocernos y de ahí han surgido tantas guerras y genocidios.

Las patologías de la alteridad:

  • Racismo: supuesta inferioridad de razas con la idea de que hay desprecio por un tipo de desprecio que otras razas consideran superiores. De ahí el genocidio nazi. Incluso hay estudios en los que se demuestra que cierto color de piel o formas de cerebro te hacen ser un ser humano inferior. Por suerte, en el tiempo, se ha ido acabando con el racismo pero todavía sigue vivo el tema y lo recordamos cada vez que hay noticias como el asesinato de George Floyd en 2020.
  • Xenofobia: desprecio o temor o discriminación por los extranjeros por su condición de no pertenecer a la comunidad receptora.
  • Aporofobia: discriminación, desprecio y asco por los pobres, que es distinto a la xenofobia. En la calle no desprecian al migrante porque es venezolano, sino porque es pobre. El tema ocurre cuando llegan los pobres a mendigar, los ladrones, que generalmente son pobres; la prostitución, los trabajos que los locales no quieren hacer como recoger la basura o cuidar a los enfermos. La aporofobia es la forma fundamental de discriminación.
  • Fundamentalismo religioso: los que creen que quienes no creen en el mismo dios son infieles, y en el caso de algunas religiones merecen hasta la muerte.
  • Fundamentalismo político: está basado en el concepto de totalitarismo. El grupo del poder intenta hacer ver que son hijos del demonio quienes disienten, y es necesario eliminarlos moralmente, políticamente y, cuando sea necesario, físicamente.
  • Colorismo: en el Caribe no hay racismo en el sentido americano, sino colorismo en el sentido del color de la piel y clase social. Un racista en Estados Unidos dice que, así Obama haya sido presidente, es un negro y es despreciable. El colorismo, en cambio, habla de la mezcla de ambas características: si el negro es pobre y es vigilante o jardinero, es despreciable. Pero si es brillante, puede entrar a mi club, porque es de Harvard.

4. Un punto de partida histórico social: la historia de la humanidad es la historia de las migraciones.

A pesar de esto, todas las sociedades humanas reaccionan a la llegada de los extranjeros. Pero la reacción es más fuerte si llegan muchos en poco tiempo: si están conectados con una amenaza o si son diferentes, se desarrolla un sentimiento de miedo e inseguridad, aunque sin motivo real. Los medios tienen una responsabilidad grande en esto.

Ningún pueblo, etnia o nación tiene el monopolio de sociedad de migrantes o el de sociedad receptora. Los migrantes son decisivos en la conformación moderna de Venezuela. Cuando Caracas no llegaba al millón de habitantes, recibió cerca de 250 mil inmigrantes árabes, libaneses, turcos, sirios, portugueses, italianos, colombianos, uruguayos, chilenos, peruanos, que llegaron a vivir a Venezuela pero en masa.

Hay dos barcos judíos que en 1930, con 256 judíos condenados a muerte a bordo, llegaron a Brasil, Argentina y Colombia y les dijeron que no, pero entraron por Venezuela. Por ese tipo de acciones, Venezuela era una sociedad que sabía recibir gente, pero no sabía emigrar. “¿Quién se imaginó alguna vez que nos iba a tocar migrar? Yo no pensé que la migración tenía el sufrimiento del desarraigo, el dolor, la inseguridad, la tristeza que produce estar en un lugar al que no terminas de pertenecer nunca”, confiesa Tulio Hernández.

¿Por qué migramos?

  • Guerras.
  • Demografía: por sobrepoblación, como los chinos
  • Catástrofes naturales: como los haitianos que se fueron a República Dominicana
  • Sobrevivencia: como todos los latinos que se han ido a Estados Unidos o a Europa a buscar nueva vida
  • Catástrofes políticas, malos gobiernos, odios internos, por incapacidad de convivir, de construir la democracia y la pluralidad. 

Es una rueda de la fortuna que a veces gira y unas veces es afortunada para Venezuela y otras veces para Colombia.

No siempre migramos porque queremos. Hay migraciones masivas y decisivas como estas: cuando uno estudia los millones de personas africanas que se llevaron a la fuerza a Estados Unidos y Europa, en muchos casos vendidos por los mismos africanos, se puede entender el espanto y la maravilla de la migración forzosa. “Los mercaderes europeos tomaban distintos negocios y vendían a los jóvenes de África para que llevaran esa mano de obra gratuita al Caribe, a Europa, a Suramérica. Pero, si no hubiera llegado la migración africana a los Estados Unidos, la música sería aburridísima. No habría jazz, no habría rock, no habría salsa, no habría reguetón. Sin ese cruce de la percusión hecha sofisticada y la dimensión melódica orquestal, no existirían los géneros más populares del mundo occidental”, afirma Hernández.

Movimientos migratorios por la Revolución Industrial

Cuando ocurre la Revolución Industrial en Europa, empiezan a desplazarse miles de personas que van a hacer negocios o crear empresas de desarrollo capitalista, creadas con migración. Los movimientos migratorios de 1970 hasta hoy son totalmente mezclados. Es un flujo de ida y vuelta permanente.

Los 15 países que mayor número de migrantes han producido en millones

Quienes más reciben migrantes

5. La historia de la humanidad es la del paso de la intolerancia etnocéntrica al reconocimiento de la pluralidad.

Tendemos a pensar que el etnocentrismo es muy de Europa y que el racismo es muy propio de Estados Unidos, pero no. El grito de guerra de los indígenas caribes que les dan nombre a nuestro mar era: “Solo nosotros somos gente”. La tentación etnocéntrica es una pulsión muy antigua de los pueblos. El imperialismo azteca, las guerras que ha habido entre comunidades étnicas africanas son algunos ejemplos. Ningún pueblo tiene el monopolio de la gentileza, ni ningún pueblo tiene el monopolio de la exclusión. 

Los 10 estigmas universales sobre los migrantes

  1. Constituyen una invasión
  2. Vienen a quitarnos nuestros empleos.
  3. Usan nuestros recursos de salud, seguridad social y servicios públicos.
  4. Traen consigo criminalidad.
  5. Las mujeres son prostitutas (y en América Latina “quita maridos”) o los hombres son asesinos.
  6. Son portadores de enfermedades (en tiempos de pandemia, traen el covid).
  7. A ellos los ayudan el gobierno y los organismos internacionales: les dan lo que nos niegan a nosotros (en el caso de países receptores con altos índices de pobreza).
  8. Son diferentes, poco educados, no planifican el número de hijos.
  9. No pagan impuestos.
  10. Son muy ruidosos (en el caso de las migraciones caribes y africanas a Estados Unidos y Europa).

Problemas asociados a la migración: ¿De qué sufre un migrante?

  • Dificultad para acceder al mercado laboral: subempleo, explotación y competencia desleal con los locales: un drama es recibir menos dinero, luego viene el de conseguir empleo cuando hay pobreza, vienen desnutridos y con embarazo precoz o no tienen educación formal u oficio fijo, que fueron los formados en la pobreza por el chavismo.
  • Xenofobia.
  • Problemas de planificación financiera: ¿cómo planifica alguien que no se puede bancarizar? 
  • Dificultad de integración-adaptación. Depresión y nostalgia por el entorno perdido. Dificultad para adaptarse al clima, a la falta de amigos.
  • Acceso a la salud y contagio de enfermedades.
  • Incertidumbres / miedos: ¿qué va a ser de mí ahora? No tengo un Estado que me proteja en Venezuela y no sé cómo se concreta el Estatuto. ¿Qué me va a dar? Los que están en Perú viven en amenazas porque los pueden matar. Esa es la misma incertidumbre que sienten los japoneses que llegaron a Brasil.
  • Reclutamiento por organizaciones delincuenciales: uno de los riesgos es que como son migrantes pobres y están desesperados por salir adelante los reclutan el ELN, las disidencias de las FARC, las organizaciones de prostitución o de trata y para trabajos semiesclavos en zonas fronterizas.
  • Violación de derechos humanos, aunque existen ONG que se dedican a evitar esto. 
  • El estigma del retorno: es una dimensión del sufrimiento humano que da cuenta que detrás de cada cifra hay un grado de sufrimiento variable, mínimo o inmenso; hay desarraigo, miedo, incertidumbre y de eso tienen que dar cuenta el periodismo y las comunicaciones porque las cifras son abstractas.

¿Cómo ha evolucionado la humanidad en su aceptación? 

  1. Pasar del principio de la pureza como exclusión a la mezcla como riqueza, al reconocimiento de la diversidad.
  2. Pasar de la migración como problema a la migración como derecho humano.

¿Cuáles son las potencialidades históricas de los flujos migratorios?

  • Enriquecimiento cultural: no hay una gastronomía más diversa que la venezolana.
  • Aporte económico: crecimiento e innovación. Ya está demostrado que el incremento del PIB en Colombia y Perú se debe a la migración venezolana. Hay una alta migración con capacidad de consumo, que ha invertido en Farmatodo o Tostao, pero también en cantidad de empresas nuevas que han surgido. 
  • Aporte de oficios y profesiones: el migrante se convierte en un trabajador imaginativo que necesita sobrevivir y por eso se vuelve más creativo.
  • Reforzamiento de la diversidad: la presencia de otros ayuda a comprender la diversidad y el pluralismo en política.
  • Apertura civilizatoria: el desarrollo desigual del desarrollo tecnológico les ayudan a contribuir.
  • Creatividad cultural de ida y vuelta: dos ejemplos culturales
    • El fenómeno de la salsa: un género producto de la confluencia de la migración por razones políticas y económica de cubanos, puertorriqueños, dominicanos, colombianos y venezolanos en menor medida y un emprendedor que era Johnny Pacheco, montándose en la musicalidad desde la vida del barrio, convirtiéndose en un fenómeno de identidad que logra frenar el dominio de la música norteamericana, que empezó a producir millones de dólares, aumentó el PIB de los Estados Unidos y genera impuestos.
    • El boom de la literatura latinoamericana: nadie había vendido tantos libros en tan poco tiempo como Cien años de soledad. Entonces se reunieron autores que empezaron a tener un fenómeno identitario que a los latinos nos dio presencia en el mundo por la migración. 

¿Qué ha hecho la humanidad?

Crear instrumentos de derechos humanos sobre refugios y migraciones. Por eso no es un problema solo de solidaridad o bondad humana, es un problema de derechos humanos consagrados en acuerdos internacionales firmados por todos los países latinoamericanos.

  • Declaración Universal de Derechos Humanos (1948)
  • Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966)
  • Convención Americana sobre Derechos Humanos: Pacto de San José (1969)
  • Convención sobre el Estatuto de los Refugiados (Ginebra, 1951)
  • Protocolo sobre el Estatuto de los Refugiados (1966)
  • Declaración de Cartagena sobre Refugiados (1984)

Son instrumentos que los comunicadores deberían manejar para saber que no se protege a alguien porque es bueno, sino porque forma parte de derechos consagrados en acuerdos internacionales.

Categorías internacionales de migrantes

Es importantísimo que sepamos diferenciar entre un refugiado y un migrante.

  • Migrante: Un inmigrante toma la decisión libremente, a pesar de los factores externos que pueda haber.  “Por lo general, se entiende que abarca todos los casos en los cuales la decisión de migrar es tomada libremente por la persona en cuestión por razones de ‘conveniencia personal’ y sin la intervención de factores correctivos externos”: ACNUR
  • Refugiado: “Un refugiado es una persona que no puede retornar a su país de origen debido a un temor fundado de persecución o graves e indiscriminadas amenazas contra la vida, la integridad física o la libertad”: ACNUR. Antes la categoría de refugiado estaba relacionada solo con temas políticos, pero más recientemente se asocia con cualquier otra persona que corra peligro. Son personas que buscan vida, no una mejor vida.
  • Solicitante de asilo: “Es una persona que busca protección internacional. En países con procedimientos individualizados, un solicitante de asilo es una persona cuya solicitud aún no ha sido decidida definitivamente por el país donde ha sido presentada. No todos los solicitantes de asilo son reconocidos como refugiados, pero todos los refugiados en estos países son inicialmente solicitantes de asilo”.

ACNUR considera, desde mayo de 2019, que la mayoría de las personas naturales de Venezuela o personas apátridas que eran residentes habituales en Venezuela, se encuentran necesitadas de protección internacional bajo el criterio contenido en la Declaración de Cartagena, sobre la base de las amenazas a su vida, seguridad o libertad, resultante de eventos que se encuentran actualmente perturbando gravemente el orden público en Venezuela. Por tal razón no se consideran migrantes, sino refugiados y por lo tanto merecen el estatuto jurídico.

Claves para entender la migración venezolana

Es el más grande desplazamiento humano del siglo XXI

Hasta el siglo pasado era Siria, pero ha superado ese número, lo cual demuestra cuán grave es este proceso migratorio, porque los sirios están huyendo de una guerra que azota al país desde 2011, pero los venezolanos son cinco millones dispersos por el mundo, lo que quiere decir que hay más venezolanos en el exterior, que habitantes en Caracas, la capital de Venezuela. 

Es una emergencia humanitaria compleja

Esta no es una migración producida por una guerra civil, ni por una dictadura militar tradicional, ni por una catástrofe natural, ni por una situación económica difícil, sino por una “emergencia humanitaria compleja”. Esta es una categoría que definió la ONU para designar la catástrofe social que se produjo en muchos países del bloque oriental después de la caída de la Cortina de Hierro. No es producida por una sola causa, sino cuando se suman cinco o seis condiciones que incluyen un Estado que no es capaz de satisfacer derechos, una crisis económica descomunal, una sociedad en la que se persigue la disidencia política, un deterioro del aparato productivo y/o dificultades para que la gente pueda alimentarse por cuestiones étnicas o causas políticas. En estos casos es indispensable la ayuda internacional para que esa sociedad pueda sobrevivir.

Es un tipo de crisis humanitaria causada por la combinación de múltiples factores políticos, económicos y socioculturales que impactan gravemente todas las formas de vida y ámbitos de la sociedad.

Se desencadena en contextos de desestructuración política y económica resultantes de factores como:

  • Debilitamiento, quiebre y fragmentación del Estado.
  • Fortalecimiento de la economía informal bajo la articulación de redes clandestinas.
  • Conflictos civiles con implicaciones internacionales.
  • Hambrunas y epidemias, aumento de la pobreza.
  • Migraciones forzosas causadas por necesidad de ayuda o por persecuciones políticas, religiosas o étnicas.

En el siglo XXI solo cinco países han sido catalogados con una emergencia humanitaria compleja: Siria, Afganistán, Somalia, Yemen y Venezuela.

  • Como consecuencia, este es un movimiento migratorio difícil de categorizar; en el sentido de la posguerra, que venían en barco millones de italianos, o de portugueses, o de españoles huyendo de un conflicto. El movimiento migratorio venezolano es distinto: al principio migraban por miedo, porque había unos intereses de buscar mejores condiciones de vida. 
  • Pero lo que ocurre a partir de 2017 es un éxodo por desespero, como explica Tulio Hernández: “La gente huye desesperada porque la gente teme por su vida, su alimentación, su seguridad. Son causas múltiples y esta es una migración que genera imaginarios, autopercepciones, representaciones sociales y estigmas complejos, inéditos y contradictorios”.
  • La migración siempre fue por causas políticas, a causa de las dictadura o excepciones de gente que quería ir a buscar otras formas de vida. Pero la migración venezolana es parte de una saga histórica de desplazamientos forzados –de ida y vuelta- entre ambos países. No es la primera migración venezolana masiva:
    • Hace 200 años, con la creación de la Gran Colombia, había una movilidad entre ambos países.
    • Hubo movimiento en la década de 1920, cuando casi 11 mil familias tachirenses huyeron a vivir en Villa del Rosario, Cúcuta, Pamplona, a causa de la dictadura cruel y ahí se hizo la primera gran migración. 
    • Luego vemos una gran migración de colombianos a Venezuela en los años 40 cuando empezó la guerra entre liberales y conservadores y muchos se fueron a Táchira. 
    • En los años 60, 70 y 80 hubo migración de colombianos hacia Venezuela por razones básicamente económicas.
  • La mayor parte de la migración venezolana se mueve hacia Colombia, Perú, España y Estados Unidos, pero el destino mayor es Colombia: uno de cada tres emigrantes se queda aquí.
  • Primero fue una diáspora, luego un éxodo y ahora es una horda de parias: muchos venezolanos no tienen documentos, ni papeles en el país que llegan, porque en su país se los niegan, no se los dan. Son apátridas en el sentido formal del término, como eran los niños que nacían en Colombia porque la ley no les concede la nacionalidad a quienes nacen en Colombia de padres extranjeros, a menos que los padres sean colombianos.
  • ACNUR ha acordado pedir a los Estados que los venezolanos sean reconocidos como refugiados.

Las causas de la estampida

  • Inseguridad y violencia: Venezuela se volvió el primero en casi todas las desgracias: el país con mayor inflación en el planeta; el país con mayor número de asesinatos por cada 100 mil habitantes; el país con mayores enfermedades que habían sido erradicadas, como la malaria de nuevo brotando; el país donde hay más presos políticos en América Latina; sin contar la violencia política y delincuencial de las autoridades contra los ciudadanos.
  • Persecución y amenazas: amenazas de muerte o maltrato por parte de los colectivos, que son organizaciones paramilitares que se encargan de reprimir y perseguir a opositores. 
  • Falta de acceso a alimentos, medicinas y servicios esenciales como agua o electricidad: han regresado al siglo XIX y mucha gente cocina con leña.
  • Pérdida de ingresos: un profesor titular universitario, con maestrías y doctorados, cuando se jubila le corresponden ocho dólares mensuales después de casi 50 años de trabajo y formación profesional.
  • Carencia de sistemas de protección nacionales: no se puede ir a un tribunal o a una procuraduría a denunciar porque en muchos casos los daños los hace el Estado y, en Venezuela, no hay autonomía de poderes que contradigan las decisiones del ejecutivo.
  • Sufrimiento ético-político: Es un dolor profundo de sufrimiento humano que no tiene que ver ni con la pérdida de un familiar, una ruptura amorosa o un sufrimiento personal, sino con una tristeza colectiva de haber perdido los derechos.

El modelo político

A los venezolanos les cuesta contar su historia porque a veces resulta tan absurdo que les causa dolor hablar de esto. El modelo político del cual huyen los venezolanos, llamado “Socialismo del siglo XXI” es un modelo original, que solo tiene como precedente lo que hizo Fujimori en el Perú cuando tomó con el ejército el parlamento y así fue disolviendo la democracia de ese país.

  • Difícil de caracterizar: en Venezuela hay empresa privada, economía de mercados y bancos: una nueva burguesía creada por el gobierno para que maneje sus propios fondos. Este proyecto no es ni comunismo, ni dictadura militar, ni dictadura tradicional, ni democracia.
  • Neoautoritarismo: control social total manteniendo rostro democrático. Hubo un intento de golpe en 1992 y de ahí nació la posibilidad de que Chávez se erigiera como presidente. Hasta 2017 los partidos podían participar en elecciones. No había tantos presos políticos como hay ahora. A algunos medios privados les permitían sobrevivir aunque los periodistas estaban amenazados. Las elecciones no eran libres, sin división de poderes, Había ventajismo del gobierno, la primera operación que hicieron fue eliminar a 2000 jueces de carrera y los sustituyeron por militantes de carrera. ¿Entonces, qué es? Se ha tenido que inventar el término neoautoritarismo o totalitarismo del siglo XXI, que consiste en tener el control total de la sociedad pero manteniendo el rostro democrático del país: permiten que existan tres o cuatro opciones democráticas pero cierran todo lo demás, en todos los sectores.

El modelo neoautoritario produjo tres efectos: 

  • Destrucción total del aparato productivo, por lo cual no hay consumo, ni mercado local.
  • Destrucción de la institucionalidad democrática: el paso final fue en 2017 cuando el gobierno de Maduro intervino el parlamento y anuló la decisión de los ciudadanos que habían votado a la oposición en 75% y ahí fue cuando empezó el no reconocimiento internacional del régimen.
  • Destrucción del tejido social: la separación de las familias, la regularización de la mafia, el crimen, la violencia.
  • Efecto final: crisis humanitaria compleja y éxodo masivo.

Caracterización del fenómeno migratorio

El hombre nuevo

Todos los movimientos socialistas y fascistas dicen que van a crear un hombre nuevo. El fascista era disciplinado, atlético; y el hombre nuevo del socialismo era desinteresado, comunitario, trabajador; pero el hombre nuevo del Socialismo del siglo XXI es un emigrante pobre. Es un desamparado, moralmente dolido, económicamente empobrecido, desterrado, agotado, crispado y también se vuelve intolerante. Este hombre nuevo es el paria que deambula por el mundo sin un Estado que lo proteja.

¿Qué es el migrante venezolano? 

Es un híbrido que tiene las siguientes características:

  • Tiene cultura de refugiado
  • Vida práctica de migrante
  • Apertura a solicitudes de asilo
  • Una consciencia de desterrado

Una ola de inmigrantes de otros países trata de pasar desapercibida: los migrantes colombianos en Venezuela, los bolivianos en Chile. En cambio el migrante venezolano decide ser reconocido. Se pone una chaqueta tricolor, una gorra, se presenta en el Transmilenio y lo dice. Hace de su condición de migrante una justificación de su venta o de su mendicidad porque es de un país en específico. Es una migración con consciencia de destierro y la exhibe permanentemente como una condición.

Cambios en los imaginarios sociales sobre Venezuela, los venezolanos y la crisis política

  • Pasar de opulencia a la pobreza.
  • De sociedad receptora a sociedad excretora.
  • Del doctor al brasero: el doctor era la figura de los migrantes; hoy es el brasero que tiene que terminar trabajando en el campo.
  • De la Miss a la prostituta: en el estudio que se hacía de representaciones entre colombianos y venezolanos entre la UCV y la UNAL la imagen predominante de Venezuela en Colombia eran el petróleo y las reinas de belleza. Ahora hay una frecuente imagen de la prostituta.
  • Del “huele a petróleo” al “huele mal”.
  • De la duda metódica y las culpas: “algo hicimos mal, que nos merecemos este castigo”. Una mirada católica de mártires.
  • De la solidaridad social con las víctimas a la duda razonada con los victimarios: hay una parte de la izquierda latinoamericana que cuestiona los crímenes de líderes sociales, pero es solidario con los crímenes de Maduro y dice que la oposición venezolana ha hecho cosas muy malas, con lo cual ponen en el mismo lugar a las víctimas y los victimarios.

Imaginarios del fenómeno migratorio venezolano

  1. Es una diáspora digital: el uso de nuevas tecnologías sirve para comunicarse y mantener los lazos con sus países. Los caminantes no solo piden agua o comida, también “minutos” para llamar a sus familiares y decirles dónde están. También utiliza canciones que han sido reproducidas por más de tres millones de usuarios en Spotify, como el caso de “Me fui” de Reymar Perdomo, que algunos participantes del taller han mencionado como una buena práctica de la migración venezolana.
  2. Es un fenómeno histórico que está siendo contado desde el presente: Es una diáspora con una memoria activa, contada por sus propios protagonistas en tiempo real a través de plataformas digitales. Es una de las primeras migraciones que se vive a través de las redes.
  3. Es una migración híbrida porque tiene una parte de persecución política, una parte de migración económica y una parte de desplazamiento forzoso.
  4. Se expresa en una creación artística y narrativa literaria: hay producciones profesionales y otras más artesanales dentro y fuera de Venezuela con una nostalgia o melancolía a priori: añora a los que se fueron, queriendo volver a reunir al grupo familiar, los abuelos huérfanos que abandonaron sus nietos o los que nos lo han conocido porque nacieron fuera de Venezuela. Es una creatividad expansiva. Los cubanos empezaron a producir artísticamente después de 10 años de éxodo; los venezolanos lo hacen apenas salen.
  5. Es una sensación de grupo humano perseguido, de país sin territorio: otros que se van saben que su país está, que pueden volver. En el caso venezolano no hay embajadas, consulados, no podemos volver. 

La migración venezolana en el mundo

Esto ha cambiado porque Siria ha tenido cierto retorno y Venezuela ha aumentado sus índices de migración.

La migración venezolana a Colombia

Chávez muere en 2013, con lo cual no pueden volver a hacer elecciones libres aún teniendo el Consejo Nacional Electoral a su favor, porque, sin Chávez, no ganan. Esto coincide con la caída abrupta de los precios del petróleo. Se empiezan a sentir los efectos de casi 15 años de políticas equívocas de Hugo Chávez. Empieza la hiperinflación, escasez de medicamentos y medicinas, empieza a morir gente porque no hay diálisis o medicamentos especializados, empiezan a cerrar escuelas porque no hay maestros y es cuando se produce la famosa foto del puente internacional en 2017, estallando de migrantes venezolanos.

¿Qué tanto se habla de la migración venezolana en los medios de Venezuela?

En los medios oficiales se sataniza la migración y se dice que no existe; dicen que es un invento de los medios para atacar al gobierno de Maduro. Pero tampoco es un gran tema en los medios que quedan, que son digitales. Lo más interesante es el periodismo colaborativo que se hace binacional. Por ejemplo, el trabajo entre El Tiempo y Efecto Cocuyo sobre la migración que sale de Venezuela y llega al Perú que ganó el Premio Gabo

Hay tanto drama en Venezuela que el efecto de la migración no es una cosa con frecuencia estudiada y los lectores se sorprenden cuando se encuentran con cifras de esta magnitud. Los que quedan sienten que los que estamos afuera no padecemos lo que sufren los que se quedan: tenemos servicios básicos, comida, vivimos bien y no tenemos sufrimientos, según creen. Por eso urgen políticas públicas que nos hagan entender lo difícil que es migrar.

¿Cómo es la migración a Colombia?

No es cualquier migración. Hay cuatro formas:

  • De destino: quienes vinieron para quedarse. El PEP resolvió el problema porque se puede tener acceso al trabajo, a la salud y a la educación. A veces pone trabas, pero ha permitido a los migrantes resolver. Ahora viene el Estatuto de Protección Temporal que ha ido creando algunas fricciones con el gobierno actual.
  • De retorno: colombianos que se habían ido a Venezuela, tienen nacionalidad colombiana y se devuelven con una situación migratoria compleja porque vuelven sin jubilación, sin seguro social y pierden sus propiedades en Venezuela.
  • De tránsito: cruza las fronteras vía Ecuador, Perú, Argentina o Chile. Es una migración cuantitativamente importante.
  • Migración pendular: todos los días entra de Venezuela a Colombia, demora tres días, cuatro días, que viene a pasar contrabando, a hacer trabajos. A veces llega al monto diario de 50 mil personas. Es una migración muy importante y, por eso, en el gobierno de Santos se creó la Tarjeta de Movilidad Fronteriza. En 2019, 3.147.160 venezolanos la portaban, pero seis o siete meses después, había 4.151.193 venezolanos con el mismo documento.

¿Qué ha significado el fenómeno migratorio para Colombia y Venezuela?

Para ambos, ya lo sabemos: el más grande, acelerado y políticamente significativo desplazamiento humano entre los dos países, nunca visto en América Latina. Lo más cercano había sido entre México y Estados Unidos, pero no tiene el mismo impacto para la sociedad receptora. En este caso, Colombia representa un ícono de la oposición venezolana, vía por donde han huido los principales líderes políticos perseguidos y donde tienen lugar las reuniones más importantes de la oposición venezolana. Esto no es nuevo: el proyecto político que en 1948 logró la construcción de la democracia, dirigido por Rómulo Betancourt, se llamó “Plan de Barranquilla” porque es allí donde imaginó cómo sería una Venezuela donde votaran las mujeres, los analfabetas, los pobres.

La relación entre Colombia y Venezuela la describe Melva Escobar en su libro Éramos felices, pero no lo sabíamos cuando describe a “estos siameses que han crecido de espaldas”. Este es el momento en el que las dos historias están más encontradas, por la migración, y por la amenaza que representa Venezuela para el acuerdo de paz en Colombia, cuando en Venezuela operan libremente y con apoyo del gobierno, las FARC, el ELN y una parte del Cartel de Catatumbo. 

¿Cuál es el contexto en el que ocurre la migración venezolana hacia Colombia?

Esta es una frontera bisagra. Los 19 mil kilómetros de frontera compartidos, atravesados por cerca de 300 trochas, que empieza a orillas del Mar Caribe en La Guajira, sube a la Sierra de Perijá, baja a los llanos y penetra en la zona amazónica, es más larga que la suma de las costas Caribe y Pacífico de Colombia.

Tenemos una historia compartida mucho antes de la Gran Colombia. Una parte de los estados venezolanos pertenecían a Colombia y viceversa. Quitando la frontera, no hay diferencias algunas en la cultura laboral, musical, gestual, del habla de los llanos o en la cultura del Caribe y la costa central venezolana. 

El contexto desfavorable es que, de alguna manera, es muy fácil convertir en amenaza a la migración, porque las relaciones políticas, sociales y económicas, están en este momento en tensión en sus fronteras. 

  • Hay tráfico de alimentos, armas, gasolinas, personas y una caída del intercambio económico legal. 
  • Hostilidades verbales y cierre de la relación diplomática, lo que crea un ambiente desfavorable para todos los migrantes venezolanos,
  • La protección a los carteles y guerrillas en suelo venezolano. El narcotráfico no es un emprendimiento civil, en Venezuela nace del Estado y de los generales del Cartel de los Soles. Son situaciones muy complejas que junto con los delitos –un capítulo aparte de la xenofobia– tiene que ver también con que se mudan a Colombia no solo ciudadanos de a pie, sino bandas criminales enteras.

Los mitos de la migración venezolana en Colombia

1. Los venezolanos nos están invadiendo

Si bien es cierto que la migración venezolana ha presentado un crecimiento vertiginoso en los últimos años, podemos ver que la población ni siquiera representa el 4% de la población total de Barranquilla y Cartagena.

2. Es un problema temporal

En una encuesta que hizo el Proyecto Migración Venezuela de la Revista Semana en 2019, 55% de los encuestados dijeron que sí querían volver y el 80% de ellos responden que volverán cuando la situación mejore. Aquí la pregunta es: ¿Cuándo va a mejorar? Hay un estudio que dice que, de 50 países, 34 se recuperan en 10 años o más, sin contar la pandemia que profundiza el deterioro. Es ahí cuando uno entiende que el problema no es temporal.

3. Vinieron a quitarnos el trabajo

Los datos laborales del DANE permiten ver los datos laborales de los migrantes que tienen menos de un año y más de cinco años. Allí se puede ver cómo la tasa de desempleo se ha mantenido más o menos estable y ha subido un poco en los últimos años, porque Colombia es dependiente de la exportación del petróleo y dada la crisis petrolera, eso ha desencadenado un descenso en los ingresos fiscales, lo cual es muy distinto a la migración. Los migrantes que han llegado al país tienen problemas de convalidación de títulos, indocumentación o falta de bancarización, lo que les impide acceder al mercado laboral. En Barranquilla y Cartagena, incluso, la tasa de desempleo ha ido descendiendo en los últimos años, a pesar de que la cantidad de migrantes han aumentado. Pareciera que la competencia laboral es entre los mismos migrantes.

4. No aportan nada; son un gasto para el Estado

Los migrantes también son consumidores, ahorradores, trabajadores, estudiantes y contribuyentes. Siempre la migración tiene una ventaja sobre los locales, porque el migrante tiene que sobrevivir; llegaron personas con competencias que, en un momento de éxito, eran los que se llevaban los trabajos; también hay características personales: el mesonero venezolano es rápido, el gerente venezolano desea que lo atiendan rápido también y crea choques culturales. En Venezuela los colombianos eran subpagados y ahora les toca a los venezolanos vivirlo en Colombia. La tasa de participación o manifestación del deseo de trabajar de los venezolanos en Colombia está sobre el 70% y el 80% lo cual refleja que los venezolanos no quieren que les regalen todo, quieren trabajar y también han traído mayor inversión a Colombia.

5. El crimen y la inseguridad han aumentado por culpa de los venezolanos

Hasta 2018, el 2,99% de las capturas por delitos en Colombia eran venezolanos según las cifras del Proyecto Migración Venezuela. La población migrante no ha aumentado los índices de inseguridad, algún grupo de venezolanos –muy bajo- ha participado en hechos delictivos que son parte de un problema sistemático del Estado. Incluso se debe ver también, al contrario: los venezolanos también han sido víctimas de la delincuencia dentro de Colombia.

Del enfoque humanitario al enfoque de derechos humanos

El enfoque humanitario es una migración asistida: hay que bañarlos, darles de comer, curarles las enfermedades, darles un refugio. En cambio, el enfoque de derechos humanos, es una migración productiva: la única manera en que la migración no sea un problema para el país receptor es que el migrante se integre a la sociedad. Para que eso pase, es indispensable que sea un ciudadano, lo que implica que sea productivo, que no sea una carga para el Estado al que llegó y es necesario que se desarrollen políticas a largo plazo. Solo un migrante que cumpla las normas, que trabaje, será un ciudadano bienvenido y bien tratado.

Cinco enfoques para el tratamiento necesario de la población

  1. Tener un enfoque de largo plazo. A Colombia le ha costado un poco despegar en las recomendaciones que les hacen muchas universidades: ni siquiera si Maduro cayera hoy, habría un retorno inmediato. La experiencia dice que las migraciones, después de algunos años, llegan para quedarse. Y las estadísticas dicen que solo se regresa solo un 25%, generalmente lo hacen los muy mayores o los recién llegados, pero quienes migraron entre los 25 y los 30 años, que tienen hijos o los tuvieron en el país donde llegaron y esos hijos ya se integraron a la escuela o empiezan a hablar con el acento del lugar, no regresan.
  2. No es un problema de paños calientes: centrar los esfuerzos en la integración económica y ciudadana de los emigrantes en el país receptor. 
  3. Hay que hacer políticas culturales para la migración para conocer la cultura, las leyes o aporte económico que los organismos internacionales han empezado.
  4. Enfoque humanista y de derechos humanos: comunicar los derechos fundamentales de los que es garante el Estado colombiano y los gobiernos locales. 
  5. Estas naciones están condenadas a mirarse, a viajar de un lado a otro y, además, cuando comience la recuperación de Venezuela será una gran oportunidad de negocios y de expansión para Colombia, incluso en el área petrolera, donde ha avanzado mucho más en las técnicas de exploración e investigación que servirá para tener ventajas competitivas.

Estrategias de opinión pública para la integración de los inmigrantes

  • Dar seguridad a la opinión pública
  • Evitar hablar de cifras muy grandes de inmigrantes llegando porque eso no genera solidaridad, sino miedo en la sociedad de acogida.
  • Hablar de personas concretas, de sus historias, de su humanidad.
  • Ayudar a no politizar la cuestión de la inmigración
  • Buscar el consenso político entre los partidos para no hacer combate político nacional alrededor del tema.
  • Tener paciencia para la “shuttle diplomacy”. Hablar con todos los partidos. Encontrar aliados en todos los cuadrantes.
  • Trabajar sentimientos de empatía con los inmigrantes: ¿cómo deben ser acogidos e integrados en los países que van a trabajar? Tratar a los otros como nos gustaría que nos trataran a nosotros, teniendo coherencia entre lo que se exige para los nuestros y lo que hacemos.
  • Desmitificar los prejuicios con hechos y conocimiento: no es enfrentarlos diciendo que los inmigrantes son malos, sino ofrecer datos, investigaciones que refuten esto.
  • Hacer y divulgar estudios científicos que aporten conocimiento sobre los temas clásicos de prejuicios (criminalidad e inmigración; saldo financiero de la inmigración; los medios y la inmigración).

Cinco recomendaciones para la cobertura responsable

  1. Manejar correctamente las cifras: citar estudios e instituciones con credibilidad y criterios metodológicos.
  2. Darles siempre contexto a las informaciones de página roja: si sabemos que la criminalidad es la mayor fuente de xenofobia y si es necesario mencionar la nacionalidad, hacerlo con contexto sin revictimizar.
  3. Pasar de periodismo de revelación al de explicación: no es dar primero la noticia, es ofrecer investigación a fondo del hecho.
  4. Darle contexto internacional al fenómeno: rozar temas como empatía, derechos, solidaridad, y recordar que este es un fenómeno constante en la historia de la humanidad.
  5. Ratificar y hacer visibles puntos de confluencia: contar, desde la vida cotidiana, los aspectos en común entre la cultura del país receptor y la del país de origen, y la historia de ambos países.

Recomendaciones específicas para las prácticas de comunicación sobre la migración venezolana en Colombia

  1. Recordar y valorar las migraciones de ida y vuelta: recordar las migraciones colombianas a Venezuela, las migraciones venezolanas que han llegado a Colombia desde el inicio del siglo XX:
  2. Promover la no conversión del fenómeno migratorio en un asunto del conflicto político nacional: los políticos y medios a veces ponen en el medio las historias humanas de la migración a cambio de que las decisiones políticas del país vayan en favor de lo que desean y en detrimento de la condición de los emigrantes en el país.
  3. Subrayar el aporte potencial de toda migración y de la venezolana en particular.
  4. Promover el diseño de políticas públicas de largo aliento en el Estado y los gobiernos.
  5. Explicar que no se trata de un fenómeno coyuntural sino de un componente estructural del futuro de Colombia. La caída de Maduro no representa el fin de la migración.

Decálogo de buenas prácticas en la cobertura de situaciones de migración, refugio y asilo

  1. La movilidad humana es un derecho humano y debe ejercerse con dignidad y seguridad: un periodismo y prácticas de comunicación que asuman su responsabilidad como agentes sociales facilitadores de la convivencia puede servir como instrumento de incidencia para el mejoramiento de las condiciones de migrantes en situaciones de vulnerabilidad y favorecer su integración.
  2. Todo ser humano tiene derecho a ser tratado y nombrado como persona en su dignidad e integridad: es un sujeto pleno de derechos y no solo como personas con necesidades que atender. Evitar el signo de victimización, hay que darle su papel de personas. La información sobre su grupo étnico y país de origen se recomienda cuando sea estrictamente indispensable para la comprensión de la noticia.
  3. El periodismo de calidad debe contrastar las fuentes y ofrecer todas las voces posibles en el marco de pluralidad y diversidad (equilibrio de fuentes) con el fin de reducir al máximo las posibilidades de desinformación, errores, omisiones y ejercer el derecho humano a la comunicación (incluir las voces y testimonios de migrantes como actores y no como “accesorios”.
  4. Se deben evitar las generalidades y simplificaciones sobre las personas migrantes a la hora de elaborar las informaciones, igual las informaciones sensacionalistas, la exacerbación del escándalo y el morbo que resaltan prejuicios y refuerzan estereotipos sobre quienes migran. Por ejemplo, las personas que cometen delitos son personas concretas, no culturas, ni nacionalidades: cuando se generaliza la acción de un individuo a todo “su colectivo” se apoya la reproducción de estereotipos del discurso xenófobo.
  5. Es posible humanizar las cifras y los datos, pasar del periodismo de revelación al periodismo de explicación.
  6. Adoptar una posición crítica hacia las actitudes racistas y/o xenófobas: promover campañas de sensibilización que cuestionen cualquier forma de abuso de poder y/o violencia a personas en situación de movilidad humana involucrando a toda la ciudadanía. La base de la armonía y la convivencia pacífica en un país es el respeto de las religiones, las visiones políticas, las diversas nacionalidades y el reconocimiento a la alteridad.
  7. Contextualizar las informaciones y promover el respeto a la diversidad como rasgo de la democracia. Profundizar en los análisis sobre la situación socioeconómica del contexto, sin tomar a la migración como causa o efectos negativos de la misma.
  8. Las palabras importan: los titulares y las imágenes también. Deben seleccionarse en coherencia con los textos referidos a la información, buscando un tratamiento respetuoso de la dignidad de las personas y las adversidades culturales. Evitando la terminología belicista o catastrófica con palabras como “tsunami”, “oleada”, “alud”, “avalancha”, “ilegal” o “irregular”.
  9. Promover experiencias positivas de integración, así como experiencias de diálogo cultural en la vida cotidiana, desarrollando agenda propia, más allá de lo tomado como actualidad o coyuntura. Poner en práctica experiencias positivas que surjan casi espontáneamente.
  10. Informar, promover y vigilar el cumplimiento y promoción de los derechos humanos, el conocimiento de los marcos normativos internacionales y nacionales sobre derechos humanos, el conocimiento de los marcos normativos internacionales sobre derechos, procedimientos, recursos y obligaciones que tienen las autoridades frente a un refugiado y solicitante.

Buenas prácticas para reflexionar alrededor de la migración que compartieron los participantes

Acciones jurídicas para integrar a migrantes venezolanos

Entre 2017 y 2021, el Permiso Especial de Permanencia fue el documento que Migración Colombia creó para acoger a los migrantes venezolanos que no tenían posibilidad de acceder a una visa regular. Sin embargo, en marzo de 2021, el Presidente de la República firmó un decreto en el que se crea el Estatuto Temporal de Protección para Migrantes Venezolanos, que les permitirá tener legalidad por 10 años dentro del territorio.

Ana María Moreno, asesora para Asuntos Jurídicos de la Gerencia de Fronteras, explica: “Las reacciones de los colombianos han sido muy negativas y es importante que los comunicadores ejerzan una labor de educación frente a lo positiva de esta medida para que pueda cumplir su función. Son reacciones normales que no solo se ven en Colombia, sino en muchos países cuando se adoptan medidas para acoger migrantes, refugiados”.

Así mismo, la especialista abordó el tema de la vulnerabilidad de los migrantes irregulares, pues tienen más probabilidad de pertenecer a una red de delincuencia o de trata de migrantes o competencia desleal, condiciones de marginalidad y pobreza. Para el gobierno es claro que es necesario resolver esto. Así, naturalmente, el migrante regular se convertirá en una fuerza contribuyente y productiva a la nación.

Es por este motivo que la regularización es la puerta para que la población migrante acceda a la oferta de servicios del Estado y a una efectiva integración socioeconómica. ¿Cómo podemos lograrlo? Elevando la tasa de regularidad, luego de los Permisos Especiales de Permanencia y facilitando la integración socioeconómica de la población migrante que tiene vocación de permanencia en el país.

Conclusiones

No satanicemos a la sociedad receptora. Todo movimiento masivo genera preocupación. Por eso el trabajo de apertura, de lucha contra las patologías de la alteridad, el racismo, la homofobia, el sectarismo político, son una actividad que requiere de formación, educación, no son inmediatas. Es muy poca la gente que de inmediato puede respetar a un homosexual o a una persona transgénero, porque los valores han sido impuestos de una manera por siglos. Por eso estos talleres y este trabajo de reflexión de nuestros propios prejuicios, es fundamental. 

En el trabajo de pasar de la migración como problema a la integración como derecho humano, tenemos una práctica de comunicación responsable y una práctica conceptual que no puede aplicarse sin una revisión y conocimiento de los derechos humanos o la valoración de las prácticas propias de Colombia.

El trabajo no es solo de ayuda humanitaria o de derechos, hay que agregar comunicación y formación hacia los migrantes venezolanos y los retornados colombianos. Esta es la noción fundamental de la convivencia que queremos.

El 66% de los colombianos está en desacuerdo con el Estatuto de Protección Temporal para los Migrantes Venezolanos, lo que quizá quiere decir que al ciudadano de a pie le hace falta la información de lo positiva que puede resultar la integración de los venezolanos a la sociedad colombiana, porque ya lo sabemos: la migración de venezolanos a Colombia no será efímera. 

Se necesitan políticas públicas globales y actuación concertadas entre Estado, gobiernos locales, ONG, empresarios y exigir el aporte económico y técnico de otros países, porque es una responsabilidad internacional. Existen normas que regulan la migración como un derecho humano y, a pesar de esto, solo una parte de los migrantes que llegan a la sociedad receptora se hacen ciudadanos con derechos y deberes se hace ciudadano.

En consecuencia, la atención humanitaria es solo una parte del tratamiento. La integración de largo plazo es la tarea. Y más si lo vemos de esta manera: la recuperación de Venezuela puede ser el gran paso adelante para la integración.

¿Cómo se puede generar empatía entre los que se quedan y se van? Luchando contra los 10 estigmas. Documentando a los comunicadores y a los propios migrantes. Teniendo un programa de educación ciudadana para la migración. El ciudadano se crea, se educa, y también necesita aprender sobre cómo ser abierto a la migración.

El migrante tiene que ser educado constantemente, pero también tiene que contar con su ejemplo en la sociedad. Hacer historia permanentemente de cómo las migraciones han representado el enriquecimiento de los países. No olvidar que Estados Unidos es lo que es gracias a que es un país de migrantes y tampoco satanizar a la sociedad receptora. No creer que el maltrato se debe a que la persona no es de ese país. El migrante debe entender que está en un país que tiene sus propias costumbres y adaptarse a ello.

Sobre el maestro

Tulio Hernández (Venezuela)

Columnista de El Nacional. Escritor venezolano que ha combinado el oficio de sociólogo con el periodismo de opinión, la gestión cultural y la actividad académica universitaria. Fue miembro del Instituto de Investigaciones de la Comunicación (ININCO) de la UCV y del Comité de redacción del diario El Nacional, donde fue columnista dominical por dos décadas, lo que le dio el material para su libro Una nación a la deriva (2017). Entre otras publicaciones, sus escritos han sido publicados en El País, The New York Times en español y la revista Arcadia. Huyendo de una amenaza de cárcel del gobierno venezolano, vive en Bogotá desde 2018.

Sobre el taller

El taller 'Cómo comunicar la inmigración en Colombia' fue convocado por la Fundación Gabo y ACDI VOCA y contó con la participación de comunicadores de Atlántico y Barranquilla, en su primera edición, y Magdalena, Cesar y La Guajira, en su segunda edición. Fue dirigido por Tulio Hernández (Venezuela), sociólogo y columnista de medios como Frontera Viva y La Gran Aldea. Se realizó vía online, entre el 2 y el 25 de marzo de 2021.

 

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