Santiago Wills Pedraza fue uno de los ganadores de la Beca Rosalynn Carter en su edición 2016-17. El cronista bogotano había propuesto investigar los casos de estrés postraumático entre veteranos del ejército colombiano y otros excombatientes. Gracias a los 7 000 dólares de los que está dotada la beca y a la asesoría de expertos en salud mental del Centro Carter de Atlanta, Wills realizó una serie de trabajos que fueron publicados en medios como El Tiempo y El Espectador.
Creada en 1996 por el mencionado Centro, la Beca Rosalynn Carter ha beneficiado y entrenado a numerosos periodistas de Estados Unidos, así como de Rumania, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Colombia, con el fin de mejorar la calidad de la reportería sobre salud mental en esos países.
Para 2019, la administración de la beca en Colombia, a cargo de la Universidad de la Sabana, ha abierto la convocatoria para todos los países de América Latina, con el apoyo de la FNPI. Esto con el fin de revelar el estado de la salud mental en la región y reducir el estigma y la discriminación en contra de personas que padecen de enfermedades mentales.
A continuación, Santiago Wills nos cuenta su experiencia como becario Carter y su percepción sobre el cubrimiento que se hace sobre la salud mental en Colombia y América Latina. Lee la entrevista y postúlate a la Beca Rosalynn Carter 2019-20 hasta el 1 de julio de 2019.
¿De dónde surge tu interés por escribir sobre los casos de estrés postraumático entre veteranos del ejército y otros excombatientes del conflicto armado colombiano?
La idea de escribir sobre estrés postraumático y veteranos en Colombia surgió por una suerte de contraste. Entre 2011 y 2013 estuve estudiando y trabajando como periodista en Estados Unidos. En ese momento, las guerras en Iraq y Afganistán aún hacían parte asidua de la conversación pública. Lo mismo sucedía con el estrés postraumático. Al regresar, intenté buscar información sobre el tema en Colombia y me di cuenta de que no existían mayores trabajos sobre el tema. Dadas las características de este problema mental y la longevidad de nuestra guerra, sentí que valía la pena investigar el porqué de semejante silencio y sí efectivamente había historias que valiera la pena contar sobre el tema.
¿Cómo ayudó la asesoría de expertos y el apoyo económico que recibiste como parte de la beca al momento de desarrollar tu trabajo?
La asesoría de expertos y el apoyo económico de la beca fueron fundamentales para poder desarrollar el trabajo. Las investigaciones para poder abordar temas complejos de salud mental toman tiempo y recursos que la mayoría de medios no están dispuestos a dar. El dinero de la beca me permitió viajar en varias ocasiones para poder hablar y convivir con las fuentes de la historia. La asesoría de los expertos, por otro lado, me ayudó a la hora de poder tratar con esas fuentes. No habría podido escribir las historias sin esos apoyos.
¿Cuál es tu recuerdo favorito de tu paso por el Centro Carter en Atlanta?
Recuerdo, sobre todo, el tiempo con los demás periodistas y la gente del Centro Carter. Fue una oportunidad de conocer gente extraordinaria con quien pude formar lazos que aún hoy se mantienen.
¿Cómo calificas el cubrimiento sobre salud mental que se hace en el país y la región?
El cubrimiento sobre salud mental en el país y la región es escaso. Ocasionalmente --y en gran medida gracias a los esfuerzos de organizaciones como el Centro Carter-- se publican muy buenas historias, pero la regla es el silencio. Aún hay muchos estigmas relacionados con el tema de la salud mental en la región. Es necesaria una mayor cobertura para luchar contra ello.
¿De qué manera la beca ayudó a cambiar tu propia percepción sobre las enfermedades mentales?
Como me sucede cada vez que escribo una historia sobre un determinado tema, hubo un antes y un después de la reportería. Es inevitable ver, escuchar, entender, sentir, comprender. Y todo cambia después de esas experiencias, como cuando uno lee una gran novela. Los matices sobre el tema pasan a hacer parte de uno mismo. Queda algo de la complejidad y surge una necesidad de luchar contra el facilismo que busca explicar todo sin atragantarse.
¿Qué impacto percibes que tuvieron los trabajos periodísticos que produjiste como parte de la Beca?
Creo que tuvieron menos del que quería, pero al mismo tiempo más del que esperaba. Se escribieron varios ensayos de opinión sobre el tema y varias organizaciones se acercaron para saber más del tema. No obstante, no hubo mayor respuesta desde el gobierno, que en este caso es el único actor capaz de realizar un cambio sustancial. Es extremadamente complicado mover la aguja en temas como salud mental, pero creo que poco a poco el cúmulo de historias lo logrará.
¿Por qué recomendarías esta experiencia a otros periodistas?
Hoy es cada vez más difícil poder elegir una historia y tener el tiempo y los recursos necesarios para contarla a cabalidad. Esta experiencia permite precisamente eso: escoger un tema que realmente importe y dedicarle los meses y los viajes y las palabras que se merece.
Sobre la Beca Rosalynn Carter para periodismo en salud mental 2019
Es entregada por el Carter Center de Atlanta y la Universidad de La Sabana, en asocio con la FNPI - Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano. El acuerdo otorga dos becas para periodistas latinoamericanos que investiguen y produzcan reportajes que revelen el estado de la salud mental en la región. La convocatoria está abierta hasta el 1 de julio de 2019.
Creada en 1996, la Beca Rosalynn Carter ha beneficiado y entrenado a numerosos periodistas en Estados Unidos, Rumania, Sudáfrica, Nueva Zelanda y Colombia. Su objetivo consiste en mejorar la calidad de la reportería en salud mental en regiones donde más se necesita y, luego, facilitar que los países socios asuman las actividades de la beca. Para 2019, la administración de la Beca en Colombia ha abierto la convocatoria para todos los países de América Latina.