Bien dice el dicho que la experiencia hace al maestro y es algo que puede aplicarse al Colectivo de Comunicaciones Montes de María Línea 21. Nació hace 33 años, cuando jóvenes de esa región al norte de Colombia, liderados por Soraya Bayuelo y Beatriz Ochoa, se idearon promover espacios de comunicación alternativos para construir ciudadanía, participación e identidad.
Desde entonces, han gestionado infinidad de proyectos e iniciativas, ganando reconocimiento internacional y convirtiéndose en un referente espléndido para otros colectivos, dedicados a narrar territorios y culturas propias.
De esa experiencia habla con propiedad Julio García, secretario general del Colectivo Línea 21 y, a su vez, coordinador de actividades del Museo Itinerante de la Memoria y la Identidad de los Montes de María, producto del trabajo que hacen.
En este mismo museo, en una de las salas, donde se exponen historias de vida, retratos y arte de mujeres víctimas de la violencia armada en esa zona, explica el porqué del colectivo, cómo surgió, lo que ha representado su existencia para los Montes de María. Lo hace ante unos 30 jóvenes de los colectivos de comunicación GecoUrbana y Cososabara, que llegaron de visita desde Cartagena de Indias para conocer la experiencia que ha hecho destacable a Línea 21.
Unidos por un mismo fin
GecoUrbana fue recientemente conformado y estrenado, en Ciudad del Bicentenario, en Cartagena de Indias, por jóvenes que sintieron curiosidad por las cámaras de fotos y videos, por contar historias. Esos mismos gustos unieron a jóvenes de Barú, zona insular de la ciudad, agrupados en otro colectivo: Cocosabara. Ambas iniciativas tienen el apoyo de la Fundación Gabo y de la Fundación Santo Domingo.
Cada uno de sus integrantes quiso participar porque algún vecino, familiar o amigo le contó sobre la apertura de los grupos, pero también por las ganas de narrar a sus comunidades y compartir sus experiencias. Son motivaciones similares a las que han tenido algunos miembros de Línea 21. “Dentro de las acciones que más destaco durante esta visita es el compromiso que tienen los chicos de GecoUrbana y Cocosabara hacia aprender todos los temas de la apropiación de las herramientas (de comunicación), pero también a conocer su territorio y empezar a investigar su identidad”, recalca Julio García. Él ingresó al colectivo de los Montes de María tras ser víctima del desplazamiento forzado. Contando su propia historia encontró una forma de liberarse, de empezar a sanar y revertir el estigma social por ser un desplazado interno.
Planear para contar
Uno de los principales consejos que entregan Julio y el equipo de Línea 21 a los jóvenes visitantes es siempre tener un plan de trabajo. “Tener claro lo que se va a hacer”, dice, es lo que permite obtener resultados óptimos al momento de “contar el territorio desde el territorio”.
García recalca a los jóvenes que gran parte de este trabajo requiere realizar investigación y trabajo de campo. Enfatiza en que “preguntar y saber escuchar es lo que lleva a hacer una buena investigación”. Ahora que están conformados como organizaciones GecoUrbana y Cocosabara, añade Julio, es momento de que los colectivos planeen acciones comunicacionales en sus territorios, y que en un futuro puedan generar espacios de comunicación y de construcción de ciudadanía, participación e identidad, tal como lo ha hecho Línea 21 en Montes de María.
Un modelo a seguir
Para Elizabeth Padilla Valiente, integrante de GecoUrbana, la visita a El Carmen de Bolívar, ha sido enriquecedora. “En verdad aprendí mucho sobre la cultura de esta zona, de su historia, de sus conflictos; de cómo han sabido levantarse, renacer, tomar la tradición y mostrarla a Colombia y el mundo”, afirma.
“De aprendizaje me llevo el trabajo en equipo, el trabajo constante, el hecho de que seamos nosotros, parte de nuestro territorio, quienes podemos contar las historias, que seamos nosotros quienes nos apropiemos de ellas”, agrega, poco después de haber recorrido el museo y ver plasmadas en sus paredes las historias de dolor de la guerra, pero también de esperanza.
Para Yina Carmona, también de GecoUrbana, esta visita ha generado en sus compañeros inspiración y expectativas sobre lo que puede avecinarse para ellos en algunos años. “Conocí historias que no sabía, costumbres del lugar, pasamos momentos chéveres entre los colectivos. Los de Línea 21 también empezaron como nosotros, jóvenes, y creo que en un futuro llegaremos a ser como ellos”, finaliza.