AL RESCATE DE LAS BUENAS HISTORIAS
Taller de periodismo económico: la cobertura de la crisis mundial
con Miguel Ángel Noceda
Organizado por
Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI)
Corporación Andina de Fomento (CAF)
Con apoyo del diario Clarín
Buenos Aires, 24 a 28 de diciembre de 2008
Relator: Wendy Selene Pérez Becerra
Corrección de estilo: Jairo Echeverri García
Maestro:
Miguel Ángel Noceda
España (Comillas, Cantabria, 1957).
Ha estado siempre vinculado al periodismo económico. Trabaja desde 1989 en El País de España, diario en el que ocupó el puesto de redactor jefe de economía y ahora es corresponsal de esa sección. Se inició en 1979 en la revista Mercado, de la que salió en 1985 para incorporarse al diario Cinco Días. De ahí pasó en 1988 al diario La Gaceta de los Negocios, del cual fue miembro del equipo fundador. Fue presidente de la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE) entre 2003 y 2007.
Parar la pelota un instante, reflexionar, analizar, debatir e intercambiar experiencias para enriquecer la sabiduría en la información económica fue el eje central del taller. Mirar cómo se ha hecho en distintos periódicos y qué pasa en cada región. ¿Cómo se vive la crisis en cada uno de los países? ¿Cómo mejorar la cobertura en nuestros medios? ¿Cómo contar historias alimentadas de rostros y cifras? ¿Cómo aprovechar los géneros periodísticos? ¿Cómo equilibrar la “volatilidad” de los titulares y de los textos que cambian de dirección según el ánimo de los analistas? Estas cuestiones son parte de las memorias del encuentro, construidas con aportes del maestro Miguel Ángel Noceda y los 16 talleristas latinoamericanos.
Palabras clave:
Periodismo económico, crisis mundial, independencia de medios y periodistas, fuentes informativas, géneros periodísticos, titulares, manejo de cifras, cobertura noticiosa.
I. NARRAR EN TIEMPOS DE CRISIS
En medio de la catástrofe económica mundial más grande de los últimos 80 años, vale la pena reflexionar sobre la responsabilidad del periodismo. No es lo mismo narrar en tiempos de bonanza que en tiempos de vacas flacas. Aprender a explicar esta cobertura económica requiere entender bien los efectos de la crisis de las hipotecas subprime en cada uno de nuestros países para después contarlos. El ejemplo más claro es el impacto disparejo en Latinoamérica. En México el desastre financiero no es igual al de Perú, donde el ritmo de crecimiento es inusitado. El intercambio de experiencias es una oportunidad para enriquecer las coberturas.
Ante estos acontecimientos, ¿Cuál es el rol del periodista económico? Informar sólo lo que está sucediendo, nada más. Por eso exige especialización y constante preparación. Cada día es más importante la capacitación para lograr un periodismo de calidad. La información financiera debe ser veraz, objetiva, clara, rigurosa, contrastada y exacta.
Básicos para “blindar” las buenas historias de la crisis
♦ Aprender a explicar la cobertura económica, no olvidar de donde surge
♦ Dimensionar el impacto en cada país o región
♦ Contar las cosas que pasan a raíz de la experiencia de los demás
♦ Humanizar las cifras, globalizar la información
♦ Dudar de los anuncios de prosperidad, indagar si detrás de esto hay un efecto negativo. Tener en cuenta la mirada política de la economía
♦ Mirar cómo se han tratado los temas sobre la crisis en otros medios ♦ Analizar si el espacio para la información es suficiente
Periodistas, no economistas
El periodista económico no tiene lectores exclusivos. Debe tener conocimientos de economía, pero únicamente para interpretarlos y transmitirlos a cualquier lector/oyente, no sólo al público especializado. El periodismo no se puede dividir de ninguna manera ni categorizar, es único. “La información económica es, ante todo, información. Como todas, requiere veracidad y verificación, y, por la materia de la que trata, mucha precisión”. Es el primer mandamiento del periodista económico que enunció el maestro. Las repercusiones por un dato inexacto pueden causar cataclismos como hacer variar el valor de una empresa de la bolsa. Una información falsa quizá hundirá su cotización, o lo contrario, el dato puede estar “intoxicado” y elevar los valores. Hay casos de periodistas que conocen información de primera mano y se prestan a acciones fraudulentas.
Algunos reporteros económicos olvidan contar la economía desde la persona que lee. Explicar los términos, mencionar el contexto, interpretar los datos, buscar especialistas que ayuden a entender lo que no se sabe. La cobertura de la crisis mundial implica recordar constantemente cuál fue el comienzo de la crisis de hipotecas subprime. No olvidar las ingenuas inversiones y el exceso de capitalismo que creo una bola de nieve con efectos catastróficos para la economía global. Hablar de los sistemas financieros y cómo muchos bancos han tenido que ser rescatados por sus gobiernos.
Del mal periodismo salen perjudicados los ciudadanos. La información económica necesita mayor preparación para enfrentarse a los datos sin miedo. ¿Es tan complicado hablar de economía? Según el termómetro de los talleristas y del maestro, los jóvenes sufren más con las cifras. En todos los países está costando encontrar nuevos periodistas que simpaticen con la economía. A propósito, el maestro cita a García Márquez:
“Alguien tendría que enseñarles a los colegas jóvenes que la casete no es un sustituto de la memoria, sino una evolución de la humilde libreta de apuntes que tan buenos servicios prestó en los orígenes del oficio. La grabadora oye pero no escucha, repite - como un loro digital - pero no piensa, es fiel pero no tiene corazón, y a fin de cuentas su versión literal no será tan confiable como la de quien pone atención a las palabras vivas del interlocutor, las valora con su inteligencia y las califica con su moral (...) Para muchos redactores de periódicos la transcripción es la prueba de fuego: confunden el sonido de las palabras, tropiezan con la semántica, naufragan en la ortografía y mueren por el infarto de la sintaxis”
Cautela con los titulares
No es lo mismo titular “pánico” en los mercados, que “desplome” o “recesión”. Así como en los textos, si los titulares se presentan de manera inadecuada o simplista, pueden producir caos. En junio de 2008 no se hablaba abiertamente de crisis, pero ahora la “crisis” es un hecho. Ya nadie pretende esconder debajo de la alfombra los efectos del cataclismo económico, ni aquellos presidentes o gobernantes -José Luis Rodríguez Zapatero, Alan García o Cristina Fernández- que decían que sus economías estaban seguras o bien “blindadas”.
Cada país tiene diversos contextos de problemas financieros y ciertos vocablos se toman con mucha más cautela. Nombrar “crisis” en Argentina, por ejemplo, asusta a la población que está susceptible por aquella desastrosa y devastadora crisis del 2001 que sumó cinco presidentes de la República en una sola semana. En ese país se busca prudencia editorialmente en las variables locales. No se habla de fuga de capitales sino de “salida de capitales” porque no quiere crearse un clima de pánico.
Perú es un caso aparte porque está creciendo más de 7% anual e históricamente es un récord, de manera que no se puede hablar de recesión, sino de una desaceleración. En este oficio el periodista tiene que ser muy cauto y preciso en los titulares y en el texto. La consigna es dar una información dura y verdadera que no se pueda contradecir
¿Cómo lograr la precisión?
- Un buen consejo es usar referencias temporales o comparativas en los títulos
“Se hunde la bolsa en Madrid”
“La bolsa en Madrid ha tenido la mayor caída de la historia"
“El dólar bajó al nivel más bajo en los últimos 10 meses"
“El barril de crudo se registró en 147 dólares, el precio más alto en el año”
- Hacerse amigos de un directorio de términos sobre el tema Un aporte del taller es un glosario sobre la crisis actual que puede consultarse y enriquecerse desde un Wiki de la FNPI
(http://www.fnpi.org/wiki-economico2008/index.php?title=Portada).
- Incorporar un espacio de pregunta-respuesta para explicar la terminología
Algunos diarios abrieron un espacio para que los lectores encuentren explicaciones más detalladas acerca de lo leen o escuchan de la crisis.
II.UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS
“No es mejor dar la noticia antes sino contarla mejor que nadie”. Gabriel García Márquez
Los periodistas económicos pueden sustraerse del periodismo narrativo. ¿Cómo atrapar al lector con una buena historia en las secciones económicas? “Cogiendo una buena percha se puede hacer una buena información económica”, desafía el maestro. “Más vale una imagen que mil palabras”, recomienda. El reto es tomar un personaje o un caso particular para describir algo que exprese la problemática financiera y sus repercusiones. La literatura no está peleada con los números, aunque existen casos en que lo mejor es “ir al grano”. En una tarde, los talleristas hicieron el ejercicio. Un periodista, por ejemplo, escribió de un sacerdote a cargo de un albergue para migrantes centroamericanos al sur de México, quien vio llegar la crisis antes que se anunciara porque los inmigrantes estaban regresándose a sus tierras, abandonando la idea del “sueño americano”.
El confesionario
¿Se ha ido a la calle? ¿A la tienda de electrodomésticos? ¿A una automotriz? ¿Nos hemos centrado únicamente en los grandes datos? Para humanizar esas cifras puras y duras es necesario que el periodista salga de la oficina. A la calle se va para complementar la información. No se trata de buscar cualquier opinión ni hacer encuestas, la idea es medir los efectos de la crisis desde los principales afectados: el ciudadano de a pie, el trabajador, las ama de casa. Los talleristas coincidieron en que a los editores cada vez les interesa menos lo que opina un pequeño empresario o un lector común. La información tiene que olvidarse de la línea editorial, pero hay periodistas que temen enfrentarse con el editor y se autocensuran. “Escribir todo sin autocensura, luego se discutirá con el jefe”, aconseja Miguel Ángel Noceda. Y cita a García Márquez:
“El oficio no logró evolucionar a la misma velocidad que sus instrumentos, y los periodistas se extraviaron en el laberinto de una tecnología disparada sin control hacia el futuro. Es decir, las empresas se han empeñado a fondo en la competencia feroz de la modernización material y han dejado para después la formación de su infantería y los mecanismos de participación que fortalecían el espíritu profesional en el pasado. Las salas de redacción son laboratorios asépticos para navegantes solitarios, donde parece más fácil comunicarse con los fenómenos siderales que con el corazón de los lectores. Ladeshumanización es galopante."
Muchas cifras cansan al lector
La información económica de cada día o los informes especiales se enriquecen con una buena producción y planificación de los contenidos. El uso de varios géneros hará más entendible y más digerible la información económica para el lector/oyente. La forma de distinguirse de los demás es elaborando un inteligente trabajo de edición que contemple múltiples usos del lenguaje.
¿Cómo lograr un equilibrio?
♦ Presentar la noticia principal con tres o cuatro sectores implicados,
♦ combinarla con un testimonio, un caso real, una situación que le devuelva el rostro a la historia,
♦ añadir un buen reportaje
♦ hacer una entrevista de acuerdo con el espacio,
♦ colocar un artículo de opinión escrito por expertos o realizado por el mismo periodista especializado,
♦ poner gráficos (puede ser de la comparación con otras crisis)
♦ elaborar infografías
♦ agregar fotos
El humor es un recurso para informar a la gente que no conoce del tema. Los comediantes británicos John Bird y John Fortune pusieron un ejemplo con su programa The Last Laugh (La última carcajada). Con una parodia explicaron ingeniosamente y con gracia el origen de la crisis hipotecaria subprime en los Estados Unidos.
Debate, ¿dónde poner la información de la crisis?
Por venir de afuera de nuestros países, el efecto financiero es, en teoría, una información internacional. ¿Pero quiénes son las más preparados para hablar del tema? Los periodistas económicos. En las secciones de los medios de comunicación hay envidias. Son pocos los casos de los jefes de redacciones o editores que preguntan a los de economía para entender lo que sucede. ¿Dónde insertar la información de la crisis? La clave es trabajar en equipo y tener en cuenta lo que la audiencia pide.
La gran desventaja de mezclar los contenidos de política con los económicos es que, si no es en épocas de crisis, la información de negocios, mercados y finanzas, no pasa en esa sección. Y si hay crisis, quizá puede desaparecer eventualmente.
Cuando se trata de enviados especiales a una reunión internacional, por ejemplo, la del G20, en este contexto de la crisis mundial lo más conveniente sería por lo menos enviar a un periodista económico, acompañando al periodista que generalmente cubre al Presidente.
Ahora en las coberturas económicas se construyó un puente con la información internacional o nacional, pero no es conveniente que todo el tiempo sea así porque cuando pasé la crisis, la información económica quedará rezagada y olvidada de las páginas.
Fortalecer la mirada: columnistas y analistas
Es bueno usar artículos de opinión en una columna específica, además de las fuentes que puedan opinar en una nota central. Sin abuso, los columnistas contribuyen mucho. Lo principal es la información y la opinión es un complemento. Lo que más interesa es la opinión de un experto que haga un esfuerzo de neutralizar… algo difícil debido a que generalmente tiene tendencias ideológicas. Otra opción es presentar todos los puntos de vista al lector.
En la cobertura de la crisis, cada periódico debe tener dos agendas con un staff de columnistas:
- Especialistas fijos y no fijos para cuando surge un tema concreto
- Expertos para llamarlos cuando el periodista no conozca mucho del tema.
El periodista no tiene por qué saber de todo, es bueno pedir explicaciones a las fuentes y aceptar que se desconoce de un tema; debemos ser humildes en el trato cara a cara o por teléfono.
La crisis reconfigura el mapa de las empresas y la mayoría de los analistas juega a favor de alguien. Decir que “un analista que prefirió no identificarse” no es conveniente, a menos que esté revelando un dato duro. Una información con una simple declaración no puede ser anónima, una dato sí. Los analistas van a hablar a favor de alguien y es muy peligroso si no quiere dar la cara. En cuanto a los periodistas, mejor no hacer trampas para lograr que los especialistas nos digan lo que queremos oír.
III. LAS FUENTES INFORMATIVAS, ORO EN PAÑO
“... los periodistas se mueven en manadas, se alimentan de los mismos comunicados de prensa, de las mismas situaciones y actos prefabricados, de las mismas cifras de siempre”.
Barack Obama, en ‘La audacia de la esperanza'
Es sabido que las fuentes son el mayor tesoro del periodista, son oro en paño y los periodistas usan tanto Internet y la computadora que a veces se olvidan de encontrarse con ellas. Para no convertirse en oficinistas es importante salir de las redacciones, conocer a las personas que son las principales surtidoras de nuestra información, buscarlas, cultivarlas y cuidarlas: “Que vean que les podéis mirar a los ojos, que sepan que se puedan fiar de ti”, dice Miguel Ángel Noceda, “descubrir que son granos de arenas que se convierten en montañas". Vivimos de las fuentes, son las que nos van a dar la información y nos va a distinguir de los demás. Pero, ¿cómo podemos relacionarnos con ellas para que no nos utilicen?
Un tema espinoso es la distinción entre fuentes oficiales y fuentes de confianza. Doce años después podemos darle la razón a Gabriel García Márquez 100.000 veces, asegura Miguel Ángel Noceda:
“El empleo desaforado de comillas en declaraciones falsas o ciertas permite equívocos inocentes o deliberados, manipulaciones malignas y tergiversaciones venenosas que le dan a la noticia la magnitud de un arma mortal. Las citas de fuentes que merecen entero crédito, de personas generalmente bien informadas o de altos funcionarios que pidieron no revelar su nombre, o de observadores que todo lo saben y que nadie ve, amparan toda clase de agravios impunes. Pero el culpable se atrinchera en su derecho de no revelar la fuente, sin preguntarse si él mismo no es un instrumento fácil de esa fuente que le transmitió la información como quiso y arreglada como más le convino. Yo creo que sí: el mal periodista piensa que su fuente es su vida misma - sobre todo si es oficial- y por eso la sacraliza, la consiente, la protege, y termina por establecer con ella una peligros relación de complicidad, que lo lleva inclusive a menospreciar la decencia de la segunda fuente"
Hay fuentes que con el paso del tiempo afianzan una relación estrecha con el periodista, cuando esto pase y se tenga que investigar algo, derivar a otro tercero para que la desarrolle.
Off the record
Actualmente hay un abuso del off the record, se publica una información sin citar el nombre de quién lo dijo. Toman en cuenta que sólo se admite un off cuando revela un dato, y que este dato deberá ser corroborado y contrastado con un tercero.
Derribando murallas chinas
Las grandes empresas, para no dar información, crean murallas chinas –como las llama Miguel Ángel Noceda. Los negocios se van armando cada vez más para que la información no fluya como debería. Generalmente son los gabinetes de empresas o de bancos que se han dotado de sistemas que impiden la circulación de los datos contratando a terceros. Los gabinetes de comunicación en realidad son de “descomunicación”.
Sin derecho a preguntas, una tendencia que hay que parar
Otros actores con los que hay que lidiar son los prenseros, portavoces o jefes de prensa que filtran mucho la información. Hay que ponerles las reglas del juego claramente sobre la mesa antes de que "se quieran pasar de listos", antes de que no dejan espacio para preguntas o de que filtren mucha información.
Cada vez hay más ruedas de prensa sin derecho a preguntas. Es la nueva tendencia con efecto de imitación enorme. “Hago una declaración y me voy”. Lo aplican funcionarios, ministros de economía o empresarios. “Los periodistas no deberían acudir”, sugiere el maestro. Cuenta que una vez un banco importante español amagó con dar una rueda de prensa sin preguntas, se pusieron los periodistas de acuerdo y no acudieron a la cita; luego sucedió con una empresa de trenes y los reporteros dijeron que sin derecho a preguntas no iban. “Como gremio hay que hacer cuerpo y no permitirlo”, dice claramente Miguel Ángel Noceda. Los reporteros unidos tienen que plantarse y decir que sin derecho a preguntas no van, finalmente esto afecta a todos los medios de comunicación.
IV. ATAQUE AL CORAZÓN DE LOS MEDIOS
Otra tendencia perniciosa ataca al corazón del periodismo: la independencia de los medios. A medida que los medios se han convertido en grupos mediáticos más grandes son menos independientes. El poder del capital sobre los medios es más extenso cuando los diarios se meten a otros soportes como radio, televisión y otras empresas; hay más presión porque se juegan más intereses y hay más censura. La expansión que lleva a un multimedio lo conduce hacia un caminar cansado, menos libre e incisivo.
Se sabe que todos los medios se nutren de la publicidad, ¿qué hacer cuando se tiene información que perjudica a un anunciante? Si la dependencia con el protagonista de la nota es muy fuerte, antes de censurar la información pensar en dulcificarla, darle espacio a la empresa para que muestre su versión en esa misma publicación, ablandar un poco el titular. Lo dramático es que consigan quitar una nota.
Respecto de la influencia del poder político, es urgente que los gobiernos se retiren del protagonismo en los medios: de mandar, dirigir, nombrar, fijar la agenda informativa, legislar los contenidos y también de la influencia indirecta a través del reparto de licencias y otras mercedes.
Además de las presiones de los gobiernos, están los problemas en los medios de comunicación donde los dueños o jefes a cargo no tienen nada de periodistas. Empresarios que pretenden pagar por productividad, por centímetros publicados, frecuencia, número de notas realizadas, etcétera.
Credibilidad en riesgo de recesión
Fernando González Urbaneja, presidente de la Asociación de la Prensa de Madrid (APM) recientemente escribió un artículo sobre la credibilidad de los medios, donde expone los tres riesgos principales del periodismo actual:
- la tentación por el espectáculo y la confusión de los géneros
- la debilidad del relato y el sometimiento a las fuentes
- la desmovilización de los propios periodistas, la falta de debate, el aumento de periodistas que no dejan oír su voz
Formula que el periodismo pasa por duras pruebas: “sufre del frío de las concentraciones que homogeneizan y alinean las opiniones y del calor de la fragmentación digital y cibernética, que dispersa y crea nuevas oportunidades que no están exentas de propiciar excesos, pero que no son más inquietantes que los que se cometen en los medios de los grandes grupos. Y sufre del agotamiento de editores con vocación sustituidos por otro tipo de gente, a veces coleccionistas de marcas o de vanidades o simples traficantes de intereses o ideologías. Oportunistas. De todo hay”.
V. PREGÚNTESE, ¿POR QUÉ?
En el 2001 estalló uno de los escándalos más grandes en los Estados Unidos: la quiebra de la empresa norteamericana de energía Enron. Ejecutivos y auditores pintaron estados financieros que elevaron los ingresos del gigante que incursionó en otros negocios como gas, y los medios de comunicación se creyeron todo. Hasta el cansancio, Enron utilizó la frase “Ask, Why?” como un eslogan en su publicidad en televisión. Pero nadie se preguntó nada, tampoco los periodistas.
Enron fue la séptima mayor empresa de EE.UU., tuvo 21.000 trabajadores en más de 40 países. Fue pionera en la compra y venta de energía como acciones o bonos, y se convirtió en intermediario en el mercado energético, tomando grandes riesgos financieros. Fortune la catalogó como la “compañía más innovadora” de ese país entre 1996 y 2001. El efecto de su colapso dejó US$31.800 millones en deudas y sus acciones perdieron todo valor.
A través del documental ‘Enron: los tipos que estafaron a América’, Miguel Ángel Noceda y los talleristas opinaron acerca de los retos del periodista económico. La historia de la Enron en ruinas se supo gracias a un soplo anónimo y a una periodista que tiró del hilo, que sí supo preguntar. El periodismo tiene que cuestionar todo, desnudar las cosas que aparentan ser lo que no son.
Si ya metieron la pata y la volvieron a meter, hay que consignarlo. Bancos como Merrill Lynch, Citibank, Deutsche Bank, entre otros, fueron los “idiotas útiles” y le pusieron fichas a la empresa que defraudó a más de 30 mil trabajadores que después se quedaron sin sus fondos de pensiones. Pasaron siete años y algunos de esos inversores son los mismos que ahora son rescatados por el Gobierno estadounidense.
El periodista tiene que preguntarse por la relación entre el poder político y el económico, Enron fue el mayor contribuyente de la campaña del George W. Bush en el 2000. El tejano Kenneth Lay, quien murió en la cárcel, era el mayor accionista de la empresa y un amigo de los Bush. Después de la debacle, el gobierno de los EE.UU. prometió crear resguardos y regulaciones para evitar que surgieran escaladas de derivados financieros. También las entidades oficiales prometieron controlar más el hambre de los agentes especuladores. Los mecanismos de control y regulación fallaron, pero también el periodismo que no supo cuestionar de dónde salían las finanzas del gigante corporativo, enredado en el escándalo económico de corrupción norteamericano más grande.
Esa pregunta: ¿por qué?, tendría que repetirse ahora, en medio de la crisis que afecta nuevamente a “creativos empresarios” y a la población en general. Cuando la ex vicepresidenta de Enron, Sherron Watkins, denunció como el CEO de Enron, Jeff Skilling, y Ken Lay, se hicieron millonarios mientras los trabajadores iban comprando felices unas acciones que los dejarían en la ruina total, sentenció: “esto volverá a suceder”. Y así fue. Pero no se anticipó la magnitud de la crisis financiera actual, la más intensa desde la posguerra.
En Enron, miles de trabajadores se quedaron sin sus fondos de pensión; en el caso de la crisis subprime, millones de personas hipotecaron la vida. El derrumbe del “emperador que dormía desnudo” en el 2001 y el desplome financiero estadounidense del 2008, ponen sobre la mesa el debate mundial sobre la urgencia de ajustar las regulaciones en los mercados financieros. ¿Aprenderán los medios de comunicación la lección de preguntarse una y otra vez: por qué?
VI. MANDAMIENTOS DEL PERIODISTA DE INFORMACIÓN ECONÓMICA
Miguel Ángel Noceda concluye el taller con trece puntos básicos.
- La información económica es, ante todo, información. Como todas, requiere veracidad y verificación, y, por la materia de la que trata, mucha precisión.
- El trabajo del periodista debe centrarse en la objetividad independientemente del medio en el que trabaja.
- La información económica requiere preparación y enfrentarse a los datos sin miedo. Contar bien una información económica exige entender bien lo que se va a contar. Si no se entiende algo es imposible explicarlo bien.
- El objetivo del periodista de información económica es llegar al gran público. Debe ser consciente que no tiene lectores exclusivos.
- El periodista de información económica debe ser consciente de que la información que maneja es muy sensible a los ciudadanos y que puede generar cataclismos en los mercados y en la sociedad.
- La información económica es propicia, por los temas que trata, para generar debate mediante la crítica y la denuncia. Es preciso, no obstante, huir del espectáculo y del amarillismo. Los datos en este tipo de información mandan.
- El dato, en cualquier caso, no está reñido con la buena redacción y la información económica permite combinar las cifras con la buena narración.
- El uso de todos los géneros periodísticos enriquece la información económica y facilita llegar a todos los públicos.
- Hay que huir del periodismo de declaraciones que monopolizan los espacios informativos. Hay que ir más allá de lo que dicen los protagonistas o los portavoces. Asimismo, deben evitarse las presiones y las intoxicaciones que muchas veces ejercen las fuentes oficiales de las organizaciones.
- El periodista debe conseguir y cuidar a las fuentes. Salir a la calle y hablar con los generadores de información. En ese sentido, hay que evitar caer en la comodidad que permite el acceso a información vía Internet.
- Internet representa un avance, pero hay que usarlo como apoyo a la información, incluso la que puede obtener a través de informes de páginas web.
- Deben reconocerse los errores que se cometen.
- No hay que caer en el conformismo.