Siempre fue buena en estadística, pero nunca se soñó haciendo lo que hoy hace. De hecho, al comienzo no le gustaba. Pero aprendió a entender el periodismo de datos, derribar mitos y comprender que, esencialmente, esta rama del oficio sigue siendo periodismo, y que los datos son un ‘personaje’ más que hay que escuchar, analizar, interpretar.
Daniela Guazo, coordinadora de la Unidad de Datos en El Universal, de México, y Premio Ortega y Gasset 2015 en la Categoría Multimedia por el trabajo “Desaparecidos. Duelo Eterno”, entre otros reconocimientos, conversó acerca de los principales mitos a los que se enfrenta el periodismo de datos, herramientas y consejos básicos para empezar en este campo, e incluso hizo un llamado a los líderes de medios para invertir más y mejor en esta rama.
Muchos de los periodistas confiesan que acaban siéndolo porque le huyeron toda la vida a las matemáticas. Ese es uno de los mitos alrededor del periodismo de datos, que debes ser un experto con los números. Para ti, ¿cuáles son los mayores prejuicios que detectas en los periodistas para evitar el análisis de los datos?
Uno justamente es ese, y yo lo tuve. Cuando a mí me dijeron que me metiera a estudiar esta parte del periodismo de datos, yo tenía en mi mente: “Es que esto es matemáticas, es que es Excel, es que a mí no me gusta, es que esto no es estar en la calle, esto no implica entrevistar gente”, pero después la verdad es que lo fui entendiendo. No era meterme a fuerza a las matemáticas, yo ya tenía una facilidad con la estadística, por eso fue que también vieron en mí esa oportunidad de especializarme, y después empiezas a entender que realmente los datos son una fuente más. Es una fuente que tienes que entrevistar, que tienes que hacerle preguntas, que tienes que cuestionarte a partir de ellos; los datos te brindan una guía de hacia dónde vas a ir cuando estés en calle.
Digamos que eso fue lo principal, y otra cosa es la cuestión de los tiempos. Mucha gente no entiende o no visualiza cuánto te puedes tardar en hacer una historia de datos, o con datos. Claro que existen redacciones como las de Estados Unidos, la de The New York Times o The Washignton Post, que tienen sus departamentos que son grandes y pueden contribuir muy fácil al breaking news. Hay un breaking y puedes salir con diferentes departamentos, incluyendo datos, infografía, visualización, y puedes salir con algo para el día siguiente, pero requiere mucha especialización. Cuando no tienes un equipo grande, hacer una historia real de periodismo de datos con análisis –y ni siquiera estoy hablando de grandes bases de datos–, que traigas datos analizados realmente pues te toma más de 2, 3 o 4 días, y más si los trabajas solo; es algo a lo que muchos se están enfrentado: quieren empezar en esto pero no tienen los grandes equipos, no tienen a un analista, a un diseñador, a un programador, y estar en esta cuestión solito o solita toma tiempo. Esa es una de las cosas, porque me ha tocado trabajar con editores que creen que es muy rápido: “Oye, quiero los datos de los homicidios”. Ok, ahí están, pero déjame bajarlos, déjame analizarlos, déjame ver qué hay. Sí se puede hacer breaking news si tienes algo de apoyo, pero si quieres algo de largo aliento sí tarda, requiere tiempo y presupuesto.
El tiempo, la negativa que tienen muchos a las matemáticas, y otra es una cuestión de que creen que el periodismo datos es suficiente con que tomes un curso de Excel, y no se han dado cuenta de que es una rama, una especialidad del periodismo que tienes que ir cultivando. Yo hice mi primer curso en 2009 y ahí literalmente me dijeron: “Tu curva de aprendizaje para saber más o menos cosas avanzadas, y aún así seguir practicando y conociendo nuevas formas de análisis, son siete años”. A mí ahí me marcaron, literal nos lo dijeron: la curva de aprendizaje es mínimo de siete años, y tomando en cuenta que todo avanza muy rápido; tomando en cuenta que cuando había un PC había Excel, MySQL, Access. Ahorita muchos ya se metieron a R, Stata, Phyton. Hay muchísimas herramientas más de visualización gratuita, es un entrenamiento muy continuo, y esa es una de las cosas. Muchos como que con un curso están bien.
¿Cuál fue tu primera experiencia con el periodismo de datos?
Yo tuve una jefa que se llama Ana Arana, que es una periodista de investigación de Estados Unidos, y durante muchos años fui su asistente. Como asistente de ella y en las historias de investigación que ella lideraba, nos fuimos moviendo por los diferentes medios de Ciudad de México: El Universal, Gatopardo, y en Expansión, que es una revista totalmente enfocada a negocios. Ahí fue cuando más tuvimos contacto con esta parte numérica, y ella se fue a un entrenamiento a Londres, regresó y fue como esta cuestión de: “Lo que viene es el periodismo de datos, tienes que aprender esto”. Y de las primeras historias que me pusieron a hacer en ese sentido, analizamos una a una las relaciones que había entre el Dr. Simi, que es un personaje muy famoso aquí en México porque creó un emporio de los medicamentos genéricos en lugar de los de patente, que son muy caros. Creó un emporio de medicamentos genéricos, y el Dr. Simi fue un personaje que se hizo millonario, entonces empezamos a hacer como un análisis de redes de todas las personas que estaban alrededor de él, de qué tipo de relación había, entonces ahí yo empecé a tener contacto con la gente de análisis de la revista Expansión, porque era una revista de negocios. Tenían un departamento de Análisis para cuestiones como cuáles son las 500 empresas más importantes y todo esto, y con eso me fui juntando más, entonces empecé a hacer esa red de análisis, a aplicar más herramientas que yo no conocía, a ocupar más el Excel.
Después empecé mucho con temas de seguridad, empecé a ver mucho todos los datos abiertos que había de homicidios, de decomiso, pero ya los empecé a ver diferente, porque ya me estaban enseñando no solo a descargarlos, sino a cómo hacerles preguntas, a cómo jugar con ellos. Ahí fue que fui aprendiendo.
¿Cómo te convencieron de que el periodismo de datos era tu camino, si al comienzo no te gustaba?
La verdad costó que me convencieran al inicio de que me metiera a esto, porque a mí como que no me gustaba. Me ponían a descargar datos, pero yo no entendía qué hacer con ellos. Todavía soy bastante buena en estadística: sabía sacar promedios, variaciones, medias, pero pues a mí no me decían nada. Era como: “No entiendo para qué me hacen sacar esto”, pero en ese entrenamiento, que fue igual en Londres, tuve a dos grandes maestros. Hay algo que a mí me gustaría que permee en el periodismo de datos, y es que yo nunca tuve un entrenamiento con alguien que no fuera periodista. Yo jamás recibí un entrenamiento de un matemático, de un ingeniero o de un estadígrafo, solo hasta ahora que ya he llegado a acumular talleres de estadística más básica, pero al inicio mis talleres eran con periodistas, con periodistas que ya llevaban más de 10 años usando los datos, que al iniciar, era periodismo asistido por computadora. Ahí tuve de maestros a Aron Pilhofer, que en ese entonces estaba en The New York Times, luego se lo llevaron a The Guardian, y también a David Donald, que era un gran periodista de Estados Unidos, y la verdad cuando fui allá y tomé 4 días de entrenamiento, de 7 de la mañana a 5 de la tarde, y te enseñaban cómo llevar esto del análisis de datos a las historias, y era como: “A ver, pongan atención, denme una idea, denme un pitch, ¿Qué sacamos de aquí?”. Fue la vez que entendí muchísimo más, que eso te da mil herramientas y ya a partir de ahí, la vez que me gustó muchísimo, he intentado cada año seguir con un tipo de entrenamiento. Yo los doy ahora, pero también me gusta muchísimo tomar entrenamientos y estar con la gente que ha creado grandes productos de periodismo de datos.
Además de estos talleres sobre periodismo de datos, tomaste uno con Miguel Ángel Bastenier sobre cómo escribir un periódico impreso y digital. ¿Qué le aportó este a tu trabajo?
El taller de Baste para mí fue buenísimo. Ha sido de los mejores talleres en mi vida, la verdad. Bastenier era un gran maestro, un maestrazo. Hasta el momento yo vivo con la frase de él diciendo: “Escriban simple pero concreto, dejen de usar palabrerías que ni ustedes entienden”. La verdad es que con él yo aprendí mucho. Yo ya escribía, pero nunca había tomado cursos tal cual de redacción. Mi parte es muy dura, la parte de los datos. entonces el poder mezclar esta parte de hacer buenas entrevistas, escuchar realmente a la gente que estamos entrevistando, lo que estamos viendo, escribir simple…. La verdad para mí fue una gran oportunidad el taller de Baste, lástima que Baste se nos adelantó, pero si por mí hubiera sido, habría tomado otro taller con él.
Tú tuviste el privilegio de contar con buenos maestros y mentorías desde los inicios de tu carrera. Pero, para aquellas personas que no han tenido un acercamiento al periodismo de datos como tú, ¿cuál es el mejor consejo que puedes darles?
De los pro que ha traído la pandemia es que hay mucho webinar en línea, mucho webinar de universidades o de lugares que uno luego no puede acceder tan fácil. Te digo que esta universidad de Londres, a la que yo fui por primera vez a tomar un curso de periodismo de datos, cada año tiene eventos increíbles. Yo no he podido regresar a Londres, pero el año pasado sí tomé un webinar en línea, un webinar sobre análisis en Erre. Las clases para mí eran a las 4 de la mañana, pero yo sé la calidad de profesores que hay, y dije: “Pues no me importa, me meto”. Ahorita puedes acceder a mucho, mucho curso en línea. Está IRE, de Estados Unidos, ellos ahorita también por pandemia no hubo nada presencial, todo lo estuvieron llevando en línea, entonces la verdad es que te da un mayor acercamiento, porque cuando es presencial es avión, hotel, gastos, el curso... Es un gasto bien fuerte, pero ahorita con la pandemia hay mucho recurso en línea, y la verdad yo creo que es meterse a esos cursos, conocer gente y empezar a practicar desde bases chiquitas, que no te dé miedo armar bases chiquitas. Yo les pregunto a los asistentes a mis talleres: ¿Cada cuánto usan Excel en su vida? Pero en serio, no lo usen para meter cuánto gastan en el supermercado. Entonces, que se acostumbren a Excel, que no le tengan miedo a Excel, que vean todos los recursos que hay ahorita mismo en línea, y vayan probando.
No solo los periodistas: los medios, como empresas, tienen prejuicios sobre el periodismo de datos. Desde tu experiencia, ¿cuál es el mayor error que cometen los medios al hacer periodismo de datos?
Yo creo que su mayor error es justo eso, pensar que es algo que se genera de un día para otro, cuando además no tienes al equipo. Y dos, yo creo que en los medios sí hay dinero, nada más que no se invierte de manera adecuada, porque yo he conseguido de repente colaboradores jóvenes, analistas, desarrolladores, con los que he podido hacer alianzas para trabajar con ellos por proyectos, pero aún así tienes que conseguir pagarles por fuera. Entonces yo creo que saber que este tipo de periodismo requiere un pequeño presupuesto, que a lo mejor sí tienes que quitarlo de otras cosas, y que a lo mejor no te va a generar de momento ingresos económicos, pero te va a dar esa fama como un medio que está innovando, te va a llevar a premios, a reconocimientos… Yo creo que eso es lo que no ve todavía. Creen que es algo que se puede hacer fácil y barato, y esto requiere mucha especialización. Simplemente un periodista que a lo mejor empiece a tomar cursos de análisis de datos, un poco de visualización, pues está pagando de su bolsa cursos que no son nada baratos; un diseñador, alguien que sepa de diseño de información quiere decir que ya tiene una especialización detrás; un analista de datos que sepa un poco de periodismo... Son sueldos que están muy por arriba del promedio de lo que gana un periodista. Es importante saber que es un trabajo que cuesta, que yo sé que no se puede mantener en una nómina mensual, pero que sí se debería tener esa cierta bolsa que te dé para decir: “Ok, tengo para tantos proyectos, entonces a lo mejor te puedo dar aunque sea 3 proyectos al año, puedo costear 3 proyectos al año con este equipo que me estás planteando”, y te puedo asegurar que puedes tener 3 grandes proyectos. Pero se encierran en este punto de “no hay dinero, no tengo gente, hazlo con lo que tengas”, y así es muy complicado.
¿Cómo se derrumba el mito de que el periodista de datos no sale a la calle?
Yo creo que, tal cual como he dicho en los talleres que dicto, el periodismo de datos, para que no nos rompamos la cabeza, es periodismo. Es periodismo, y los datos por sí solos nunca van a ser suficientes, nunca. Aunque traigamos un buen análisis, eso por sí solo nunca es suficiente, siempre tenemos que ir a nuestras fuentes de calle, a hacer entrevistas, a hacer reporteo, a buscar historia, es lo mismo. El dato solo no te dice nada, necesitas a alguien que lo represente. Entonces, cuando hacemos ese tipo de historias, cuando es el puro, puro dato, es un poquito más débil, no es tal cual como un producto completo, y no sustituye en absoluto el reporteo. Siempre lo digo: El periodismo de datos es periodismo, y los datos por sí solos no generan nada. No son suficientes, necesitamos ir a la calle, corroborar esos datos que estamos teniendo. Ese análisis que hicimos necesitamos corroborarlo en la calle, porque de la realidad nos vamos a dar cuenta en la calle, no en el Excel. El Excel nos va a dar una idea de hacia dónde nos vamos a ir, pero la realidad va a estar fuera, y a lo mejor esa realidad va a estar muy diferente frente a lo que trae tu análisis, y ahí traes otro dato que puedes abarcar, pero creo que es insustituible la fuente, el ser humano tal cual, y el reporteo en la calle.
¿Cómo ha sido la experiencia de hacer proyectos trasnacionales de investigación y periodismo de datos?
La verdad es que han sido muy buenas experiencias. Ahorita por pandemia está parado un poco, pero cuando yo entré a El Universal, que fue en 2015, creo que ese mismo año fue que hicimos el proyecto de desaparecidos con Ginna Morelo, cuando ella era la que llevaba la Unidad de Datos de El Tiempo, y la verdad es que te das cuenta de todas las problemáticas que compartimos como región. México de frente no sabe si acomodarse para arriba o para abajo, no te sientes de EEUU ni de Latinoamérica del todo, pero compartimos más problemáticas con Latinoamérica de las que quisiéramos. Entonces, cuando te das cuenta de eso, puedes dar un panorama mucho más amplio en tu propio país, que a veces pensamos que las desapariciones son solo aquí en México, y no. Cuando vemos el caso de Colombia también era gravísimo, el peso de Colombia también era muy grave.
Trabajé en otro con Fabiola Torres, que en ese tiempo estaba en Ojo Público, sobre los costos de los medicamentos para diversas enfermedades, la industria farmacéutica. Fuimos muchos colaboradores, y veíamos las mismas prácticas monopólicas de los precios. Te da una visión más amplia de lo que somos como región.