Quinto día, quinto texto para escribir y analizar. Los asistentes escogieron de una lista de cinco opciones personales –como contar sobre los consumos, la propia maldad, la relación con el cuerpo- o describir el video de un patinador sobre hielo. Mirarse o mirar a otro.
Al quinto día, la mirada había cambiado. Si el lunes casi nadie había escrito sobre la consigna –las tardes de domingo- el viernes casi todos lo hicieron con una prosa más limpia y con más organización. Ese día aparecieron los mejores textos de taller Periodismo narrativo: reporteo, mirada y estilo, dictado por la maestra Leila Guerriero.
Los participantes evaluaron su crecimiento. “Con todas las devoluciones de esta semana, es mucho más fácil ver con ojo de editor lo que no funciona en el texto. Eso no ocurría conmigo al inicio de la semana: ver el texto desde otra perspectiva que no fuera la propia”, dijo Natalia Díaz, de Costa Rica. Alonso Matablanco, también costarricense, habló sobre el desafío de escribir el último texto a la sobra de los cuatro anteriores: “Fue un gran reto: ver todo lo que uno había hecho mal y ver en detalle, quirúrgicamente, donde estaba el fallo y no repetirlo”.
Valeria Guzmán, de El Salvador, valoró el peso de la mirada, algo que antes no tenía en cuenta a la hora de la revisión. “No sólo son los números, la verificación de hechos; el lugar desde el cual cuento es algo que tiene que ser verificado”. Daniel Rivera, de Colombia, elogió el crecimiento del grupo. “Desde el lunes hasta hoy, la calidad ha aumentado muchísimo. Ahora se nota la conciencia del uso de los tiempos, de cómo funcionan las palabras en los textos”.
Escribir sobre sí mismos –quizás el tema que mejor conocen- ayudó a que los textos fueran mejores, dijo la maestra. “Cuanto más dueño uno es del material, la información se organiza mejor en la cabeza y los recursos narrativos fluyen mejor. En la rigidez al escribir hay una inseguridad que nos impide que los recursos narrativos funcionen”.
Antes de cerrar el taller, Leila Guerriero aconsejó a los asistentes no esperar al momento ideal, circunstancia ideal, año ideal o situación ideal para empezar a construir textos que, con el tiempo, se transformen en una obra. “Para hacer este tipo de textos es necesario tener entrega y disciplina. No quiero decir que renuncien a sus vidas, pero a veces uno no va al cumple de Mongo porque hay que estar metido en el estado de escritura”. Ella ve que mucha gente quiere escribir pero piensa que hacerlo es como aplastar un botón de play y no entiende el trabajo que está detrás. “Que la historia parezca fácil, sencilla, es complicadísimo”.
El taller
El taller se lleva a cabo del 22 al 26 de mayo en Managua, Nicaragua, en el marco de Centroamérica Cuenta, constituido desde 2012 en el evento literario más relevante de la región y organizado por Sergio Ramírez, miembro del Consejo Rector de la FNPI. Los aliados para este encuentro son la Cooperación Suiza para el Desarrollo (Cosude), Movistar y Agri-Corp.
La maestra
Leila Guerriero comenzó su carrera periodística en 1991, en la revista Página/30. Desde entonces sus textos han aparecido en La Nación y Rolling Stone, de Argentina; El País y Vanity Fair, de España; El Malpensante y SoHo, de Colombia; Gatopardo y El Universal, de México; Etiqueta Negra, de Perú; Paula y El Mercurio, de Chile; Granta, del Reino Unido; Lettre Internationale, de Alemania y Rumanía; L´Internazionale, de Italia, entre otros medios. Es editora para el Cono Sur de la revista mexicana Gatopardo. En 2005 publicó el libro Los suicidas del fin del mundo (Tusquets Argentina y España), traducido al portugués y el italiano. En 2009, publicó una recopilación de crónicas titulada Frutos extraños (Aguilar Colombia y Argentina) que, en 2012, editó Alfaguara en España. En 2010 su texto El rastro en los huesos, publicado en El País Semanal y Gatopardo, recibió el premio Cemex-FNPI. En 2013, publicó Plano americano (Ediciones Universidad Diego Portales, Chile), que reúne veintún perfiles de personalidades de la cultura de España y Latinoamérica. Su trabajo ha formado parte de antologías como Mejor que ficción (Anagrama, 2012) y Antología de crónica latinoamericana actual (Alfaguara, 2012). Desde enero de 2014 es columnista de la última página del diario El País, de España. En el año 2014 recibió un premio Konex en la categoría Crónica y testimonio. Desde 2016 dirige la Especialización en Periodismo de la Fundación Tomás Eloy Martínez, de Buenos Aires.