El periodismo local se enfrenta al enorme desafío de seguir siendo un actor fundamental en la democracia regional, mientras lidia con desafíos financieros y estructurales que amenazan su supervivencia.
Históricamente los medios locales no solo han informado sino que han sido agentes claves en la incentivación de la participación política en los territorios, la construcción de identidad comunitaria y en la promoción de la cohesión social. Sin embargo, hechos como la transformación digital, la centralización de la información en plataformas globales y la desaparición progresiva de la relación simbiótica entre la prensa y la sociedad ha debilitado a muchas organizaciones periodísticas que ya de por sí operaban en contextos frágiles, así como también ha provocado el cierre de numerosos medios locales.
La desaparición de estos medios tiene consecuencias profundas, pues no se trata solo de la pérdida de una fuente de noticias, sino de la erosión de un tejido comunitario que abre lugar a la creación de nuevos desiertos informativos, en los que la primera consecuencia es el aumento de la desinformación.
A pesar de estos obstáculos, el periodismo local sigue demostrando su capacidad de adaptación y su relevancia para las comunidades. La charla 'Busca por dentro: historias locales para despertar y diversificar agendas', que se dio en el marco del 12° Festival Gabo, fue una muestra de ello. Edilma Prada, editora intercultural y periodista de investigación; Laura Sofía Mejía, cofundadora y directora de BaudóAP; Betsabé Molero, Periodista de la Red Consonante; y María Teresa Ronderos, Directora y cofundadora de CLIP, compartieron sus experiencias y resaltaron cómo a pesar de que el periodismo local se enfrenta a barreras de recursos, violencia y desinformación, aún juega un rol fundamental en la sociedad para amplificar voces invisibilizadas y aportar información crítica que no llega a los medios tradicionales.
La realidad en la era digital es que las grandes corporaciones de medios tienden a homogeneizar la información y a priorizar temas globales, pero es en este mismo escenario en el que el periodismo local se hace aún más esencial para mantener informadas a las comunidades sobre los temas que les afectan directamente. Incluso, en muchos casos, este trabajo focalizado no solo contribuye a la representación justa de las realidades locales, sino que también se convierte en una de las pocas herramientas con las que cuentan las comunidades para fiscalizar al poder en sus territorios.
Pero ¿cómo hacer un buen periodismo local y que además responda a las necesidades de la audiencia y el medio? La discusión planteada en esta charla nos dejó algunas respuestas y tres lecciones clave que compartimos a continuación.
1. En un mundo globalizado lo hiperlocal importa
Una de las ideas más poderosas de esta conversación fue el reconocimiento del valor único del periodismo local. Como señaló María Teresa Ronderos, a diferencia del periodismo nacional e internacional que a menudo repite las mismas historias, el periodismo local tiene la capacidad de ofrecer relatos únicos que solo quienes habitan esos territorios pueden contar. Un ejemplo de esto es el trabajo de Betsabé Molero en La Guajira, donde junto con su equipo de Consonante ha documentado historias como la corrupción electoral o la vida cotidiana de las comunidades indígenas.
El periodismo local, a diferencia de las grandes cadenas, puede profundizar en los detalles que realmente afectan a las personas en sus contextos específicos. Además, estas historias locales tienen la capacidad de impactar en la agenda nacional, influir en decisiones políticas y fortalecer la democracia al visibilizar realidades que muchas veces son ignoradas.
2. El periodismo colaborativo e intercultural es otra forma de construir comunidad
Otro aspecto fundamental que surgió de esta charla fue la necesidad de crear redes de colaboración entre periodistas y comunidades, pues al involucrar a las personas en la construcción de su propia narrativa también aumentan la confianza y la legitimidad del periodismo en ese territorio.
Agenda Propia y Chagra, dos iniciativas destacadas por Edilma Prada y Laura Sofía Mejía, demuestran que el periodismo colaborativo intercultural puede enriquecer la cobertura al incluir voces y saberes diversos, ya que al aplicar metodologías de cocreación de historias, basada en círculos de la palabra y conversaciones con líderes locales y narradores locales, no solo se cuenta la noticia, sino que se hace desde una perspectiva que respeta las realidades de las comunidades.
Laura Sofía Mejía explicó además cómo la red de narradores visuales y comunitarios de Chagra, por ejemplo, está formada por personas que viven y entienden los impactos del cambio climático o el racismo desde una experiencia directa, este tipo de proximidad le permite al equipo periodístico contar historias con mayor autenticidad, profundidad e impacto.
3. Desaprender para aprender: el reto de la desinformación
Sabemos que enfrentar la desinformación y ganarse la confianza de las audiencias no es fácil, especialmente cuando existen intereses poderosos que buscan ocultar la verdad, pero durante la charla las panelistas nos demostraron que el periodismo de calidad sí puede hacer la diferencia, y que con el tiempo, las audiencias valoran más los reportajes que aportan veracidad y justicia en sus propios entornos.
Experiencias como la de Molero y Consonante destacan cómo la calidad de las investigaciones ha permitido que las comunidades locales confíen más en sus reportajes que en los medios tradicionales. Molero subrayó que en un contexto donde la desinformación es omnipresente, es fundamental “desaprender” las prácticas periodísticas tradicionales para adaptarse a las necesidades de las audiencias locales.
Este tipo de acercamiento a las historias locales también muestra que un enfoque más lento, detallado y basado en la veracidad es más apreciado por las comunidades, una actitud que tiene como consecuencia que las personas ya no busquen solo primicias o noticias sensacionalistas, sino relatos que realmente reflejen su realidad y generen cambios concretos en sus territorios.
El periodismo local es una herramienta poderosa para fortalecer las agendas comunitarias y democratizar la información y las lecciones de esta charla son un recordatorio de que, aunque los retos son grandes, el impacto de un periodismo comprometido y colaborativo sí puede transformar realidades y contribuir a una sociedad más informada. Si quieres revivir la charla completa puedes hacerlo dando clic aquí.