Relatoría del Seminario-taller 'Periodismo, economía y paz'

Relatoría del Seminario-taller 'Periodismo, economía y paz'

Para debatir sobre las nuevas maneras de contar el posconflicto en Colombia, se reunieron en Bogotá 15 periodistas regionales, naciones y de medios de prensa internacionales.
Foto: Andrés Torres Galeano/ FNPI.
Óscar Escamilla

Una mirada al interior del oficio periodístico en tiempos de paz

La actividad que los convocaba era el Seminario-Taller Periodismo, Economía y Paz organizado por la FNPI- Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano y ProColombia, con apoyo de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

Los encargados de moderar y hacer las veces de provocadores fueron Darío Fernando Patiño, conductor del programa informativo 'Señal de la Mañana' de la Radio Nacional de Colombia; Jorge Espinosa, reportero de RCN Radio, y Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos -CERAC.

Todos juntos, periodistas y guías, hablaron sobre el posconflicto y sus realidades, escucharon a expertos en temas económicos, se enteraron de emprendimientos empresariales, discutieron sobre la posverdad, el uso de las redes sociales y la eterna discusión de contar bien las historias con el único fin de ponerle una cortapisa a la circulación de mentiras o informaciones falsas y mal intencionadas, ahora justo cuando el país despierta tras la firma de la paz con las FARC y en momentos en que se alista para escoger un nuevo Congreso y al Presidente que tendrá a su cargo el posconflicto.

Reflexiones, apuntes, deseos y sugerencias del taller

Jorge Espinosa llevó la conversación con los periodistas asistentes al taller a varios terrenos: el uso de las redes sociales con sus riesgos, costos y beneficios; la campaña presidencial y legislativa que se avecina; la desconexión entre las necesidades y la calidades informativas que exige Bogotá frente a la oferta de temas y asuntos que proponen las regiones. Los siguientes aprendizajes, lecciones y retos son el producto de la conversación avivada por Espinosa y los periodistas asistentes:

El papel de las redes sociales en las próximas elecciones

A pesar de los estragos causados por la posverdad, el público sigue creyendo en los medios como una fuente confiable de información. Al menos eso reveló recientemente la revista The Economics, al señalar que solo el 37% de los estadounidenses cree lo que se publica en redes sociales, pero ese porcentaje se duplica si esos entramados de difusión instantánea pertenecen a periódicos o medios tradicionales.

Las redes sociales van a ser fundamentales en el proceso electoral colombiano de 2018 y los medios ya están advertidos de lo que ocurrió recientemente en Estados Unidos y en otros lugares del mundo donde grupos de troles movieron informaciones falsas para influir en la opinión de millones de personas, en particular de los votantes.Está claro que las redes sociales son el imperio de la opinión y cuando sus contenidos son abiertamente desinformados o deformados hay una clara intención de querer empujar a quienes las consultan hacia el posicionamiento radical o estimular temores infundados.

Vale aquí la mención hecha por el presentador británico de televisión John Oliver que en algunas de sus reflexiones concluía que las creencias valen lo mismo que los hechos, de manera que aquel que cree obstinadamente o asume una posición política radical descarta las cifras contundentes, los datos sustentados y los hechos concretos que se opongan a su mirada particular. En conclusión, aquello resulta una batalla perdida.

Es evidente que los periodistas deben estar atenta al uso político, por parte de grupos interesados, de las redes sociales o al manejo informativo tendencioso que ya avizoran algunos portales de Internet que se presentan como informativos de corte político. El ruido mediático en este sentido, incluso externo, promete ser atronador una vez que la campaña electoral entre en el terreno de las definiciones.

Ante la pregunta de cuál era la razón para que los periodistas no hicieran uso de sus redes sociales personales para hacer pedagogía y desmentir la circulación de noticias falsas, la respuestas apuntaron a:

-Muchos colegas “autocensuran” sus redes sociales para evitar conflictos con sus fuentes, empleadores y otros periodistas.

-Prevalece el “celo profesional” entre los medios informativos, de manera que es poco probable que se haga difusión a las noticias obtenidas por otros.

-¿Los bajos o altos niveles de lecturabilidad de los medios informativos en sus sitios online es el resultado de audiencias que prefieren los temas light o de los periodistas que no logran atrapar con sus relatos? Reflexión: resulta condescendiente salir del problema culpando a las audiencias y se extravía el foco para examinar la calidad de los productos noticiosos.

-Iniciativas como La Pulla del diario El Espectador, por citar solo un caso, resultan ser mecanismos interesantes y atractivos para ahondar en temas coyunturales o complejos mediante relatos entretenidos, reflexivos y profundos.

El deseo de Bogotá y los anhelos de la provincia

¿Cuál es la razón para que a los periodistas regionales y a sus historias se les suela ignorar desde Bogotá?, ¿Será acaso porque no se están armando relatos contundentes y llamativos, o porque desde la capital, sede de la gran prensa nacional, hay poco interés por los hechos que ocurren en las regiones? Al parecer hay una mezcla de ambas.

Cuando se trata de noticias regionales de asuntos económicos ¿qué ocurre?: ¿será que hay temas relevantes pero poca capacidad para volver nacional lo local?, ¿será que se pierden las proporciones y en un afán por cautivar con un tema se sobredimensiona hasta desteñirlo?; puede ocurrir que los titulares ofrezcan un relato pero el cuerpo de la información diga una cosa distinta. A continuación algunas reflexiones a partir de estos interrogantes:

Es importante en la elaboración de las informaciones económicas el manejo de la dimensión y de la proporción de las cifras en los contextos que se producen y en comparación con los datos nacionales. A este tipo de relatos noticiosos les vienen bien las proyecciones o los efectos reales a futuro, así como un alto sentido criterioso, no solo del redactor sino de los editores.

Sí es posible encontrar significancia en los hechos locales, de manera que puedan trascender a lo nacional e incluso a lo internacional. Ejemplos de caso: los aguacates hass y las exportaciones a Estados Unidos; o los problemas de los arroceros locales frente al TLC con Estados Unidos y los acuerdos comerciales con Ecuador.

Es realmente necesario que los medios regionales peleen contra los lugares comunes noticiosos con los que se suelen simplificar desde Bogotá.

Las cifras de las economías regionales no son, por ahora, comparables con los datos oficiales nacionales o con los números que maneja Bogotá, hay que invitar a los editores a tener en cuentas esas proporciones.

Desde la región resulta contundente hacerle seguimiento en el tiempo a hechos locales que alcanzaron notoriedad nacional, incluso a las promesas gubernamentales en departamentos, municipios y localidades sobre megaobras, inversiones y proyectos.

La prensa regional a veces se desgasta en el seguimiento de noticias de orden nacional o en hechos coyunturales que los distraen de temas realmente importantes o trascendentales.

Son necesarios los esfuerzos para contar historias locales a través de las cuales se dibuje o se retrate al país; para alcanzar ese propósito es necesario contar con agenda propia, mirada amplia, narrativas atractivas, titulares llamativos y un trabajo de campo amplio.

La corrupción es un tema que también puede abordarse desde lo económico. Tanto en ese como en otros asuntos dominados por los datos duros y filosos es importante domesticar y dosificar las cifras, para no aburrir y cansar al lector, oyente o televidente.

Resultan atractivas nuevas fuentes para encarar esas narrativas económicas; expertos en áreas distintas que le den una dimensión distinta a las historias y de paso le permitan al periodista comprender que son posibles nuevos y novedosos enfoques.

El cambio de chip

Jorge Restrepo, director del Centro de Recursos para el Análisis de Conflictos (Cerac), no fue inferior al sentido provocador del taller. Algunas de sus reflexiones políticas y económicas aportan al entendimiento de lo que ocurre en este momento histórico del país, cuando la paz empieza a sedimentarse. Aquí los apuntes más pertinentes:

En Colombia, a diferencia de lo que ocurrió cuando los fusiles se acallaron en lugares como Irak, Afganistán, Irlanda del Norte, Guatemala y El Salvador, donde el posconflicto o no se concretó o tuvo grandes dificultades, la Constitución se mantuvo intacta en materia de seguridad y justicia; en tanto que el Estado conservó su capacidad para responder a la expansión del crimen organizado y al surgimiento de nuevas violencias.

Pese al lento proceso de modernización de la economía colombiana, que transitó del cierre total a la apertura de mercados a finales de las década de los 90, pasando por la obtención de recursos naturales no renovables, hasta llegar a una diversificación productiva, las cinco décadas que duró el conflicto armado interno no perjudicaron la marcha económica; en tanto que el periodo de negociación de paz con las FARC y el posconflicto coincidieron con el contagio regional de la crisis mundial, que no afectó al país como sí ocurrió  con otras naciones del vecindario.

La justicia es una vértebra más de la columna de la paz colombiana, pero no la principal. Uno de los asuntos más sensibles en el entramado de pacificación está relacionado con las reformas rurales que sí resultan ser fundamentales, no solo para concretar el acuerdo con las FARC, sino para cambiar de fondo la economía agrícola, campesina y regional, escenarios donde se desarrolló la conflictividad guerrillera y paramilitar, y en las que habitan grandes intereses políticos, económicos y hasta de grupos delincuenciales.

El gran problema para el posconflicto en Colombia es la falta de reconciliación social, que -entre otras- afecta la maniobrabilidad del sistema político que queda maniatado  ante esas circunstancias. De allí que la elección del próximo Presidente sea vital para el país, no solo para consolidar la paz, que se aventura inatajable, sino para sacar adelante varias de las reformas que se requieren para modernizar al Estado.

Ante la fragmentación social, de la que no escapan los gremios económicos, cuyas vocerías también están diseminadas, la prensa de país va a tener que ir mucho más seguido donde los dueños del capital y sus gerentes para saber qué piensan y hacia donde van sus decisiones, así cómo a pequeños empresarios regionales o locales para captar el verdadero clima económico.

Siete consejos para narrar el posconflicto y trece historias sugestivas

Darío Fernando Patiño invitó a los periodistas a pasar de las reflexiones del oficio a los temas, no sin antes esbozar algunas sugerencias para narrar el país en la coyuntura actual:

1. Perderle el miedo a la mirada positiva del posconflicto

La inmersión en una confrontación como la que recién superó Colombia dejó una huella profunda no solo en el lenguaje periodístico, sino en la mirada crítica para abordar la realidad que ahora se presenta. Frente a esa susceptibilidad, Patiño propuso a los participantes un ejercicio general de enumeración calificada y sustentada de historias con un enfoque esperanzador. El resultado fue revelador.

2. Acudir el hemisferio cerebral más optimista

Con la propuesta en la mesa, las primeras sugerencias de temas se volcaron al pesimismo, pero tras sugerir unas suerte de catarsis colectiva brotaron iniciativas menos crudas, que evidenciaron que no todo es malo y que son posibles enfoques cargados de confianza, sin caer en la candidez.

3. Contar sin repetir y desgastar las palabras

Como buen editor, el maestro recordó que entre las varias cosas necesarias para contar una historia está el uso trabajado del lenguaje para que no todo parezca el mismo discurso y el relato se vuelva paisaje. Enfatizó sobre la necesidad no repetir una y otra vez en los títulos y adentro en los textos la palabra "paz", para lo que sugirió buscar nuevas alternativas y un toque de creatividad.

4. Relatos estimulantes que inviten a la lectura

Establecer elementos diferenciadores en el lenguaje para las historias sean llamativas, atractivas y provocadores, de manera que cada nuevo relato sea un descubrimiento para el lector.

5. Escribir para viajar a la realidad

Una historia bien narrada es una invitación a asomarse a la realidad, incluso puede ser tan desafiante que despierte en el lector el deseo de querer ver con sus propios ojos que existen y son reales los personajes, sus relatos y hasta los sitios donde ocurrieron los hechos narrados.

6. Vacuna contra la candidez y el sentido bonachón de las historias

Hay que suministrarle a este tipo de historias dosis de escepticismo, ponerles sobre el lomo banderillas de realismo, descubrir en los relatos las dificultades por las que atravesaron los personajes o que tienen en su interior los temas.

Suele ser recomendable que dentro de cada historia se revelen los inconvenientes, los obstáculos, las luchas, las incomodidades; que se muestre que las cosas no resultan ser fáciles como parecen y que el triunfo de un personaje puede ser solo la demostración de una única victoria entre muchas derrotas, incluso de otros que también lo intentaron.

7. En busca de títulos sexys

Titular es una habilidad que se aprende con el paso de los años, aunque algunos reporteros tiene el suficiente ingenio para darle a las historias títulos sugestivos y cautivantes.

Los títulos de los relatos pueden surgir de la voz de las fuentes o interlocutores, de jugar con la ironía, la paradoja, el contraste y hasta el humor. Acudir a recursos que incluyan la relación con topónimos, frases conocidos, slogan usados, palabras en boga.

Acudir a la creación, el recurso literario o el ingenio.

A continuación las historias propuestas por los talleristas, tras la invitación hecha por el maestro Patiño:

1. Turismo e infraestructura, las estrellas del posconflicto

Un relato sobre el crecimiento económico impulsado por el posconflicto. Explicar lo que habría pasado con la economía en un escenario diferente al actual. Cuáles fueron los dividendos de la paz, analizar las cifras, revelar el interés de inversión extranjera.

2. Los súper alimentos de la paz

Alternativas a los cultivos ilícitos, proyectos productivos, casos de éxito, los alimentos que se pueden cultivar y que tienen nuevas oportunidades como el sacha inchi y la quinua, son alternativas de negocio para las familias en antiguas zonas de conflicto. Dato revelador durante el Seminario-Taller: hay 35 mil especies sin explotar. El texto debe mostrar los problemas y dificultades que enfrentan los productores, pasar por as actuales estrategias macro de la FAO, acudir al tema del mercado interno para los productos y resaltar que lo rural es más que agricultura, para lo cual se sugirieron experiencias en zonas rurales de Santander afectadas por el conflicto.

3. La vida después de la última mata que mata

Mostrar lo que supone es la transición para las comunidades que vivieron de los cultivos ilícitos. Existen dos casos que pueden ejemplificar la propuesta relacionados con San José Guaviare con casos puntuales de cooperativas de turismo y producción de almidón de yuca.

4. El señor de la pimienta

El caso real de un campesino que sustituyó los cultivos de coca por este producto y los resultados que ha tenido.

5. El destape de las hermosas

Algunas zonas de Colombia recién se están descubriendo. Uno de esos casos es el Cañón de Las Hermosas, en el departamento del Tolima, donde murió en un operativo militar Alfonso Cano, quien fuera el jefe máximo de las FARC. En lugares como este empiezan a surgir iniciativas de turismo, a partir de temas como el arte rupestre, los deportes de aventuras y el relato de las realidades que allí se vivieron.

6. El anaco está de vuelta

El anaco es la falda que caracteriza a los indígenas guambianos y la historia quiere partir de esta prenda de vestir para mostrar la realidad de una de las zonas al norte del Cauca que en su momento se le consideró la "Suiza de Los Andes", por la belleza de sus paisajes, pero que el conflicto llenó de miedos y tragedias. El relato buscaría hablar del turismo del posconflicto, del retorno de los cultivos de trucha en lagos naturales y mostrar el resurgir de la zona de Silvia. De la preservación de los temas culturales y hasta del uso de la tecnología. Recordar lo que era antes y lo que es ahora esa región. A manera de tensión y dificultad la historia podría pasar por lo ocurrido en un centro vacacional en Corinto, que supuso una alta inversión económica, arrasado hace poco tras avalancha. El lugar no contaba con seguro, porque las compañías aún consideran esos destinos como zonas de conflicto.

7. Las poblaciones detrás de la cortina de la guerra

Cómo llevar el posconflicto a las comunidades, explicar cómo se preparan y los mecanismos para preservar la cultura, comenzando por los niños y la educación que reciben. Temas de inclusión financiera en las comunidades sin acabar con el tejido social. El uso de la tecnología. Llevar el desarrollo respetando la cultura de las comunidades, mostrar casos de éxito.

8. Arboleda vuelve a florecer

La vereda Arboleda, jurisdicción de Pensilvania, en el oriente de Caldas, soportó como ningún otro lugar de ese departamento la violencia, pero desde que se silenciaron los fusiles sus habitantes viven tranquilos. La propuesta busca analizar lo que siente y cómo vive la comunidad en este momento de posconflicto.

9. Los millennials del campo

De vuelta al campo, relevo generacional en productores del agro en Caldas, se trabaja en un proyecto de ley para darle garantías y que realicen negocios en el sector con apoyo técnico e impulso a exportaciones y creación de unidades productivas con los jóvenes. ¿Se puede hacer empresa en el campo? Hay 150 jóvenes que dicen ahora sí, pero con garantías.

10. Fabricado en el país

Sí se puede exportar el producto de origen Colombia, la nota incluiría los pasos para vender afuera del país y cómo se pueden llevar productos a mercados internacionales. Explicaría lo que significa la denominación “Origen Colombia”.

11. La amenaza sobre los recursos de la paz

Según la Fiscalía General de la Nación 1,9 billones de pesos se perdieron por corrupción. Analizar en manos de quién pasan los recursos destinados al posconflicto. Se abre una oportunidad para que las veedurías ciudadanas tomen un mayor protagonismo. Educación y crear una veeduría de las veedurías. Vigías de los recursos de la paz. Buscar analistas internacionales sobre la importancia de las veedurías.

12. El turismo se asoma a los Montes de María

El artículo se concentraría en mostrar la bella subregión de Montes de María, que abarca dos departamentos. Tomar como elemento la construcción de nuevos escenarios deportivos en algunos de sus municipios para atender los próximos Juegos Nacionales, revelar la potencialidad de la región y cómo las comunidades se pueden vincularse en el desarrollo de eventos de los futuros eventos deportivos. Se sugirieron historias similares en particular el caso de la corporación turismo y paz en la Macarena, departamento del Meta.

13. Sabor Colombia

Colombia tiene las características para ser una potencia gastronómica con un desarrollo de las cocinas tradicionales, en una dinámica que conectan a los productores, el potencial es extraordinario. Avistar el futuro promisorio de la cocina colombiana. Revelar quiénes están trabajando este propósito.

Sobre el taller

Lugar: Bogotá, Colombia

Fecha: del 27 al 28 de noviembre de 2017

Organizadores: Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), ProColombia y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO).

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