Serial: la prueba de que el buen periodismo puede ser viral

Serial: la prueba de que el buen periodismo puede ser viral

Un medio de comunicación puede tener altos niveles de audiencia sin necesidad de sacrificar su credibilidad.
Adnan Sayed, protagonista de la primera temporada de Serial
Hernán Restrepo

Una periodista a la que admiro mucho publicó hace poco en su blog una entrada titulada “Prefiero menos clics y más credibilidad“. Lo planteado por ella ahí me ha tenido pensando durante semanas enteras, pues plantea que los altos niveles de audiencia (rating o clics) pueden ser opuestos a la credibilidad de un periodista o medio de comunicación.

Claro, la reflexión por ella planteada apunta a si es o no conveniente publicar un video de un hombre que desnuda a su mujer como castigo por haberle sido infiel. Estoy totalmente de acuerdo con que publicar material de ese tipo para satisfacer el morbo de la audiencia es contrario a los principios del buen periodismo y termina lesionando la credibilidad de cualquiera que lo publique.

Durante los años que trabajé como editor de las páginas web de RCN Radio comprobé una triste realidad. Aquellos reportajes que nos tomaban meses enteros de trabajo en investigación y reportería, generaban un volumen de visitas y clics muy pequeño una vez los publicábamos en internet. En cambio, las noticias curiosas o videos divertidos que publicábamos ocasionalmente y que nos costaba muy poco esfuerzo encontrar, podían en un solo día duplicar los clics generados por los grandes reportajes multimedia.

Pero me sigue incomodando la dicotomía entre credibilidad y audiencia. No creo que sea imposible tener lo uno sin lo otro. Es decir, creo que un medio de comunicación puede tener altos niveles de audiencia sin necesidad de sacrificar su credibilidad. Además, me parece riesgoso terminar utilizando la credibilidad para excusar los bajos niveles de audiencia.

 

Serial

Este año he estado buscando ejemplos que armonicen esta relación entre la viralidad y la credibilidad. Proyectos periodísticos de alta calidad que hayan logrado enormes niveles de audiencia. Me topé hace poco con Serial, un podcast realizado por la WBEZ, una emisora pública de Chicago.

Supe de su existencia debido a un artículo de la revista Arcadia donde destacaban que este podcast había logrado la inusual cifra de cinco millones de oyentes semanales. ¡CINCO MILLONES! Me suscribí de inmediato a través de Stitcher, la aplicación que uso para escuchar podcasts, y me devoré de inmediato la primera temporada.

La promesa de Serial consiste en contar una historia semana a semana con episodios de máximo 50 minutos de duración. Cada episodio es cuidadosamente trabajado, e involucra la labor no solamente de Sara Koening, la reportera que lo presenta, sino también de productores, verificadores de datos, asesores editoriales y consejeros legales.

El éxito de la primera temporada consiste en que nos involucra profundamente con el caso de Adnan Syed. Se trata de un joven hijo de inmigrantes paquistaníes radicados en la ciudad de Baltimore, que en 1999 fue condenado a prisión por el asesinato de su exnovia, Hae Min Lee.

A pesar de que todo sucedió hace 15 años, Koening y su productora Julie Snyder logran reconstruir el caso de manera magistral entrevistando a todos los involucrados en el caso que les es posible conseguir: amigos, familiares, abogados, detectives, profesores, vecinos y expertos en criminología.

A medida que avanzaba a lo largo de los episodios, admito que sentía envidia de Koening. Pensaba “Dios mío, ese es el tipo de periodismo radiofónico que se debería estar haciendo en mi país”. Lamentablemente, el modelo de la radio comercial en Colombia privilegia la velocidad, la inmediatez y las entrevistas en vivo sobre la producción dedicada que requeriría la elaboración de un programa similar a Serial. No me imagino a una emisora colombiana pagándole a un equipo de cinco personas para que investiguen sobre un caso ocurrido hace décadas.

Lo realmente admirable de esta primera temporada de Serial consiste en que no toma partido. Uno como oyente siente que Sara Koening lucha contra la fuerte tentación de absolver a Sayed, pues a lo largo de su investigación encuentra una multitud de fallas en las evidencias presentadas en su contra. Además, al oyente le queda claro que Sayed es un buen tipo, no un psicópata. Pero al mismo tiempo hay inconsistencias en su defensa, y fueron esas inconsistencias las que lo terminaron llevando a la cárcel cuando tenía apenas 17 años. Como diría el escritor Héctor Abad Faciolince, esas “traiciones de la memoria” jugaron finalmente en su contra y le impidieron a Sayed recordar los detalles de ese fatídico 13 de enero de 1999.

Uno esperaría que el podcast hubiera servido para que Sayed probara su inocencia y hoy estuviera libre. Pero esa no es la misión del periodismo. Los periodistas no somos jueces ni detectives. Somos contadores de historias. Eso es lo que hicieron Koening y su equipo, contarnos la historia de Sayed tan profesionalmente como podían. Ahí radican el éxito, la viralidad (y la credibilidad) alcanzados por Serial.

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