Dos agencias de fact-checking brasileñas y sus colaboradores han sido objeto de ataques virtuales a raíz de su participación en un proyecto liderado por Facebook que busca detener la difusión de noticias falsas en la red social.
Varios movimientos políticos de Brasil han acusado a Agência Lupa y Aos Fatos y a sus periodistas de censurar y actuar con un sesgo ideológico, a través de una serie de agravios personales y críticas a la supuesta falta de honestidad.
Las agencias forman parte del programa de verificación de noticias que Facebook lanzó en Brasil el pasado 10 de mayo. Se trata de una iniciativa presentada inicialmente en diciembre de 2016 en Estados Unidos y que ha sido implementada desde entonces en países como India y México.
Agência Lupa y Aos Fatos, al igual que las demás verificadores asociados al proyecto, tienen acceso a una herramienta mediante la cual realizan fact-checking a enlaces marcados por usuarios y por el algoritmo de Facebook como potencialmente falsos. Facebook disminuye el alcance de páginas que compartan contenidos calificado como falsos por los verificadores y anula la posibilidad de que paguen anuncios para incrementar sus seguidores.
Este método, asegura Facebook, ha reducido en un 80% la distribución orgánica de contenidos considerados falsos por las agencias de fact-checking.
Cristina Tardáguila, directora de Agência Lupa, ha descrito la iniciativa como una labor de suma importancia para un país como Brasil, en el que más de 100 millones de habitantes utilizan diariamente Facebook, plataforma que ejerce una influencia enorme en el debate político. Sin embargo, el trabajo de Tardáguila y demás verificadores ha sido recibido con intensa hostilidad por algunos sectores de la sociedad brasileña.
Las amenazas
Los colaboradores de Agência Lupa y Aos Fatos han estado sujetos a incitaciones al odio y señalamientos, incluyendo montajes con publicaciones y fotos extraídas de sus perfiles personales, con los que se les acusa de ser “militantes a favor del aborto, la ideología de género y la censura”, cuenta Tardáguila, quien explica que ninguna de las críticas recibidas se dirige a las verificaciones que hacen estas dos agencias, sino a una supuesta inclinación ideológica.
Algo que le genéro especial preocupación a Tardáguila fue la existencia de un dossier de 299 páginas “sobre varios periodistas: todos los de Lupa, los de Aos Fatos y todos los de Agência Pública, que incluso no está participando de la iniciativa de Facebook”.
El documento reúne publicaciones en redes sociales de estos periodistas, así como de reconocidos profesores y expertos en comunicación, “que para estos grupos sirven como prueba de que somos todos de izquierda o extrema izquierda. Nos califican, nos ponen etiquetas a cada uno, utilizando nuestros propios posts para justificar una posición política”.
Tardáguila considera lo anterior “absurdo”, puesto que, en el caso de Lupa, cada periodista bajo contrato ha firmado previamente un documento donde se compromete a no expresar opiniones políticas o partidistas. Adicionalmente, Lupa y Aos Fatos son dos de los tres miembros verificados de la International Fact-Checking Network (IFCN) en Brasil, lo cual significa que han superado una serie de auditorías que validan su cumplimiento de diversos aspectos como su apartadismo y su transparencia en fuentes, metodología de trabajo y financiamiento.
Pese a lo anterior, “hay una multitud que nos ataca. En determinados momentos de la crisis, ha habido cerca de mil tuits por hora”, manifiesta Tardáguila.
La periodista brasileña considera que es ingenuo creer que el fact-checking ha sido creado para acabar con un lado del espectro político y que, aunque la agencia ha recibido previamente críticas de grupos de derecha e izquierda por señalar información incorrecta en declaraciones de políticos, “nunca había visto este volumen de críticas como sucede ahora”.
Según la directora de Lupa, las instituciones de Brasil no se han pronunciado respecto a los ataques a los periodistas y el rechazo a estos hechos ha emergido de declaraciones de la Asociación Brasileña de Periodismo Investigativo (Abraji) y de la IFCN. “No hemos recibido apoyo de las autoridades”, sostiene Tardáguila.
Por su parte, Facebook ha emitido un comunicado en el que condena “los ataques por el trabajo que estamos haciendo para ayudar a construir una comunidad mejor informada” y recalca su compromiso por seguir trabajando con organizaciones reconocidas por la IFCN.