En esta segunda segunda entrega sobre transformaciones en las redacciones a causa de la pandemia del coronavirus, El Faro, El País y Contra Corriente nos cuentan cómo se han adaptado a la llamada "nueva normalidad".
En nuestro publicación anterior, tres medios nos contaron cómo se transformaron rápidamente para hacer frente al nuevo panorama que impuso la pandemia del coronavirus. En esta segunda parte, otros tres medios nos cuentan su experiencia.
Un nuevo boletín e historias de su audiencia
Jennifer Ávila, confundadora de Contra Corriente, Honduras
Quizá el cambio más grande que hemos tenido es el trabajo de coordinación desde casa, nuestras reuniones semanales para la agenda de contenidos la hacemos por Zoom, esto cambió un poco en realidad porque siempre tuvimos una parte del equipo por Zoom ya que estamos en dos ciudades (Tegucigalpa y San Pedro Sula).
Por la velocidad de la información en la pandemia, creamos un boletín semanal y esto aceleró nuestra producción, ya que en Contra Corriente hacemos más periodismo de investigación y profundidad, y nos lleva mucho más tiempo publicar.
Cada semana nos dividimos quién estará o seguirá en temas de largo aliento o investigaciones más largas y quiénes estarán en la producción semanal.
Otra cosa que hemos potenciado es nuestro espacio de Cronistas de la cotidianidad, para que la gente cuente sus propias experiencias en el confinamiento, hemos aumentado las publicaciones en ese espacio en un 100% con respecto al año anterior, y hemos lanzado convocatorias sobre temas específicos, como hablar de los abuelos y abuelas, y el cuidado de las personas mayores en esta época.
Para el reporteo nos hemos preparado con mascarillas, gel de alcohol, caretas, lentes, guantes y usamos un único servicio de transporte que también tiene estas medidas, así que nos turnamos para el reporteo y estamos comunicando constantemente nuestras rutas para mejor coordinación.
El fotógrafo es quien más sale y el resto estamos evitando salir demasiado, muchas entrevistas las estamos realizando por Zoom o por teléfono, por eso también ha cambiado bastante nuestra ejecución de fondos y estamos invirtiendo bastante en transporte y comunicación.
Hemos experimentado con entrevistas de análisis por Zoom que nos ha funcionado bastante bien y hemos notado que eso amplía nuestro alcance y acceso a personas en otros países.
Creo que como equipo nos ha afectado emocionalmente no vernos desde hace un poco más de dos meses. En ese aspecto, la distancia y no tener nuestro espacio de convivencia en las oficinas ha sido algo muy duro, pero vamos adaptándonos.
Por otra parte, usamos la oficina cuando en nuestras casas falla el internet o la energía (algo muy habitual en este país) o debemos abastecernos de insumos como guantes o mascarillas. También visitamos nuestras plantitas y limpiamos un poco.
“Contranarrativas” y espacios de encuentro
José Luis Sanz, director de El Faro, El Salvador
En El Faro nos enfocamos en dos estrategias. La primera es que hemos tenido que multiplicar la velocidad de respuesta en un momento en el que la ciudadanía tiene una enorme necesidad de información.
Lo que hicimos fue segmentar nuestras prioridades, identificar cuáles serían nuestros énfasis, sabiendo que somos un periódico que no aspira, porque no puede, hacer una cobertura de todas las facetas que tiene esta situación.
En ese sentido, apostamos por dos principales temáticas en las que podemos hacer una labor de control y de protección de ciudadanía vulnerable y de principios institucionales.
Nos concentramos en: 1. el impacto desigual de la pandemia y 2. la evaluación de la gestión gubernamental. Hemos hecho mucho énfasis en la falta de comprensión en muchas de las medidas tomadas del impacto desigual, como la suspensión del transporte público, que se anunció solo 10 horas antes de que entrara en vigor. También estamos tratando de dar mucho espacio al impacto económico que está causando, al hambre, a dar voz y retratar las circunstancias de vida en la calle.
En ese sentido estamos tratando de ser contracorriente, en un momento en el que hay muy poca gente en la calle, estamos tratando de hacer un periodismo muy de calle, porque pensamos que es lo más necesario, es un gran vacío. Queremos ser los ojos y los oídos y la comprensión de la gente en los lugares donde la ciudadanía ahora mismo no puede estar.
Lo otro ha sido un trabajo constante de exigencia de transparencia. Estamos haciendo una cobertura muy cercana a la de investigación de corrupción y la fiscalización del poder público, que en este contexto está concentrado.
Estamos tratando de ser contranarrativos frente al relato oficial, que trata de que nos centremos sólo en la alarma clínica y epidemiológica, y que no prestemos atención a las violaciones de derechos humanos, a la violación de leyes y de acuerdos de transparencia y a las fracturas institucionales que está provocando el gobierno.
Estamos haciendo mucho monitoreo de los procesos de toma de decisiones, del funcionamiento institucional y del desafío institucional que está mostrando este gobierno al no acatar decisiones de la Corte Suprema, al tratar de suplantar o sobrepasar al poder legislativo y a su absoluta falta de transparencia.
También hemos trabajado en el aumento en los espacios de conversación, como una manera de compensar la pérdida absoluta de espacios físicos y de encuentro y la consecuente desarticulación del debate público o el hecho de que el debate público quede abandonado únicamente a las redes sociales.
Estamos desarrollando el Foro Centroamericano de Periodismo, que no solo hemos mantenido sino alargado en el tiempo para que dure 8 meses. Queremos que haya un debate constante con expertos, con referentes regionales e internacionales de lo que sucede con esta crisis pero también de otros temas que no deben ser invisibilizados, como cultura, identidad y literatura, para romper el monopolio temático.
El equipo del foro trabajó un mes para convertirlo en un foro virtual que va a tener un mínimo de 23 actividades con cerca de 70 invitados, la mayoría de países distintos a El Salvador.
También ya teníamos una línea de trabajo llamada El Faro Dialoga, que consiste en encuentros con ciudadanos para discutir temas relacionados con periodismo o actualidad local. Hemos reforzado esa línea de trabajo, estamos teniendo uno o dos de esos eventos a las semana.
También creamos los Clubes de Conversación, tratando de generar un espacio virtual cerrado entre personas que quieren conversar sobre lo que está sucediendo. Estos clubes los creamos como una respuesta a la falta de articulación social durante la emergencia del covid-19.
Son grupos de entre 20 y 30 personas que se inscriben en grupos cerrados de Facebook para conversar durante una semana sobre un tema determinado, intercambiar opiniones, materiales y fuentes de información y conversando también con especialista y periodistas de El Faro. La experiencia incluye videoconferencias y chats y está resultando extraordinaria.
Cuando la inercia y la dinámica hacer creer que no podemos estar juntos, estamos dedicados a crear espacios de encuentro y conversación en un momento en el que la tendencia autoritaria está siendo bastante marcada.
Trabajo remoto y medidas de precaución
Javier Lafuente, corresponsal y delegado de El País de España en México, Centroamérica y Caribe
Desde México, he vivido la pandemia del coronavirus en múltiples tiempos. Parte de nosotros tenía la cabeza en España, cuando el maldito bicho penetró de una manera que jamás imaginábamos. En aquel entonces, en México, donde vivo, la pandemia era una amenaza, gigante, pero no como estábamos viendo en otros lugares del planeta.
En el plano laboral, en El País decidimos aplicar prácticamente las mismas medidas de teletrabajo que en España, casi al mismo tiempo. Lo que en un principio se iba a hacer escalonadamente, se desestimó y en prevención de un posible confinamiento más duro, decidimos trabajar todos desde casa. Zoom se volvió nuestro universo favorito, los ruidos de Slack han competido con los vendedores ambulantes que se escuchaban aún desde las ventanas y el profesionalismo de un gran equipo, afloró como nunca.
Lo más gratificante es que todo se ha ido dando forma sobre la marcha, ante la incertidumbre generada y debido a un escenario desconocido. Nos hemos pensado mucho cada desplazamiento, cada viaje por el interior de México, que no hemos dejado de hacer, porque sentimos que tenemos que estar donde ocurren las cosas. La pandemia, que nos ha quitado muchas cosas que no sabemos si nos devolverá, no nos ha arrebatado, sin embargo, las ganas de volver a estar juntos en una Redacción.
¿Qué cambios y nuevos aprendizajes han ocurrido en tu rutina periodística o en el medio para el que trabajas? Cuéntanos en los comentarios.