¿Cómo manejar la presión y las enormes cantidades de información que se producen diariamente durante una Conferencia de las Partes (COP) sobre cambio climático? ¿Cómo cubrir estos eventos y crear piezas creativas de gran alcance? ¿Cómo prepararse con antelación? Estas fueron algunas de las preguntas que se abordaron durante la tercera sesión del taller ‘Claves para informar (y generar conversaciones) sobre cambio climático’, dirigido por el director de Medio Ambiente y Ciencia en la Agencia EFE, Arturo Larena. En esta ocasión, la periodista española Marta Montojo Torrente, también de EFE, fue la encargada de brindar algunas recomendaciones a los 18 reporteros de Latinoamérica que participaron de los encuentros.
Las ventajas
Aunque cada vez es más sencillo hacer un cubrimiento riguroso de los hechos sin necesidad de estar en terreno —gracias a la transmisión en directo de los eventos, los comunicados de prensa y las ruedas de prensa virtuales— cubrir una COP de forma presencial tiene enormes ventajas. Estas son algunas:
1. El acceso a información más detallada y la posibilidad de conocer gente nueva. Sea que estés haciendo la fila para entrar al recinto o caminando por los pasillos para llegar a un evento, siempre existe la posibilidad de tener conversaciones esporádicas, incluso detalladas y extensas, con personajes clave durante las negociaciones. Además, es más sencillo encontrar enfoques periodísticos auténticos y diferenciadores, tener testimonios off the record y coordinar entrevistas con distintas fuentes.
2. Salir de la comodidad de la redacción. Cubrir una COP es agotador y caótico, pero emocionante. “Es enriquecedor poder estar ahí, rastrear la información que hay debajo de las piedras, mantener las fuentes y conseguir datos de forma más orgánica”, dice Marta Montojo. “El aprendizaje bajo presión te enriquece profesionalmente”.
3. Los encuentros de último momento. Aunque hay una programación establecida para cada día, siempre hay la posibilidad de que surjan ruedas de prensa, manifestaciones o eventos espontáneos. Sígueles la pista, pues puede haber una noticia que vale la pena comunicar.
Las dificultades
No todo es idílico. Es evidente que aquellos equipos conformados por varios periodistas ambientales —incluso a veces con distintas especialidades, como alimentación, océanos o migración— van a hacer una cobertura más ágil y amplia de las negociaciones, en comparación con aquellos freelance o medios de comunicación que solo envían a un periodista para cubrir las dos semanas de la COP. Hay que aceptar las limitaciones. Sin embargo, de acuerdo con Montojo, estos son algunos de los desafíos más comunes, sin importar si trabajas para un medio grande o pequeño:
1. La logística. Cubrir una COP implica tener en el radar los altos costos de alojamiento, alimentación y transporte.
2. Las jornadas maratonianas. “Es verdad que sí es una paliza, pero la experiencia es positiva. En EFE no bajamos de las diez horas de trabajo, entonces si quieres hacer una cobertura completa te toca asumir que prácticamente vas a vivir en el recinto”, cuenta Montojo. Sin embargo, también aconseja aceptar las limitaciones: no es posible cubrirlo todo y por eso hay que ser selectivos en las prioridades.
3. El idioma. Aunque los miles de asistentes —incluyendo jefes de Estado, jóvenes activistas, ONG y científicos— representan a diversos países, comprender las negociaciones puede ser un desafío para los no angloparlantes. “En muchos casos hay traducciones simultáneas, pero sin saber inglés te pierdes de los matices y detalles”, recalca.
4. El lenguaje técnico. La estructura de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC) puede llegar a ser una ‘sopa de letras’. Hay un excesivo uso de nomenclaturas que, aunque no son indispensables para informar, especialmente a audiencias no especializadas, sí son importantes para entender los documentos técnicos que se publican. Vale la pena construir un glosario y hacer un mapa de los bloques negociadores —por ejemplo, la Unión Europea, la Alianza de Pequeños Estados Insulares (AOSIS) o la Alianza Interdependiente de América Latina y el Caribe (AILAC)— para tener mayor claridad sobre cuáles son los actores que están siendo más ambiciosos, las similitudes, tensiones o rivalidades, y las propuestas en las que cada uno de ellos están trabajando.
5. Las negociaciones a puerta cerrada. Mucho de lo que se negocia, la letra pequeña, ocurre fuera del alcance de los reflectores y las grabadoras, en espacios a los que los periodistas no podemos acceder con la acreditación de ‘Prensa’. Así que Montojo recomienda tener cuidado con los testimonios que luego se obtienen sobre los avances u obstáculos para alcanzar acuerdos. ‘Ojo que estos te están contando es su película, pero tú tienes que estar alerta y no fiarte tan fácil. O lo planteas con mucho cuidado en tu pieza periodística o lo contrastas y clarificas’, dice.
6. La competencia con otras noticias. “Al final, por muy periodismo colaborativo que quieres que sean las COP, cuando trabajas en una agencia de noticias, como lo es EFE, la presión está siempre ahí”, cuenta Montojo. “Pero hay que ser buenos compañeros y colaborarnos, dentro del medio y con otros medios que son competencia, pues nunca sabes cuando vas a ser tú quien necesita una ayuda”.
Al final de la presentación, Arturo Larena le preguntó a Montejo si para ser periodista ambiental era también necesario ser ecologista. Montejo respondió: “Tiene sentido apoyar una causa, pero no necesariamente una lucha ecológica en concreto, sino la idea de querer cambiar el mundo. El periodismo en general, en cualquier especialidad, naturalmente tiene una vocación de querer cambiar las cosas a mejor. Hay que tener la mirada amplia para comprender la magnitud de los problemas y evitar caer en sesgos”.
Sobre el taller ‘Claves para informar (y generar conversaciones) sobre cambio climático’
Desde el pasado 22 de noviembre, 18 periodistas de Latinoamérica conversan sobre la urgente necesidad de informar sobre la crisis climática y utilizar distintos formatos para llegar a diversas audiencias, especialmente las redes sociales. El taller es organizado por la Fundación Gabo y CAF –banco de desarrollo de América Latina–.