Consejos para desarrollar y sostener exitosamente un proyecto periodístico

Consejos para desarrollar y sostener exitosamente un proyecto periodístico

La colaboración entre periodistas, el buen manejo de la tecnología y buscar múltiples fuentes de ingreso son algunas buenas prácticas que recomendaron los panelistas del webinar de Fundación Gabo y Google News Initiative ‘Consejos para Gestionar Proyectos Periodísticos’.

Marina Walker y Flor Coelho conversaron con Rosental Alves durante el seminario web.
César López Linares

Ante los retos que enfrenta el periodismo a nivel mundial, es cada día más complejo gestionar un proyecto periodístico. Sin embargo, también la realidad de los medios de comunicación ha hecho que para muchos periodistas el independizarse y lanzar sus propios proyectos sea su única opción.

Dos expertas en el tema de desarrollar y sostener proyectos periodísticos, Marina Walker, directora ejecutiva del Pulitzer Center, y Flor Coelho, gerente de Investigación y Training del área de Desarrollo Multimedia del diario argentino La Nación, conversaron durante el seminario web “Consejos para Gestionar Proyectos Periodísticos”, moderado por el periodista y profesor Rosental Alves, director del Knight Center para el Periodismo en las Américas y miembro del Consejo rector de la Fundación Gabo.

El webinar, una iniciativa de Fundación Gabo en conjunto con Google News Initiative, fue transmitido en vivo a través de YouTube en agosto de 2020.

A continuación, algunos de los consejos más representativos de la charla.

1. Colaborar es la clave

Desde hace aproximadamente una década, grandes proyectos periodísticos que han tenido impacto considerable fueron posibles gracias a la colaboración entre periodistas o medios de comunicación. El paradigma del periodista como “lobo estepario” quedó atrás cuando los comunicadores se dieron cuenta que ante una realidad adversa, era necesario crear redes de solidaridad tanto regional como global.

“En un pasado todos estábamos tratando de resolver estos dilemas y estas crisis, enfrentándolas en aislamiento”, dijo Walker. “En tantos países hay un incremento de regímenes autocráticos e intentos de sofocar a la prensa. Nos hemos dado cuenta de que la diversidad de voces es lo que nos hace fuertes, lo que blinda nuestros proyectos y lo que nos protege frente a los enormes intereses creados”.

Un ejemplo es la investigación de Los Papeles de Panamá, que marcó un antes y un después en el tema de la colaboración periodística. La investigación fue encabezada por el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (ICIJ, por sus siglas en inglés), en el cual Walker fungió como directora de iniciativas estratégicas. 

Los Papeles de Panamá puso al descubierto los negocios offshore de figuras de la política, los negocios, el deporte y el entretenimiento a nivel mundial. Al tratarse de una investigación que involucraba cantidades enormes de información sensible, los periodistas tuvieron que decidir entre privilegiar la seguridad de la investigación o compartir los documentos con otros periodistas alrededor del mundo para fortalecer el trabajo.

“Agonizamos un poco sobre esa decisión de tratar de decidir qué era lo responsable. Y prevaleció el compartir y la colaboración, no solamente por ser buenas personas, sino por la historia misma, porque no hay manera que la complejidad de este tema, que en este caso era el mundo secreto de los paraísos fiscales, que una redacción en aislamiento o un periodista en aislamiento pueda realmente hacerles justicia”, dijo Walker.

Los Papeles de Panamá es hasta el momento la colaboración más grande en la historia del periodismo, al involucrar a más de 380 comunicadores, cerca de 100 medios de comunicación en 76 países y producir una investigación en 25 idiomas.

De acuerdo con Rosental Alves, los Papeles de Panamá representó una hazaña también en el sentido en el que los periodistas lograron crear entre sí un nivel de confianza suficiente para poder trabajar en conjunto desde países y culturas distintas. 

“La confianza es la base fundamental de una colaboración, el poder bajar esas barreras y decir ‘no voy a competir, voy a dejar mi ego de lado y voy a privilegiar el compartir la colaboración por el bien de la historia’”, agregó Walker.

La colaboración también es un arma poderosa contra la censura gubernamental, como fue el caso de China Leaks, otra investigación transfronteriza del ICIJ, publicada en enero de 2014, que expuso cómo líderes comunistas chinos utilizan paraísos fiscales en el extranjero para cubrir su riqueza. En esta investigación participaron 112 periodistas de 58 países, y fue publicada en seis idiomas.

“Fue muy interesante ver al aparato censor chino, acostumbrado a censurar de a un medio a la vez”, contó Walker. “Cuando publicamos China Leaks, había 30 medios involucrados y tardaron 24 horas en poder censurar. Y los medios que iban permaneciendo antes de que los bloquearan, iban avisando. Fue un ejemplo del triunfo de la colaboración frente a la censura”.

2. Derribar la barrera cultural

El tema de la colaboración para desarrollar un producto periodístico también se enfrenta a otra barrera importante, que es la cultural, según los panelistas del webinar.

Como ejemplo, destacaron el proyecto La Nación Data, del periódico argentino La Nación. Para implementar esta iniciativa en 2010, sus creadores, los periodistas Momi Peralta y Ricardo Brom, se enfrentaron al hecho de que en Argentina no existía una cultura del periodismo de datos, pero sobre todo a que tampoco había una cultura de acceso a la información ni existían bases de datos abiertos por parte del gobierno.

“Empezaron con el primer reto monumental que era estar en un país acostumbrado a la opacidad de los gobiernos. Cuando tratan de llevar la idea del periodismo investigativo de datos, se encuentran con las puertas cerradas”, contó Alves. “Pero ustedes (La Nación) dijeron ‘si los datos no existen, vamos a crear las bases de datos’. Cuando decimos que había escepticismo entre los más tradicionales, hay una cuestión cultural”.

Cambiar la mentalidad de las redacciones en torno a colaborar ha sido todo un reto, de acuerdo con Walker. Sobre todo porque en los años 90 y 2000, las redacciones contaban con muchos más recursos -especialmente en Estados Unidos- y no veían claramente el beneficio que las colaboraciones podían tener tanto a nivel periodístico como a nivel económico.

“La importancia de los prototipos ha sido mostrar los case studies para mostrar los beneficios de la colaboración, no solo en la forma en que se ha ido cambiando el mundo con estos proyectos, pero también en la forma en que se ha ido cambiando el periodismo y la forma en que se ha beneficiado al negocio periodístico”, dijo.

En la medida en la que los periodistas colaboran, se eficientizan recursos, se multiplican las posibilidades de obtener documentos y de conseguir fuentes, y eso, dijo Walker, eventualmente se traduce en un mejor negocio para los medios de comunicación.

3. Hacer de la tecnología un aliado, no un obstáculo

Crear un proyecto periodístico comúnmente implica buscar formas originales de contar las historias con lo más innovador en herramientas tecnológicas. Sin embargo, los periodistas corren el riesgo de que su interés se desvíe más hacia la herramienta que hacia la historia.

“Los periodistas debemos entender cómo la tecnología se pone al servicio del periodismo, cómo nos ayuda a hacer nuestros procesos más eficientes, cómo nos ayuda a llegar al corazón de la historia más rápido”, dijo Walker. “No la tecnología como un fetiche, no la tecnología primero. Primero la historia, primero el concepto, el ángulo y luego la tecnología al servicio de esa historia”.

Flor Coelho destacó la importancia de contar con miembros en el equipo con conocimientos tecnológicos y de programación para una buena gestión de proyectos periodísticos, sobre todo para los que tienen que ver con periodismo de datos.

“Pasamos a ser empresas de tecnología que informan porque como está el mundo ahora es todo digital”, dijo. “Eso también te ayuda a generar plataformas reusables, tratar de hacer cosas que después te permitan utilizar para otros casos”.

No es necesario gastar todo el presupuesto de un proyecto en desarrollar un software o adquirir lo más adelantado en tecnología, coincidieron los ponentes. Las plataformas de código abierto pueden ser de gran provecho para los periodistas.

“Lo importante es no reinventar la rueda, sino ver lo que ya existe, utilizar las tecnologías abiertas y también hacerlas muy amigables. Lo que uno quiere no es hacer herramientas que queden ahí juntando polvo, sino herramientas que puedan utilizarse y que puedan potenciar la investigación”. 

Una opción viable para cubrir la necesidad tecnológica de un proyecto periodístico sin gastar todo el presupuesto es recurrir a universidades cuyos estudiantes en áreas de programación y tecnología puedan trabajar a resolver con sus conocimientos un problema de la vida real.

Asimismo, las start-ups de tecnología frecuentemente están dispuestas a apoyar proyectos periodísticos con los que puedan demostrar la eficacia de sus plataformas.

“Cuando vean una start-up que tiene una tecnología que puede ser buena para una investigación, no cuesta nada llamar”, aconsejó Walker. “Así es como nosotros en el Consorcio (ICIJ) logramos que muchas empresas nos donaran su tecnología gratis para poder hacer proyectos”.

Para el área del periodismo de datos, Flor Cohelo recomendó capacitarse en software básico de bases de datos, como Excel o Google Spreadsheets.

Otra herramienta tecnológica a la que comúnmente se enfrentan los medios son las redes sociales. Los panelistas coincidieron en que estas plataformas, lejos de ser un enemigo a vencer, pueden ser un gran aliado en la gestión de proyectos periodísticos.

Coelho contó que el reto que en ese sentido han enfrentado en La Nación es empatar el estilo y tono del diario al estilo y tono de cada red social, sin perder la esencia y los valores editoriales del medio.

“Este es un gran desafío porque las audiencias están ahí”, dijo la periodista. “No podemos no estar en redes sociales definitivamente. Quizá no se trata de estar en tal o cual red social, sino de entender cómo eso nuevo que está sucediendo va a dejar un formato y después ver donde podemos ejercer ese formato”.

4. Formar un buen equipo

Hoy es más importante que nunca que en todo equipo periodístico exista la diversidad de voces y perspectivas, no solo en temas de diversidad de género, sino también de raza, de nacionalidad y de formación profesional, coincidieron los panelistas.

“En la formación de equipos, ya sea en un equipo chiquito en una redacción, o una redacción global como el Consorcio (ICIJ), hay que ser intencionales a la hora de incluir equitativamente las voces, no porque seamos buenas personas, sino porque si no, nos vamos a perder las mejores historias o vamos a lo sumo a contar las historias truncadas”, dijo Walker.

Igualmente, toda redacción debería asegurar una diversidad de habilidades y roles entre sus miembros, que incluya no solo periodistas, sino también profesionales de otras áreas, como informática, finanzas y administración, y asegurarse que todos trabajen bajo el mismo ideal.

“La importancia de estos proyectos está en la mística y en tener un ideal grande que nos una”, dijo Walker. “Uno puede hablar mucho de la tecnología, de los coordinadores de proyecto, pero yo creo que lo más importante es que la gente esté unida, no olvidar la importancia de unir a la gente en algo más grande que sí mismos, incluidos los periodistas”.

5. Buscar múltiples fuentes de ingreso

El financiamiento es de las primeras preocupaciones en la mente de los periodistas que quieren emprender un proyecto. Con cada vez menos recursos en los grandes medios y la crisis del periodismo a nivel mundial, la búsqueda de financiamiento externo es una de las opciones más viables para quienes deseen echar a andar una idea.

Una de ellas, que es cada vez más usada incluso por grandes medios de comunicación, es el crowdfunding. Rosental Alves citó como ejemplo a la agencia de periodismo investigativo sin fines de lucro Agência Pública, de Brasil, que a través del crowdfunding reúne fondos para otorgar micro becas para periodistas que buscan desarrollar investigaciones.

Otra forma de sostener financieramente un proyecto, de acuerdo con Walker, es la diversificación. Cada vez son más los medios que ofrecen servicios relacionados con sus áreas de dominio para obtener recursos. Tal es el caso del Centro Latinoamericano de Investigación Periodística (CLIP), que planea ofrecer servicios de manejo de datos incluso para temas no relacionados al periodismo.

Los panelistas compartieron una lista de organizaciones que ofrecen algún tipo de financiamiento o apoyo a proyectos periodísticos, tanto para medios como para periodistas independientes:

Coehlo aconsejó a los periodistas que comienzan un proyecto participar por todo tipo de becas y premios, como una forma de lograr visibilización entre los líderes de la industria.

“Aplicar a premios está buenísimo, aunque no ganes, pero que te vean los jurados”, dijo. “Quizá no estás para estar en el top 3, pero te vieron y lo comentan. Si tienes una historia de la que estás muy orgulloso, así la puedes comenzar a mostrar”.

Walker concluyó con que no hay un método único para asegurar el financiamiento de un proyecto periodístico, pero las organizaciones que mejores resultados han logrado son aquellas que combinan varias formas de obtener ingresos.

“No hay mejor momento en la historia del periodismo que este momento para crear proyectos independientes, para ser emprendedores”, dijo. “Veinte años atrás cuando yo empecé, si uno no entraba a La Nación o a uno de esos grandes medios periodísticos en Argentina, no podías hacer periodismo. Hoy en día, por las alianzas que existen, por los recursos para financiar proyectos independientes, por las tecnologías digitales gratuitas y abiertas, están las condiciones dadas”.

Sobre este proyecto

La Fundación Gabo en alianza con Google News Initiative buscan descubrir, analizar y presentar las más valiosas iniciativas de innovación periodística que se están produciendo en Iberoamérica.

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La selección de casos que se publican en este espacio está a cargo de Ismael Nafría (España), director de la revista National Geographic España, y Olga Lucía Lozano (Colombia), directora de En Modo P. La coordinación del proyecto desde la Fundación Gabo está a cargo de Karen De la Hoz, directora de comunicaciones.

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