La Nación: cuando los periodistas se manifiestan en contra de un editorial

La Nación: cuando los periodistas se manifiestan en contra de un editorial

El Foro de Periodismo Argentino (Fopea) se manifestó en apoyo a los periodistas que discrepaban.
Fotografía: Guido Molteni en Twitter
Red Ética

El editorial titulado “No más venganza“, publicado por el diario La Nación al día siguiente de la victoria del candidato de derecha Mauricio Macri en la segunda vuelta por la presidencia de Argentina, fue motivo de numerosas críticas entre los propios periodistas del tradicional rotativo.

La columna afirma que “es momento propicio para terminar con las mentiras sobre los años 70 y las actuales violaciones de los derechos humanos”. El texto habla también sobre “el vergonzoso padecimiento de condenados, procesados e incluso de sospechosos de la comisión de delitos cometidos durante los años de la represión subversiva y que se hallan en cárceles a pesar de su ancianidad”.

De acuerdo al comunicado firmado por decenas de trabajadores del periódico se rechaza “la lógica que pretende construir el editorial de hoy, que en nada nos representa, al igualar a las víctimas del terrorismo de Estado y el accionar de la Justicia en busca de reparación en los casos de delitos de lesa humanidad, con los castigos a presos comunes”.

A su turno, el Foro de Periodismo Argentino (Fopea) se manifestó en apoyo a los periodistas que discrepaban, declarando que “las posiciones editoriales que asumen las empresas periodísticas son responsabilidad de sus respectivas direcciones. Estas posiciones editoriales no necesariamente representan a los periodistas que integran las redacciones”, y añadió que “si bien el medio tiene su derecho a publicar sus editoriales, Fopea comparte las discrepancias de los periodistas del diario que así se manifestaron, por redes sociales e incluso en una asamblea”.

La Nación respondió hoy a las críticas publicando un artículo en el que plasma los desacuerdos manifestados no solamente por sus propios empleados, sino también por líderes políticos argentinos quienes también lo encontraron fuera de lugar.

“En rigor, el editorial no aboga por suspender los juicios sobre violaciones a los derechos humanos que se están llevando a cabo ni reivindica a genocidas. Por el contrario, condena al terrorismo de Estado, al tiempo que también cuestiona a grupos terroristas que actuaron en los años 70”, afirma la nota publicada por el diario.

 

 

La ética de un editorial

Aunque el Consultorio Ético de la FNPI no ha recibido consultas sobre el caso específico acontecido en La Nación, sí ha respondido a lo largo de los últimos años numerosas preguntas sobre los comentarios editoriales: cómo deben ser escritos, qué reglas se pueden aplicar a ellos y qué nivel de responsabilidad tienen quienes lo publican.

Entre las preguntas respondidas por el maestro Javier Darío Restrepo, destacamos la dada a una periodista salvadoreña quien consultó ¿cuáles son las bases o principios éticos para escribir un editorial? Reproducimos a continuación la respuesta:

“Un editorial es la opinión de un periódico, por tanto valen para él los principios y normas que orientan a los autores de columnas de opinión para escribir las mejores e sus columnas.

Desde el punto de vista ético una columna editorial es, ante todo, un servicio del periódico al lector. Es una característica que descarta el uso del editorial como instrumento de poder, o de servicio a intereses particulares.

El servicio al lector consiste en el acompañamiento del editorialista a los lectores en su búsqueda de la verdad de los hechos.

Quien opina es alguien que busca la verdad de lo sucedido, de una idea, de un personaje, de una postura política o religiosa. Lejos de cualquier posición dogmática, la opinión deja abierta la posibilidad de un diálogo con otras opiniones y corrientes del pensamiento. La columna editorial, en consecuencia, además de tolerante, hace parte de un proceso de búsqueda común de la verdad

Como cualquier redactor de noticias, el editorialista debe respetar la verdad de los hechos. Una columna editorial se fundamenta en hechos que, interpretados, son la materia prima de la opinión.

Las mismas normas que definen y estimulan la objetividad del periodista, son las que rigen para el columnista. Una antigua sentencia periodística dice que la opinión es libre, pero los hechos son sagrados, de modo que en una columna se pueden encontrar lo libre y lo sagrado o intangible.

La mejor columna editorial es la que logra ese equilibrio entre la libertad de la opinión y la intangibilidad de los hechos, porque así se les presta a los lectores el más deseable de los servicios: abrirles el camino para la comprensión inteligente de lo que sucede y entregarles elementos para la búsqueda de la verdad de cada día”.

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