¿Cuál es la responsabilidad del periodismo en los mensajes de odio hacia la población LGBTIQ+?
28 de Junio de 2023

¿Cuál es la responsabilidad del periodismo en los mensajes de odio hacia la población LGBTIQ+?

Conversamos con 6 periodistas de distintos lugares de Latinoamérica para entender la responsabilidad del periodismo en la propagación de mensajes de odio contra la comunidad LGBTIQ+.
Imagen de Naeim en Pixabay, usado bajo Content License
Red Ética

El periodismo tiene una larga y complicada historia con la población LGBTIQ+. En el pasado, muchos periodistas alrededor del mundo jugaron un papel relevante en la persecución, el señalamiento y la violencia contra este grupo de personas. 

En el marco del Día del Orgullo, desde la Red Ética consideramos fundamental reflexionar sobre el rol que el periodismo desempeña en la actualidad, y su participación en la difusión y masificación de mensajes de odio dirigidos a la población LGBTIQ+. Este fenómeno, que ha venido en aumento en el norte global en los últimos meses, plantea una seria preocupación sobre su posible propagación en Iberoamérica.

Si bien este es un tema complejo que no tiene respuestas fáciles, sabemos que necesita ser discutido y debatido, así que para comprender mejor los desafíos éticos de esta situación conversamos con Ana Fornaro, cofundadora de Agencia Presentes en Argentina; Nicholas Rodriguez director de de ElSalvadorG y vicepresidente de Alcance Global de InterPride; María Mercedes Acosta, cofundadora y directora del área periodística de Sentiido en Colombia; Víctor Carreño, director editorial de Edición Cientonce en Ecuador; Dunia Orellana, directora de Reportar Sin Miedo de Honduras; y Juan Alcaraz, periodista de El Colombiano en Medellín.

A través de sus perspectivas, examinaremos el papel actual del periodismo, los factores que contribuyen a la masificación de estos mensajes, las repercusiones a corto plazo en Iberoamérica, las medidas necesarias para promover la tolerancia y prevenir la propagación de mensajes de odio, y la importancia de la colaboración entre periodistas y organizaciones LGBTIQ+.
 

El papel actual del periodismo en la difusión de mensajes de odio contra la población LGBTIQ+

Los periodistas tenemos la responsabilidad de informar sobre este tema con precisión y ética. Sin embargo, a veces nuestro papel resulta desesperanzador. Un informe de 2021 de la Asociación Internacional de Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (ILGA) encontró que los medios a menudo retratan a las personas LGBTIQ+ de manera negativa, y que esto conduce a mayores niveles de discriminación y violencia.

Sobre este tema, Ana Fornaro, Víctor Carreño y María Mercedes Acosta coinciden en destacar que muchos medios tradicionales obedecen a una agenda política de corte conservador que busca promover una visión religiosa fundamentalista y rechazar la diversidad. 

“Utilizan el periodismo como una herramienta para difundir contenidos que se adhieren a su visión de mundo”, dice Acosta, quien agrega que estos contenidos, que no son periodismo legítimo, “pueden ser abiertamente falsos, una mezcla de mentiras y verdades, o casos aislados o patológicos que buscan desinformar, manipular y generar impacto en audiencias que oscila entre puntos de vista liberales y conservadores“.

Carreño menciona que también hay una falta de análisis crítico sobre la manera en que se presentan las noticias y asegura que muchos medios por querer comunicar desde la polémica y el amarillismo “no identifican que hay desinformación y mucho menos que están promoviendo mensajes de odio”.

Por su parte, Nicholas Rodrígez destaca que “el problema en Latinoamérica es que hay una visión sesgada a nivel periodístico de las realidades LGBTIQ+, ya que muchas veces las historias se miran a la luz de la narrativa anglosajona, cuando hay realidades muy específicas que necesitan ser tropicalizadas y vistas con el enfoque de transversalidad que las historias latinas tienen”. Para él “lo que no se visibiliza no existe” y, al no tener una visión crítica, el periodismo termina por desempeñar un rol crucial en la propagación de mensajes equivocados sobre población LGBTIQ+ que promueven el odio contra ellas.
 

¿Qué factores contribuyen a la masificación de los mensajes de odio?

Factores como la mala y/o poca representación, la irresponsabilidad editorial, el auge de las fake news en redes sociales y la disminución de la confianza en los medios pueden crear un entorno en el que es más probable que los mensajes de odio contra la población LGBTIQ+ se difundan y acepten. Como periodistas es importante ser conscientes de estos factores y tomar medidas para combatir esta situación. 

Para Dunia Orellana, una de las causas que más contribuyen a la masificación de estos mensajes está asociado con que muchos medios masivos tienen que cumplir metas de tráfico bastante altas. “Se debe publicar contenido rápido que no cumple con unos principios periodísticos esenciales, sino que genera viralidad a como dé lugar para mantenerse en los ratings adecuados”.

Orellana, así como Fornaro y Carreño identifican el clickbait como un elemento clave de la propagación de mensajes de odio sin medir las consecuencias. Fornaro menciona además que esto va ligado al oportunismo de ciertos medios, que “difunden estos mensajes porque les retribuye a nivel de audiencia, patrocinio y contribuciones de ciertos grupos, empresas o partidos políticos”.

Para ejemplificar, Víctor Carreño dice que un caso que sucede frecuentemente en Ecuador y en países de la región es que “cuando un gobernante, autoridad, político o figura pública antiderechos emite un mensaje de odio, se lo difunde de manera textual y sin precisar ni dimensionar que es un discurso que segrega o justifica violencia o vulneración de derechos. Con suerte, se consultará con una o un activista LGBTIQ+, pero el resultado es una nota rápida con una falsa objetividad que lleva a que las y los lectores discutan sobre las vidas y derechos de las personas LGBTIQ+”.
 

Repercusiones a corto plazo de un enfoque irresponsable

Un artículo que utiliza un lenguaje obsoleto o inexacto para describir a la población LGBTIQ+ puede reforzar estereotipos y facilitar que la sociedad difunda mensajes de odio. Una noticia que se enfoca en los aspectos negativos de la vida LGBTIQ+ puede crear una sensación de miedo y ansiedad. Un medio de comunicación que se niega a cubrir los temas LGBTIQ+ puede enviar el mensaje de que estos temas no son importantes o que la población LGBTIQ+ no merece atención. Sin duda, el periodismo irresponsable tiene consecuencias negativas para este grupo.

Respecto a esto, Ana Fornaro dice que “las repercusiones [de los mensajes de odio] ya las estamos viendo y tiene que ver con el recrudecimiento de los discursos conservadores, la percepción de los movimientos neofascistas como alternativas políticas reales, y los debilitamientos de las democracias”.

Para Juan Alcaraz, que el periodismo no adopte un enfoque responsable en la cobertura de estos temas abre las puertas para que la nuestra siga siendo “una sociedad que desconoce al otro y el lugar que ocupa, que permanece estancada en el reconocimiento de las diversidades y que es poco empática y poco respetuosa”.  

Otro problema surge cuando se trata la identidad LGBTIQ+ como una situación sujeta a debates, cuando ya es parte de la realidad y no se puede someter a opiniones, dice María Mercedes Acosta, quien insiste en la importancia de que “el periodismo adopte un enfoque de derechos humanos o de género para reflejar la realidad y la diversidad existente en cuanto a hombres, mujeres y personas en el espectro de género”. De lo contrario, explica, “se crea un ambiente de temor hacia las demandas de igualdad de la comunidad LGBTIQ+ y se generan repercusiones negativas como violencia, suicidios, bullying y desigualdades laborales”.

Otras repercusiones pueden incluir mayores niveles de discriminación, aumento de la violencia verbal y física, acceso reducido a los servicios y el retroceso en materia de derechos.

El llamado de todos los periodistas consultados en esta nota es a hacernos conscientes de las posibles consecuencias de nuestros reportes, y a tomar medidas que garanticen que nuestras coberturas sean precisas, justas y responsables. Así podremos ayudar a reducir los niveles de discriminación; de violencia emocional, verbal y física contra la población LGBTIQ+; y los retrocesos que puedan enfrentar en materia de derechos. 

Colaboración entre periodistas y organizaciones LGBTIQ+

Los periodistas y las organizaciones LGBTIQ+ comparten el objetivo de crear una sociedad más inclusiva y tolerante. Al trabajar juntos, podemos asegurarnos de que nuestra cobertura sea precisa, ética y responsable. 

Las organizaciones LGBTIQ+ pueden proporcionarles a los periodistas información valiosa sobre las experiencias vividas por las personas de esta población y también ayudarnos a identificar y evitar estereotipos dañinos. Los periodistas, por otro lado, podemos ayudar a amplificar las voces de las personas LGBTIQ+ para generar conciencia sobre los problemas que enfrentan, desafiar los estereotipos negativos y promover su aceptación.

“Hay organizaciones que hacen un seguimiento mucho más juicioso en términos de lo investigativo y lo académico y se convierten en un apoyo para el periodismo”, dice Alcaraz, quien además dice que, de la mano de organizaciones, se pueden resolver dudas, encontrar historias de vida poderosas e incluso entender decisiones legislativas o judiciales que se toman respecto a la población LGBTIQ+. “Yo considero que, por más gay que yo sea, este no es un ecosistema que pueda comprender uno solo. Yo soy un hombre abiertamente gay y como periodista me ha tocado aprender desde cero, y todo esto lo he hecho al lado de organizaciones y líderes que tienen más camino recorrido”.

Por su parte, Acosta dice que “la mayoría de organizaciones LGBTIQ+ hace un trabajo serio, sustentado en investigaciones, encuestas, cifras y voces expertas que han estudiado el tema desde las distintas aristas: la legal, la psicológica, la comunicacional. Es genial que se puedan hacer cada vez más colaboraciones, porque cada uno aporta desde su conocimiento y se logra que los contenidos se ajusten más a la realidad”. En esto coincide Orellana, quien recalca que “en el caso de las disidencias sexuales, sin duda alguna, el trabajo que hacen las organizaciones en América Latina es significativo en un ambiente de tanto machismo y desigualdad, y el poder de investigación, de denuncia, de incidencia política o litigios estratégicos realmente hace la diferencia”. 

 

¿Qué medidas tomar para promover el respeto a la población LGBTIQ+ y prevenir la propagación de mensajes de odio?

Como influenciadores de la opinión pública, los medios de comunicación desempeñan un papel fundamental en la configuración de las percepciones y actitudes de la sociedad. Al adoptar prácticas periodísticas responsables e incluyentes, los periodistas podemos contribuir a crear una sociedad más tolerante, a combatir la discriminación y, además, a defender los principios de la integridad y ética periodística, creando un entorno donde se respeten los derechos y la dignidad de todos. 

Sabemos que es imprescindible tomar medidas efectivas en el periodismo para promover el respeto hacia la población LGBTIQ+ y prevenir la difusión de mensajes de odio dirigidos hacia ellos, pero ¿qué sugieren los periodistas de Latinoamérica?
 

Ana Fornaro: Si se quiere trabajar desde la defensa de los derechos humanos desde el periodismo y trabajar a favor de las democracias y no en su contra hay que: 

  • Pararse siempre del lado de quienes están siendo vulnerados en sus derechos

  • Entender que ser LGBTIQ+ de por sí no es ideológico y es un error enmarcarlo así

  • Proponer historias de visibilización de grupos invisibilizados

  • Dar información de calidad

  • Buscar las intersecciones de temas e identidades

  • No caer en el pinkwashing o acordarse de la diversidad sexual solo en el mes del Orgullo

  • Intentar que las fuentes de nuestras notas sean personas y organizaciones de la diversidad sexual

  • Buscar maneras de comunicar que sirvan como contra narrativas a las odiantes

  • Publicar contenidos que desmientan las desinformaciones y los mensajes de odio propagados por los medios de masas y redes sociales.

Dunia Orellana: Creo que el periodista debe primero informarse, educarse en temas de diversidad, género y derechos humanos. Antes de publicar, debe pensar muy bien lo que va a decir y escribir. Es hora de comenzar a hacer un trabajo enfocado en la pedagogía. También debemos tener conciencia de que las poblaciones conocen cada vez más sobre sus derechos y ya no están dispuestas a tolerar estos mensajes de odio.

Víctor Carreño: Como periodista siempre apelaré a la rigurosidad. De la misma manera que debemos ser rigurosos en temas políticos y económicos, lo tenemos que ser en temas LGBTIQ+, y esto pasa por conocer los derechos y garantías actuales que gozan las personas de las diversidades, así como conocer sus distintas realidades (acceso a empleo, salud, trabajo; experiencias de violencia y discriminación; cómo temas de inseguridad o económicos les afecta; etc.). Producir contenidos periodísticos sobre temas LGBTIQ+ que se queden simplemente en una fuente en contra y otra a favor es simplista, irresponsable e insensible.

Juan Alcaraz: Hay que preguntar y escuchar: ¿cómo te nombras? ¿Qué no quieres que cuente? ¿Qué no quieres que te pregunte? Debemos ser muy cuidadosos con lo que decimos. Cuando tenemos conversaciones sinceras, respetuosas y desde el amor eso se ve reflejado en los contenidos. También tenemos que promover contenidos pedagógicos. Saber manejar el lenguaje. Entender los límites. No hay que perder la curiosidad, pero hay que saber leer los contextos. Debemos ir más allá de contar cosas como “cuándo salió del closet”, “cuándo supo que era gay”, “cuándo empezó la transición”. Esas cosas son importantes, pero no son todo; también hay que contar su universo, cómo ve el mundo, a qué suena su vida, qué le gusta, qué le enoja.

María Mercedes Acosta: Primero, los medios de comunicación deben adoptar de manera transversal un enfoque de género o de derechos humanos en todos sus contenidos, no limitándose a segmentos específicos. Esto implica reconocer y reflejar la diversidad, dar voz a diferentes perspectivas y abordar las desigualdades existentes en todas las áreas temáticas. Segundo, es necesario cuestionar y examinar los contenidos que promueven mensajes de odio o discriminación, investigando quién está detrás de ellos y cuál es su intención. Tercero, se recomienda a los periodistas que consulten y pregunten cuando tengan dudas o desconocimiento sobre temas relacionados con la diversidad sexual y de género. Cuarto, el periodismo tiene que dejar de creer que incluir la diversidad sexual y de género en sus contenidos es hacer activismo, porque no es así. Es simplemente incluir y registrar una parte de la realidad, del espectro de la identidad, del género, de las orientaciones sexuales. Estas medidas buscan garantizar una representación justa y responsable de la diversidad en los medios de comunicación.

Nicholas Rodríguez: Es necesario hacer un cambio de narrativas, donde el enfoque esté sobre la multiespectralidad de la población LGBTIQ+. Los periodistas además debemos masificar la empatía para hacer desaparecer la otredad. Volver a nuestras raíces éticas, entender que lo que publicas tiene repercusiones en lo que entiende tu audiencia sobre la población LGBTIQ+, y eso nos obliga a hacer un enfoque selectivo de lo que se publica para no promover el prejuicio o el estereotipo. Por último escuchar: el centro de nuestro foco periodístico debe estar en el ser humano y en entender las palabras con las que nos habla una población que históricamente no ha sido escuchada.
 

El papel del periodismo en la propagación y masificación de mensajes de odio hacia la población LGBTIQ+ plantea importantes desafíos y responsabilidades. Los periodistas tienen la capacidad de desempeñar un rol fundamental en la prevención de la propagación de estos mensajes, promoviendo la tolerancia y la inclusión, pero es esencial que asumamos la responsabilidad ética y trabajemos en colaboración para garantizar una representación justa y respetuosa de esta comunidad en los medios de comunicación.

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