Los contenidos virales que abundan en las redes sociales se han vuelto no solamente parte de la cotidianidad de los usuarios de internet, sino también de los medios de comunicación más tradicionales. Los periodistas culturales hoy se enfrentan al reto de abordarlos, cuando estos se posicionan en la cima de las tendencias en plataformas digitales y en las mentes de las audiencias. Entonces surge la pregunta, “¿cómo reseñar y criticar estos fenómenos y cuál es el rol del periodismo cultural ante su veloz dispersión en los ecosistemas digitales?”.
Son algunas de las preguntas que intentó responder Arturo Aguilar Figueroa, periodista y crítico de cine mexicano, en el seminario web ‘¿Quién reseña o critica lo viral?’, organizado por la Fundación Gabo como parte de la agenda del Gran Foro de Artes, Cultura, Creatividad y Tecnología – GFACCT, llevado a cabo por el Gobierno Nacional de Colombia a través del Ministerio de Cultura, la Alcaldía de Medellín y la corporación CoCrea.
Durante su intervención, Aguilar explicó que el periodismo, incluyendo el cultural, está actualmente viviendo una reinvención profunda, desde los modelos de negocio de los medios hasta las funciones y herramientas que utilizan los periodistas en su trabajo cotidiano, y por lo tanto vale la pena reflexionar, con ejemplos prácticos que se vieron este año, sobre lo que el ejercicio de esta profesión puede aportar frente a los contenidos virales desde tres funciones primordiales:
1. Verificación del contenido viral
Es importante no olvidar el rol del periodismo como filtro que permita darle a conocer al público cuál información es real y cuál no lo es. Y, de ser necesario, desmentir directamente algunos de estos contenidos virales, especialmente en estos tiempos de pandemia en los que las noticias falsas y maliciosas pueden poner en peligro la salud y la integridad de la ciudadanía.
Aguilar puso el ejemplo de un archivo de audio que se difundió rápidamente a lo largo y ancho de México y Latinoamérica en mayo pasado, en el que se escuchaba a una joven mujer invitar a una “fiesta COVID” para supuestamente lograr inmunidad de rebaño ante el virus que ya hacía estragos en todo el mundo.
Este contenido se volvió viral en un momento en el que aún se tenía poca información sobre la COVID-19 y cómo enfrentarla, por lo que Aguilar explicó que desde su medio de comunicación se vieron en la obligación de reportar al respecto y evitar que una información incorrecta se siguiera multiplicando.
“Sabemos que eso puede sonar a un chiste (...), pero lo que no sabemos es en oídos de quién puede caer, que no tenga la capacidad y la información suficiente para entender que esto es algo muy peligroso y delicado, y que no debíamos de atender ese tipo de propuestas”, sostuvo el periodista.
2. Contextualizar lo viral
El periodismo cultural tiene la oportunidad de sumarse a las conversaciones alrededor de los contenidos virales aportando una visión más amplia y completa sobre sucesos y fenómenos que causan polémica cuando son vistos de manera superficial.
Aguilar citó el ejemplo de la película francesa Mignonnes, cuyo tráiler generó rechazo en varias esferas dentro de los Estados Unidos al ser tildada de promotora del tráfico infantil y de la hipersexualización de las niñas, incluso antes de conocer el contenido completo de la cinta.
“Es una de las grandes oportunidades donde nosotros (los periodistas culturales) tenemos que participar y ser mucho más asertivos y decir: ‘las películas, las obras, los libros no pueden ser vistos solamente a través de una de estas presentaciones de marketing que son los tráileres o las sinopsis’”, sostuvo Aguilar, entendiendo que estos elementos de publicidad y mercadeo son vehículos para llamar la atención del público pero que no proveen elementos suficientes para argumentar una reacción ante la totalidad de una obra.
Así, aportar el contexto necesario, en este caso de una película cuyo tráiler se volvió viral, le permite al periodismo cultural darle las herramientas y la información completa al público para que este tome decisiones educadas y emita juicios con conocimiento de causa.
3. Redirigir la conversación a terrenos más profundos
El periodismo cultural tiene la posibilidad de invitar a las audiencias a la introspección y la reflexión al analizar fenómenos y productos culturales, pues a partir de ellos hacen divulgación y generan conversación sobre las problemáticas y realidades que estas obras plantean.
Aguilar utilizó el ejemplo de los miles de jóvenes estadounidenses, apoyados por fanáticos del género musical k-pop (pop coreano), que boicotearon un mitin político del presidente Donald Trump en Tulsa, Oklahoma, el pasado mes de junio, al reservar las entradas al evento de manera masiva sin intención de asistir, con el único fin de que el público presente fuera mínimo.
“Ahí hay elementos en los que incluso podríamos hablar de cómo hay un nuevo involucramiento de nuevas generaciones en procesos políticos, una preocupación social, y cómo están utilizando precisamente estas herramientas para difundir su mensaje”, reflexionó Aguilar durante el seminario.
Para él, esa fue una oportunidad ideal que se abre para el periodismo cultural de tomar un tema viral para examinar fenómenos más profundos y complejos que ocurren en nuestra sociedad, de participar de esas conversaciones y redirigirlas hacia espacios más provechosos, alejándose de extremos y planteando una reflexión entre las audiencias.
Sobre Arturo Aguilar Figueroa
Periodista y crítico de cine, cultura y medios, con experiencia en medios impresos, electrónicos y digitales. También consultor y editor, especialista en convergencia editorial, industria de medios, industrias culturales y del entretenimiento.
Actualmente trabaja como consultor y analista de cine y televisión para Creative 1021 y para una plataforma de VOD / streaming. Colabora como crítico de cine y periodista en el programa Así Las Cosas de W Radio, y en las revistas Gatopardo y Nexos; y hasta hace poco, gerente de Información y Contenidos del programa Malditas Redes Sociales de Canal 22.
Sobre el GFACCT 2020
El Gran Foro de Artes, Cultura, Creatividad y Tecnología – GFACCT fue organizado por el Gobierno Nacional de Colombia, a través del Ministerio de Cultura, la Alcaldía de Medellín y la corporación CoCrea. Consistió en un escenario de diálogo, conocimiento y cooperación internacional, que tuvo lugar entre el 9 y 16 de noviembre de 2020, y reunió virtualmente a un centenar de expertos de 16 países a través de conferencias, paneles y casos de estudio de todo el mundo.