Fue un día para las preguntas. Sobre los títulos. Sobre el tiempo de trabajo. Sobre la estructura. Durante el tercer día, los asistentes al taller de periodismo narrativo con Leila Guerriero siguieron trabajando en su escritura y empezaron a encontrar soluciones a sus textos, pero también preguntaron. ¿Cómo defender el texto frente a los productos multimedia que ahora ocupan a los periódicos? ¿Cómo organizar la información? ¿Qué metodología funciona? ¿Cómo poner distancia emocional de una persona a quien se ha seguido por meses?
No sólo ellos tenían preguntas para la maestra. Leila Guerriero compartió con los talleristas una lista de preguntas para hacer al texto antes de entregarlo a un editor.
A continuación, algunas preguntas de ese cuestionario, otra lección de periodismo:
-¿El texto dice lo que uno esperaba que dijera? ¿Cumple con la consigna? ¿Responde a la pregunta?
-¿Arranca de la mejor manera posible? ¿El comienzo hace justicia al texto?
-¿Están todas las fuentes que tienen que estar? Si es una historia sobre victimarios, ¿están las víctimas? Si es una denuncia sobre una situación, ¿están los denunciados? Es decir: ¿cumple con las reglas básicas del periodismo?
-¿Se entiende el contexto?
-¿Hay problemas de estructura? ¿Está la información necesaria?
-¿Las fechas son correctas? ¿Las fuentes fueron citadas?
-¿La cronología tiene datos inentendibles? ¿Va de A a B?
-¿Hay escenas estáticas intercaladas con otra de acción?
-¿Es un texto eficaz? ¿No tiene mesetas insufribles?
-¿Hay descripciones físicas de las personas que intervienen? ¿Es necesario que haya descripciones físicas de toda la gente que interviene?
-¿Tiene los datos duros necesario? No se pueden obviar. Por ejemplo, no se puede escribir sobre un país obviando la historia.
-¿Hay momentos de silencio? El texto no puede gritar todo el tiempo.
-¿Hay equilibrio de voces y opiniones?
-¿Hay palabras innecesarias, tics, errores de sintaxis, faltas de ortografía?
-¿Hay lugares comunes?
-¿Nos esforzamos por darle a cada frase el mejor tratamiento posible?
-¿Tiene exceso de estilo?
-¿Está bien hecha la presentación de los personajes?
-¿Se recarga en los aspectos hostiles del personaje?
-¿Es un texto con mirada interesante o prejuicioso? Por ejemplo, si es un texto sobre un político que nos cae mal, hay que verlo sin prejuicios, no escribir un perfil opinado. Que la realidad, que los hechos, se encarguen de retratarlo.
-Si es un perfil, ¿se entienden los motivos del protagonista? ¿Es un equivalente a una radiografía de su mundo interno?
Leila Guerriero también aconsejó prestar mucha atención a temas en apariencia menores. A controlar los nexos, a que el paso de un bloque a otro no esté resuelto de cualquier manera, que no haya tics repetidos: “Cuando esa mañana Juana se levantó… Cuando esa misma tarde sus hijos llegaron… Cuando el reloj marcó…”.
El escritor debe estar muy atento a controlar que las escenas cancelen. Si se abre una situación, en algún momento será el día siguiente, los personajes abandonarán el escenario. Hay que mostrar el momento en que la escena se cancela. Guerriero advierte también sobre las trampas del ego: cuando el estilo del autor se pone por delante de la historia y termina por taparla.
El taller
El taller se lleva a cabo del 22 al 26 de mayo en Managua, Nicaragua, en el marco de Centroamérica Cuenta, constituido desde 2012 en el evento literario más relevante de la región y organizado por Sergio Ramírez, miembro del Consejo Rector de la FNPI. Los aliados para este encuentro son la Cooperación Suiza para el Desarrollo (Cosude), Movistar y Agri-Corp.
La maestra
Leila Guerriero comenzó su carrera periodística en 1991, en la revista Página/30. Desde entonces sus textos han aparecido en La Nación y Rolling Stone, de Argentina; El País y Vanity Fair, de España; El Malpensante y SoHo, de Colombia; Gatopardo y El Universal, de México; Etiqueta Negra, de Perú; Paula y El Mercurio, de Chile; Granta, del Reino Unido; Lettre Internationale, de Alemania y Rumanía; L´Internazionale, de Italia, entre otros medios. Es editora para el Cono Sur de la revista mexicana Gatopardo. En 2005 publicó el libro Los suicidas del fin del mundo (Tusquets Argentina y España), traducido al portugués y el italiano. En 2009, publicó una recopilación de crónicas titulada Frutos extraños (Aguilar Colombia y Argentina) que, en 2012, editó Alfaguara en España. En 2010 su texto El rastro en los huesos, publicado en El País Semanal y Gatopardo, recibió el premio Cemex-FNPI. En 2013, publicó Plano americano (Ediciones Universidad Diego Portales, Chile), que reúne veintún perfiles de personalidades de la cultura de España y Latinoamérica. Su trabajo ha formado parte de antologías como Mejor que ficción (Anagrama, 2012) y Antología de crónica latinoamericana actual (Alfaguara, 2012). Desde enero de 2014 es columnista de la última página del diario El País, de España. En el año 2014 recibió un premio Konex en la categoría Crónica y testimonio. Desde 2016 dirige la Especialización en Periodismo de la Fundación Tomás Eloy Martínez, de Buenos Aires.