El Surtidor: el viaje de un medio nativo digital que logró convertir la información en acción

El Surtidor: el viaje de un medio nativo digital que logró convertir la información en acción

Alejandro Valdez explicó cómo el sitio paraguayo encontró la sostenibilidad a través de la innovación, el uso inteligente de la tecnología y la gestión de comunidades de información.

Valdez habló sobre la metodología, las herramientas y los formatos de El Surtidor.
César López Linares

Nunca fue tan fácil lanzar un medio digital como hoy en día. Pero igualmente nunca fue tan difícil mantener la atención de una audiencia como lo es actualmente.

Así lo considera Alejandro Valdez, fundador y director del medio nativo digital El Surtidor, de Paraguay, quien asegura que el periodismo está viviendo la era de la economía de la atención, en la que millones de unidades de contenido en la red compiten por el interés de los usuarios.

El periodista impartió el 22 de junio la clase magistral ‘Innovación, tecnología  y negocios, ¿una relación posible en lo local?’, perteneciente al ciclo ‘Sostenibilidad, modelos de negocios e innovación’.

Durante la charla virtual Valdez compartió el viaje que ha emprendido El Surtidor desde que encontró una forma efectiva de informar a través de una sencilla imagen en JPG hasta convertirse en una organización dedicada a transformar la información en acción.

El periodista habló sobre la metodología, las herramientas y algunos de los casi 100 formatos que ha utilizado el medio en su búsqueda por la consolidación y la sostenibilidad financiera.

El evento formó parte del programa ‘Innovación y periodismo local en América Latina’, organizado por la Fundación Gabo y Google News Initiative.

Los aprendizajes de ‘El Surti’

Alejandro Valdez compartió las cuatro lecciones básicas que ha aprendido El Surtidor desde que fue fundado en 2016 por un grupo de periodistas y diseñadores hasta convertirse en un referente del periodismo visual en América Latina, gracias al uso inteligente de elementos gráficos para narrar historias.

1. La economía de la atención

El primer reto al que todo medio se enfrenta en la llamada “economía de la atención” es justamente lograr que la audiencia ponga los ojos en sus productos informativos.

El Surtidor encontró que sus piezas gráficas al estilo afiche, que sintetizan información gráficamente bajo los criterios de distribución en redes sociales, tenían ese efecto de despertar la curiosidad de los lectores sobre un tema.

“La primera pregunta fue ‘cómo hacemos para que nos presten atención cuando hay tanta información?’”, dijo Valdez. “Publicando día a día estas piezas fuimos ganando un público que efectivamente logramos despertar su curiosidad y a tener su atención”.

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

A post shared by El Surtidor (@elsurti)

2. El formato debe obedecer a la función y no al revés

El Surtidor pensó que el impacto de sus afiches en JPG se multiplicaría si esas imágenes se convirtieran en videos explicativos más detallados, obedeciendo a la creciente popularidad del video en redes sociales.

Pero el medio no consideró los problemas de conectividad que existen en Paraguay y que la gente prefiere usar sus datos móviles en contenido de ocio y entretenimiento más que en información.

“Siempre el formato debe seguir a las funciones. Es un precepto clásico del diseño pero que se aplica cuando estamos buscando formas diferentes para llegar a la audiencia. A veces nos perdemos en la forma y nos olvidamos de la función”, explicó Valdez.

El Surtidor dio entonces un paso atrás y desarrolló el “surtiscroll”, un formato en scrollytelling con desplazamiento vertical que fusiona características de los afiches informativos, los videos explicativos al estilo de Playground y AJ+, las crónicas de largo aliento y los cuentos Kamishibai japoneses. Al estar basado en HTML consume pocos datos y funciona en conexiones de baja calidad.

El primer gran éxito de El Surtidor bajo este formato fue la serie “Los Desterrados del Chaco”, sobre la grave deforestación de dicho ecosistema, que ganó el Premio Gabo 2018 en la categoría Innovación, por valerse de una narrativa original y un formato bien ejecutado para explicar un hecho complejo de forma sencilla.

3. La innovación surge de saber escuchar

Para que exista la innovación es imprescindible escuchar a las audiencias. Y una forma efectiva de lograrlo es aprendiendo a interpretar las métricas que ofrecen las plataformas digitales.

Pero además, dijo Valdez, los medios pequeños tienen la ventaja de poder mirar a su audiencia, no como una masa anónima, sino como una serie de relaciones y un conjunto de comunidades a las que el periodismo puede ayudar.

“Las métricas anónimas nos muestran masas. El desafío es cómo hacer zoom para entender qué comunidades existen, cómo se forman y qué necesitan, más allá de esos grandes números”, dijo.

4. Ser gestores de comunidades de información

El Surtidor entendió que hoy en día el periodismo local e hiperlocal debe olvidarse del paradigma de los medios como entidades que únicamente emiten información y entenderse más como gestores de comunidades de información que trabajan de cerca con la audiencia.

Valdez mencionó el caso de una investigación de El Surtidor publicada en 2019 que develó que una ONG evangélica estaba utilizando dinero público para desinformar a miles de estudiantes paraguayos sobre temas de sexualidad. El medio desarrolló este trabajo en colaboración con un grupo de estudiantes que había denunciado a la organización, así como con asociaciones de padres de familia y docentes.

En lugar de entrevistas e interrogatorios, los periodistas de El Surtidor optaron por realizar tertulias con los jóvenes y al calor del tereré (la bebida de yerba mate típica en Paraguay), les permitieron hablar y exponer sus denuncias. Algunos estudiantes incluso fungieron como reporteros en sus colegios para obtener más detalles y testimonios.

Como resultado de la investigación, la ONG se vio forzada a renunciar a los fondos públicos y las autoridades prohibieron la circulación de su pasquín informativo. Para El Surtidor, la innovación de este reportaje radicó en su proceso y en cómo trabajaron mano a mano con sus fuentes para realizar un verdadero periodismo de cercanía.

“Este es un caso en donde fuimos gestores de varios grupos que ya estaban buscando un objetivo a partir de la información”, dijo Valdez. “Lo que nosotros hicimos fue brindar la infraestructura en nuestro medio para que esta información circulara y tuviera el impacto adecuado”.

El paso a paso hacia la sostenibilidad

Con los anteriores aprendizajes, El Surtidor ha determinado que existen tres pilares sobre los que se basa su trabajo periodístico:

1. Partir siempre de las necesidades de las comunidades. Eso implica implantar una estrategia de escucha efectiva.

2. Usar formatos tecnológicamente factibles. Antes de desarrollar productos, se debe asegurar que éstos podrán ser consumidos correctamente por los usuarios.

3. Crear una estrategia de sostenibilidad. Esto, para desarrollar de la manera más profesional, autónoma e independiente el periodismo que se quiere llevar a cabo.

Valdez compartió en cinco pasos la metodología que ha desarrollado El Surtidor en su búsqueda del crecimiento como medio, el escalamiento y la sostenibilidad financiera.

1. Escuchar

Una forma de escuchar y de ofrecer a la comunidad lo que necesita es entender el contexto donde se quiere actuar. Para ello, El Surtidor utiliza un “Mapa de Contexto” que ayuda a entender las circunstancias en las que se va a desarrollar un proyecto.

Ese mapa le ayudó al medio, por ejemplo, a darse cuenta que 2020 no era un buen año para lanzar su programa de membresías y que, por el contrario, había que tomar acciones para apoyar a las comunidades afectadas por la crisis. 

Así surgió Futuros, una revista impresa con las mejores historias de El Surtidor sobre la crisis climática, cuyas ventas sirvieron para apoyar a una comunidad dedicada a la producción agroecológica  de alimentos.

2. Definir las necesidades de la audiencia

El Surtidor usa un “Mapa de Valor” que le ayuda a entender a sus lectores más allá de las métricas masivas y las características demográficas. Con ello identifican las expectativas y los miedos de su audiencia en relación con determinados temas.

Gracias a esta herramienta, el medio percibió que existía una falta de credibilidad y empatía del público hacia los candidatos a la presidencia en las elecciones de 2018. 

Ante ello, La Precisa, la sección de fact-checking de El Surtidor, organizó ese año el primer chequeo en vivo durante un debate presidencial en Paraguay, para lo cual convocaron a miembros de su audiencia a colaborar.

“Entendimos que podemos aprovechar la inteligencia colectiva para lograr algo que solos no hubiéramos podido”, dijo Valdez. “Este ejercicio también nos acercó más a la comunidad que entendió desde adentro cómo hacemos un proceso de chequeo, lo cual también es un ejercicio de transparencia muy importante”.

3. Idear posibles soluciones

Una vez entendidas las necesidades y miedos del público, se tienen que idear posibles soluciones. Valdez ejemplificó este paso con el pódcast de El Surtidor sobre información verificada alrededor del COVID-19, el cual se distribuye cada semana por WhatsApp.

El producto surgió luego que la redacción comenzó a recibir grandes cantidades de preguntas y confusiones sobre la pandemia a través de la plataforma de mensajería. El medio identificó que la mayor parte de la desinformación circulaba en WhatsApp, por lo que decidió contraatacar en la misma plataforma.

“Ahora la desinformación está en audio así que nos reorganizamos, cambiamos completamente nuestra estructura y empezamos a producir en los primeros días de la cuarentena un pódcast diario que se distribuía específicamente por WhatsApp”, explicó.

El pódcast, que también está disponible en el sitio web de El Surtidor, es resultado de haber identificado necesidades, expectativas y miedos de su público y con ello pensar en una solución desde el periodismo. 

Otros ejemplos citados por Valdez de esto son el servicio de mensajería comunitaria de Radio Pa’i Puku, en El Chaco paraguayo, y Activamente, la red informativa sobre salud mental a través de WhatsApp impulsada por Mutante, de Colombia.

4. Prototipar servicios

Antes de pensar en programar, diseñar o ejecutar un producto periodístico, el medio debe pensar en la escalabilidad del mismo. Para ello, El Surtidor usa un “Criterio de Prototipo de Producto Viable Mínimo”, que consiste en completar la oración:

Nuestro [producto o servicio] ayuda a [público meta] que quiere [tarea], [expectativas] y [miedos] (no como [competencia o alternativa]).

Por ejemplo, la oración de El Surtidor que dio origen al “surtiscroll” fue:

Nuestro surtiscroll ayuda al público meta de El Surtidor que quiere informarse, de la manera más cómoda y significativa posible y no quiere gastar muchos datos móviles (no como los video explicativos).

“Redactar así parece sencillo y es simple, pero ayuda a entender rápidamente un prototipo que nos ayuda a equivocarnos rápido y barato”, explicó Valdez. “La actitud es tratar de comunicarse lo más rápido posible y de equivocarse lo más rápido posible”.

Cuando se da esta correspondencia entre necesidad y solución, se abre la posibilidad de sostenibilidad, agregó.

5. Producir y escalar

El paso final es producir el producto periodístico y probar que funciona, para luego insertarlo en un modelo de sostenibilidad con una propuesta de valor clara.

Valdez compartió el modelo de sostenibilidad que usa El Surtidor para visualizar mejor este escalamiento. Este incluye determinar elementos como socios estratégicos, actividades clave, recursos clave, propuesta de valor, relaciones, canales, segmentos, inversión y flujo de ingresos.

El medio digital aplicó su metodología a una escala más grande y se dio cuenta que había medios y organizaciones que tenían una necesidad de comunicar mensajes y conectarse con audiencias jóvenes.

Ese fue el origen de Latinográficas, un programa de formación y colaboración entre periodistas, diseñadores e ilustradores a través del cual El Surtidor comparte su metodología con otros medios de la región y que este año alista su segunda edición

“Eso nos genera sostenibilidad a partir de escalar la metodología. No estamos escalando el producto final sino la forma de hacer ese producto y sacándolo del ámbito periodístico para llevarlo al ámbito de la formación”, dijo Valdez.

El Surtidor es hoy una organización dividida en tres unidades: la de medios (El Surtidor y La Precisa), la de formación (Latinográficas) y la de servicios (proyectos con instituciones y consultoría sobre comunicación visual). En el conjunto de esas tres áreas es donde han encontrado la sostenibilidad.

10 apuntes de El Surtidor sobre innovación

Alejandro Valdez dijo que la metodología de El Surtidor tiene el objetivo de navegar a través de la innovación para buscar el impacto y la sostenibilidad. Pero dejó claro que hay diferentes formas de percibir y de abordar la innovación.

“Generalmente se habla de la innovación como algo nunca antes visto. Yo creo que copiar es una forma de innovar. No importa tanto de desde dónde uno traiga las cosas sino al lugar donde uno pueda llevarlas”.

“‘Remixar’ es una parte importante de innovar: analizar y ver las experiencias de otros medios y adaptarlas al contexto, porque la innovación siempre es contextual”.

“La innovación se trata básicamente de poder escuchar con atención lo que hay y lo que el contexto pide”.

“La mayor innovación que puede hacer cualquier medio de comunicación es hacer periodismo radical. Y el periodismo radical es el más clásico de todos: revelar cosas, controlar al poder, revelar soluciones que se están ocultando”.

“Innovación es igual a incertidumbre. Si uno quiere innovar, si uno quiere hacer algo que sea verdaderamente impactante y de utilidad para las comunidades, tiene que sumergirse en esa incertidumbre”.

“Hay una creencia infundada de que la innovación es creatividad y solo creatividad (...) pero para que se dé la sostenibilidad es muy importante que el equipo pueda conjugar dos habilidades muy importantes: la creativa y la reproductiva, que se trata de escalar para poder innovar. Ambas partes son igual de importantes y complementarias”.

“Es muy importante entender que la innovación no es una chispa de creatividad, sino es un proceso en el que tiene mucho que ver también la repetición”.

“La innovación no es un fin sino una vía para el impacto y la sostenibilidad”.

“Yo no me preocuparía por hacer lo mismo que hace otra organización si eso es necesario. El mandato de la originalidad es algo que puede poner un freno a los procesos de innovación”.

“‘Remixar’, mezclar, copiar y adaptar tiene mucho más que ver con la innovación que tratar de hacer algo nunca antes visto”.

 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 

A post shared by El Surtidor (@elsurti)

Sobre el programa 'Innovación y periodismo local en América Latina

La Fundación Gabo y Google News Initiative desarrollaron ‘Innovación y periodismo local en América Latina’, un ambicioso programa que ofrece intercambio de conocimiento, referentes y mentoría a medios nativos digitales de la región enfocados en la cobertura de temas locales.

La programación está compuesta por dos ciclos de clases magistrales y una serie de mentorías en modalidad virtual sobre narrativas digitales para cubrir lo local, trabajar en modelos sostenibilidad y/o en liderazgo.

Las capacitaciones están dirigidas a periodistas de redacciones de entre 2 a 10 personas, en medios nativos digitales con cobertura y audiencia locales, con la intención de generar un espacio de reflexión, análisis y trabajo conjunto.

Sobre Alejandro Valdez (Paraguay)

Es comunicador visual, director y cofundador de El Surtidor, medio de periodismo gráfico nativo digital de Paraguay. Ha expuesto su obra como diseñador en 15 países, ha premiado por la OEI por innovar de la industria cultural Iberoamericana, el Premio Gabo en Innovación y Global Youth & News Media Prize. Desde su rol de emprendedor, se ha formado en herramientas para el diseño y la incubación de proyectos periodísticos basados en el design thinking, participando en distintas redes a nivel regional. Se licenció en Diseño Gráfico en la Universidad Católica de Asunción y es diplomado en Diseño de la Información en el Instituto José Martí de La Habana.

©Fundación Gabo 2019 - Todos los derechos reservados.