Como cada 3 de mayo desde 1991, se celebra nuevamente el Día Mundial de la Libertad de Prensa, fecha que tiene su origen en la Declaración de Windhoek para el Fomento de una Prensa Africana Independiente y Pluralista, aprobada en
Namibia en 1991.
En esta ocasión, el tema a discutir propuesto por la Unesco es “los frenos y contrapesos al poder: medios de comunicación, justicia y estado de derecho”. Este especial Día Mundial se conmemora en el contexto de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, la cual contiene 17 objetivos para hacer realidad un desarrollo sostenible para todos y así, entre otras cosas, poner fin a las desigualdades entre hombres y mujeres.
Para la ONU, uno de estos Objetivos de Desarrollo Sostenible, el número 16, tiene especial relación con los medios de comunicación, pues se centra en la promoción de sociedades justas, pacíficas e inclusivas, que prosperan aún más al calor de un entorno mediático independiente y propicio.
“La libertad de prensa, como toda libertad, nunca puede darse definitivamente por hecha. El desarrollo de una sociedad del conocimiento y de la información a través de los cauces digitales implica una mayor vigilancia para velar por el respeto de unos criterios esenciales de transparencia, libre acceso y calidad”, afirmó Audrey Azoulay, Directora General de la UNESCO, en su mensaje con motivo del Día Mundial de la Libertad de Prensa de 2018.
Tendencias mundiales en libertad de prensa y desarrollo de los medios
Para este año, los actos conmemorativos del Día Mundial de la Libertad de Prensa regresan al continente en el que todo empezó. Acra, capital de Ghana, acoge esta conmemoración mundial de la Unesco, donde se presentó el informe Tendencias mundiales en libertad de prensa y desarrollo de los medios.
El reporte examina las transformaciones en el periodismo y los cambios en diferentes tipos de usuarios y productores de información propiciados por las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, al tiempo que demuestra la constante pertinencia de la visión de la libertad de prensa que se expone en la Declaración de Windhoek.
El informe está dividido en cuatro pilares: Tendencias en la libertad de los medios de comunicación, pluralismo, independencia, y finalmente en cuanto a seguridad de los periodistas.
Sobre el asunto de la libertad de los medios informativos, el reporte advierte que Han aumentado el número de países que bloquean el acceso de sus ciudadanos a internet, pasando de 18 en 2015 a 56 en 2016. Además, apunta a la persistencia de las restricciones jurídicas, en particular leyes sobre difamación e injurias que pueden lesionar la labor de la prensa.
Respecto al pluralismo de los medios, la Unesco llama la atención respecto a que en varias regiones sigue faltando un servicio público independiente de radio y televisión, o donde existe, vive bajo nuevas amenazas políticas o financieras. El rápido crecimiento de la publicidad digital, cuyos ingresos se multiplicaron casi por dos entre 2012 y 2016, ha beneficiado principalmente a grandes plataformas de Internet, y no a los medios de comunicación tradicionales.
En cuanto a la independencia de los medios, el informe señala que la autonomía de los reguladores independientes ha sufrido presiones. En especial en América Latina y el Caribe, falta transparencia en la concesión de licencias a las cadenas de radio y televisión, que sigue realizándose según intereses políticos y comerciales.
Finalmente, sobre la seguridad de los periodistas, las tendencias son alarmantes porque la impunidad de los crímenes cometidos contra periodistas sigue siendo la norma, ya que solamente se aplica la justicia en uno de cada diez casos.
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