Se acerca una nueva temporada de elecciones en países latinoamericanos como Colombia, México y Venezuela. En esta época, es común que los periodistas que cubren fuentes políticas reciban ofertas para trabajar como voceros o jefes de prensa en campañas de algún candidato.
Al recibir este tipo de ofrecimientos, es válido que los periodistas se pregunten ¿qué pasará cuando la campaña haya terminado? ¿Puedo volver al periodismo tras haber trabajado para un político? ¿O el haber trabajado para el gobierno nacional o local me hace perder mi condición de periodista?
Vale la pena traer aquí a colación la frase del recientemente fallecido maestro Miguel Ángel Bastenier, quien aseguraba tajantemente que “cuando un periodista trabaja para el Estado, deja de ser periodista”.
Sin embargo, la existencia de una especie de “puerta giratoria” entre los medios de comunicación, los partidos políticos y las instituciones estatales es evidente en el contexto latinoamericano, cosa que sucede con menos frecuencia en la prensa anglosajona.
¿Se deja de ser periodista? ¿Afecta la credibilidad el haber trabajado para un político? ¿Qué hay de aquellos periodistas que trabajan por una temporada en los medios estatales? ¿En qué se convierte el periodista que pasa a trabajar para el Gobierno? ¿Cómo recuperar la identidad periodística tras haber trabajado para un político? ¿Le hace daño al periodismo esta puerta giratoria entre los medios y los gobiernos?
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de la cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tradicionales tuitdebates semanales usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora de debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética Segura es posible gracias a la alianza entre la FNPI, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.