Taller de fotografía No-ficción con Stephen Ferry
16 de Octubre de 2016

Taller de fotografía No-ficción con Stephen Ferry

El Taller de Fotografía-No Ficción , organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo periodismo Iberoamericano fue impartido por el maestro Stephen Ferry y se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina, entre el 24 y el 28 de Junio de 2013, con el apoyo de la Fundación PROA y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina ARGRA.

El ensayo fotográfico: la convicción del autor total

RELATORÍA DEL TALLER DE FOTOGRAFÍA NO-FICCIÓN

Con Stephen Ferry

Buenos Aires, Argentina, 24 al 28 de Junio de 2013.

Organizado por: Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo Periodismo Iberoamericano –FNPI– y la Fundación PROA, con el apoyo de la Asociación de Reporteros Gráficos de la Repúblicana Argentina –ARGRA–.

Maestro: Stephen Ferry.

Relatora: Adriana Almagro.

Introducción

 El Taller de Fotografía-No Ficción[1], organizado por la Fundación Gabriel García Márquez para el Nuevo periodismo Iberoamericano fue impartido por el maestro Stephen Ferry y se llevó a cabo en Buenos Aires, Argentina, entre el 24 y el 28 de Junio de 2013, con el apoyo de la Fundación PROA y la Asociación de Reporteros Gráficos de la República Argentina ARGRA.

 Los catorce fotógrafos seleccionados para participar –provenientes de  Ecuador, Colombia, Perú, Paraguay, Argentina, España, Brasil y Venezuela – enviaron previamente sus portafolios a la convocatoria realizada por la FNPI.

 La propuesta del taller consistía en desarrollar un ensayo fotográfico a elección de los participantes durante esa semana en Buenos Aires, discutir entre todos acerca de los desafíos y elecciones que se plantearan durante el desarrollo del trabajo y proyectar y editar diariamente lo producido durante esos días, ahondando en discusiones sobre la labor fotoperiodística y criterios en la edición fotográfica. 

Finalmente, al término de esa semana de taller, cada participante presentaría su edición final del reportaje fotográfico logrado en una proyección colectiva en el auditorio de la Fundación PROA.

 Paralelamente, Stephen conversaría con cada uno de los talleristas en encuentros individuales, realizando un visionado de sus portafolios para lograr un intercambio y consideración más puntual y profunda acerca de sus trabajos.

Presentaciones, plan de trabajo y primeras eleccionesCada mañana los talleristas se reunieron en el auditorio de la Fundación PROA para sentarse a la mesa de trabajo,  proyectar y discutir sobre el material producido la jornada anterior. Por las tardes continuarían fotografiando sus temas. 

Durante la primera jornada se presentaron los catorce participantes, comentaron acerca de los temas que trabajaron anteriormente o que estaban desarrollando en la actualidad, hablaron sobre su situación profesional, intercambiaron impresiones acerca de la labor fotoperiodística en sus respectivos países, las diferentes realidades que se experimentan y las coincidencias, expresaron sus expectativas y deseos de aprender y compartir la experiencia con los otros colegas durante esa semana en la ciudad. 

La reflexión que se originó en este primer encuentro, la inquietud que se manifestó en común a todos -y que se traduciría de manera diferente en cada uno de los trabajos con el correr de los días- fue ¿cómo contar las historias que les interesan?, ¿cómo abordarlas? 

Llegado el momento de la selección de temas, algunos participantes ya tenían pensado qué abordarían o que continuarían realizando quienes ya trabajaban sobre un tema que deseaban continuar en la ciudad;   otros aceptaron las sugerencias propuestas por los participantes del taller.  

Cada tallerista debería realizar los contactos necesarios para llevar adelante su labor o gestionar autorizaciones si fueran requeridas en los lugares en donde trabajarían y así poder comenzar a fotografiar lo antes posible.

Finalmente los temas seleccionados por cada participante fueron: 

  • La vida cotidiana de una mujer paraguaya que vive con su familia y trabaja en Buenos Aires.
  • Las travestis que se prostituyen en una zona de parques de Palermo. 
  • El cuartel de Bomberos Voluntarios del barrio de La Boca.
  • El estado del servicio de ferrocarriles de la línea Sarmiento.
  • La visita de un ex - detenido durante la dictadura militar en Argentina a la ex-ESMA (Escuela de Mecánica de la Armada, centro clandestino de detención y tortura de personas durante la dictadura).
  • La zona turística de la ciudad conocida como Caminito, en el barrio de La Boca.
  • Una familia y vecinos de la localidad de San Martín.
  • El autocultivo de marihuana.
  • Los recicladores de la ciudad.
  • La noche en Buenos Aires, lugares y personas que la habitan.
  • El estadio de fútbol del club Boca Juniors y su entorno.
  • Un hombre,  padre de uno de los talleristas,  y los cambios  en su estado de salud.
  • IMPA - una fábrica recuperada de la crisis económico-social de 2001, autogestionada por sus trabajadores como cooperativa.
  • Un hombre cubano que vive con su familia en una vivienda ocupada en el barrio de San Telmo

Stephen resaltó la importancia de ser participativos, ya que el taller se trata de un proceso colectivo de aprendizaje y profundización, para disfrutar de los logros y aprender de los errores o dificultades que aparecen al desarrollar un ensayo. Resaltó además que  la experiencia de estos talleres son  oportunidades para observar y analizar los cambios que se han dado en los medios de prensa con respecto al fotoperiodismo durante los últimos años.

Recursos para la expresión y la narrativa: explorar el color y las texturas

Durante el taller, Stephen  proyectó su trabajo realizado en el campamento para refugiados saharauis, ubicado en Argelia. Durante la presentación, contó a los participantes acerca de la importancia de la vestimenta de las mujeres refugiadas. Sus ropas se presentan como un símbolo de resistencia cultural saharaui en el contexto político-social en que están inmersos. Al relatar, Stephen da cuenta de cuál ha sido el proceso histórico-político que ha atravesado a los saharauis. 

Para desarrollar un trabajo fotográfico es necesario conocer la realidad de lo que se fotografía, estar informado acerca de ello. Es así como Ferry relata por qué la vestimenta de las mujeres, las texturas y los colores de las telas de sus ropas remiten a un universo cultural que lucha por sobrevivir, y cómo eso es desarrollado a lo largo de su trabajo como un eje que refuerza el desarrollo de la narrativa y permite dar cuenta de esta realidad. 

Se profundizó entonces en cómo un recurso puede volverse parte argumental, hilo conductor y trascender lo que podría ser una mera elección estética: cuando es utilizado para estructurar, dar fuerza y permitir el desarrollo argumental y la coherencia interna de un ensayo fotográfico.

 Estos ejes de análisis serían los que guiarían fuertemente el abordaje y análisis de los trabajos de los talleristas durante la semana. 

Pensar qué paleta de colores ofrecen las imágenes que se obtienen, utilizar el color como una forma de experimentación, de descubrimiento de lo que se tiene frente a sí; seguir la luz y decidir a medida que se avanza en el trabajo, de manera consciente, qué lugar ocupan los colores y cuáles pueden llegar a predominar en un trabajo, cuales conforman la paleta que mayoritariamente puede apreciarse en las fotos;  como en el caso del trabajo de Marta Escurra, donde se manifiestan los colores de la bandera de Paraguay como hilo conductor para el desarrollo de la historia que eligió. 

 Algo que Stephen propuso a todos, de diferente manera en cada caso: “El color como una forma de explorar la narración”

Algunos fotógrafos sugeridos por Stephen de acuerdo a lo comentado en el taller fueron: Alex Webb, Jonas Bendiksen y Bruce Gilden.

Los recursos y la técnica. La importancia de asumir el lugar de autor.

Con las primeras tomas que lograron, el grupo comenzó a editar y discutir acerca de qué criterios manejar para la edición del ensayo. A medida que se proyectaba el material de cada uno, Stephen preguntaba sobre las condiciones en los lugares, como por ejemplo en el caso de los bomberos voluntarios: si existía la posibilidad de que llevaran a Jorge Olmos (quien desarrollaba el tema) en el carro del cuartel durante una emergencia, qué significan algunos símbolos en el lugar, qué radio de cobertura tienen, cuál es la dinámica del lugar en momentos de guardia; es decir, datos que es importante conocer al ir desarrollando un trabajo - además de la información previa con que se cuente- para tener poder de decisión sobre qué fotografiar y cómo hacerlo.

 Ferry también hace consultas a los talleristas acerca de la técnica: qué lentes están usando para trabajar, diafragmas, condiciones de la luz en los lugares en otros momentos del día. Y es allí donde se aborda otro universo importante para el desarrollo de un ensayo: elegir cómo trabajar la luz, en qué momentos, seleccionando qué fuentes de luz en la medida de las posibilidades, y trabajar en archivos de tipo raw.

 Los archivos raw permiten, entre otras cosas, recuperar imágenes que han sido generadas en condiciones de subexposición, para poder mejorar un poco la deficiencia de luz en ciertas ocasiones. Y habilita para lograr archivos de mejor calidad para ser preservados en el tiempo, conservando siempre el archivo original. 

 En ese sentido, Stephen señaló que “es importante tomar fotos en raw, para tener archivos de mejor calidad, para  trabajar en función de nuestro propio material producido y no únicamente para los medios dónde trabajamos”… “asumir un actitud de autor con tus fotografías significa tener el mejor archivo que puedas”.

Es decir, tener presente que lo que se produce, en una cobertura o en un trabajo de más largo aliento -como un ensayo- es algo valioso para preservar en el tiempo, y para ello se deben tomar los recaudos técnicos adecuados. 

 

 También es clave decidir sobre el tipo de tomas: ser conscientes y tener poder de decisión sobre qué se quiere incluir o se considera necesario incluir en una toma y por qué. En ese sentido, la elección de qué lente es más adecuado para realizar determinadas tomas, también es importante. Por ejemplo, utilizar un lente gran angular puede ser muy útil o necesario en algunos casos pero contraproducente en otros, creando imágenes confusas o poco claras sobre lo que se desea transmitir, poco coherentes con la idea de lo que el fotógrafo desea expresar con su trabajo: 

“Cuando hay mucho gran angular, no sé muy bien a dónde mirar… hay mucho para mirar, que puede ser bello, pero no sé dónde mirar”.

“Por un lado es cuestión de gustos, hay fotógrafos a los que el gran angular les gusta más a que a otros, pero hay que ser cuidadoso con lo que se incluye dentro de la imagen”.

La figura del autor que decide sobre su propio trabajo está presente  a lo largo del taller desde el mismo momento de la elección del tema a trabajar, como en las decisiones técnicas acerca de cómo fotografiarlo (en qué condiciones de luz, con qué lentes, qué tipo de encuadres, el uso del color, las texturas y las acciones o escenarios a fotografiar, las personas involucradas), como en el momento de la edición y la responsabilidad sobre el cuidado y preservación del material generado tomando los cuidados adecuados de respaldo en varios soportes, como la propia computadora y backups de seguridad en discos externos o servidores.

 Es allí donde a futuro, con lo que se va produciendo y preservando, se genera el archivo personal de un fotógrafo: un archivo consciente, donde el fotógrafo sabe qué hay, en qué condiciones y a qué puede recurrir de su trabajo anterior en el futuro y recuperarlo para incluirlo en nuevos ensayos.  Esto se expresa en el trabajo del tallerista Pablo Piovano, acerca de su padre, en dónde decidió incluir fotos de familia del período de su infancia y de su padre. 

La edición

 Durante todos los días del taller, a medida que se profundiza sobre lo realizado, que las historias elegidas van tomando forma, se edita, se discute y se repiten en lo posible las tomas que no fueron bien resueltas inicialmente, a la vez que aparecen nuevos elementos para ser incluidos. 

Todos esos días la participación activa de los talleristas en el debate sobre lo proyectado es un factor fundamental para la esencia del taller: para analizar, pensar, ser crítico con el propio trabajo, ser capaz de interpelarlo y escuchar el aporte de los demás talleristas, las dudas, las  contradicciones, las preguntas.

Los comentarios se suceden, hay pausas de silencio breve, reflexivo, y nuevamente se disparan las apreciaciones de los participantes, que dinamizan y aceleran las discusiones, la observación, el intercambio y las decisiones sobre por dónde seguir en cada caso y retomar la tarea de fotografiar nuevamente cada tarde: volver a crear a conciencia, y crear durante la edición también. 

 Editar es parte fundamental dentro de ese proceso, y reflexionar a conciencia acerca de la edición implica un crecimiento y madurez con respecto a la producción propia. Señala Stephen que una edición desacertada sobre un trabajo interesante, bien retratado, puede perjudircarlo significativamente. La edición está presente en diferentes niveles, desde la realización misma, a través de diferentes instancias: en la elección de una toma, por qué usar un determinado encuadre, cierto lente, cierta distancia o desenfoque, en la elección de los colores y luces predominantes, en las sombras, el ritmo y el clima de las fotos. 

No se trata únicamente de qué fotos se editen ni qué orden les demos dentro de una historia. Es también tener control de cómo se decide la narración a partir de la inclusión de tomas que dinamizan u otras que permiten una transición hacia la toma siguiente.

Narrar a distintos niveles dentro de un mismo ensayo permite entonces incluir fotos más “literales” a veces, quizás más explicativas o informativas pero que cumplen una función dentro del relato general porque la información que contienen es necesaria para el desarrollo de la narración. 

Stephen propone ser metódicos para editar, organizar en carpetas las fotografías de acuerdo a grupos, como tomas generales, detalles, personas, vistas, acciones, etc., y luego editar en función de esos grupos y en relación con las demás fotografías:

Para la edición utiliza el programa Bridge. Señala que: “este trabajo tan metódico de ordenar e ir pensando, para ordenar el trabajo (referido a un ensayo) o un archivo, es útil. Pensar en categorías, no para imponerle un esquema racional, pero sí para tener las carpetas bien claras, si no, uno pierde mucho tiempo”.

Todas estas elecciones implican ejercer la práctica de la edición  a conciencia de que es parte fundamental del proceso de trabajo. Es tan importante como las fotografías mismas. La figura del autor, vuelve a erigirse esta vez en el hecho de que los fotógrafos deben ser capaces de ir más allá de fotografiar un tema: deben poder de tomar por sí mismos las decisiones adecuadas con respecto a su propio trabajo.

Luz, cámara: proyección

 Noche del viernes, última jornada del taller.  Se apagan las luces del auditorio y comienza la proyección de cada uno de los catorce trabajos finales de los talleristas. Durante la mañana y toda la tarde han editado junto a Stephen lo que será su trabajo final de esta experiencia. Larga jornada, cansancio, satisfacción, emociones distintas y mucho aprendizaje compartido es lo que se respira este día. A lo largo de la sesión se vieron y analizaron en detalle las producciones de cada uno. Sentados en el auditorio, proyectando las imágenes, se discutía qué último orden darle a los fotos, cuales sí y cuáles no, finalmente quedarían en la edición y se argumentaba por qué. 

¿Qué constantes habían guiado las decisiones de los fotógrafos?: el tema, los personajes, los ambientes, la elección del color, de la luz, de las sombras, las texturas, ¿qué encuadres?, ¿qué se priorizaba contar en qué cada caso, en cada parte en los reportajes? 

Finalmente, luego de la intensa y última jornada de edición, todo listo. 

Comenzó la proyección. Marta Escurra fue la primera. Presentó su trabajo en guaraní. Luego en español. Explicó que es su manera de agradecer y reivindicar la cultura del pueblo paraguayo que debe renunciar a su lengua para adaptarse al emigrar a otro país. Marta es paraguaya, y su trabajo habla sobre la vida de una mujer de Paraguay que conoció en Buenos Aires al comienzo del taller. Marta salió a buscar una historia de vida en la ciudad, y la encontró.

Durante la más larga de las cinco jornadas del taller, los participantes aceptaron la propuesta de Stephen y cada uno presentó con sus propias palabras sus trabajos mientras se realizaba la proyección. 

Para muchos, un desafío. Hablar de su trabajo, hablar de sí mismos en un auditorio. Dejar de ser el fotógrafo que exhibe sus fotos pero no habla. Ser el autor desde el comienzo hasta el final de su trabajo, en cada una de las instancias y niveles que ha implicado esta propuesta y hablar, exponer su trabajo, mostrarse y compartirlo. 

Así, cada quien expresó libremente algo diferente sobre su trabajo y el proceso que llevó adelante, sobre su experiencia en el taller, sobre su sentir, las dificultades de acceso y los logros posteriores, las dudas, los cambios sobre la marcha, las emociones vividas. Cada una de las cosas experimentadas y compartidas estos días volvieron a ponerse en juego en este momento en las palabras dichas por todos, en los agradecimientos, en la experiencia de compartir activamente y trabajar juntos. 

 Relatos sobre cómo elegir un tema, qué dificultades se presentaron para su acercamiento y tratamiento, el uso de la luz, el color como recurso, como fuerte hilo conductor  que permite narrar una historia plasmando una sensibilidad,  la experiencia de trabajar en una ciudad desconocida para algunos, la sorpresa de trabajar temas no tratados hasta el momento para otros,  emociones frente a lo retratado, expectativas; todo vuelve una y otra vez de distinta manera en las palabras y emociones de cada uno que va pasando y se presenta.  

Una sensación de satisfacción por el esfuerzo realizado y la dedicación de todos durante estos días invadía el ambiente; un cansancio satisfactorio, de alegría por el logro individual y grupal.  Por todo lo compartido, lo vivido, lo aprendido, lo fotografiado, lo decidido. Por el crecimiento latente que allí se sabe que está y que continuará madurando en cada uno.

 Y la certeza de que no sólo en el momento actual, sino de que -como comentaron varios participantes-  el resultado más fuerte de todo lo aprendido está por venir. Sentir y potenciar la fuerza de lo vivido en este taller en cada uno de los trabajos que se continúen realizando.  


[1] Acerca del concepto de fotografía no-ficción empleado por Stephen Ferry, se sugiere leer el artículo  “El color ‘real’

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