Río 2016: oportunidad para hacer mejor periodismo deportivo

Río 2016: oportunidad para hacer mejor periodismo deportivo

América del Sur tendrá los primeros Juegos Olimpicos en su historia, para este respecto Xavier Ramón, escritor y periodista, comentará las relaciones existentes entre la ética y el cubrimiento periodístico del deporte.
Ilustración: Pixabay | Usada bajo licencia Creative Commons
Red Ética FNPI

Estamos ya a menos de un mes del momento en que la antorcha sea encendida en Río de Janeiro, dando así inicio a los primeros Juegos Olímpicos de la historia en realizarse en América del Sur. Se trata de una oportunidad histórica para que, a pesar de la crisis política que vive Brasil el principal evento deportivo del planeta le muestre al mundo entero una visión diferente respecto a nuestra región.

A propósito de Río 2016, hemos venido llamando la atención desde la Red Ética Segura de la FNPI respecto a la necesidad de que los medios de comunicación preparen a sus periodistas adecuadamente para cubrir las justas deportivas, evitando cometer los errores en los que se incurrió durante Londres 2012. Por este motivo publicamos recientemente el artículo titulado Claves para cubrir éticamente los próximos Juegos Olímpicos, donde resumíamos la tesis doctoral del profesor Xavier Ramon, profesor e investigador del Departamento de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra.

Con el fin de ampliar las recomendaciones formuladas en la tesis titulada “Sports journalism ethics and quality of information. The coverage of the London 2012 Olympics in the British, American and Spanish press” (Ética en el periodismo deportivo y calidad de la información. El cubrimiento de los Olímpicos de Londres 2012 en la prensa británica, americana y española), hemos entrevistado al profesor Ramon para compartir su visión respecto a los Olímpicos por venir.

“Con el objetivo de contribuir a cultivar la cultura deportiva de los lectores, ser originales y superar la redundancia y uniformidad en los temas, los periodistas deben apostar en Rio 2016 por abordar historias de deportistas y equipos menos conocidos”, dice Ramon en entrevista concedida desde Barcelona a Hernán Restrepo, gestor de contenidos de la Red Ética Segura de la FNPI.

Red Ética Segura (RE): Profesor, en primer lugar cuéntenos a qué se debe su interés por investigar la calidad del periodismo deportivo.

Xavier Ramón (XR): Mi interés por investigar la ética y calidad en el periodismo deportivo parte del convencimiento que, también en la cobertura del deporte, los medios juegan un papel fundamental en la configuración de la agenda pública y la transmisión de valores en las sociedades democráticas. Del mismo modo que el resto de profesionales, los periodistas deportivos deben actuar con responsabilidad y trabajar para fomentar la excelencia y la calidad informativa. Sin embargo, la literatura académica ha señalado que el periodismo deportivo presenta una serie de disfunciones que sistemáticamente han soslayado los estándares normativos de la profesión. Estas prácticas incluyen la disolución de las fronteras entre géneros periodísticos, la omnipresencia de los rumores, el sensacionalismo, el uso del lenguaje belicista, las desigualdades en relación al género, la raza y la discapacidad o la falta de variedad de las fuentes informativas utilizadas. Estas deficiencias limitan la credibilidad de los periodistas deportivos, una área aún caracterizada por las nociones de ser un “departamento de juguetes” (toy department), formado por “aficionados con máquinas de escribir” (fans with typewriters).

Partiendo de esta preocupación por el empobrecimiento en esta área informativa, en mi investigación Sports journalism ethics and quality of information. The coverage of the London 2012 Olympics in the British, American and Spanish press he examinado como seis medios de referencia de tres países distintos (The Guardian/ The Observer, The Daily Telegraph/ The Sunday Telegraph, The New York Times, The Washington Post, El País y La Vanguardia) cumplieron en su cobertura de los Juegos Olímpicos de Londres 2012 con los principios fundamentales de la deontología periodística. El análisis de 6.552 piezas en 33 días revela que en muchas áreas la cobertura disipó la arraigada noción del periodismo deportivo como “departamento de juguetes” pese que en otros aspectos esenciales aún hay un amplio margen de mejora. Los casos de buenas y malas prácticas que arroja el trabajo pueden ser de gran utilidad para los profesionales, estudiantes y académicos.

RE: ¿Cuáles son para usted los principales errores que cometió la prensa en el cubrimiento de los Juegos Olímpicos de Londres?

XR: En primer lugar, cabe puntualizar que la investigación se ha centrado principalmente en la cobertura de Londres 2012 en seis prestigiosos periódicos en sus ediciones impresas. Pese a las referencias a otras publicaciones, estuvo fuera del alcance de la tesis la realización de un análisis sistemático de la cobertura llevada a cabo por otras subsecciones de la prensa escrita en los países estudiados, así como el tratamiento realizado por los medios audiovisuales y digitales.

En referencia a los aspectos a mejorar, cabe destacar, en primer lugar: las desigualdades en la agenda deportiva (siete deportes no alcanzaron el 1% de la cobertura y vieron limitado su reconocimiento público); la constante disolución de las fronteras entre información y opinión (a través de adjetivos y adverbios evaluativos y otras expresiones subjetivas para alabar o criticar a los atletas) y el sensacionalismo (el análisis reveló multitud de casos de noticias centradas en el entretenimiento y la seducción por el espectáculo). En segundo lugar, respecto al tratamiento de las identidades, conviene remarcar que los medios siguieron empleando una serie de estereotipos de género tales como el sexismo y las menciones a los atributos físicos, la emocionalidad, la infantilización y el tratamiento de cuestiones privadas. Otros estereotipos encubiertos se utilizaron para referirse a la raza y la discapacidad de los participantes. Por ejemplo, el atleta surafricano Oscar Pistorius fue presentado como un objeto de curiosidad y se enfatizó excesivamente el debate sobre si sus prótesis le otorgaban ventaja o no.

En tercera instancia, respecto a la nacionalidad, pese a que los medios siempre han tendido a maximizar la cobertura de sus atletas nacionales, en algunos medios el índice de nacionalismo fue mucho más alto de lo que cabría esperar. En contraste con la apertura de periódicos como The New York Times, en la prensa británica cerca del 75% de las historias se dedicaron a sus atletas domésticos, hecho que limitó las posibilidades de mostrar a atletas extranjeros. Más allá de esto, los lectores estuvieron expuestos constantemente a una serie de estrategias que difuminaron las fronteras entre el etnocentrismo y el patriotismo/nacionalismo, tales como: los adjetivos y adverbios evaluativos, la exclusión de los atletas extranjeros de las piezas, las citas patrióticas, la repetición de fotografías con las banderas nacionales, la crítica a los atletas no suficientemente patrióticos, el menosprecio de la habilidad de otros países para competir, etc. Además de reforzar actitudes patrióticas en lugar de promover el internacionalismo, estos mecanismos se alejan de los estándares de imparcialidad periodística.

Finalmente, conviene resaltar el lenguaje belicista. Coincidiendo con resultados de investigaciones previas, durante el período investigado se incluyeron multitud de referencias como “bombardear”, “aniquilar”, “asesino”, “combate mortal” o “venganza”, entre muchos otros.

RE: ¿Qué diferencias encontró entre los errores que cometió la prensa anglosajona y la de habla hispana?

XR: Un error sorprendente en la prensa española fue el bajo reconocimiento y corrección de errores. Mientras que los medios anglosajones destacaron por corregir rápidamente los mismos y fomentar la rendición de cuentas a través de mecanismos como las cartas al director, en El País sólo se reflejaron dos ejemplos, mientras que en La Vanguardia no se incluyó ninguna corrección vinculada con la cobertura olímpica durante el período estudiado. Si bien en áreas como la diversidad de la agenda deportiva, el sensacionalismo, el lenguaje belicista o la propagación de estereotipos es difícil establecer grandes diferencias entre países, sí existen matices interesantes dentro de la propia prensa anglosajona.

Los medios británicos, influidos inevitablemente por la celebración de los Juegos en su país y por el éxito de su equipo nacional, tendieron mucho más que la prensa norteamericana a la mezcla de información y opinión y a utilizar mecanismos patrióticos para ensalzar el orgullo nacional y conectar emocionalmente con sus lectores. Un análisis en profundidad debería examinar el tratamiento del deporte en estos países durante el día a día y en eventos extraordinarios como los Juegos Olímpicos para discernir de forma más precisa diferencias entre estos contextos.

RE: Resaltemos lo bueno. ¿Qué aciertos en el cubrimiento de los Olímpicos de Londres cree que la prensa debería buscar repetir en Río 2016?

XR: Afortunadamente, el análisis de los medios de calidad en Londres 2012 demostró que el cliché de “departamento de juguetes” no se puede aplicar a todos los contextos, empresas y culturas periodísticas. El análisis aportó un amplio abanico de ejemplos de calidad, consistentes con las prescripciones establecidas en los grandes códigos éticos de la profesión. Los medios deben reconocer estas fortalezas y trabajar para repetirlas en Rio 2016.

En primer lugar, los medios analizados emplearon un rango extenso de fuentes representativas y fiables para sustentar sus historias (actores deportivos, fuentes institucionales, expertos, recursos en línea, medios nacionales e internacionales, organizaciones de la sociedad civil, entre otros). En particular, el uso de académicos, expertos y analistas fue particularmente notable durante el período observado. Este tipo fuentes aportó información de gran valor para informar sobre las competiciones y también sobre los aspectos contextuales de los Juegos. En segundo lugar, los medios realizaron una amplia cobertura de los contextos relevantes de los Juegos Olímpicos. En tercera instancia, el diligente reconocimiento y clarificación de errores (particularmente en la prensa anglosajona) debe ser apreciado de forma muy positiva.

También cabe destacar que los medios dieron un paso importante hacia la igualdad de género dedicando un espacio significativo a las deportistas. Por ejemplo, en The New York Times, hombres y mujeres recibieron el mismo número de piezas. Estas cifras no se pueden encontrar en ningún otro contexto antes o después de Londres 2012, donde desafortunadamente las desigualdades persisten. El lenguaje utilizado fue correcto y los medios también dieron cuenta de los retos pendientes para conseguir la igualdad.

Respecto a la raza, los periódicos aprovecharon la oportunidad de Londres 2012 para criticar las actitudes racistas en el deporte y la sociedad, ahondando así en los valores de multiculturalismo y no discriminación fundamentales en el deporte y el olimpismo. Finalmente, las historias ahondaron en la dimensión humana de los protagonistas de forma respetuosa sin invadir su intimidad y se trataron las creencias religiosas de forma responsable, mencionando este aspecto sólo cuando fue relevante para relatar la vida de los deportistas. Todas estas fortalezas demuestran que los medios analizados operan bajo una cultura periodística comprometida con el servicio público y la calidad del contenido.

RE: ¿Qué retos para los periodistas y los medios plantea desde su perspectiva el cubrimiento de estos primeros Olímpicos que se realizarán en Suramérica?

XR: Además de superar los errores detectados en Londres 2012, los medios de comunicación deberán hacer frente a varios retos de primer orden en Rio 2016. Para empezar, tendrán una oportunidad irrepetible para transmitir la importancia de los valores humanos a través de la cobertura del equipo de atletas refugiados que competirá bajo la bandera olímpica en Rio 2016. Los medios deberán aprovechar historias de superación personal, como la de la nadadora Siria Yusra Mardini y la de los luchadores de judo congoleños Popole Misenga y Yolande Mabika, para contextualizar y crear consciencia a nivel internacional sobre el drama de la guerra y el problema de los refugiados.

En segunda instancia, es sabido que el virus del Zika ha protagonizado gran parte de la agenda informativa durante los meses previos al evento. Ocasionalmente, se ha generado alarmismo con el uso de expresiones como “pesadilla sanitaria”, “propagación excesiva”, “alerta olímpica” o “miedo global”. Los medios también han contribuido a maximizar esta preocupación amplificando las dudas de deportistas como Pau Gasol o Mireia Belmonte sobre si competir o no.

Un reto esencial para la cobertura de los Juegos Olímpicos será poner la situación en contexto y seguir entrevistando a expertos (epidemiólogos, especialistas en medicina tropical, responsables de la Organización Mundial de la Salud) para no caer en el sensacionalismo. Un tercer reto hace referencia a intentar evitar el lenguaje belicista, una tarea difícil sobretodo en ciertas disciplinas como el rugby, que vuelve al programa olímpico tras un paréntesis de 92 años.

Además de lo expuesto, los medios deberán seguir observando todas las cuestiones relacionadas con la ética y la calidad informativa y deberán rendir cuentas a los ciudadanos por la información que publiquen. Para ello será necesario que los medios fomenten la reflexión sobre la producción periodística no sólo a través de canales tradicionales, como las cartas al director, sino también a través de otros instrumentos innovadores como los defensores del lector en línea, los chats y las redes sociales. Ejemplos de rendición de cuentas en España y a nivel internacional que he abordado en investigaciones publicadas en Comunicación y Sociedad y El Profesional de la información demuestran el valor de estos mecanismos para monitorizar y criticar la calidad del periodismo.

RE: Si un medio quisiera hacer un cubrimiento distinto de los Juegos Olímpicos de Río, ¿en qué temas debería enfocarse? ¿Qué temas suelen dejar por fuera los medios tradicionales durante estos eventos?

XR: Con el objetivo de contribuir a cultivar la cultura deportiva de los lectores, ser originales y superar la redundancia y uniformidad en los temas, los periodistas deben apostar en Rio 2016 por abordar historias de deportistas y equipos menos conocidos. En la mayoría de casos, no se trata de buscar protagonistas lejanos ni de restar espacio a los atletas más populares, sino de dedicar un esfuerzo adicional para dar visibilidad a aquellos deportistas de aquellas disciplinas minoritarias que no están representadas en la esfera mediática durante los cuatro años del ciclo olímpico. La diversificación en la agenda es un componente crucial para la calidad informativa.

Fuera de los terrenos de juego, si un medio quiere hacer un cubrimiento distinto de los Juegos Olímpicos de Río, no puede olvidarse de las cuestiones contextuales vinculadas al evento. Es cierto que durante el período previo a Rio 2016 los medios han ahondado en aspectos esenciales como la contaminación de la bahía de Guanabara, el retraso en la construcción del velódromo, los recortes en el presupuesto, las dudas sobre seguridad y las sombras de la transformación de Río, marcada por los desalojos y la gentrificación. Sin embargo, muy probablemente estas cuestiones contextuales se convertirán en black holes informativos una vez empiece el evento.

El reto para los medios brasileños e internacionales será no sucumbir al “zeitgeist festivo” de la narración deportiva y de las medallas de sus héroes nacionales. Los periodistas deportivos no deberían desconectar de su responsabilidad ética, sino mantener la distancia crítica y seguir atentos a los aspectos negativos o áreas problemáticas que genere el evento.

RE: Hablemos del problema del lenguaje bélico. Está realmente arraigado en la prensa deportiva. ¿Por qué deberían los periodistas evitarlo?

XR: No podemos olvidar que el deporte es una forma de competición que incorpora el conflicto y la rivalidad, aspectos que tienen un gran valor informativo para los medios. Los Juegos Olímpicos son interpretados como un espacio de competición entre naciones, como un fórum donde el conflicto se convierte en elemento clave de la narración periodística. En este marco, el lenguaje bélico es empleado por los periodistas para describir la acción en el terreno de juego y para añadir un juicio interpretativo. Sin embargo, el uso de referencias belicistas debería ser evitado. Los artículos 33 y 35 de la Resolución 1.003 del Consejo de Europa explicitan que el lenguaje que fomente la violencia, la agresividad, el odio y la confrontación debe ser eliminado.

El énfasis en el imaginario militar conlleva el riesgo de asociar de forma positiva al deporte con la guerra, de fomentar antagonismos en lugar de promover los valores de paz y entendimiento inherentes al olimpismo. Como señala el profesor David Rowe “los Juegos Olímpicos y el deporte en general no son un espacio bélico y, por tanto, no deberían ser representados como tales en los medios de comunicación”. Esta es una lección que los periodistas deberían tener en cuenta para cubrir Río 2016 y cualquier otro evento deportivo.

RE: Si un periodista deportivo quiere prepararse bien para cubrir los próximos Juegos Olímpicos, ¿qué lecturas le recomendaría?

XR: Para una buena cobertura los Juegos Olímpicos, en primer lugar se debe tener un buen bagaje sobre la cultura olímpica y de todos aquellos aspectos deportivos, organizativos, políticos y económicos que giran alrededor del evento. Una referencia indudable es la segunda edición del libro Understanding the Olympics, de John Horne y Garry Whannel, actualizado con motivo de los Juegos de Rio. Otra obra fundamental es The Official History of the Olympic Games and the IOC, de David Miller.

Fuera del ámbito académico, los periodistas deben prepararse documentándose en los sitios web y publicaciones promulgadas por las federaciones de los distintos deportes y comités nacionales. Además, un periodista nunca debe olvidar la cobertura realizada por otros medios. Recientemente, el profesor José Luis Rojas Torrijos, de la Universidad de Sevilla, ha publicado en su blog Periodismo deportivo de calidad un catálogo de las mejores webs periodísticas para seguir los Juegos Olímpicos.

Además de lo expuesto, los periodistas no deberían dejar de consultar los libros de estilo de sus empresas, los grandes códigos éticos a nivel nacional y transnacional (el sitio web Accountable Journalism incluye más de 400 códigos generales y especializados) y los códigos deontológicos específicos sobre periodismo deportivo, promulgados por la Associated Press Sports Editors (APSE) y la International Press Sports Association (AIPS).

Con el objetivo de proponer un marco de mejora, mi tesis doctoral también propone unas guías éticas que pueden ser de utilidad para los profesionales que cubran los Juegos Olímpicos de Rio 2016. El “Decálogo para una cobertura deportiva responsable” se ofrece a través de Ética Segura para servir a los profesionales de la comunicación, académicos y todas aquellas personas interesadas en la calidad del periodismo deportivo.

Más sobre Xavier Ramon

Es profesor e investigador del Departamento de Comunicación de la Universitat Pompeu Fabra (Barcelona, España). También es investigador del Centro de Estudios Olímpicos de la Universitat Autònoma de Barcelona (CEO-UAB). Doctor en comunicación, es master en estudios avanzados en comunicación social y licenciado en comunicación audiovisual y periodismo por la UPF. Es autor de la tesis doctoral “Sports journalism ethics and quality of information. The coverage of the London 2012 Olympics in the British, American and Spanish press” y del trabajo “Olympic values and sports journalism ethics”, realizado gracias a una ayuda del Comité Olímpico Internacional. Sus líneas de investigación son la ética y la calidad informativa, el periodismo deportivo y los estudios olímpicos. Es miembro del Grup de Recerca en Periodisme y participa en el proyecto competitivo I+D+i Accountability y culturas periodísticas en España. Impacto y propuesta de buenas prácticas en los medios de comunicación españoles (MINECO/FEDER, UE, ref: CSO2015-66404-P).

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