El periodista español Diego Cobo es el ganador de la Beca Michael Jacobs de crónica viajera 2017, que entregan por tercera vez la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI- y el Hay Festival.
Lee la entrevista con Diego Cobo
El jurado -conformado por Federico Bianchini, ganador de la beca en 2016; Jon Lee Anderson y Daniel Samper Pizano, ambos maestros de la FNPI- escogió a Cobo por el proyecto Huellas negras, el rastro de la esclavitud, una serie de reportajes sobre la manera como se manifiestan las consecuencias que dejó el comercio de esclavos en lugares como Gambia, Jamaica o el sur de Estados Unidos.
Gracias al incentivo de cinco mil dólares que entrega la beca, el autor continuará su trabajo viajando por dos países de América Latina: Cuba y Colombia. El ganador también podrá disfrutar de una estadía de seis meses en Frailes, Andalucía (España), lugar en el que Michael Jacobs escribió algunos de sus últimos libros. Cobo será jurado de la edición 2018 y tendrá la oportunidad de presentar su trabajo en el Hay Festival Cartagena de ese año.
En esta ocasión los jurados decidieron por primera vez elegir a un solo ganador sin seleccionar finalistas pues encontraron que, en términos generales, las otras postulaciones “no atinaron a desarrollar lo que consideramos que es la crónica viajera. Los textos se dedicaban al desplazamiento, dejaban ver el viaje pero no la crónica”. Así mismo, identificaron que se suele confundir la crónica de viajes con artículos de turismo.
Los miembros del jurado también concluyeron, a partir del proceso de selección de este año y los anteriores, que en Hispanoamérica no ha habido una cultura de cronistas viajeros. Es por eso que a partir de ahora la Beca Michael Jacobs buscará estimular este género a lo largo del año con actividades formativas en diferentes festivales del mundo.
Sobre Diego Cobo
Periodista y cronista de viajes español. Sus trabajos en el terreno suelen estar enfocados en historias humanas de los países en los que se adentra. Ha publicado reportajes sobre los buscadores de oro en Alaska, las viudas del terrorismo en Perú, los apátridas en la República Dominicana o los cortadores de caña que mueren trabajando en Nicaragua, entre otros temas.
Sus trabajos se publican en periódicos y revistas de España y Latinoamérica como El Malpensante, Gatopardo, Magazine (La Vanguardia), El País, El Mundo o las revistas de viaje Travesías, Ocholeguas y Viajar.
Sobre el proyecto
El proyecto Huellas negras lo ha llevado a las montañas de Jamaica, a las viejas prisiones de Gambia y al delta del Mississippi. La segunda parte buscará explorar la vida de los afrodescendientes en Cuba y Colombia, donde la cultura africana se mantiene con una importante huella negra, pero también su debilidad histórica. (Lee Jamaica cobra su deuda a la historia, el primer reportaje de este proyecto).
Colombia cuenta con la primera comunidad negra en todo el continente que se liberó del yugo colonial: el Palenque de San Basilio. Además, entre los desplazados por el conflicto armado en el país, los afrocolombianos han sido los más afectados.
Por su parte, Cuba fue uno de los países con mayor índice de negros, una sociedad basada en las plantaciones y donde África y sus mitos perviven entre una importante parte de la población. De hecho, existe un caso inédito en el país caribeño que rompe la dinámica de la historia: una pequeña población cubana donde sus habitantes descubrieron cuál es la aldea de Sierra Leona de la que fueron arrancados sus ancestros.
Ambos artículos pondrán cara, palabras y memoria a lo que indican muchas cifras: que los afrodescendientes siguen siendo una población más vulnerable que el resto, que sufren discriminación, que ocupan los eslabones más bajos en la pirámide laboral.