El ataque con fusiles llevado a cabo hoy en las instalaciones del semanario satírico francés Charlie Hebdo, el cual ha dejado al menos 12 personas muertas, ha motivado una oleada de opiniones a través de las redes sociales, la mayoría de ellas condenando el hecho y defendiendo el derecho a la libertad de prensa.
Según informa el diario El País, los autores del atentado fueron dos hombres vestidos de negro, encapuchados y armados con fusiles kalashnikov que entraron en la sede del semanario al grito de “Alahu al akbar” (“Dios es grande”).
Fuentes del Ministerio del Interior francés consideran la posibilidad de que se trate de un ataque de origen islamista, pues la cadena de televisión BFM asegura que existe un video en el que uno de los atacantes afirma que están “vengando” a Mahoma.
Las opiniones expresadas a través de las redes sociales varían entre las de aquellas personas que repudian el hecho pues es un ataque a la libertad de expresión, y aquellas que señalan cierta responsabilidad por parte del semanario francés, ya que publicó caricaturas que podían ser vistas como ofensivas por ciertos miembros de la comunidad musulmana.
Charlie Hebdo ya había sido objeto de amenazas, especialmente a raíz de haber publicado en 2006 caricaturas de Mahoma. En 2011, fue atacado con cócteles molotov y tuvo que cerrar sus oficinas durante varias semanas.
Respuesta al terror: difundir las portadas con las que tratan de justificar los asesinatos de hoy en #CharlieHebdo pic.twitter.com/CWz6YaXk5U
— César Pérez Gellida (@cpgellida) 7 de enero de 2015
Parte de lo que me sucede es que en mi opinión, #CharlieHebdo en mucho personifica esa arrogancia ilustrada insoportable de Occidente.
— Sandra Borda (@sandraborda) 7 de enero de 2015
Burlarse de una religión es parte de la libertad de expresión. Puede ser de pésimo gusto y yo no lo leería pero es un derecho.
— Juan Esteban Lewin (@juaneslewin) 7 de enero de 2015
Autoridad musulmana de París: "a las viñetas hay que contestar con viñetas".
— M. A. Bastenier (@MABastenier) 7 de enero de 2015
En una entrevista concedida al diario El País en 2012, el asesinado director del semanario, Gerard Biard, declaró “¿Cuál es la responsabilidad de un periodista? ¿Contar la actualidad o ceder a la violencia? Creo que es comentar lo que pasa, sobre todo si entra de lleno en la línea editorial como pasa en este caso. Nosotros combatimos las religiones, todas ellas, cuando entran en la esfera pública y política. ¿Cómo se puede justificar que unos periodistas se prohíban tratar la actualidad?”, añadiendo que “la autocensura es el principio del totalitarismo. No podemos ceder a la violencia. Francia es un Estado de derecho laico y nos sometemos a la ley francesa, tenemos la misma responsabilidad que el resto de la prensa. No hemos insultado a nadie. Pero si alguien lo cree, puede ir a los tribunales”.
En el Consultorio Ético de la FNPI, el maestro Javier Darío Restrepo se ha pronunciado en distintas ocasiones respecto a la responsabilidad social de la caricatura política, defendiendo el derecho a la libertad de expresión, pero advirtiendo sobre los riesgos que implica el que una caricatura sea vista como ofensiva o difamatoria.
“La ética del humor, utilizado como medio para comunicar, coincide con la ética de la comunicación y demanda unos valores específicos junto con los valores que hacen de toda comunicación un acercamiento y una relación con los demás”, dice Restrepo en respuesta a la pregunta de un estudiante de comunicación ecuatoriano.
En otra respuesta a la pregunta de un periodista venezolano, Restrepo advierte “los montajes humorísticos y las caricaturas son recursos periodísticos cercanos a la columna de opinión y a los editoriales, y, como ellos, se rigen por las mismas normas de cualquier texto periodístico de opinión”.
De acuerdo a Restrepo, la libertad de expresión no le permite al caricaturista cambiar los hechos e interpretarlos a partir de esa visión alterada o inexacta, pero sí deja espacio para expresar un punto de vista y aventurar una interpretación. “La mayor fuerza de la caricatura radica en su capacidad de interpretar la opinión pública que, al contemplar la imagen trazada por el caricaturista siente que su pensamiento sobre los hechos ha sido expresado de modo convincente”, añade en respuesta a otro periodista colombiano.
El tema de la ética en la caricatura política ha sido motivo de uno de nuestros tuitdebates, luego de la sanción del Gobierno ecuatoriano contra un caricaturista del diario El Universo de Guayaquil.
“Los caricaturistas y los niños tienen el privilegio de gritar que el rey está desnudo”, dijo José Luis Hernández, uno de los participantes en el tuitdebate.