Periodistas de salud, cuidado con Wikipedia

Periodistas de salud, cuidado con Wikipedia

La popular enciclopedia puede ser de gran ayuda, pero también hay riesgos.

Corría el año 2009 cuando el compositor francés Maurice Jarre falleció. Fue entonces cuando Shane Fitzgerald, estudiante de sociología en la Universidad de Dublin decidió realizar un experimento: ingresó a la entrada correspondiente a Jarre en Wikipedia y añadió una frase:

“La música era mi vida, la música me dio vida, y la música es la forma en que quiero ser recordado cuando deje de vivir. Cuando muera, habrá un vals final que solo yo podré escuchar en mi cabeza”, decía la línea que el travieso estudiante había añadido en la biografía del galardonado compositor.

En cuestión de horas, la cita hacía parte de artículos periodísticos en todo el mundo, incluyendo publicaciones de tanto prestigio como The Guardian, diario que tuvo el valor de rectificar cuando se enteró de su error.

Algunos pudieron haber visto lo hecho por Fitzgerald como una trampa, pero para este estudiante de sociología se trataba de parte de una investigación. Quería demostrar qué tanto se fían los periodistas de Wikipedia como fuente de información, para poner en evidencia su poder e influencia en las salas de redacción.

“La moraleja de esta historia no es tanto que los periodistas deberíamos evitar usar Wikipedia, sino que no deberíamos usar información de la cual no podamos rastrear su origen”, afirmó el defensor del lector de The Guardian en su mea culpa posterior.

También en periodismo de salud

Aunque no han sido tan sonados como el obituario de Maurice Jarre o el caso del cardenal argentino Leonardo Sandri, acudir a Wikipedia como fuente de información para reportajes de salud también puede significar terreno pantanoso.

Uno de los casos mejor documentados involucra una bacteria llamada Acinetobacter baumannii, culpable de infectar a centenares de militares que sirvieron durante la guerra en Irak del año 2003. Según han explicado expertos, se difundió ampliamente la versión consignada en Wikipedia, según la cual la bacteria se propagaba con facilidad en el desértico suelo iraquí. Cuando la verdad científica que se comprobó posteriormente, es que el foco de infección en realidad eran los hospitales de campaña de las tropas aliadas, no el suelo arenoso de Irak.

En 2014 la Revista de la Asociación Americana de Osteopatía publicó un estudio en el que se compararon artículos de Wikipedia con otros de PubMed o Google Scholar. Así, comprobaron que 9 de cada 10 de las enfermedades consideradas las más costosas para el sistema de salud de los Estados Unidos, tenían grandes discrepancias entre Wikipedia y los portales científicos.

Las 10 enfermedades analizadas fueron el estudio fueron el cáncer de pulmón, diabetes, osteoartritis, enfermedad de la arteria coronaria , la EPOC, la hiperlipidemia, la conmoción cerebral, hipertensión, trastorno depresivo mayor, y dolor de espalda.

“Nuestros hallazgos refuerzan la idea de que los médicos y estudiantes de medicina que actualmente usan Wikipedia como fuente de información deberían dejar de hacerlo, debido a que es una potencial fuente de errores”, concluyeron los autores del estudio que fue además destacado en la editorial de la revista en esa edición.

Proceda con cuidado

Ahora bien, tampoco hay que satanizar a Wikipedia. Como lo señaló el maestro de periodismo Rosental Alves, “Wikipedia es el mejor lugar para empezar una investigación,  pero el peor para terminarla”.

Los creadores de la popular enciclopedia colaborativa son conscientes de sus falencias, y por eso han apoyado iniciativas como el WikiProject Medicine, un espacio para que expertos discutan, colaboren y debatan respecto a la información referente a medicina y salud en Wikipedia.

Más recientemente se anunció el lanzamiento de la extensión para motores de búsqueda llamada Batea, la cual está enlazada a la base de datos del sitio DocGraph, y que pretende ayudar a mejorar la calidad de los contenidos sobre salud en Wikipedia.

“Wikipedia tiene la ventaja de contar con artículos de gran precisión informativa que no utilizan la jeringonza de los doctores, lo cual puede ser de gran utilidad cuando quieres introducirte a un tema complicado como lo es la medicina”, asegura Fred Trotter, uno de los líderes del proyecto en la Asociación de Periodistas de Salud (AHCJ, por sus siglas en inglés).

No en vano, el New York Times calificó como una fuente de información confiable a Wikipedia cuando millones de personas buscaban saber más sobre el peligroso virus del ébola.

Así que el consejo es usar Wikipedia, pero con cuidado. Apenas como una puerta de entrada a la investigación de cualquier pieza periodística. Acudir a ella no reemplaza la tarea de levantar el teléfono y llamar a un doctor de verdad cuando queramos realizar reportajes de salud que sean de verdadera utilidad para nuestros lectores.

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Fotografía: Geralt en Pixabay / Usada bajo licencia Creative Commons 

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