Esto sucede precisamente una semana después de que la revista Columbia Journalism Review publicara un artículo en el que describe de qué manera varios periodistas freelance denunciaron que su trabajo fue publicado sin que se les pagara, se les asignaron tareas que luego fueron canceladas sin retribución alguna, y se les pidió ayuda para producir documentales sin aclararles de qué forma sería retribuido su trabajo.
Las nuevas directrices han recibido un amplio apoyo de los medios de comunicación internacionales y organizaciones de defensa de periodistas.