1er Encuentro de conductores y directores de radios informativas
de América Latina y el Caribe
Cartagena de Indias, Claustro Santo Domingo
10, 11 y 12 de marzo de 2005
FUNDACIÓN NUEVO PERIODISMO IBEROAMERICANO
CON EL PATROCINIO DEL BANCO MUNDIAL
Y EL APOYO DE EMBAJADA DE ESPAÑA EN COLOMBIA,
Y AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL (AECID)
Relatora: Carolina Ethel Martínez
Introducción
En el Claustro de Santo Domingo de Cartagena de Indias se dieron cita conductores y directores de radio de Latinoamérica y el Caribe, el 11 y 12 de marzo de 2005. Ellos fueron invitados por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano y el Banco Mundial, con el respaldo de la Agencia de Cooperación Española, para hablar del papel dinamizador de la radio en los procesos de rendición de cuentas y de construcción de ciudadanía, especialmente en lo que atañe a la la transparencia en la prestación de servicios públicos.
El Seminario empezó con las palabras de Jaime Abello Banfi, director de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI), quien expresó el compromiso de esta institución en contribuir al mejoramiento de la radio en América Latina y destacó la relación estrecha de este medio con la vida cotidiana “que inventó la interactividad, antes de que el concepto de interactividad existiera”. Por su parte, Helena Serrano, directora de comunicaciones del Banco Mundial para América Latina, habló del interés del Banco por establecer mecanismos que le permitan conectar mejor sus propuestas e informaciones con la gente de radio, y de las posibilidades de constituir conjuntamente una red que motive a los ciudadanos a expresarse y a las instituciones a realizar un adecuado proceso de rendición de cuentas.
Este primer encuentro, sin precedentes en la región, permitió establecer que la radio sigue siendo el medio de comunicación por excelencia en los países de América Latina, eminentemente orales, por su penetración y bajo costo. Sin embargo, tiene el enorme reto de renovarse en temas y géneros periodísticos y de participar activamente en los procesos democráticos de la sociedad, enfrentando problemas de presupuesto, bajos salarios, poca formación de los periodistas, amenazas, entre otros.
Este fue el comienzo de un diálogo enriquecedor, que le dio relieve al tema de la radio y abrió la posibilidad de continuar intercambiando experiencias y opiniones a través de una red latinoamericana de periodistas, respaldada por la FNPI.
Primer panel.
¿Cómo está y hacia dónde va el periodismo radial?
Puntos de vista de América Latina,
España y Estados Unidos
El primer eje temático del encuentro fue el estado actual de la radio en América Latina, España y Estados Unidos. Con la moderación de Jaime Abello, director de FNPI, participaron Juan Pablo Cárdenas, de Chile, Rafael Manzano, de España y Mandalit del Barco, de Estados Unidos. Al final, los participantes intervinieron y el debate se centró en: la ausencia de radios públicas independientes en América Latina. El papel que le corresponde a las radios públicas y privadas en la sociedad, y el interrogante sobre si, en esa dinámica, los periodistas realmente pueden ser independientes en el tratamiento de la noticia.
Juan Pablo Cárdenas, director de Radio Universidad de Chile, comenzó diciendo que la radio es el medio de comunicación simultáneo por excelencia, el más económico y el de mayor penetración. El 90% de los chilenos escuchan un promedio de 4 horas de radio. Sin embargo, señaló que este medio adquiere mayor o menor importancia, en relación con el nivel económico de los pueblos y de su acceso a nuevas tecnologías, como Internet o televisión. Es decir, “a más recursos menor aprecio por la radio”. Cárdenas explicó que a pesar del florecimiento de las estaciones al servicio del negocio de la publicidad y de las estaciones musicales en América Latina, con los formatos cd y mp3 ya no se necesita la radio para escuchar música, lo que realmente hace falta en América Latina es la emisora de utilidad pública, dedicada a las demandas sociales. Una radio que sea participativa, formativa y de entretenimiento, que permita consolidar conciencia ciudadana y formar opinión pública. Y este es, a su parecer, el compromiso de las emisoras públicas y universitarias, que deben estar abiertas a la innovación. Por último, destacó el papel de la radio en la apertura democrática en México y recordó cómo su colega Sergio Campo, de Radio Cooperativa, logró movilizar a la ciudadanía a través de una denuncia oportuna. "Esas son las mejores expresiones de los sin voz", puntualizó.
Rafael Manzano, del grupo Prisa, actual gerente de Caracol radio, habló de la radio en España, donde, contrario a lo que sucede en América Latina, priman las radios informativas, sobre las musicales y especialmente las públicas. En regiones como Cataluña, por ejemplo, cuentan con excelente infraestructura y cubrimiento, y son muy cercanas a la ciudadanía. Esto es posible porque la radio pública española cuenta con la financiación del Estado, de la comunidad Autónoma y del Ayuntamiento. El modelo de la radio española se repite en la radio pública y en la privada: está compuesto por información dura de 6 a 9 de la mañana y en adelante se da paso a tertulias y análisis. La Radio Nacional de España ha sido estigmatizada como emisora oficial y no tiene mucha credibilidad, pues sus políticas cambian en cuanto cambia el gobierno. Manzano advirtió que en los próximos 5 años la radio española no va a variar, sino que se va a reafirmar en sus posiciones.
Mandalit del Barco, de National Public Radio (NPR), de los Estados Unidos, se refirió al funcionamiento y a los medios de financiación de su estación. Esta es una radio pública pero autónoma, la más grande de su país, y se financia a través de donaciones de instituciones y del público. Debido a que perciben sólo un pequeño porcentaje de su presupuesto del Estado, Del Barco asegura que tienen más independencia frente a otras radios públicas. NPR enlaza 800 estaciones de radio en Estados Unidos y Puerto Rico, tienen sede en Washington y Los Ángeles, 22 oficinas más en el país y 14 corresponsalías en el exterior. En los últimos diez años se ha doblado la audiencia, que en este momento alcanza 22 millones de oyentes. La estructura está compuesta por cuatro programas de noticias diarios y una tertulia, alternados con programas de música, cultura, deportes y automóviles. En el tratamiento de los temas, predomina el género documental, los collages de sonidos y las crónicas, más que noticias breves o información dura.
Después de la intervención de Mandalit del Barco, una ronda de preguntas perfiló la posibilidad de una radio pública autónoma en América Latina, que sea independiente del gobierno de turno. Al respecto, Rafael Manzano dijo ser un partidario de la radio pública, siempre que haya elementos de control ciudadano y político, lo cual es muy complicado en América Latina. En ese sentido, Juan Pablo Cárdenas anotó que las dos radios públicas argentinas son manipuladas por los políticos y en cierta manera comercializadas, y que no hay voluntad en los parlamentos de crear mecanismos de participación ciudadana.
Gilberto Domínguez de Radio Universidad de Guadalajara, México, mostró preocupación sobre la percepción de la noticia como mera mercancía, a lo que Manzano replicó que los oyentes son perspicaces para saber cuando les están dando gato por liebre. No hay ningún periodista español que se llame a sí mismo objetivo. “Vemos el mundo y lo contamos como lo vemos. Es verdad que son consumidas, pero las noticias no son objetos de consumo”.
Cárdenas anotó que el periodismo que se prestigia es el independiente. La radio pública tiene el compromiso de mantener una independencia frente al poder. Tiene que estar en capacidad de discrepar con argumentos y la clave es la diversidad que puede ofrecer la radio pública y la expresión popular. Muchas reformas que se han hecho en la legislación de Chile han sido producto del seguimiento y profundidad de la radio independiente sobre estos temas.
A lo largo de este primer panel se reiteraron las siguientes características en las radios de América Latina y España:
- Grandes figuras que acaparan los recursos económicos y muchos periodistas "cargaladrillos" mal pagados.
- Pago a los periodistas, a través de cupos de publicidad.
- La necesidad de una radio comprometida con el bienestar de la sociedad.
Mesa redonda
Panorama de la radio en América Latina
Héctor Rincón, de Caracol, Colombia, moderó el panel en el que los periodistas presentaron un panorama de la radio en sus respectivos países y del estilo de trabajo de sus medios. También se mencionó la situación política de los países de América Latina y su repercusión en el oficio periodístico. Participaron Juan Gossaín, de Radio Sucesos (Colombia); Carlos Ulanovsky, de Radios de la Ciudad (Argentina); Marcia De Toni, de Radiobrás (Brasil); Gissela Echeverría, de Sonoraza (Ecuador); Felipe Valenzuela, de Emisoras Unidas (Guatemala); Ricardo Rocha, de la agencia Detrás de la Noticia (México); William Grisby, de La primerísima (Nicaragua); Raúl Vargas, de Radio Programas del Perú (Perú); Mario Roche, Radio Universidad de Puerto Rico (Puerto Rico); y William Echeverría, de Radio Belfort, (Venezuela).
Juan Gossaín, director de Radio Sucesos, recordó la manera empírica como se hace radio en Colombia, señalando que el problema es que obtuvo éxito antes de que sus periodistas se capacitaran. "Los periodistas de radio somos todos intuitivos, vivaces, ágiles, pero no estamos preparados para el oficio", precisó. Ante ello, propuso que sean las propias empresas radiales las que se encarguen de capacitar a los periodistas. Sobre la actualidad de la radio en Colombia, aseguró que está pasando de la idea rudimentaria de informar sobre lo que está pasando, a la idea de ayudar a que la gente comprenda la inferencia de dicha información. Gossaín, asegura, como McLuhan, que los medios no son complementarios, por lo cual la radio no debe renunciar al análisis, que ha sido encomendado a la prensa escrita. Pero advirtió sobre el peligro de la tendencia a la solemnización, por eso finalizó diciendo: "cuando el relato se esta volviendo solemne, hay que ponerle humor. Estoy viendo nacer otra radio en Colombia, mucho más analítica, menos acelerada".
Carlos Ulanovsky, de Radios de la Ciudad, señaló que la radio cumplió 85 años en Argentina en 2005, período durante el cual se han consolidado 11 emisoras privadas, 2 públicas y 6 u 8 comunitarias. Ofreció algunos datos estadísticos puntuales: en 2004, las FM tuvieron el 68% de la audiencia matutina –unos 5.700.000 oyentes– y las AM entre el 29% y 31%. La radio incrementó su público en los últimos 20 años. Las audiencias del rango de 12 a 24 años y 25 a 49 años prefiere FM y de 50 años en adelante escuchan AM De las cinco emisoras más escuchadas en Buenos Aires, cuatro son de FM y la mayoría están en poder de multimedios y capital extranjero.
Para Ulanovsky, la radio está más vigente que nunca y tiene enormes posibilidades de prestar un servicio informativo de carácter social. La manera de hacerlo es presentando las noticias a quienes no pueden comprar el periódico y abrir espacios para la denuncia y la participación de la ciudadanía. Ulanovsky advirtió que aunque la radio es relatora de primera mano, ha renunciado a la creación de fuentes propias y en su mayoría, está basada en los diarios y en las agencias de noticias. Dijo que en la radio no se está haciendo buen uso de los géneros, donde la fórmula usual es: lectura de los diarios, comerciales, separadores ágiles e ingeniosos, que son esencialmente forma, y por teléfono las voces de los entrevistados y las llamadas de los oyentes. Esta situación genera una tendencia a la espontaneidad y a la improvisación, no hay libretos y se impone el estilo “siempre arriba” (tono de voz alto y animado) sin importar el matiz de la noticia -si es buena o mala-. Además, el afán de ser ágiles desarrollando la información, en bloques nunca superiores de 2 minutos, le impide a la radio profundizar. También mencionó los problemas de presupuesto que enfrentan las radios en América Latina, los pagos por cupos y la incidencia de la oficina de finanzas en el manejo de la agenda informativa.
Marcia De Toni, de Radiobrás, presentó un panorama de la radio en Brasil. Un país con 175 millones de habitantes que tiene 3500 emisoras de radio autorizadas, de las cuales 250 son públicas y educativas (Estatales, universitarias y de fundaciones). Las emisoras comunitarias se han disparado. Hasta 2002, había 7.400 pedidos de licencia, pero se presume que funcionan cerca de 10.000, muchas de ellas clandestinamente. Brasil está viviendo un proceso de redescubrimiento de la radio como medio de información y democratización de la información, pues la mayoría de las emisoras estaban enfocadas en agendas religiosas, políticas y comerciales. Concretamente Radiobrás, que cuenta con 2 canales de televisión y 4 radios, está empeñada en hacer un periodismo dirigido al ciudadano, tratando temas relacionados con gobierno, servicios públicos, deporte, vida cotidiana, etc. Las otras emisoras estatales no hacen periodismo. De Toni coincidió con Ulanovsky en que la radio no tiene producción propia de noticias y se nutre de periódicos y agencias. Y aunque el año pasado crearon la primera agencia pública de noticias, con 70 reporteros, que atiende a cerca de 300 estaciones, hizo énfasis en que faltan profesionales capacitados y centrados en los intereses del ciudadano, ya que la mayoría de los textos son burocráticos, buscan el escándalo y despertar la curiosidad, por encima de brindar un servicio. Además, en aras de la rapidez y agilidad, no hay contexto, no hay explicación, no hay diversidad de voces. Se dice que el oyente no soporta más de un minuto de información, pero la experiencia en Radiobrás ha mostrado que los oyentes agradecen la diversidad y profundidad.
De Toni finalizó mencionando dos problemas macro de la radio en América Latina:
- Falta de recursos para inversión en periodismo, presupuestos para investigación, por ejemplo.
- Falta de capacitación (las universidades no preparan a comunicadores polifónicos, mediadores, que conciban el periodismo como un acto solidario)
La ecuatoriana Gisella Echeverría, de Radio Sonorama, dijo que su país, a pesar de ser muy pequeño, tiene grandes divisiones y está saturado de estaciones de radio: actualmente hay 800 emisoras, 54 de ellas sólo en Quito, debido a que se asignan licencias irresponsablemente. Esta situación aumenta la pugna por la torta publicitaria e impone la competencia entre producciones de baja calidad. No existe radio pública en Ecuador, hace sólo un año se creó la estación Radio Nacional, pero sus emisiones se concentran en la agenda presidencial.
Echeverría también coincidió con los panelistas anteriores en que difícilmente las estaciones nuevas, con periodistas sin una imagen consolidada, sobresalen en el medio. Igualmente, habló de las deficiencias en la formación de los periodistas, pero advirtió que ello es parte del panorama educativo del Ecuador, donde el 70% de la población es pobre y muchos no tienen acceso a la educación. Esta situación también repercute en que las audiencias no cuenten con capacidad crítica y que tengan dificultades para apropiarse de los procesos de desarrollo local.
Radio Sonorama, por su parte, tiene cubrimiento nacional y lleva 30 años al aire. Lidera la sintonía en noticias, opinión, radiorevistas musicales y tiene un programa educativo, con perspectiva de género. En su agenda busca integrar la comunicación educativa y formativa para sus periodistas con la formación ciudadana y el interés social. Actualmente están apuntando a un público de estrato medio y alto para poder comercializarse y hacerse auto sostenibles.
En su intervención, Felipe Valenzuela, de Emisoras Unidas, explicó que 8 años atrás, la audiencia de la radio guatemalteca estaba conformada por personas de avanzada edad, el resto sólo escuchaba emisoras musicales. Las noticias se trabajaban “tipo robot”: sin matices, sin humanidad y el reportero veía condicionada su agenda a la pauta publicitaria, por lo cual no había lugar a debates. Con la creación de programas radiales por parte de periodistas de la prensa escrita, se comenzaron a tratar los temas con mayor profundidad, con lo que el debate nacional se trasladó a los micrófonos y se ampliaron las audiencias. La radio es de vital importancia para la sociedad guatemalteca, que tiene altos niveles de analfabetismo, a lo que se suma que la población alfabetizada no tiene hábitos de lectura. Por esta razón, Valenzuela afirmó que la radio debe ser analítica, una radio con compromiso social que presione y se convierta en la voz de la ciudadanía.
Para Ricardo Rocha, de la agencia Detrás de la Noticia, la radio en México está como el país: dividida y polarizada. Hay 1300 estaciones de radio, repartidas así: el 83% pertenece a sólo cinco familias, el 90% está en poder de ocho familias, las cuales, en la mayoría de los casos orientan sus políticas de acuerdo al presidente de turno. Según Rocha, no hay radio pública como tal y no se miden índices de audiencia. En el más reciente debate nacional: Fox vs López Obrador, la radio fue una tribuna diversa desde la que se enfrentaron uno y otro bando de una manera partidaria y parcializada. Por eso destacó la importancia de reafirmar las vocaciones del periodista y el hábito intrínseco del oficio: la investigación y la conciencia ética.
William Grigsby, de La Primerísima, radio asociativa, heredada del gobierno por sus empleados después de la Revolución Sandinista, detectó dos grandes amenazas sobre el periodismo radial nicaragüense. Primero, habla de la existencia de un potencial monopolio de los medios por parte de los grupos financieros y los canales de televisión. Esto a pesar de que los mejores periodistas de TV y prensa escrita y muchos de los movimientos sociales y artísticos más importantes en Nicaragua se gestaron en la radio. “La radio es la ley, aunque sólo recibe el 16% del pastel publicitario”.
La segunda amenaza que señaló tiene que ver con la desvalorización del periodismo en general, pero especialmente del que se hace en radio. Ello obedece a los bajos salarios o pago por pauta publicitaria; a la entrega de licencias como locutores a políticos; a la carencia de géneros (reportaje sonoro, dramatizados) que diversifiquen las radios, que son eminentemente musicales o son noticiosas; y, por último, a las constantes amenazas (en 2004, dos periodistas nicaragüenses fueron asesinados).
Raúl Vargas, de Radio Programas del Perú, comenzó diciendo que la radio ha sido forzada a volverse popular, lo que la hace progresista. Por sus posibilidades de interactividad se entera de lo que la gente quiere, y se ocupa de temas que parecen menores pero que son fundamentales: lo cotidiano, información democrática, espacio para la intervención del ciudadano, etc. Y en cada uno de ellos presentando todos los puntos de vista. Vargas anotó que a mayor estructura de poder, menos noticia: "si dependemos de los grandes capitales, difícilmente estaremos en la noticia". También se refirió al carácter efímero de la radio, que aún así no admite la especulación, pues muchas de las cosas que se dicen en la radio pueden ser detonantes en sociedades analfabetas y rurales, que se ven representadas en este medio. Concluyó afirmando que la oralidad es más poderosa que la palabra impresa, porque la gente no tiene mucho tiempo para leer, y que las radios populares son las que tienen porvenir y la posibilidad de generar cambios.
Mario Roche, de Radio Universidad de Puerto Rico, habló del tema que impera y monopoliza las agendas de los medios de comunicación en la Isla: su condición de estado libre asociado a Estados Unidos. Los puertorriqueños tienen una crisis de autoestima y el país está polarizado frente tres alternativas: independizarse definitivamente de los Estados Unidos, integrarse del todo, o mantener el Statu Quo. En Puerto Rico hay 120 emisoras, 51 en FM y 74 en AM. Las radios han generado una conciencia ciudadana, aunque a veces asumen posiciones paternalistas frente a temas como la prestación de servicios públicos. Roche sospecha que las llamadas de los oyentes han llegado a banalizar las quejas. WIPR Televisión y radio, son los medios de comunicación públicos de Puerto Rico. Su programación está compuesta por música clásica y popular, informativos en la mañana y en la tarde y boletines cada hora. Reproducen informativos de la BBC de Londres, Radio Netherland y Radio Francia Internacional.
Sobre Radio Universidad de Puerto Rico mencionó que es un medio de comunicación público auspiciado por la universidad, pero regulado para garantizar su autonomía. Está financiado por presupuestos mínimos de la Universidad y un festival anual de ‘radioamigos’, con lo cual captan recursos y evalúan la audiencia de la emisora. Es manejado por profesionales del medio con el apoyo de los estudiantes, teniendo en cuenta criterios estéticos y variedad de géneros. El departamento de noticias tiene 17 años de trabajo y desde allí se realizan programas que promueven la integración del espacio urbano entre la universidad y su comunidad y los inmigrantes del sector de Río Piedras, en su mayoría extranjeros.
William Echavarría, de Circuito Nacional Belfort, una emisora musical e informativa que tiene tres espacios de noticias, explicó las nuevas regulaciones de la radio en Venezuela, donde gracias a cuatro nuevos artículos de la Ley de responsabilidad social de radio y televisión, conocidos coloquialmente como “ley resorte” o “ley mordaza”, las radios están obligadas a la transmisión de música venezolana y publicidad del gobierno en ciertos porcentajes. Las estaciones de radio tienen que emitir un 30% de producciones independientes, realizadas por personas naturales o jurídicas, previamente inscritas ante el Ministerio de Transmisión y Comunicación. En Venezuela, el control del gobierno es tal que el Directorio de Responsabilidad Social, encargado de la veeduría de los medios, puede sancionar no sólo a la emisora, sino a los anunciantes del espacio en el que un oyente, a través de una llamada telefónica, exprese desacuerdo con el gobierno. Echavarría, por ejemplo, no incluía música en su programa, pero ahora tiene que poner tres canciones de folclor venezolano para cumplir con la “ley mordaza”. Por otro lado, hay un empoderamiento de medios por parte del estado, a través de programas como Aló presidente, el crecimiento de canales de televisión como Vive T.V. y Televisión del Sur, y además las Radios Nacional de Venezuela y Onda Corta, que han ampliado su capacidad de cobertura hasta la Patagonia y Canadá. Además, se están abriendo regionales del ente regulador por todo el país y se han hecho amplias concesiones para más emisoras comunitarias. Sin embargo, no se está trabajando en el tema de radio regional y la “Ley resorte” estimula la autocensura, con lo cual se agrava la tensión al interior de los medios de comunicación de Venezuela. Echavarría concluye que al periodista venezolano no le queda más que quijotear con la noticia.
Mesa redonda
En búsqueda de la calidad periodística en la radio
La ética, la investigación, el buen uso de las tecnologías y la aplicación de los géneros periodísticos fueron los referentes de las intervenciones de Rafael Manzano, Caracol Radio (Colombia); Sergio Campos, Radio Cooperativa de Chile (Chile) y Jorge Fernández, Imagen Informativa (México), en la mesa moderada por José Luis Novoa, Coordinador de Programas, de la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano.
Rafael Manzano retomó el problema de la improvisación en la radio, tema que se había discutido tangencialmente al hablar del panorama de la radio en América Latina. Manzano habló de “espontanitis aguda”. Dijo que ha habido un cambio: de una radio elaborada, con guión, a una radio espontánea, aguda y peligrosa. En España y en América Latina se ha confundido la frescura y la rapidez con la poca elaboración de los contenidos, lo que va en detrimento de la calidad. En su opinión, basta con cinco minutos más de elaboración para ofrecer una mejor historia. “Hemos ganado en espontaneidad pero hemos perdido calidad”.
Las noticias en radio se han convertido en flor de un día, especialmente las que no tienen que ver con la política, si trascienden es porque los políticos están ahí para invitar a seguir hablando del tema. No hay seguimiento a las noticias de muertes, de violencia intrafamiliar o sobre temas de mujeres y niños. El seguimiento es una responsabilidad de la radio, en parte porque los periódicos tampoco lo hacen.
Sobre la ética, Manzano anotó que ésta es personal pero se ve teñida por la ética del medio en el que se trabaja. “El periodista puede ser ético pero la empresa no”. Es frecuente en los medios que la pauta incida sobre el tratamiento de la información, en ese caso sólo un potente grupo de comunicación independiente, puede darse el lujo de perder un gran cliente.
Respecto a elementos técnicos y del lenguaje, Manzano dijo que la radio no sólo es verbal, sino que también hay silencios, música y efectos de sonido. Si la radio es un espejo de la sociedad debe tener los ruidos y sonidos de la realidad.
Por su parte Sergio Campo, de Radio Cooperativa de Chile, se refirió a la radio como el gran teatro de la mente y específicamente como un elemento clave en la instauración de la democracia Chilena. En Chile hay cerca de 1.200 emisoras, de las cuales el 95% corresponden a FM, y están concentradas en programación musical, lo que tiene bajo costo operacional. El 5% de estaciones en AM tienen programas noticiosos. Radio Cooperativa es una estación generalista, que ha cumplido 70 años al aire y está concentrada en la formación, la información y el servicio. Campo resaltó la presencia de Radio Cooperativa en Internet, medio en el que pueden prolongar el impacto de las informaciones, ampliando la cobertura y actualizando permanentemente la noticia.
Jorge Fernández, de Imagen Informativa, comenzó diciendo que el periodismo debe ser investigativo y siempre ético. "No puedo concebir escribir una nota, una columna, un artículo, sin investigar. Es fácil saber cuándo un periodista habla sin haber investigado”. También habló del problema general que es la improvisación en la radio y del llamado Star sistem1. Hay una saturación de información y no se están respetando los estándares de calidad. Antes de dar inicio a la ronda de comentarios y preguntas, Fernández se refirió a la poca independencia de periodistas y medios de comunicación, que no sólo están amenazados por los caprichos de la pauta publicitaria o las presiones políticas, sino que también son víctimas del crimen organizado.
Ronda de preguntas
Respecto a la imposición de los intereses políticos o comerciales sobre la ética periodística, Manzano dijo que definitivamente es más conveniente trabajar para un grupo de comunicación multimedia que para un grupo empresarial con diferentes mercados, pues la incidencia de estos últimos en otros ámbitos puede viciar el tratamiento de los temas.
Jorge Fernández comentó que en México no hay cláusula de conciencia. Y frente a las presiones por parte de la iglesia, los anunciantes y el gobierno, tanto en la capital como en los estados, a veces es más conveniente tomar la actitud de mantener guardada la información y así asegurar el puesto de trabajo. "Es diferente no decirlo a mentir, lo que me resulta inaceptable es que mientas concientemente".
Jaime Abello, director de la FNPI, lanzó dos preguntas al auditorio que recogen las inquietudes que se fueron planteando durante la primera jornada: ¿Puede la radio presionar la adecuada prestación de los servicios públicos?
¿Hay una necesidad latente de adoptar el reportaje como un formato que se expanda en la radio de América Latina?
Al respecto, Gisella Echeverri, de Radio Sonorama, comentó que cuando uno de los cinco periodistas de su equipo de noticias propone un tema de investigación, es liberado del cubrimiento de su fuente para que se dedique a ello y se le paga un poco más para estimularlo. Criticó también la saturación con malas noticias, lo que convierte esos temas en algo normal para las audiencias, por eso propuso hablar también de lo que para la gente resulta positivo y alentador. !
Támara Rodríguez, de Paria FM, de Venezuela, defendió el reportaje como la posibilidad de darle voz a personas que no tienen experiencia en medios, pero que sí tienen cosas que decir, para ella, la radio les permite explicarse a sí mismos y hacer cosas que los empoderen.
Rosamelia Andrade, de Vancouver Radio co-operative (Canadá) propuso tomar el reportaje como una opción en la radio de Latinoamérica, argumentando que puede ser un círculo vicioso asumir que a la gente no le gusta cuando lo que puede estar sucediendo es que no lo conozca. A este respecto Rafael Manzano, concluyó que se deben incluir reportajes pero no como única opción pues debe haber variedad de formatos: perfiles, entrevistas, crónicas, etc. “La radio es la primera página de un periódico, te da un panorama y para eso hay que crear un ritmo radiofónico. El reportaje demanda más esfuerzo y tiempo”.
Sergio Campo, de Radio Cooperativa de Chile habló de la jerarquización de la información. Los periodistas escogen las noticias que van a desarrollar y si la noticia es muy importante se va desarrollando durante todo el informativo, o incluso durante todo el día, de modo que llega a convertirse en un gran reportaje.
En ese sentido, Juan Pablo Cárdenas, insistió en que el reportaje es un desafío a asumir y que las radios no tienen futuro si no asumen los géneros investigativos, en especial el reportaje. Sobre si las audiencias aceptan el reportaje o no, Cárdenas concluyó que no es que el reportaje sea incompatible con el auditorio, sino que hay momentos propicios para este tipo de géneros, al medio día es imperativo el trabajo con información dura, pero en la mañana o en la noche “la experiencia dice que es perfecto combinar ambas cosas”.
La mesa redonda se cerró con la intervención del Maestro Javier Darío Restrepo, quien antes de presentar a los ganadores del premio Nuevo Periodismo-Cemex en la categoría de radio, habló sobre la búsqueda de la calidad y la ética en la radio.
Restrepo destacó las enormes cualidades de la radio para llegar y movilizar a las comunidades, pero hizo especial énfasis en el buen criterio del periodista para decir o dejar de decir cosas, ya que la inmediatez de la radio, la emoción y el espíritu de competencia comprometen el rigor ético. “Ser los primeros no es tan importante como ser justos en la información y además eficaces”. El maestro también advirtió sobre la influencia política en los medios y cerró su charla exhortando a los periodistas a cuidar y respetar el lenguaje.
A continuación, el texto que leyó a todos los participantes.
Calidad ética y técnica en la radio
La radio fue protagonista principal el 9 de abril de 1948 en Colombia, una fecha que colinda en el recuerdo con los relatos de pesadilla. Un huracán de rabia recorrió al país y lo llenó de destrucción y de sangre después del asesinato del lider popular Jorge Eliécer Gaitán a la una y quince de la tarde de ese día. Las fotografías del centro de Bogotá después de esa jornada, evocan las de las ciudades europeas bombardeadas en la segunda guerra mundial. Pero aquí no hubo bombas ni bombarderos sino el poder de la radio que convocó a la población de la capital a la destrucción y al vandalaje. Un periodista e historiador minucioso de esa fecha, Arturo Alape, transcribió alguna de las muchas proclamas que se escucharon esa tarde: “ Pueblo, a las armas, a la carga. A la calle con palos, piedras, escopetas, cuanto haya a la mano. Asaltad las ferreterías y tomáos la dinamita, la pólvora, las herramientas, los machetes. Aquí la Radio Nacional, tomada por el comando revolucionario de la universidad”. (1)
37 años después, la Ministra de Comunicaciones habría de recordar esa fecha ante el palacio de justicia envuelto en nubes de pólvora. Llamó a los directores de noticias de las cadenas radiales y les dijo que simultáneamente con la toma del palacio, en el centro de Bogotá se estaban registrando asaltos a los almacenes. Es posible que si ustedes informan esto, se nos repita el episodio del 9 de abril. Ténganlo en cuenta. La ministra era consciente del poder de la radio, que en ese momento transmitía cuanto ocurría: guerrilleros que se habían apoderado del Palacio, situado a escasos 300 metros de la Casa Presidencial, tropas que habían cercado la edificación y que se proponían recuperarla; magistrados y otras personas, más de un centenar de rehenes, en medio de la balacera. Algún radio aficionado había descubierto la frecuencia que usaba el ejército para sus comunicaciones internas, de modo que se podían seguir y grabar las conversaciones del alto mando militar con los oficiales responsables de la operación. Ese día la radio volvió a ser protagonista, no tanto por lo que dijo, sino por lo que dejó de decir. Los oyentes no supieron de los saqueos en el centro de Bogotá, ni escucharon las voces de los generales que conducían la acción armada contra los guerrilleros.
En esos 37 años transcurridos desde el 9 de abril de 1948 la radio había evolucionado en materia de tecnología y de poder empresarial; también registraba un claro desarrollo de conciencia.
Discúlpenme que haya utilizado un ejemplo colombiano para ilustrar la afirmación anterior, pero sé que cada uno de ustedes en este momento habrá buscado y encontrado casos análogos ocurridos en sus países, porque es un hecho: el progreso se la radio no se ha quedado en lo tecnológico; ha sido impulsado, sobre todo, por el desarrollo de una conciencia hasta el punto de que los propios códigos de la radio parecen haberse quedado atrás, incapaces de seguirle el ritmo a la tecnología y a las aplicaciones periodísticas de la radio, hecho del que fuimos testigos los jurados del Premio de Periodismo de la Fundación y de Cemex. Los tres premios entregados, uno principal y dos menciones, fueron un reconocimiento a unas calidades evidentes para instalar en la conciencia de la audiencia tres angustias: la impunidad por las muertes de mujeres asesinadas en Juárez; el hambre en las favelas de Brasil y la violencia implacable de Medellín, Colombia. El acta de los jurados destaca al mismo tiempo valentía para investigar y denunciar, sensibilidad, dimensión humana a la vez que solvencia técnica y estructuras narrativas eficaces. Calidades éticas y técnicas que, unidas, dan por resultado un periodismo de calidad.
Me concentraré en el periodismo radial para encontrar, en una primera aproximación al tema, que la naturaleza de la radio plantea unos problemas éticos generales, que cuando uno los lee en los textos especializados, suenan un tanto cándidos; en un segundo paso veremos el reflejo de esos problemas en los códigos éticos de la radio, en los que es posible mirar, de modo más concreto, la realidad de este hecho de las comunicaciones; pero no tanto como es posible encontrarla cuando, al comprobar el vertiginoso desarrollo de la radio, aparecen, de modo paralelo, las actitudes, no de una nueva ética, sino de una ética que como saber práctico, acompaña e inspira al periodista en el planteamiento y en la solución de sus dilemas éticos de cada momento.
1. La naturaleza de la radio plantea dilemas.
Los investigadores de la radio, como medio masivo de comunicación, no se han dejado deslumbrar por la televisión ni por la internet. Mantienen su valoración alta de la radio. Hernando Martínez Pardo, un profesor universitario e investigador de medios destaca “el impacto sonoro, la voz diferenciada, los matices, lo concreto de los temas y de los términos, los datos específicos y el lenguaje directo”. Agrega la variedad con que el periodista de radio responde a la dificultad del oído para mantener la atención durante un tiempo prolongado; por eso los programas radiales son para el oído lo que para el gusto son esos platos donde se combinan los sabores con sabiduría; pasan de tema en tema, con alternativas de música y sonidos, llamadas telefónicas y diálogos en vivo. Se agrega a esa calidad, la simultaneidad con que llega a públicos extensos (2) El investigador español, Niceto Blázquez, se vale de una encuesta técnica entre oyentes para señalar el liderazgo informativo de la radio por la profesionalidad del medio, el elevado número de emisoras, la credibilidad mayor que la de la televisión y, además, la rapidez, la calidad informativa y que “la radio suele ir por delante en todas las noticias importantes”. Y, como puntada final, “es un negocio próspero, es el rey del sonido y carece de fronteras”. (3)
Cuando se examinan todas estas calidades se admite que se trata de un medio caracterizado por la inmediatez y la invisibilidad (4). Va delante del convoy de los medios de comunicación y tiene el poder de determinar, por tanto, su agenda, en gran parte por esa inmediatez, o agilidad, o instantaneidad con que parece seguir los hechos pisándoles la sombra. Pero es esta ventaja la que genera el conflicto ético del escaso o muy frágil rigor informativo de la radio. Contra ese rigor conspira una débil sensibilidad ante lo noticioso. Se reacciona con sensibilidad gruesa ante hechos evidentes: el atentado terrorista, las grandes crisis, los conflictos de fronteras, que fueron los temas recurrentes en los trabajos enviados al concurso, según obervó el jurado. En cambio, otros asuntos: el debilitamiento cultural y de identidad, el drama de la niñez, los contrastes explosivos entre pobreza y opulencia, por ejemplo, no estuvieron en la agenda porque no había una sensibilidad capaz de percibirlos como noticia.
La calidad que le confiere lo técnico a la radio informativa, no se suele equilibrar con la severidad y rigor de la investigación y la confirmación de datos y de hechos. La emoción, la precipitación y el espíritu de competencia convierten esta fortaleza en debilidad ética. De hecho cuando examinábamos las piezas de radio que participaron en el concurso hallamos que si bien había informaciones reposadas en las que habían desaparecido el nerviosismo y la improvisación de lo instantáneo, éstas hacían contraste con trabajos en los que la prisa había dejado rezagadas las tareas de investigación, generalmente suplida por testimonios sin análisis, ni antecedentes, ni proyección de futuro. En cambio un trabajo como “Medellín, crónica de una ciudad por dentro,” a juicio del jurado presenta desde diferentes perspectivas la violencia que azota a Medellín. El sosiego del trabajo radial en que se sigue un libreto, a su vez pensado y sereno, es un factor de calidad que se apreció en el concurso.
Hoy el fenómeno de los grupos de personas congregados alrededor de la radio para escuchar un partido de fútbol, o la transmisión de una tragedia, o un discurso de interés público, no es tan frecuente como lo fue antes de la aparición de la televisión. Llegó la televisión y casi desapareció el encanto de invisibilidad de lo radial, o sea esa oportunidad de crear en la imaginación lo que sugieren las voces, músicas y sonidos de la emisión de noticias. Guiados por el oído, los otros sentidos, como obreros de un taller en plena producción, creaban personajes, situaciones, historias completas; una prodigiosa calidad que a juicio de los profesores de ética generaba el peligro de la idealización y manipulación emocional de la audiencia, tal y como lo hizo Orson Welles con su célebre emisión radial sobre la invasión de los marcianos; juego inocente al lado de la escuela de fanatismo en que convirtió la radio alemana, Paul Josep Goebbels, el ministro de propaganda del gobierno de Hitler. En los dos casos la invisibilidad de la radio mostró sus riesgos y la razón de las sospechas de los profesores de ética.
2. Los problemas éticos en los códigos.
La consideración de algunos de estos problemas inspiró a los autores de los códigos de ética, adoptados por directivos o periodistas de radio en Asia, Estados Unidos, Canadá, Perú y España, que son los que nos servirán de referencia.
Son códigos que incorporan, como es natural, los mismos principios y normas aplicables al ejercicio informativo en los demás medios.
En la IV Conferencia Asiática, o Convenio de Kuala Lumpur en 1962 (5) se urgían la objetividad, la tolerancia, el entendimiento internacional, la decencia y decoro de los programas; lo mismo aparece en el Estatuto de Radio y Televisión de España en 1980 que agrega la separación entre información y opiniones y el respeto a los valores de igualdad (6); el código asiático, a manera de preámbulo reflexiona sobre la posibilidad que tiene todo medio de comunicación de servir lo mismo al bien o al mal con su poder; y son especialmente enfáticos en señalar el valor de la responsabilidad los de Estados Unidos y el de Perú.
La Asociación de Radiodifusores en Estados Unidos (7) previene contra cualquier forma de irresponsabilidad al tratar sobre personas con discapacidades, o los temas de sexo, raza, color, o religión; la asociación de Profesionales de la Radio agrega la responsabilidad frente a los niños (8) y el código peruano suma a la responsabilidad el deber del buen gusto.
Cuando los códigos se refieren a las características más específicas de la radio, apuntan, por ejemplo, a su inmediatismo. Es el medio más ágil para informar, o según la declaración de Talloires, Francia, en 1981 (9) “puesto que es proveedora primera de noticias e información, es necesario que sus canales se mantengan abiertos”, y agregan con concisión lapidaria los Profesionales de la Radio de Estados Unidos: “ser los primeros no es tan importante como ser justos en la información”. No sólo justos, además eficaces. El código de ética radiofónica adoptado en Lima (10) observa en el 5º aparte que la radiodifusión está excepcionalmente capacitada para prestar los más grandes servicios en todos aquellos casos en que peligran la vida humana o los bienes de las personas por catástrofes, explosiones, plagas, estados de pánico u otras calamidades. Según la visión de los códigos, llegar primero genera el compromiso de un mejor servicio.
Esa ventaja del inmediatismo informativo de la radio, la equilibran los códigos con ese imperativo de servicio y con el deber de entregar algo más que noticias. La Asociación Canadiense de Directores de Información en Radio y Televisión, adoptó en 1970 un código (11) en el que se prescribe una información exacta, pero además, “también bajo el aspecto de los comentarios que precisan su sentido y colocan la información en su verdadera perspectiva. Este principio significa que si la claridad de una noticia lo exige es preciso hacer salir a la superficie los hechos pertinentes que estuvieron en segundo plano”. Entre las observaciones hechas a los trabajos del concurso debe señalarse “el conflicto de prioridades contenido vs. circunstancias”, que se da cuando el periodista, seducido por el brillo de su entrevistado, o por lo exótico o actual del lugar de emisión, o por sus dificultades superadas para obtener el material, impide que emerjan los hechos pertinentes. Es cuando aparece, devastador, el protagonismo del periodista.
A la Asociación Nacional de Radiodifusores de Estados Unidos le preocupa el problema ético que plantea la capacidad de persuasión de la radio, cuando se utiliza con afán de lucro; por eso dedica gran parte de su código a las normas que han de regir la publicidad para que ésta no sea ni “falsa, ni engañosa, ni falaz”. Anota el código que “debe ser propósito de la radio mantener altos niveles en la selección y producción de todos los programas y en la presentación de la publicidad.” Porque así lo exige el deber de vigilar “para proteger al público oyente de las prácticas falaces en el medio”.
Coinciden los códigos de los Profesionales de la Radio de Estados Unidos y el código de ética radiofónica de Perú en que la radio es un instrumento necesario para salvaguardar la libertad de expresión; aspecto que arroja sobre los trabajadores de la radio una grave responsabilidad social.
3. La ética ante el desarrollo de la radio.
Hubo un momento en que la radio informativa se sintió en plan de derrota y de menoscabo: fue cuando la televisión entró en el campo de la comunicación con las banderas desplegadas de su poder mediático fundado en la magia de la imagen y el sonido combinados. Al principio creyeron los hombres de la radio que les quedaba el recurso de su agilidad para transmitir eventos deportivos, o grandes acontecimientos desde sitios adonde no podía llegar la pesada parafernalia de la televisión. Pero hasta los estadios y las pistas llegaron las cámaras. Hubo un ilusionado respiro cuando los televidentes que seguían los partidos de fútbol apagaban el sonido y preferían la transmisión cálida de la radio; pero a la televisión le bastó elevar la temperatura de sus locutores. Entonces, ¿qué?
La radio no se cruzó de brazos e inició un proceso que describe el ya citado profesor Martínez Pardo. (13) Es un proceso que se ha dado empíricamente, sin el recurso a marcos teóricos ni a complejos estudios de mercadeo. Simplemente había que acercarse al oyente, salvar las distancias creadas por el periodismo escrito y el de televisión entre quien emite y quien recibe. En ese esfuerzo de acercamiento fueron apareciendo los elementos de una nueva radio.
El oyente descubrió que su relación no sólo era con unas voces, sino con unas personas que tenían mucho de común con él; pasó a un segundo lugar la voz solemne, impecable y sin errores del locutor profesional y ocupó el primer lugar la persona que, sin que la voz importara, le contó y comentó la noticia; se la explicó con la ayuda de otras personas que intervinieron, por teléfono, o desde la cabina de transmisión; el relato o los comentarios fueron interrumpidos por oyentes que desde sus teléfonos, ahora por internet, preguntaron, comentaron e introdujeron sus propias inquietudes; todo esto en el lenguaje corriente, con expresiones del habla familiar, despojadas del convencionalismo y rigidez de los textos escritos en la redacción y leídos por un locutor. El oyente ha sentido que se encuentra ante un lenguaje, un tono y un esquema incluyentes; todo parece acortar distancias. Incluso el rigor con que en los códigos de ética se separan la información y el comentario, aquí parecen desaparecer, lo mismo que el severo reclamo de objetividad. ¿Cómo pueden aplicarse esos criterios en una charla de salón como la que se desarrolla ante los micrófonos a la hora del noticiero?
Sin embargo, entre charla y charla se va desarrollando una noticia que, periódicamente, cada hora o cada media hora resumen, el texto leído y la voz oficial del locutor; es el momento en que cesan las risas y todos se ponen serios para contar lo que ha pasado. El formato parece imponer en el noticiero radial, lo mismo que en el periódico, una separación nítida entre comentarios, rumores, opiniones e información oficial. El proceso de acercamiento, en esas condiciones, respeta el rigor de la noticia objetiva y atenida a los hechos, en la medida en que sea clara e inconfundible la frontera entre el comentario, la opinión o el rumor y la comunicación de la noticia. En efecto, debe mantener todo su vigor el mandato del código ético de la Asociación Canadiense de Radiodifusión cuando al anotar que el mayor servicio de la radio es la noticia objetiva, destaca la obligación de ilustrar la noticia con análisis de expertos, comentarios y opiniones editoriales.
En el curso de este proceso de acercamiento al oyente opera un valor que está en la base de toda actitud ética: el aprecio del otro. Anota Martínez que en función del otro la radio informativa adopta un esquema del tiempo que permite un mejor servicio. En vez del tiempo lineal, ese que siempre avanza sin retrocesos como la trayectoria de un jet, hacia adelante, en busca del futuro, en los noticieros de radio el tiempo se mueve en círculos concéntricos.(15) La noticia no se da de una vez y definitivamente, se entrega provisoriamente porque se la está repitiendo y complementando; por respeto a la naturaleza de los hechos que siempre se renuevan y complementan con nuevos datos que o eran desconocidos, o que tuvieron lugar después del hecho; además, esa operación circular, de vuelta y ampliación del círculo del hecho que se informa, también es útil para el oyente que no estuvo atento a la primera emisión de la noticia y que llega después; y para el oyente del primer momento, que quiere conocer la evolución, o los nuevos elementos que se han agregado a la primera información.
Los noticieros populares, esos en que el oyente llama a encargar un saludo para una amiga o pariente que cumple años, o que informa sobre un pariente enfermo, o que acaba de morir, pertenecen a una radio que valora al otro y que recibe una no calculada retribución: los oyentes incorporan esa voz, ese programa, ese horario, a su vida y así como, parafraseando al Eclesiastés, hay una hora para dormir y otra para trabajar y otra para comer o beber, hay la hora para oír el programa de radio que hace parte de un modo de ser. Eso explica los niveles de sintonía que mantiene la radio en algunos sectores de la población, a pesar de la competencia de la televisión
Pero esta búsqueda del otro, de sus gustos, de sus necesidades y expectativas, ha traído consigo un conflicto ético: como cualquier industrial que explora el mundo en busca de las pautas de consumo, ¿el periodista de radio depende del gusto de su audiencia? Porque hasta aquí la descripción encaja en la de un empresario que corteja, para que la clientela acepte su producto; y la conciencia ética del periodista le indica que su tarea de informar no puede depender de los gustos variables y caprichosos de su audiencia. Más aún, lo suyo no es la actitud pasiva de detectar los gustos de la audiencia para satisfacerlos; su trabajo es más exigente que eso y, aunque la suya no sea una pedagogía formal, sí ejerce un papel educador, sea consciente o inconscientemente ejercido, con el que guía los gustos y la valoración de su audiencia. Sucede con temas claves como la tolerancia, el respeto de los derechos humanos, el rechazo del crimen y de la violencia, pero también con la inducción a temas que deben ser de interés público.
El desarrollo de la tecnología de la radio, ha permitido la transmisión en directo de toda clase de eventos. El hombre de radio es consciente de las ventajas que tiene la televisión con el manejo de la imagen y por eso asume el reto de superar con palabras y con agilidad informativa las ventajas de la competencia, hasta convertir a sus oyentes en testigos de los hechos. Sólo que se trata de hechos que el oyente recrea guiado por la voz y el registro sonoro que le lleva la radio. Allí es donde confluyen y aparecen los elementos de un conflicto ético. ¿Qué elementos va a entregar ese periodista que transmite en directo? ¿A cuáles elementos les va a dar prioridad? ¿Cuáles dejará en penumbra? ¿A qué personas convertirá en testigos? ¿Qué datos relevantes utilizará para sus preguntas? La dificultad que ofrece cada uno de estos interrogantes se intensifica si se piensa que todo esto se le plantea a la conciencia del periodista cuando no hay tiempo de reflexionar y de valorar porque está al aire y como guía instantáneo de una audiencia que, como los ciegos al cruzar una avenida trepidante, se confían totalmente y ven a través de ojos ajenos. Los oyentes están allí, se presienten dóciles para crear su realidad con los elementos que el periodista les quiere ofrecer. Cuando se sopesan estos factores se explica la desconfianza con que las empresas de radio y televisión han de mirar las transmisiones en directo: cada una de ellas implica una responsabilidad de enormes proporciones y pone en riesgo la credibilidad del medio de comunicación. Hay que tener en cuenta, además, problemas colaterales como el que plantea el respeto a la intimidad. Sucede, por ejemplo, que la línea que separa la noticia, de la intimidad de las personas no obstante ser clara, se puede traspasar en un momento de aturdimiento, que es el caso del reportero apremiado para presentar información en directo y que tiene como fuente a una víctima. ¿Cómo reseñar con su ayuda el hecho, sin tocar sus sentimientos y la intimidad de su sufrimiento? Allí es donde la ventaja de la inmediatez y de la agilidad de movimientos cobra su precio.
El desarrollo de la radio como medio de comunicación masiva ha confirmado la premonición de los teóricos de la ética cuando prevenían sobre la responsabilidad que demanda el potencial de influencia política de la radio. Persuadidos sobre la realidad de ese potencial, políticos y empresarios de todo el continente se han apresurado a comprar emisoras. Sería mayor su prisa si conocieran el hecho presentado y analizado por Manuel Castells en su extensa y densa obra La Era de la Información. (16) Como lo afirma el autor, con la radio como instrumento el compadre Palenque llegó a la política mayoritaria en Bolivia y destruyó la vaga idea de que la política mediática es monopolio de los partidos políticos o de los grupos de interés, poderosos e influyentes. Como él cuenta, Carlos Palenque, un músico folclórico de origen humilde, en 1968 creó un programa de radio con su grupo musical Los Caminantes. En 1980 ya se había apoderado de la audiencia y en 1989 , según escribe Castells: “ la política de la capital boliviana y de su periferia de asentamientos populares, estaba dominada por el movimiento político organizado en torno a Carlos Palenque.”
Este fue el resultado de la aplicación de cinco elementos cruciales que enumera el sociólogo:
1.- La personalización de sus programas con compadres y comadres, vigorosamente definidos;
2.- La orientación de los programas a las mujeres, sobre todo, las de clases populares;
3.- La conexión directa con las preocupaciones y alegrías de la gente; 4.- La disposición a escuchar la palabra de la gente;
y 5:- la referencia religiosa, tanto a la esperanza como voluntad de Dios, como a la promesa de la llegada de Jach’a Uru, de la tradición Aymara.
Con Carlos Palenque y su modelo radial parece culminar ese proceso de acercamiento con que la radio ha respondido al reto de la televisión y que plantea el dilema ético del uso de un poder mediático con responsabilidad social.
Como si fueran pocos esos deberes, aún debo hacer referencia a otro – prometo que será el último- que tiene que ver específicamente con la radio: el manejo de la palabra hablada.
El código adoptado en Lima por la Asociación de Radiodifusión incluye este principio: la palabra es uno de los elementos de la radio, y enfatiza que así como se debe defender la libertad de expresión, es una responsabilidad la corrección, belleza formal y nobleza del lenguaje. Ustedes saben a qué me quiero referir, porque de todos es conocido el influjo de la radio en el habla, y cómo ese ha sido un dañino influjo.
Según un venerable texto de los Upanishads conservado en la literatura sagrada hindú, “es necesario meditar sobre el lenguaje porque si no lo hubiera no podría conocerse lo bueno ni lo malo, lo verdadero ni lo falso, lo agradable ni lo desagradable. El lenguaje es el que nos hace entender todo eso.”
Al fin y al cabo, “lengua y escritura son el troquel infatigable de la vida en la ciudad romana”. La frase la trae a cuento George Steiner (17) cuando cita al lingüista Karl von Humboldt de quien es la teoría según la cual “una civilización se organiza de modo singular, gracias a su lengua específica; la lengua es matriz única y exclusiva de su civilización. La palabra, en efecto, es mucho más que un simple canal de conducción de realidades preexistentes”.
Los lingüistas siguen el proceso de las palabras y nos llenan de razones para sentir su peso y su poder. Vuelvo a Steiner quien desarrolla la siguiente idea a partir de su imagen del lenguaje como horma en la que la realidad toma forma.(18)
¿Cuál lenguaje? ¿El del oyente de nuestras noticias? El, desde luego, en su propia horma mental les dará forma a las realidades; pero estas le han llegado a través de la elaboración del periodista y del medio que, a su vez, han entregado su versión de la realidad a través de la horma de sus palabras. Y si bien es cierto que la experiencia asume un orden en la matriz del lenguaje, como apunta Steiner, ese orden puede acercar a la realidad o puede alejar de ella. Según su expresión: “la palabra puede combar los espejos de la conciencia y de los sueños”. (19) Entre periodistas suele circular la idea de que los medios reflejan como espejos la realidad; lo que no siempre se piensa es que podemos ser iguales a esos espejos deformantes de los circos. Todo depende de la respuesta que se le dé al reto de la palabra.
Nittesheim es otro lingüista que ha investigado los orígenes de las palabras y de episodios míticos como el de la torre de Babel, para llegar finalmente a la afirmación de que las guerras religiosas y la persecución de presuntas herejías, surgen de la Babel de las lenguas. Es el poder perverso de la palabra, deformar y desnaturalizar el pensamiento. Lo decía a su manera, y a partir de su experiencia, el polaco Ryszard Kapuscinski refiriéndose a las palabras de los periodistas, que acercan a los hombres y extinguen los odios cuando aumentan el conocimiento de los otros. También es posible –una triste posibilidad- que esas palabras alejen y, en vez de conocimiento, arrojen sombras y dudas y, por tanto, distancien y profundicen los odios que son hijos del desconocimiento.
Además, la respuesta correcta al reto de la palabra, la convierte en factor que fortalece la identidad de las sociedades y de las personas. La tecnología que derribó fronteras y propició los acercamientos de la globalización, al mismo tiempo se convirtió en una amenaza para esa identidad hecha de una historia común, de unos horizontes y expectativas comunes y sobre todo, de una lengua común y de un discurso propio. A nuestras sociedades puede sucederles, prolongado en el tiempo, lo que por un breve lapso les sucede a los niños que tempranamente aprenden varios idiomas a la vez, que casi inevitablemente tienen que cruzar un túnel de silencio, o un desierto de palabras, porque no parecen encontrar ninguna. Estas sociedades globalizadas difícilmente llegan a entender que para ser alguien en este supermercado universal, se tiene que estar en capacidad de ofrecer algo, y ese ofrecimiento tiene su punto de partida en una identidad. Los que la tengan sobrevivirán con dignidad; los que la pierdan serán los esclavos. No en vano en la Grecia antigua el esclavo era el que no tenía derecho a la palabra. Es inevitable la cita de Humboldt para quien “el hombre se yergue, no porque haya intentado alcanzar el fruto en las ramas, sino porque el discurso no se deja sofocar o amortiguar por la tierra.”(20)
Quedarse sin palabra, sin discurso propio, se convierte en un paso adelantado hacia la extinción. Esa es la tragedia implícita en la cifra de cinco mil lenguas desaparecidas. Cada año se están extinguiendo lenguas que hablaban comunidades étnicas moribundas durante su agonía. Es un reto para los medios de comunicación, el fortalecimiento de la lengua, que es tanto como asegurar la vida de la sociedad.
En un bello libro titulado el Viñedo del Texto, Iván Illich hace el comentario al Didascalicon, de Hugo de san Víctor (21) y le dedica unos apartes a la figura de los bardos a quienes describe como “ los que unían con costuras los retazos del pasado”. Se les llamaba también rapsodas, que en griego significa zurcidores, hombres que con las palabras cosían el pasado con el presente y a un hombre con otro, como eslabones de una cadena. El profesional de la radio tiene todas esas posibilidades: o la de contribuir al envilecimiento de la lengua, o a su fortalecimiento, que significa identidad cultural vital y de fortalecer la unidad a través de la palabra viva.
Hasta aquí nos ha traído, amigos, esta reflexión sobre las implicaciones éticas de informar por la radio. Comprobamos al principio que un progreso en la conciencia de la gente de radio le permitió a la capital colombiana sortear el peligro del saqueo y la destrucción hace 20 años. Si eso pudo hacer la radio con un silencio responsable, cuánto más es lo que puede hacer con la palabra.
Notas.
1.- Arturo Alape: El Bogotazo. Planeta, 14 edición. Bogotá 2000. Página 254.
2.-Hernando Martínez Pardo: La noticia en radio. Sena Publicaciones. Bogotá 1989. Páginas 12 y 13.
3.-Niceto Blázquez: Etica y Medios de Comunicación. Biblioteca de Autores Católicos-. Madrid 1994. Páginas 241-242-243.- 4.- Blázquez: op. cit. Pág. 425. 5.- Blázquez: op. cit. Pág. 451
6.- Blázquez: op cit. Pág 458.
7.- Porfirio Barroso Asenjo: Códigos Deontológicos de los Medios de Comunicación.
Paulinas. Madrid. 1984. Pág. 185.
8.- Blázquez, op. cit. Pág 454.
9.- Comité Mundial para la Libertad de Prensa: Declaración de Talloires.
10.- Barroso: op. cit. Pág. 193.
11.- Barroso. Op. cit. Pág. 249.
12.- Barroso: op. cit. Pág 179 y 181.
13.- Martínez Pardo, op. cit. Pág. 27,28 y 29.
14.- Barroso, op. cit. Pág 250.
15.- Martínez Pardo, op.cit. Pág 25 y 26.
16.- Manuel Castells: La era de la información, Siglo XXI Editores. México 1999. Vol.
2. Pág. 362 y siguientes.
17.- George Steiner: Después de Babel. Fondo de Cultura Económica, México, 2001, pág 103.
18.- Steiner, op. cit. Pág 103
19.- Steiner, op. cit. Pág 101.
20.- Karl von Humboldt: citado por Steiner, op. cit pág. 101.
21.- Ivan Illich: En el Viñedo del Texto. Fondo de Cultura Económica. México 2002.
Presentación de los resultados
Premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI
Jaime Abello y el maestro Javier Darío Restrepo moderaron la audición de los reportajes ganadores de la segunda convocatoria del Premio Nuevo Periodismo CEMEX+FNPI, cuyos autores participaron en el Seminario. Ellos fueron:
Medellín, crónica de una ciudad por dentro Waldir Ochoa, Munera Eastman Radio (Colombia).
Ochoa presentó una de las crónicas de la serie Medellín, crónica de una ciudad por dentro, trabajo que fue finalista del Premio. Explicó que fue ideado como un intento por tener otras miradas y por salir del monotema centrado en lo político y lo administrativo. En esta crónica, que comienza con la llegada de un joven asesinado a una morgue, Ochoa asegura que lo que hizo fue darle a un ser anónimo la importancia que se merece y relatar el día a día de los habitantes de las zonas más deprimidas y violentas de Medellín.
Um retrato da FOME (Retrato del hambre)
María Filomena Salemme, Radio el Dorado (Brasil).
Salemme presentó uno de los 5 capítulos de la serie “Um retrato da Fome” en el que, a través de las voces de los habitantes de las favelas de Brasil y de algunos funcionarios estatales entrevistados, se muestra un cuadro del hambre y el abandono de estas poblaciones. Este trabajo recibió mención en la selección de FNPI y CEMEX.
Las cruz de Juárez
Gilberto Domínguez, Red Radio Universitaria de Guadalajara (México).
Los asesinatos de las mujeres en el estado Juárez en la frontera México –Estados Unidos causaron gran revuelo en su momento. A partir de una investigación para prensa escrita, un equipo de 5 periodistas, la mayoría de ellos novatos en la radio, realizaron el reportaje radiofónico “La cruz de Juárez”, que obtuvo el Premio Nuevo Periodismo, en la categoría de radio 2004.
Gilberto Domínguez, uno de los realizadores del trabajo premiado, destacó el trabajo en equipo y la claridad desde el principio del hilo conductor de la historia y lo que se quería lograr con ella. Aunque no se señalan culpables, el trabajo presenta todos los puntos de vista y sobre todo, señala Domínguez, “intenta hacerle justicia a las víctimas”. A raíz del premio y de la popularización de la serie, se ha revivido la investigación y actualmente hay una acción contra una de las procuradoras del caso, que no actuó cuando era debido y con ello, contribuyó a la impunidad.
CONCLUSIONES GENERALES DE LA PRIMERA PARTE DEL ENCUENTRO.
LA RADIO EN AMÉRICA LATINA
A continuación se destacan fortalezas y debilidades de la radio en América Latina, a partir de la primera jornada de reflexión.
Fortalezas
- La radio sigue siendo el medio de comunicación de mayor penetración y más democrático en América Latina
- La radio permite establecer mecanismos inmediatos de proximidad y movilización de los ciudadanos
Debilidades
- Está basada en los diarios y en las agencias de noticia y no produce información propia
- Hay una falta de capacitación generalizada en el gremio de los periodistas radiales.
- La radio requiere más cuidado y estética en el uso del idioma.
- Tampoco las audiencias son críticas y activas para apropiarse de los procesos de desarrollo local.
- Bajos salarios o pago por pauta publicitaria. El Star sistem concentra el dinero en unas pocas figuras reconocidas, mientras que los reporteros “cargaladrillos” son mal remunerados.
- Se percibe ligereza en el tratamiento de los temas y abuso de la improvisación sin fondo, argumentando la rapidez y dinámica que exige la radio.
- Los medios de comunicación tienden a ser monotemáticos, concentrándose en agendas políticas o espectaculares, sacrificando temas de la cotidianidad, de ciudadanía y servicios públicos.
- No existe Radio Pública propiamente, las que lo son están fuertemente politizadas y son manejadas bajo las orientaciones de los mandatarios de turno.
- El periodismo (no sólo el radial) está amenazado por diferentes actores, incluso por la legislación de algunos países.
Presentación del estudio del Banco Mundial:
Ciudadanos, políticos y proveedores.
La experiencia de América Latina con la reforma de la provisión de servicios
La presentación de los resultados del informe estuvo a cargo de Guillermo Perry, economista Jefe del Banco Mundial para América Latina. A través de esta investigación, el Banco se propuso establecer los problemas y fortalezas principales de América Latina y el Caribe en cuanto cubrimiento y calidad de los servicios públicos .
Según el informe, la cobertura de servicios públicos e indicadores de desarrollo en América Latina mejoraron en las últimas dos décadas. Esta expansión estuvo acompañada de cambios en el nivel y la composición del gasto público. En el caso de los servicios sociales, los cambios fueron resultado de un aumento considerable de los recursos públicos, mientras que en los de infraestructura —como telecomunicaciones, agua y electricidad— se redujo y el principal mecanismo aplicado fue el de la privatización. En todo caso, aunque algunos procesos mejoraron, todavía no se puede hablar de servicios públicos eficientes y de gran cobertura en América Latina, donde la mayoría de los países cuentan con burocracias débiles e ineficientes. Se siguen presentando inequidades en América Latina y el Caribe, específicamente en la prestación de servicios públicos por tres problemas básicos que se repiten en casi todos los países:
- Desigualdad de acceso, principalmente a la educación
- Calidad. Específicamente en el caso de la educación. Los estados invierten muy poco dinero en cada estudiante. El único país de América Latina con un alto nivel de educación es Cuba. Chile y Colombia aumentaron la cobertura en los últimos años, pero no así la calidad.
- Sostenibilidad. Hay problemas fiscales y de políticas, lo cual se agrava por la débil participación ciudadana.
Una de las principales conclusiones del informe y la razón por la cual el Banco participa de este encuentro es que hay una necesidad de dinamizar los procesos de rendición de cuentas por parte de los operadores públicos y privados, y estas exigencias están en manos de los ciudadanos, que apoyados en los medios de comunicación pueden exigir a los gobiernos una adecuada prestación de los servicios públicos. El estudio presentado por Perry, señala un “camino largo”, que es el de la burocracia tradicional (a través de los políticos y la legislación) pero se detuvo en el “camino corto”, que es el que le permite al ciudadano tener el poder de elegir quien le presta el servicio y a partir de allí controlar la manera como se presta.
De modo que, la descentralización y la participación ciudadana parecen ser dos claves para mejorar la operación de servicios públicos en América Latina y el Caribe. Aunque el Banco aclara que no existe una talla única para todos los países, esbozó cuatro variables sobre las cuales se deben analizar las alternativas de suministro de servicios:
- La fortaleza y formalidad global del Estado.
- El tipo de representación política dominante.
- El grado de desigualdad social y económica.
- La manera en que se vienen prestando los servicios históricamente.
Luego de la presentación de Perry, se realizó un panel de comentaristas, moderado por Elena Serrano (Banco Mundial) en el que participaron Chuno Blandón, Radio Tigre (Nicaragua) y Carmen Aristegui, W-Radio (México), que recogió las inquietudes de la audiencia alrededor de los siguientes temas:
- Las evaluaciones del Banco Mundial revelan el desequilibrio existente entre ricos y pobres.
- El crecimiento de la informalidad es una forma de protesta contra el sistema, la informalidad implica una revolución cultural. Hemos crecido en ciudadanía y nos hemos alfabetizado en un proceso personal, heroico, nos hemos auto alfabetizado.
- Igual ha ocurrido en el proceso económico y de posicionamiento político. Se ha descubierto que existen otras redes de expresión política que no registran los estudios de organismos internacionales. Los medios de comunicación logran convertirse en voceros de la ciudadanía.
- ¿Disminuir la pobreza es un gasto o debería ser una inversión?
- La privatización aumenta las coberturas, pero quienes no tienen dinero no se pueden comunicar. La radio volvió a ser el sistema de comunicación de los pobres. El agua, como la salud, son primera necesidad, son derechos, no una mercancía. ¿Dónde rinde cuentas el banco mundial y el Fondo Monetario por las incongruencias de sus informes con las realidades de los países de América Latina y el Caribe?
- Los Organismos internacionales tienen como costumbre meter en un mismo saco lo que pasa en AL y el Caribe, cuando las realidades de cada país son tan diversas. Eso desvirtúa las cifras.
- ¿Cuál debe ser el papel de los medios de comunicación en este tema?
- ¿Puede la radio rediseñarse para incluir el tema de los servicios públicos y la responsabilidad ciudadana, la rendición de cuentas y la exigencia de los derechos de la ciudadanía en sus agendas?
Guillermo Perry atendió los interrogantes y cerró la charla hablando del compromiso del Banco Mundial, que fue creado en la posguerra como agente del Plan Marshall para la reconstrucción de Europa y ha continuado liderando estudios y propuestas para erradicar la pobreza y estimular el desarrollo. Señaló que el crecimiento y la desigualdad son los más importantes problemas del desarrollo y que el nivel de crecimiento económico y la redistribución son el camino para reducir la pobreza. América Latina es, junto con África, la región más desigual del mundo. El activo más importante para generar ingresos es el capital humano, por eso los servicios públicos son esenciales para el crecimiento y la equidad. En cuanto a la privatización, el Banco reconoció que algunas recomendaciones de privatización no fueron acertadas, éste mecanismo no siempre es bueno, pero no siempre es malo y dejó claro que en cualquier sistema los sectores más pobres deben ser subsidiados. Finalmente, explicó a la audiencia que el Banco es una cooperativa de países, pero que con excepción de Brasil, hasta el momento "ningún país se preocupa por influir en sus decisiones".
Mesa redonda:
La agenda informativa en la cobertura de los temas sociales en la radio de América Latina
Durante la presentación del informe del Banco quedó planteada la pregunta sobre el papel de los medios de comunicación y específicamente de la radio en la efectividad de la prestación de los servicios públicos en los países de América Latina y el Caribe. El panel que siguió a continuación, con la moderación de Jorge Cura (Colombia) y las intervenciones de Lorena Maciel, Radio Mitre (Argentina); Orley Durán, AREMAG (Colombia); Rosamelia Andrade, Vancouver Co-operative Radio (Canadá); Támara
Rodríguez, Paria 013.7 FM (Venezuela) y Jeremías Tunumbalá, Guambia estéreo (Colombia) atendió este interrogante y permitió conocer experiencias de este tipo en América Latina y el Caribe.
Jorge Cura relató la experiencia de Atlántico en Noticias, que junto con un periódico de la ciudad y un noticiero de televisión regional visitan semanalmente una comunidad del departamento para recoger la voz de la ciudadanía y cuestionar a los dirigentes o responsables de la prestación de servicios públicos y de la seguridad en el sector. No sólo hacen una investigación previa sino que los periodistas de la alianza hacen seguimiento de las denuncias. Ello ha logrado la movilización y el fortalecimiento de la voz de los ciudadanos.
Lorena Maciel, de Radio Mitre, comentó que en la Argentina los reclamos sociales están en un segundo plano, a menos que motiven información de primera línea, como por ejemplo: bloqueos en el sistema de transporte, huelgas, enfrentamientos, etc. En estos casos se cubre el hecho aislado pero no se profundiza en contexto y consecuencias del hecho. Los temas sociales como el hambre dejaron de ser noticia porque no tienen solución a corto plazo. Pero se ha comprobado que cuando la radio o la televisión se pone sobre un tema se logra movilizar a las instituciones involucradas y a la ciudadanía.
Orley Durán, de AREMAG presentó un panorama del papel de las radios comunitarias en el Magdalena Medio, una zona de Colombia con fuerte presencia de grupos armados ilegales (Guerrilla y paramilitares). La agenda de estas emisoras está centrada en los efectos del conflicto y los servicios públicos. En esta región la radio supera su papel de mediador de los problemas cotidianos —como, por el ejemplo, conseguir una silla de ruedas— para constituirse en uno de los pocos mecanismos de participación ciudadana: creando foros públicos y haciendo veeduría sobre los dirigentes elegidos (Se han hecho procesos de rendición de cuentas en un 80% de los municipios, en el 20 % restante ha sido imposible por problemas de orden público). Los actores armados ilegales por lo general dominan las finanzas públicas y el alcalde no sólo debe rendir cuentas a la comunidad, sino también a estas personas, que en algunas poblaciones tienen presencia casi “institucional”. Bajo estas circunstancias, la red de emisoras comunitarias ha construido un espacio de 7 a 8 de la mañana en el que se enlazan 12 emisoras de la región para hablar de los servicios públicos y de la situación en la zona, con lo cual se ha constituido una alianza para la formación de opinión pública y para la defensa de los derechos. El proceso de las radios comunitarias es complicado pues para hacer noticieros se requiere la capacitación de madres comunitarias, trabajadores, etc., incluso se han empezado procesos de radios escolares. El problema más grave al que se enfrentan estas radios es el de la financiación.
Rosamelia Andrade, trabaja para Vancouver Radio co-operative, una radio comunitaria que le brinda espacios de expresión a inmigrantes y minorías. El programa América Latina al día está dedicado a los asuntos de América Latina. Ello en un país, Canadá, cuya agenda mediática no tiene en cuenta más que los hechos de primera línea. La emisora es financiada por sus miembros y a través de maratones radiales entre los oyentes. El programa fue fundado por inmigrantes chilenos hace 27 años para apoyar el movimiento social y político de su país. Participan periodistas de América Latina y también de Canadá y continúa con la vocación de apoyar y hacer seguimiento a los procesos políticos y sociales de América Latina. No compiten con las radios main streem por la noticia de primera plana, sino que hay espacio para el debate, los procesos y las transformaciones. Andrade puntualizó que la radio debe brindarle espacios a las iniciativas de la sociedad civil, pues cuando son divulgadas motivan la movilización de los demás.
Tamara Rodríguez empezó relatando la experiencia de trabajar en una población de 30.000 habitantes ubicada en el Caribe venezolano y alejada de la gran capital y de la influencia del estado. La emisora Paria Estéreo se ha convertido en un medio de expresión de madres, campesinos y jóvenes, quienes combinan sus quehaceres diarios con el trabajo en la radio. Las emisoras comunitarias venezolanas eran básicamente religiosas, pero con el laboratorio que iniciaron hace unos años en Paria, se ha promovido el sentido de pertenencia de la gente, “que sólo se logra reconociendo quiénes somos, cómo somos y dónde estamos”. La radio comunitaria debe informar con calidad y planteamientos novedosos en el lenguaje. En la experiencia de Támara Rodríguez se retoman modelos como el radio teatro, lo que parece anticuado pero resulta ser efectivo. El reto es expandir las posibilidades de cambio que generan los dirigentes y la comunidad misma. Recientemente obtuvieron una gran acogida con una novedosa campaña contra el SIDA, realizada con el apoyo de personas infectadas, sus familias y habitantes de la comunidad que nunca habían hecho radio.
Por parte de las emisoras indígenas, intervino Jeremías Tununbalá, quien describió el territorio y la población que es objetivo de la Asociación de emisoras indígenas de Colombia. Los 84 pueblos indígenas están ubicados en los andes colombianos y sus alrededores y suman 800,000 habitantes, el 1% de la población de Colombia. "Somos minoritarios, pero los antecedentes históricos y la resistencia nos ha permitido seguir existiendo con nuestra cultura". Los indígenas eran considerados ciudadanos de segunda categoría hasta que la constitución de 1991 reconoció sus derechos. La importancia de adoptar un medio de comunicación “occidental” para reafirmar su cultura radica en que les permite combatir la invasión de otras culturas con las mismas armas. Para Tunumbalá, el Estado no ha entendido cómo debe ser la educación y cómo se deben prestar los servicios públicos del pueblo indígena, por eso han apropiado la radio a su mundo y la han convertido en una herramienta dinamizadora de participación, a través de la cual convocan y realizan asambleas con las comunidades. Su concepción de servicios públicos va más allá de si llega o no el agua a sus hogares, ellos profundizan en las fuentes de donde mana y en su conservación, por ejemplo.
LA RADIO EN AMÉRICA LATINA
Ideas centrales:
- Algunos de los participantes se preguntan si la radio puede o debe rediseñarse para incluir el tema de los servicios públicos y la responsabilidad ciudadana, la rendición de cuentas y la exigencia de los derechos de la ciudadanía.
- En las agendas de las radios comerciales los temas sociales no ocupan espacio a menos que generen noticias sensacionales como huelgas, disturbios, enfrentamientos, etc.
- La radio es una herramienta que estimula el fortalecimiento y la movilización de la ciudadanía y que puede ser efectiva a la hora de confrontar a las instituciones públicas o privadas que operan servicios públicos.
- La radio comunitaria es una herramienta eficaz en la consolidación de espacios de expresión de las iniciativas de la sociedad civil y en los procesos de reafirmación de identidad y sentido de pertenencia. Debe informar con calidad y planteamientos novedosos en el lenguaje.
Conclusiones y recomendaciones
Héctor Rincón, de Caracol (Colombia) moderó la mesa de trabajo final en la que se presentó un balance de los temas tratados durante el encuentro. Se precisaron las siguientes conclusiones y recomendaciones:
- La radiodifusión es democrática por sus costos y penetración, por su fácil acceso, porque no tiene costo para el receptor y por su potencialidad para expresarse en la fiscalización del poder, el control de los servicios y la construcción de ciudadanía.
- La esencia local de la radio, la proximidad, puede permitir luchar contra la globalización impuesta.
- Hay un empobrecimiento de los presupuestos publicitarios, que determina salarios muy bajos.
- Hay una proliferación de frecuencias otorgadas por la ligereza política, lo cual empobrece la industria de la radiodifusión y la pone al servicio de intereses más políticos y comerciales que públicos.
- La radio comunitaria tiene muchas virtudes, pero corre los riesgos de ser un instrumento manipulable por la política y por la iglesia. Hace falta una legislación para el surgimiento de nuevas radios comunitarias que permita que los medios sean sostenibles en infraestructura (sólo tienen 5 vatios) en lo político y cultural.
- La inmediatez ha generado la falta de seguimiento y desarrollo de las noticias y la pérdida de los géneros.
- Hay una crisis en la audiencia, un decrecimiento, probablemente por la inmediatez, el monotema, la abolición de géneros (que enriquecían y dinamizaban) y la saturación con un sólo formato.
Jaime Abello, director de FNPI, propuso crear una red que mantenga a los radioperiodistas en comunicación y aportó las siguientes conclusiones:
- La radio goza de buena salud, pero tiene algunas carencias y problemas, como la tendencia a la improvisación.
- Hay una debilidad en la formación de los periodistas.
- La exploración de géneros —se hizo énfasis en el reportaje sonoro— puede permitir recuperar la estética de la radio. Eso requiere decisión de los jefes y entrenamiento para los periodistas. Paradójicamente se promueve más este género en emisoras comunitarias o universitarias que en grandes radios.
- Es importante el humor para el desfogue a la tensión, para mantener el ritmo, para descansar, para transmitir positivismo.
- El reclamo profesional no es por la objetividad sino por la subjetividad con ética y honestidad, pero siempre debe conservarse un distanciamiento.
- La radio no puede suplir el papel del estado, ni ser paternalista. Está bien que se haga determinada pedagogía, pero el trabajo periodístico debe limitarse a oír, contar, reiterar, verificar: eso es lo que deben hacer los programas de radio, junto al seguimiento, esto es útil a la sociedad.
Lorena Maciel propuso que la Fundación convoque talleres de radio, específicamente de reportajes y radio comunitaria.
Alejandra Viveros, del departamento de comunicaciones del Banco Mundial, puso a disposición los recursos de la institución, como banco de conocimiento de datos duros. Aclaró que a través de la página web del Banco (www.bancomundial.org) se pueden consultar, en archivos de texto y audiovisuales, los resultados de las investigaciones y proyectos que adelantan en América Latina y el Caribe.
Jaime Abello despidió el encuentro, destacando su carácter sin precedentes y de insumo, no sólo para orientar las políticas de comunicación del Banco, sino para la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Así mismo, reafirmó la propuesta de consolidar una red, con el respaldo de la Fundación y de crear un archivo de material radial.
Esta relatoría pertenece a la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI). No puede ser divulgada por ningún medio, impreso o digital, sin autorización firmada por la FNPI.