Trece años, nueve meses y 18 días duró en el poder el presidente Evo Morales, el primer indígena y líder cocalero en llegar a dirigir los destinos de uno de los países menos desarrollados de América Latina. Tras conseguir su cuarta reelección, duró apenas un par de semanas en el poder.
Tras los comicios del pasado 20 de octubre, que lo dieron ganador, las calles de La Paz y otras ciudades del país no dejaron de llenarse de manifestantes que clamaban a una voz por fraude en el conteo de votos. Una auditoría llevada a cabo por la Organización de Estados Americanos (OEA) encontró "sustanciales deficiencias" que minaban la "necesaria credibilidad y transparencia".
Pero el momento decisivo que llevó a Morales a abandonar el país rumbo a México se produjo cuando el comandante de las Fuerzas Armadas de Bolivia, general Williams Kaliman, sugirió a Morales que se hiciera a un lado para conjurar la crisis que vivía el país.
Los medios de comunicación bolivianos, y del resto del mundo, enfrentan un reto especial al cubrir este relevo del poder que se vive en Bolivia tras la cuarta reelección del ahora expresidente Morales. ¿Fue un golpe de Estado lo que sucedió? ¿Abusó Evo Morales del poder? ¿Se justifica de alguna manera la intervención de los militares para facilitar el cambio de gobierno? ¿De qué manera informar sobre un país con tan caldeados ánimos políticos? Tuits como el del periodista Carlos Montero ilustran lo complejo del escenario.
Trabajo en los medios desde los 15 años y siempre intenté hacer un periodismo equilibrado y balanceado. Se me acusó de ser neutral, y puede ser que tengan razón. Con lo de #Bolivia no voy a ser neutral. Es un golpe por donde se lo mire.
— Carlos Montero (@CMonteroOficial) November 10, 2019
Para responder a estas y otras preguntas, los seguidores de nuestra cuenta @Etica participaron en uno más de nuestros tuitdebates usando la etiqueta #ÉticaEnRed. Los mejores trinos producidos durante la hora del debate fueron recopilados en el siguiente Momento de Twitter.
La Red Ética es posible gracias a la alianza entre la Fundación Gabo, Grupo Bancolombia y Grupo SURA, la cual propone un espacio de reflexión y debate acerca de los cambiantes desafíos éticos del oficio periodístico.